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DIARIO DE COSNA RICA.
VII. duena, graciosa in hijo! orillas del saar. cabo de la tenuporada un número de Ese promontorio es el de Truppee y amenaza, pern su corazón la empuja: cuatrocientas por lo menos con la que allí se eleva la humilde cabana de un no hay conflicto posible que pueda deATA MEMORIA DE MI MADRE.
se completa in carga, que luego von pescador aborigen.
tenerh. Perezca triunfe ¡qué vale e (Estudio social. vender Jamaica al precio de cinco sacrificio de su vida ante el amor de su pesos cada cabeza. El medio de pes. Magdalena es su dueña, graciosa inLn Costn Norte del Mar Caribe, vir carlas es con enormes redes de cuerda. dia de correctos perfiles, cuyo semElla tan diestra en nadar, diríase gen selva de la hermosa América. También pescan la de carey, cuyas blarte demucrado por penon enfer que esta vez vuela: el sentimiento tie.
tan ricn, tan fértil, tan bella y apenas conchas solicitan y pagan ventajosamedad, aun embellece la fulgente luz ne misteriosas alas.
explotada, es casi desconocida porción mente los mercados extranjeros.
El rumor de las olas apaga todo del territorio nicaragüense.
Como se ve estas son unas de las de sus negros y húmedos ojos.
Aquella desventurada mujer se agi ruido; P!
aci ruido; pero ella es madre y puede oir Bosques seculares elevan sus frentes producciones más lucrativas y de las a ta angustiada en su pobre lecho por las una voz que dice: hasta el cielo y las nubes bajan po que menos provecho reporta Nicara usada en su pobre techo por las convulsiones de un mal mortal y la sarse sobre sus graciosas melenas que gua, pues los caimaneros se consideTan lastimero acento infundió mmojan con lluvia de lágrimas. Desli ran con derecho exclusivo de propie postración horrible del hambre; pero a menudo se reanima con serena ener yor aliento en los extenuados miembros zanse estas luego por los troncos y pe dad sobre el rico archipiélago.
Bancos y van formando los cristalinos Puede asegurarse, descansando en gía y el dolor fisico cedo ante la fuerza de la pobre Magdalena, flotando con ral que la mantiene en un estado de valor sublime sobre las espumosas riachuelos, las fragosas cataratas y los datos fidedignos, que no boja de diez moral que la mantiene en un estado de a De seguro crestas de la turbulenta superficie impetuosos torrentes que reunidos en mil la cantidad de tortugas que cxpor sobrexcitaate inquietud.
majestuosos ríos corren por entre fo tan al año, y hace más de veinte one que su existencia vaciia de una en otra cual otra ancora de salvación.
pena y su martirio es uno de los már IX.
Blajes de bambúes y tunos y sobre le tienen establecida la pesca.
propicios al amor.
La tempestad ha chlorado.
cho de cuarzo y pizarra regar aquePor fin hace un esfuerzo supremo, Silenciosa está la costa y sobre la llas feraces comarcas.
Estos pescadores son un tipo espe calma su espíritu y se decide bajar playa ruedan los restos de una embarDiseminados en sus márgenes y am cial. la playa.
tains, vive olvi De aspecto taciturno y resignados cación que con otros objetos han arroCamina lentamente y medida que jado la olas: son los despojos del naudado del mundo el escaso número de como los marineros, su piel está curavanza se le oye pronunciar vagamen fragio.
aborígenes que los puebla. Esta es tida por la intemperie y manchada por ¡Qué inmensa tumta guarda sus ceuna raza injustamente juzgada y por la grasal de los peces. Su voz es ron Nunca ha tardado como ahora. nizas! Cielo azul la cubre y mil bro Nonca he towed me home lo tanto desgraciada; pero siempre ca, estentórea como el mar que los s: siempre ca, estentórea como el mar que los Si lo habrá sucedido alguna desgracia! ches de estrellas la iluminan. Los ruamante del bien; tan inteligente como alimenta.
Yo temo que esos malignos caimaneros mores de la brisa que corre y los ecos in par que ani. Pero bajo aquella humilde y rústica me le hayan hecho algún mal. iPo que reproduce la montaña cantan la las luchas heroicas del senti corteza se oculta un corazón hipocri brecito! Tiene seis días de haberse apoteosis de aquel amor santo, sublime!
miento.
ta, crucl y perverso.
ido y no hay ni señas de que venga. Oh madres! todas más o menos laII Los aborígenes de la Costa son el En tanto yo sucumbo de hambre y ceis el sacrificio de vuestras vidas por Pero si la Costa encierra abundan blanco de sus instintos: cometen conflixión menos esti ellos horrorosas depredlaciones, aplila felicidad de los hijos: unas como la Claro era que la infeliz aguardaba a pobre Magdalena y otras con sanos mables los de las islas cayos que la cando muchas veces la ley de Linch lanien: nrobablemente ale in an consejos, librando los suyos del naucircudan y que manera de preciosas los que en ocasiones suelen pescar torrido fragio en las pasiones.
esmeraldas, sobre nevado pecho, figu. tuga para su diaria alimentacion, cuan Al verla vagar por la playa, fjala ran un bellíaimo collar en la tersa su do se pone escasa en otras regiones. vista en el limpio horizonte, su faz perficie de las nebulosas ondas. De ese modo aquellos infelices indios animada por el sol y flotando al viento El tiempo que todo lo borra ha conUna de estas es la que se conoce sufren y perecen por el egoismo y casus largas trenzas, bien se comprendia servado, sin embargº el recuerdo de la con el nombre de Cayo Mosquilo, situa pricho de semejantes huéspedes que se que el vago presentimiento de un petriste historia.
da al Este y como treinta millas de acogen a la protección del pabellón bri ligro la enardecía; tal vez su temor Cuando el viejero vi ita las hospila Costa, que rodeada de otras peque tánico, violando, con escándalo del de crecía contemplando la incunstancia talarias chozas de aquellos aborígenes, Das islas, forman juntas espléndido ar recho natural, sagrada hospitalidad. que el océano ofrece quien se lanza sencillamente la cuentan así.
chipiélago.
Sus embarcaciones que se compren en sus dominios. Pablo se fué los cayos pescar III den en la clasificacion de goletas, son Cualquiera la habría tomado por tortugas para su madre que estaba en El Cayo Mosquito comprende una toscos pero forvidos barcos, por el es una sombra de la desesperación.
ferma y no tenía que comer. Allá lo área de terreno como de ocho millas, tilo de nuestras piraguas con la difeapresaron los caimaberos para llevarlo VIIL baja la mayor parte y cultivada ya una rencia que están forradas por encima. vender como esclavo los mercados porción con tres mil árboles de coco.
En uno y en otro borde de la regala Magdalena exhaló un hondo suspiro de Cuba; pero el pobre muchacho burAbunda en vertientes de agua dulce se observan las redes tendidas al aire, y se extremeció vivamente; habia des ló en la noche la vigilancia de sus verde la que se proveen los buques que mientras que la cámara es una especie cubierto una lijera nube que poco dugos: logró fugarse en su canoa pero en el mal tiempo acuden a resguardarde cloaca y todo el buque, velas y jar poco fué aumentándose hasta descu en la travesía lo sorprendió la tempescias, exhalan el olor pronunciado del brir las formas de pequeña vela.
se en su espaciosa y segura ensenada.
tad. Su madre que lo aguardaba desCon todo, el principal interés del ese tiempo el mar comenzaba esperada en la Costa, voló salvarlo, y Semejante estado de desaseo no pue agitarse embravecido, y furioso hura ambos perecieron en el naufragio.
Cayo, lo constituye la profusión de de ser más desagradable, y este rasgo can amenazaba a la frágil embarcación. Desde entonces quedó abandonada la tortugas que se reproducen en sus inrevela por si mismo el grado de degra Las olas se levantan presurosas y cabaña que se divisa orillas del mar.
mediaciones, cuyo fondo, modo de prado, reverdece con las algas maridación que distingue ton singulares amenazartes, escondiendo por intervaJORGE LUNA.
aves de rapiña.
nas, que sirven de alimento al sabroso lo la sutil nubecilla. El cielo se oscuApenas muestran señales de civili rece rápidamente y el fragor del vienJulio 26 de 1885.
marisco.
zación cuando en los días festivos el to azota y conmueve todo lo que a su Este sitio es de los más concurricapitán lee en la Biblia algún pasaje paso encuentra.
dos para la pesca de tortugas.
del Antiguo Testamento y la tripula cada momento parece que la nación recoge sus palabras con marcada ve se ha sumergido y Magdalena juPor lo regular los pescadores son is atención.
guete de encontradas impresiones, de leños del Gran Caimán.
VI.
safia la cólera de los elementos.
Ha llegado el señor La VieiPara resistir la temporada que dura Frente la retirada pesquería y 50 La embarcación está ya ceren y lle, Consul General de Francia en de cuatro seis meses, se abastecen bre la Costa firme se dilata el litoral Magdalena la ha reconocido.
Panamá.
de una regular cantidad de harina, de Sandoy Bay; porción numerosa de Ella es, exclama, la canoa de mi Su permanencia en esta tendrá unas botellas de ron, algunas libras de pueblitos indios que habitan vasta y pobre hijo, allí viene mi querido por objeto restablecer su salud tabaco, otras de sal, y unas cuantas pintoresca comarca, cuya región de Pabl. la cual no es muy buena.
cajitas de fósforos. El resto de su lagunas, ríos y quebradas recuerda las No pudo concluir la frase.
Títulos más que suficientes tie.
provisión lo obtienen de la pesca, ta légendarias aguas del Adriático. Gigante y traidora ola envolvió a la ne el señor La Vieille para que les como carne y grasa para cocinar y Cerca de esta famosa comarca y la veloz canoa y en su puesto sólo quedó alumbrarse.
falda de pedruzco y desnudo promon agitado torbellino.
nos kelicitesaos por su llegada.
Cada domingo se reunen en el Ca torio que sombrean los plumeros de in Magdalena con la intuición de su ra En la En la Cámara francesa ha repreyo para depositar en corrales prepara. dolentes ocotes, se descubre solitaria za y el instinto del amor adivina lo que sentado durante más de doce dos al efecto, las tortugas que durante mansión que salpican de continuo las pasa, intrépida y fugaz se lanza al años, la ciudad de Chorburgo; es la semana han cogido, reuniendo al olas del mar.
Ilugar de la catástrofe. La muerte la ademas Oficial de la Legión de Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica BOLETIN.
IV.

    France
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