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DIARIO DE COSTA RICA.
BOLETIN.
fuerza de las ideas, y que paga el su perfección, un talle maravillo. Sí, señorita, Sefior Juan.
alma con la moralidad que rege so por su flexibilidad y por su Pues bien! señor Juan, un nera y con la honradez que salva; gracia.
poco más de esa sopa excelente, un interés que mañana se verá Quitóse el sombrero en segui os lo suplico. las personas que dentro y representado en mil manifestacio da, la señorita Percival, pero un El abate Constantino princi fuera del país se han dignado fo.
nes del progreso y en mil mani. tanto apoco presuradamente; por piaba sonegarse; pero aun esta licitarnos porque es el distinguifestaciones del carácter bien for que fue la señal del más delicioso ba demasiado conmovido, sinem do escritor señor Dubarry, quien mado.
trastorno. Toda una avalancha bargo, para llenar cumplidamen hoy dirixe este Diario, damos El actual Gobierno, asi lo re se soltó y se extendió, por torren te los deberes de dueño de casa; nuestros agradecimientos, prome.
conoce; y por eso trabaja tan asi tes, en grandes cascadas, sobre y era Juan quien habia tomado tiéndoles que no se omitirá esduamente en propender a la ele las espaldas de Betlina. Estaba la dirección de la modesta comi fuerzo para mantener el periodivación de la instrucción pública;y colocada delante de una ventana da de su padrino. Llenó hasta co la altura que debemos por eso ordena que empleados su por la cual entraban a oleadas los el borde el plato de la graciosa nuestros numerosos favorecedoyos del orden político recorran rayos del sol, y esta luz de oro americana, que fijaba resueltamen res, y al objeto de su institución.
hasta las últimas aldeas, y prepa dando de lleno sobre el cabello te sobre él la mirada de dos ojos Calvo.
ren todo lo necesario para que de oro también, hacia resaltar la grandes, en donde brillaban lal de oro también, hacia resaltar la grandes, en donde brillaban la Mal incurable. Una señori.
haya eficacia y constancia en el centelleante belleza de esa crintu franqueza In osadín lo estudio.
ra. Confusa y ruborizada, apeló dad. Desde luego, Juan pagaba Señora, dice el doctor la Así pues no tardarán en dic Betlina al socorro de su hermana con sus ojos a la señorita Pereie Alle imni y costó trabajo a la señora Scott val, en la misma moneda. No mi se nos muere de amor.
mamá, la enferma se nos muere, tarse providencias tales que impi y costó trabajo In señora Scott val, e dan en lo sucesivo quejas seme poner un poco de orden en tal cia tres cuartos de hora que, en Nola naumitiu al jantes a las de varios maestros desorden.
lel jardin del Cura, se habian di madre; yo voy averiguar de nicoyanos.
Cuando se hubo reparado in rigido la palabra por primera vez quién está enamorada mi hija, e luar catástrofe, nadie pudo impedir a la joven americana y el oficial jo la casaré con él, quien quiera que la juventud: salvar In juventud Betlina precipitarse sobre los pla ven, y ya se sentinn ambos, una en y establecer sobre base de oro y tos, los cuchillos y los tenedores. frente al otro, en plena confianza. Imposible señora, dice el de brillantes, el glorioso porve Pero, caballero, decía ella casi en compañerismo.
médico, porque la señorita está nir de la Patria que pide luz. Juan, yo se muy bien arreglar el Os decía, señor Cura, pro enamorada perdidamente de cacubierto. Preguntádselo mi!
hermana. Verdad, Luzie, cuando siguió Bettina, que ayer festejá torce individuos. bamos mi hermana como dia de EL ABATE CONSTANTINO, pequeña, en Nueva York, no asu natalicio. Mi cuñado se vió o Guatemala. Se dictó un rreglaba muy bien la mesa!
POR Sí, muy bien, contestó la sebligado a partir para América ha acuerdo mandando devolver die mi don Nicolás de la Cerda todos los Ludovico Halévy. ñora Scott.
hermana al irse: No estaré aqui bienes que indebidamerte le fue también ella, suplicando al el dia de nuestro cumpleaños; peron secuestrados por orden del Traducido expresamente de la 66 Cura excusase la indiscreción de ro tendréis, sin embargo, noticias General Barrios, con excepción edición, para el Diario de CostaBetlina: también ella se quitó el mias.
de la finca El Matasano por la Rica.
sombrero y manto, y otra vez tu cual el Gobierno con mejores da III.
vo Juan el espectáculo de un taSe recibieron ayer, regalos y rato Se recibieron ayer, regalo y tos, declarará si es no el caso de (Continúa)
lle encantandor y de unos cabemilletes varios; pero nada.
expropiación.
nada de mi cuñado hasta las cin Vamos, Luzie, no me hagais llos admirables. Pero el trastor nad el doctor mimos porque he sido un tan no, y Juan to deploró, no tuvo co. Fuimos ambas pascar por el Bosque caballo. y a pro yo ha instruido las respectivas to. ya sabeis que es cos segunda representación.
Minutos después tomaron pósito de caballo.
tumbre mia ser un poco.
respecto a las condiciones del Quedémonos, quercis! Reposa siento al rededor de la mesa dell Ella se detuvo, inclinándose Presbítero don Rinne ta remos aquí tranquilamente una presbiterio la señora Scott, la se un poco, hacia el costado, miró para Arzobisno da hora. Hemos pasado un din en norita Percival, el Cura y Juan: con curiosidad las grandes botas ferrocarril. en el polvo. en después, y rápidamente, gracias polvorientas de Juan y exclamó: Existen hoy como 110. 000 Usais espuelas, caballero? millas de cable submarino tendi.
el calor!. Hemos ulmoi zado a la sorpresa y la originalidad do en todas direcciones. Cerca esta mañana en un hotel tan ho del encuentro, gracias sobre todo. Si, señorita.
de 58, 000 millas pertenecen a rroroso! las siete debemos re a buen humor y la jovialidad Sois de caballo.
gresar a comer en el mismo hotel algo andazile Betlina, in conver. Soy artillero, señorita. pero dueños particnlares y están valuadas en 175 000, 000. Todo para tomar en seguida el tren pa Sación tomó el curso de la más la artillerín está montada.
ra París.
maior franca y más cordial familiaridad.
crimiento ese cable ha sido colocado por inPero será mejor Franca y mas está vuestro regimiento ese cable ha comer aquí. No decis que nó. Vais ver, señor Cura, decia de guarnición. gleses; y en la última convención de París las compañías inglesas Cuán buena sois, Luzie mia! Betlina, si he mentido, si no me Muy cerca de aquí.
brizó su hermana tiernamente, moria de hambre. Os anuncio Entonces cabalgaréis con no.
no estaban representadas.
con mucha monería, y volviéndo que voy it devorar. Nunca me sotras?
Saludamos respetuosase al Cuin: he sentado la mesa con tanto. Con muchísimo placer, semente al Sr. Francisco Peralta. Si supieses qué buen es, se gusto! Esta comida va terminar tan lindamente nuestro dia!
quien con su estimable señora y for Cura. Betlina! Betlina!
Estamos tan contentas mi herma Esti dicho. Veamos, qué de familia ha regresado de Europa por el último vapor. Vmnos, dijo Juan, date pri na y yo, por poseer este castillo, cin yol sa, Paulina! dos cubiertos. Voy estas quintas y estos bosques. No sabeis, Bettina, por donHermoso influjo de la pa1, de vais, y referís estos señores ayudarte. tener todo eso, añadió la de ternidad. Un artesano, que acos. yo también; exclamú Bet señora Scott, de una manera tan unas cosas que no pueden intere. ter sarles.
tumbraba embriagarse todos los lima, tambien yo quiero ayudaros, extraordinaria, tan imprevista: Lo Perdonad señora, interrumlunes, daba su esposa malos traOs lo suplico; me divertirá tanto! que menos esperábamos!
pió el Cura. En este momento no tamientos y aun golpes en aqueSolamente, señor Cura, que me Podeis decir, Luzie, que no no se habla en el pais sino de la ven.
llos dias permitiréis hacer las cosas un polo esperábamos del todo. Ayer ayer ta del Castillo, y la narración de La pobre mujer, que le quería, co como en casa se festejaba mi hermana. Con prontitud se quitó el man Pero, perdonnd, señor. señor había acabado por acostumbrar la señorita nos interesa mucho.
se tan desagradable renta; pero to, y Juan pudo admirar, en toda Juan, no es habiendo llegado ser madre y Esta comida va terminorita. Continuará)
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