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2 DIARIO DE COSTA RICA.
hombres se clavaba obstinadamente en ti te escojo, dijo.
Pueden de distintos modos, la suya.
Entonces, sin decir palabra, el des Con codos sin recodos. Uno de ellos estaba revestido de conocido se soorió y tendió la mano all Hacerlos como dormir.
una larga túnica de paño de oro, ajus joven, mientras el compañero desaparePorqué decretarles gloria tada al cuerpo por un cinturón, cuyo ció como una visión. los que llaman poetas?
broche de diamantes brillaba con res Mudo de terror, el joven tomó la vagabunda la historia plandor fosforescente; de su costado mano de su guía y partió.
Cuando toca su memoria colgaba una espada.
Caminaron durante una hora, y lleSus ya gastadas trompetas.
El segundo vestia upa túnica negra, garon al borde de un abismo del que con cinturón rojo.
se escapaban gritos y sollazue.
Esos hombres que escribieron El tercero llevaba una túnica de se. Oh qué fatigado estoy! murmuró su fama nos legaron da azul con cinturón de cuero; tenía el joven deteniéndose.
Muy poco que hacer tuvieron en la mano una hachn, sobre la cual Falta mucho que nndar todavía por eso consiguieron se apoyaba.
y nuestras piernas son muy débiles paHacer lo que nos mandaron.
Qué haces aquí dijeron en co ra conducirnos hasta el fin: por eso te Doy por verdad inconcusa ro los tres compañecos.
he traido aquí, para ofrecerte el único Que estando desocupado, Agonizo, respondió el joven, te medio de salir de este bosque: en el Si un poco la mente aguza, ned piedad de mí. fondo de este abismo está la muerte No le falta buena musa. Que quieres repusieron los pri que nos libra de todas las penas.
mcros. cualquier descamisado. Qué horror! spero quién eres tú. Salir lo más pronto posible de es que asi me aconsejas! con musa, quien no canta!
te bosque maldito. Soy la Desesperación! contestó el Con la musa y sin trabajo Escoge, pues, aquel de nosotros desconocido Cualquiera la voz levanta tres que quieras que te acompañe, por. Vete! Vete! dijo el joven cayendo saca de su garganta que no necesitas sino un guía, y tí de cara contra el suelo.
Mil cantares destajo: te toca designar.
Se oyó una carcajada infernal, y el Pero todos no vivimos El joven miró a los tres hombres ljoven quedó solo.
Por fortuna sin que hacer, que esperaban en silencio el resultado Se volvió levantar: el tercer comY por eso consentimos del examen, y detuvo la mirada en el pañero estava delante de él.
El que digan que no fuimos que estaba revestido de túnica de oro, Recordando el nombre de los otros Poetas desde el nacer; pues el broche despedis luces que ilu dos, trató de huir, pero el desconocido minaban el espacio. lo detuvo.
Pues si todos estuviéramos Te escoio ti, le dijo. Ven coninigo, falta que andar mu. Escribierido con calor, Entonces una extensa sonrisa plegó cho todavía, pero Dios viene en auxi. Bostezando nos viviéramos los fríos labios del desconocido, y ten lio del que sufre. puede ser nos comiéramos dió la mano al joven, mientras sus dos El jovea le miró, y su turno le Nuestros versos. Si Señor!
compañeroy desaparecían como una vi tendió la mano.
Queda, pues, ya demostrado sión. Pero el desconocido se contentó con Mudo de terror, el jovens tomóc. La caminar paso a paso dela. te de él; Que todo bicho viviente, mano de su guía y partieron.
después. con ayuda de su bacha, se a Puede escribir sin. cuidado ¡Oh! fué una rápida carrera la que brió un nuevo camino echando por tie1. sentarse de contado hicieron: los árboles huían detrás de rra los árboles que le impedían avanEntre la inspirada gente.
ellos; y el ruído de sus pasos resonaba zar, luego dijo al joven: Desde luego, yo también sin interrupción; sin embargo, al cabo Carga sobre tus espaldas uno del. Tengo facultad sin tasa de una hora estaban en el bosque. Jesos árboles.
Para escribir mal bien ¡Oh qué fatigado estoy! murmuró. el joven obedeció, y aunque era En composiciones cien el joven, deteniéndose en una encruci mucha su fatiga, apenas sentía el peso Cuanto por el mundo pasa.
jada formada por la unión de varios del fardo que llevaba.
Voy tratar, mano a mano caminos.
Usando siempre su hacha, el. descono Con el Dante y con Homero Tenemos mucho que andar todavía cido llogó seguido del joven, al límite del tribuno romano y nuestras piernas son muy débiles del bosque; delante de ellos se exten para conducirnos hasta el fin; pero en día una vasta llanura, en medio de la Del griego y del gaditano Seré digno соmраnеrо.
un momento va a pasar por aquí un cual había un castillo.
Viajero caballo. Toma esta, espada; Entonces el desconocido dijo al jo Pues es verdad ya sabida en cuanto se acerque tí húndesela en yen: Que si sabe hacer un verso el corazón y apodérate de su caballo El bosque que has atravesado es el Con la correcta medida.
en el cual nos montaremos. Bosque de la Miseria. Acuérdate de Entre oradores cabida. Qué horror! spero quién eres tú que ella, y ahora, descárgate de tu fardo. Encuentra cualquier mastuerzo.
así me aconsejas!
El joven echó el fardo en tierra; pe. Soy el Crimen! respondió el des ro al caer, se trocó en una larga pila. Si sabe gesticular conocido.
de monedas de oro. los brazos revolver. Vefe! Vete! dijo el joven cayen Quién eres tú, tú que tan bien mel. como loco gritar, do de cara contra el suelo.
has aconsejadol. Dreguntó el joven en!
has aconsejado. preguntó el joven en Tonterías puede hablar Se oyó una rise infernal, y el joven el colmo del asombro. orador aparecer quedó solo.
Soy el Trabajo! respondió el com Por eso yo me decido, Se volvió levantar los otros dos paiero Puesto que el arte aprendi compañeros estaban delante de él. Gourdon de Genouillac. ser orador florido. Qué haces ahít le preguntaron. bardo no conocido; Agonizo, respondió el joven: teaz.
tc ned piedad de mí.
Quién puede toserme mi. Qué quierest preguntaron ellos. VERSOS las gangas, consiguientes. Salir. lo más pronto posible de MI MAESTRO AMIGO, EL POETA COSTA 1: mi manera de ser, este bosque maldito. BICENSE DON Pío José VIQUEZ. No son gångas aparentes Escogé, pues, aquel de noso tros que quieras que te acompañe, pues. Quiero fama conquistar. Sino gangus refulgentes. Para el siglo venidero.
Que cualquiera puede ver.
no necesitas más que un guía, y tí De saber versificar te toca designarlo. Si se casa don Falano el joven miró los dos hombres, ol! en quintillas pregonár si celebra su Santo.
detuvo su mirada en el que estaba vesCuantas sandeces yo quiero.
El amigo don Zutano, tido con la túnica negra y el cinturón Hacer versos! eso todos Prepárome muy temprano.
rojo.
Loy qué. sepan. escribir Para improvisar un canto.
Pues primero que ninguno No hay duda me llamarán; Do poeta, de tribuno, Siempre soy el número uno En cuantas fiestas se dán.
Buscaré para las bellas Las más delicadas flores: Les cantaré las querellas Que yo tengo para ellas Cuando se trata de amores; Les diré, si, les diré todas sin excepción, Cuanto de ellas yo me sé; por Dios conseguiré Ganarles el corazón.
Si conversando le digo La cosa más acertada mi inás sincero amigo, Me despide cual mendigo Con insulsa risotada; Más si voy la tribuna: le digo lo que siento, Es mi voz tan oportuna, Que me dice no hay ninguna Capaz de tal valimiento.
Así pues yo me decido aconsejo sin temor, Suba ella decidida Quien aspira ser tenido Por poeta orador: Hable mucho y sin cuidado, Escriba sin embarazo se verá celebrado por diosas elevado la cumbre del Parnaso. San José, Setiembre de 1884. PASCUAL. La República, ile San Salvador. BOLETIN. Teniamos ya en la imprenta el suelto que en este número habla del trabajo que proeurando la limpieza de las calles está haciendo la policía, cuando llegó nuestras manos La Gaceta de ayer. En ella leinos leído una.
Rectificación que su autor: dxbiera rectificar, porque el Diario de Costa Rica, al publicar ellsitelto que se refiere, estaba bien informado, y porque pretendiendo Jrefutarnos, por fuerza se nos cóncede una parte de la razón que nos asiste. No tenemos otra mira que procurar lo que el público tiene el derecho de exigir, y no viendo en.
Jlo de darnos en caſa con el empelto del Señor Ministro, más que resabios, de mafias viejas, apelamos al criterio de ese honorable. ciudadano que con beneplacito del país entero, es hoy activo colaborador y fiel intérprete de las aspiraciones de los buenos costarri.
censes. Lastima ha sido que por repetir la publicación de la ya Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.