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DIARIO DE COSTA RICA.
riz.
extrañas, quiero suponer que trucciones al enemigo de las posiciones Ambos niños el uno hijo de Borgo sombras que velan mi suerte, como so arrojamos cargos indirectos. del ejército alemán! Confiésolo y al ña, el otro de Bretaña. Los azares ve el firmamento al través de espesas Son los pobres tan ligeros en canzarís gracia.
de la guerra los ha unido en la maña ramas. El hon. bre replicó.
sus juicios y tan rápidos en sus na, al mismo batallón de Cazadores. Los Principes de los pastores, los Soy francés!
Los batallones marchan al combate. doctores de la ley, los levitas acaban sospechas. Fuiste tú quien anoche embosca Los dos cornetas tocan a la carga de desaparecer detrás del velo sagraPero nada de eso, amigos nuesdo en la palizada diste fuego contra Allá abajo, la infantería enemiga se do.
tros.
nuestras tropns matando a un hulano? ve formada en columnas sombrías y El altar de los holocaustos estaba Traemos un recuerdo histórico. Soy francés! replicó el prisione compactas. Más lejos, la caballeria desierto; como podríamos traer cualquier ro.
oculta, detrás del cementerio de la al quemaban sobre el altar de los perfu otra cosa, sin sospechar que ese Que tienes en la mano sin du dea, el acero de sus cascos y el brillo mes. Los ancianos, los escribas, los recuerdo cause amarguras ni pro. da algún partel Damelo.
fariseos y la multitud de pueblo venide sus sables.
Esta vez el hombre guarda silencio. El enemigo es máis numeroso.
do escuchar la palabra santal, volvoque ofensas.
Todo su ser tiembla de patriótica Pero qué importa?
vinn pasos lentos sus hogares.
Ustedes saben, lo inismo que cólera y jura morir antes de obede. Los dos cornetas tocan la carga! Maria una de Ins ultimas salio del nosotros, que su jefe, aunque cer paso de trote, los cazadores sal templo.
Esu pequena banderita tricolor, que van la barranca, franquean los mato En las gradas, invocando la piedad ridad ante la cual se inclina conllevaba toda entera neults una con llevaba toda entera oculta en la mano, Fraley. Ya se aproximan. La polo pública se hallaba un soldado romano, católica reverencia; aunque en ese pepueño estandarte, comprado vora estalla. las baias cruzan los sus ojos para siempre cerrados a la cuentra dentro de su propia vo un mercader ambulante el día de fies aires. Se lucha cuerpo. Ah! luz, con el pecho desnudo, bordado do luntad la necesaria fórmula legal, ta en la aldea, el único recherdo que los bravos, cómo se baten!
cicatrices. Con una mano, tenllorosa no ha aprendido todavía a jugar tuviera de su hijo, le parece en la ho Con ellos, corriendo siempre. por la vejez y los sufrimientos, este melotni geba enfriado, ni sera presente un jirón del manto de la Los dos cornetas tocan la carga! hombre tendía los transeuntes su patria.
Ois los relinchos de los caballos y casco, ayer glorioso de afrontar los peha muerto.
Alí está firme y sério, con to a acaso no es más que un juguete los pitidos de las patas en la carrete ligros en medio de los combates, hoy de niño, también, la bandera nacional ral s un escuadrón que vuela so día avergonzado de ocupar tal oficio.
do lo que posee, inclusive la namisma por la cual se bate, por la cual correr al enemigo. Valor soldados! María apercibió el soldado y se comse muere?
En vuestras manos está la suerte del padeció su corazón. Dámela repite el oficial.
ejército entero. Con la rabia en el Entonces, los hombres que ahí se N6! dijo el hombre.
corazón, con toda la fuerza de sus pul encontraban comenzaron de cir: Pronto los soldados se arrojaron 80 muncs.
quel ha jurado odio a Dios de PEQUENOS POEMAS.
bre el francés; pero el los tiene enja Los dos cornetas tocan la carga! Abraham, de Isaac y de Jacob, así co que. Su puño de fierro lo blande sobre Que horrible espectáculo! En to mo al pueblo de Israel. Ha blasfemaLA BANDERA.
sus enemigos como el martillo sobre el das partes mucrtos y moribundos. do las leyes y las costumbres de nuesyunque y los arroja sus pies!
Dios de los combates, dinos, que tros padres: Mirad ese casco cuyo Dans tes plis glorieux tu renfermes ¡Oh! heroica defensa de uno contra frutos nacerán en la próxima estación bronce representa la loba del Latiun y diez; combate entonces por el honor en la tierra que se riega con sangre el águila romana es el e. sco de un ame de notre honneur, reste tou de la bandern! Al fin, vencido por el humana?
enemigo. Tours numero, el cuerpo herido, ensangren Dominando el sonido de los fusiles, María les oyó y de su alma se apoCar, jusqu au dernier jour de notre tado, pero con el alma alta, despliega el choque de las armas, los gritos de deró el temor y la tristeza. horrible drame, orgulloso los tres colores, azotn el ros los combatientes.
Las mujeres continuaron: Fue uno Nous vimeg tes couleurs se desployer, tro de un alemán y la arroja al fuego, Los dos cornetas tocan la carga de aquellos que treinta años há, obe(au vent! gritando. Viva la Francia!
Ay! el batallón despedazado. Ya decieron con mayor crueldad las órde(Albert Delpit)
Entonces cruzando los brazos, espe no se oyen los cornetas. La cabanes del bárbaro Herodes. En Belén ra.
llería sableó las manos del uno; el otro se le ha visto, animado de una rabia (En tus pliegues gloriosos encierrras En el cadalso ha sido herido en la cara por una bala. sanguinaria, buscar a Jesús, vuestro ma alma, el alma de nuestro honor; El hombre está de pie!
Los dos desgracindos niños no pueden Lijo para darle la muerte!
guardala siempre para que, hasta en El pelotón de ejecución carga las tocar. Ruedan juntos le fosa dell Ya ella se alejaba con horror del el último dia de nuestro horrible dra larmas. Con un jesto impide que se le camino.
miserable cuando él la diju: Mujer, ma, veamos tus colores flamear al venden los ojos. Quiere mirar de fren Héroes desconocidos de la patria nombre de Jesús, vuestro hijo sobreviento. te los fusiles dirijidos su pecho.
francesa.
viviente, perdonadme y haced que me La mirada sombría y resuelta, los ¡Fuego!
Los dos cornetas esperan cilencio perdonen.
brazos cruzados en el pecho.
Dice el oficial.
sos la muerte!
Maria, estas palabras, volvió y El hombre estaba de pie!
Le frailes obedecen. Un ruido si. Pero no! En tanto que un soplo de miró con dulzura y se puso a llorar.
Delante de el un oncrai aloman sen Iniestro como el volido de un cuervo vida anime sus pechos, el batallon Inn da ay larima willante en tado sobre la punta de una mesa, un mesa, un atraviesa los aires. marchará adelante, con sus banderas mo gota de rocío, cayó en el casco e pié fuertemente apoyado en tierra, el Después un profundo silencio. desplegadas al viento! De una sola inmediatamente ¡oh prodigio! be conotro so balanceaba a la ventura, el saEl hombre ya no está de pie! mirada, se adivinan y comprenden. virtió en un manojo de rosas y lirios, ble arrastrando, el casco en la cabe. Hacerse matar por una bandera En la sangre y el fango, se arras borrando de ese modo a los ojos del de niño! dijo el prusiano levantando tran el uno hacia el otro.
pueblo el águila y la loba romanas, e.
Rígidos en sus uniformes verdoso, verdosoe, los hombres.¡Era un loco. Era un Los dos cornetas no quieren morir! sos emblemas odiados. Pero ya María los fusileros pomeranienses aguarda franced Oh! los nobles corazones! los glorio había desaparecido entre la multitud, ban.
El eco respondió: 609 mutilados.
que gritaba milagro, arrojando en el Una gran fogata de sarmiento ilumi¡Era un francés.
El breton con la cara despeda zada, casco del soldado los dracmas y los naba la pieza de un color rojizo, mien toma su clarín y lo lleva a los labios óbolos en medio de las flores.
tras en el horizonte, el sol, mústio y moribundos de su camarada. Enton La madre, al nombre bien amado triste, parecía levantarse eu pesar en LOS DOS CORNETAS.
ces, reuniendo en un sublime esfuerzo de su hijo, perdonaba con una lágriel campo desolado.
Il est lá, couché sur herbe, toda su alma y todo su valor, arrojan ma. El hijo, en signo de perdón, la Por último, detrás de la colina el Dedignant, blessé superbe, al enemigo el más atronador sonido! trasformó en lirios y rosas.
eco respondía con voz grave a cada Tout espoir et tout secours; Adelante, Cazadores, Adelante!
estampido del cañón.
Et sur sa lévre sanglante.
JULES LEGOUX. por última vez.
Dijimos: El hombre estaba de pie! Gardanti sa tromnet ardente.
Los dos cornetas tocaron In carga!
El miraba. buscaba allá lejos en las Il sonne, il sonne toujours.
albas nubecillas su casa medio des(Paul Deroulède. EL CASCO.
BOLETIN truida por los obuses prusianos; y bajo los escombros su esposa; su hijo. El está ahí: tendido en la yerba, el travers mon sort melée ombre durmiendo, los dos juntos, su último orgulloso herido, desdeña toda espeJ apercois Dien distinctement, SALUDAMOS muy atentaCome a travers des branches sombres mente al Sr. Dr. Lorenzo Montúsueño.
ranza y todo socorro; y en su labio on Quién ere! pregunta el oficial. sangrentado pone su clarín ardienOn entrevoit le firmament!
far y su hijo don José Montú Soy francés! contesta el hombre. te, y toca, y toca siempre. Victor Hugo. far, que han llegado al puerto de. No eres una espía que llevas in Los dos cornetas tocan la carga. Apercibo claramənte Dios en las Puntarenas.
za.
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