Guardar

DIARIO COSTA RICA.
Otro poema de Núñez de Arce No el leve paso de sus ocho abriles Al terminar la lectura del poe formado con todas las curiosidades rerendia su vigor; pero agitada, ma, interrumpido en distintas o cogidas por don Carlos en el viaje que Se titula Maruja. y su lectus Setiu ora ulertu seguía la infeliz a la carrera, daudo al viento su crespada cabellera, casiones por los aplausos de la hace ocho meses emprendió a la gran relevó al Ateneo Madrileno dis de su aprensor la marcha acelerada, concurrencia, el señor Núñez de colonin inglesa.
tinguida y numerosa concurren cual tamo que arrebata la corriente La duquesa de Madrid es entusiasta Arca recibió justísimas y caluropor Venecia; retenida por causas de va envuelto en el turbión. Pierde culsas felicitaciones.
cia.
fladosalud en Viarregio, suele ir con freLa impresión que la lectura del cuencia Loredan con sus hijos, colepoena produjo en esa concurrencia iba diciendo el rústico impaciente. pues yo laré ¡Vive Dios! que no te metas La sociedad de Madrid.
giales en el Sagrado Corazón de Flofué profunda, y unanimes os ero otra vez, destrozándome el vallado, rencia.
gios que se tributaron al talento, robar flores y romper maretas.
El Carlismo y don Carlos. Los palaciegos de Loredan son: la inspiración y las excelentes. No volverás tus antiguas malas! De los curiosos trabajos que con el Melgar, chamberlan del duque de Maondiciones poéticas del autor de Perdón! gimió la niña en su extravío, título La Sociedad de Madrid está pu drid, activo, inteligente y leal como La visión de fray Martín. con el llanto cuejado en sus pestañas blicando La Nouvelle Revue, traduci ninguno; los generales Cavero de IpaEsta misma impresión reflejan como en la flor las gotas de rocío, mos los siguientes párrafos, debiendo rraguirre y el vizconde de Monserrat; y con acento desmayado y triste, añadır que la Revista los ha hecho, a entre los franceses, MM. de Maillé, todos los periódicos de la corte, semejante al balido de la obeja su vez, sobre apuntes facilitados por Anigné, de Chardonet y otros.
algunos de los cuales reproducen que al sacrificio va. Por fin caiste! el Principe de Valori, el cronista de Cuando don Carlos abandonó el fau.
el poema casi intrego, que es el dijo el guarda, cebándose en la oreja don Carlos.
bourg Saint Germain, de París, Loremejor elogio que pueden hacer más roja que el carmin. Pero descuida Uno de los hechos más sorpren dan hubiera sido pequeño para conde la última acabada obra del Sr. que llevarás el merecido pago.
dentes de la historia contemporánea, tener tantos cortesanos; pero vinieNúñez de Arce.
Los condes perdonan la niña y es la constante adhesión de las provin ron las horas de desdicha, y muchos El asunto de este poema no la invitan a que les cuente su his. cias del Norte de España la causa cayeron en la cuenta de que el Precarlista. Antes se extingnirá la des tendiente era extranjero, y volvieron puede ser más sencillo y conmo toria: vedor. en esa charla interminable y rota cendencia de don Carlos que la fideli la espalda.
dad su bandera de los carlistas del La guerra sostenida durante cinco Eu un risueño carmen de Anda como niebla deshecha por el viento, Norte. Este fenómeno es tanto más anos por don Carlos tiene grandes pun lucía viven los condes de Viloria en que cada palabra es una nota que llega al corazón, no al pensamiento; de notar en un tiempo en que el irdi tos de contacto con la que sostuvo su jóvenes, ricos y enamorados, sin charla con que la infancia nos domina, ferentis. no político corroe los reyes abuelo durante siste; iguales vicisituque altere su paz la más lijera nu y muere con la edad cuando se clayn y los pueblos.
des de victorias y derrotas, las mismas be. Hé aquí cómo los presenta el dentro del alma la primer espida; El carlismo es el estado permanente defecciones, análogas ingratitudes, sedis principio la huérfana su historia de España.
poeta: mejantes traiciones.
como gorjea el ruiseñor su canto; Los Gobiernos de Madrid han debi Hace luego el príncipe do Valori Mediaba a la sazón el mes de mayo mas cuando los sucesos que evocaba do tenerlo en cuenta para no luchar un paralelo entre ambas guerras, y con su tibio calor. Atardecía.
ibun cobrando vida en su memoria, pintábase en sus ojos el espanto.
El sol poniente con oblicuo rayo contra un imposible: el de hacer des concluye dedicando entusiastas párraaparecer un elemento fundamental de fus D. Carlos, que, según el cronisla copa de los árboles heria, Como entre sueños, recordó el molino la nacionalidad española.
ta ha recorrido Navarra y Méjico, Pey de sus tintas cárdenas y rojas en donde vió del sol la luz primera, el cauce bullicioso y cristalino, el trémulo vislumbre relucía Los carlistas se creen al cabo de dos tersburgo, Calcuta y el Himalaya, entre las ténues y movibles hojas. el huerto ameno y la feráz ribera siglos los representantes de los com despertando en unos lados curiosidad, pañeros de don Pelayo; los que con en otros admiración, en otros entusiaspor donde alegre, entre el ramaje espeso. Con qué hermosa tristeza muere el dia!
suelta como una cabra triscadora, servan el fuego sagrado de la religión mo y simpatía en todos.
Como en crónico enfermo, que presiente buscaba la silvestre zarzamora y de las libertades patrias.
cercano el fin, la luz de la esperanza yol higo chumbo en sus espinas preso, Bajando por el gran canal de Venese dilata más viva y más ardiente, hasta que punto de espirar dia nsí, medida que la noche avanza, cia, al llegar a la fábrica de Salviati, es el aroma de la flor más suave, cansada ya, bajo el amante beso se encuentra a la derecha el palacio mís sonoro el murmullo de la fuente de su indulgente madre, se dormía. Cavalli, a la izquiera el palacio de Loy más sentido el cántico del ave.
Luego habló de la noche pavorosa, redan; Enrique enfrente de don La caricia del céfiro es tan blanda de perpetua tristeza para España, Carlos.
como el beso de un niño, el soberano en que la tierra, como mar furiosa, El pretendiente vió un dia desde disco del sol, al trasmontar, se agranda hizo temblar el llano y la montaña. las ventanas del palacio Loredan. De u tren de carga que venia palideciendo, el cielo se colora. Para ahnyentar del enemigo impuro una joven rubia asomada a las del pas del Limón el martes, cayó el conmedita el triste, el corazón cristiano las asechanzas perfidas, rezando lacio Cavalli; era doña Margarita de dustor, entre las millas 12 y 13;los se reconcentra en el misterio, y ora. Maraja estaba en su caliente locho, Borbón y de Parma, sobriua del conde carros le pasaron por encima. Lo Oh, inescrutable y doloroso arcano!
aquella noche memorable, cuando de Chambord.
alzaron, pero murió la llegada Para hacer más sensible la partida, sintió uzorada vacilar el muro, Casó con ella y tiene de este matri del tren Matiua. Era un joven irradia siempre en su postror instante cragir las vigas, desplomarse el techo, nio cuatro hijos: un varón y tres hem que hace seis meses habia llegado con su inás bello resplandor la vida.
y imprisos del tremendo cataclismo bras. Su hijo don Jrime va cumsu alverge paternal rodar deshecho, plir quince años, y es indudable, el país en busca de fortuna.
El poeta retrata después admi como piedra que cae en el abismo, cualesquiera que sean los destinos que rablemente la nostalgia que se Por fin Clara descubre su España depare la Providencia, que Celebrada entre la Repúapodera de aquella mujer joven, marido el secreto de su tristeza este joven está llamado a desempeñar blica de Costa Rica y otras na hermoga, rica, y que desea ardien que no era otra que el deseo de importante papel en la suerte futura ciones una convención para protemente y no consigue ser madre. ser madre, y propone y consi de la Península.
tejer los cables submarinos, el El marido se acerca y hay una gue del conde que adopte aque. Al pié de la escalera de Loredan, Honorable Sr. Ministro de Reescena en que llega brillar como lla nina.
dos postes pintados de rojo y amarillo, laciones Exteriores la presentado el primer relámpago de una tem El poema termina de este modo: los colores nacionales, sirven para su la Comisión Permanente un pro.
pestad. Oh, momento so empel La campana jetar las amarras de las góndolas.
Cuando el aanso Adriático se alboyecto de ley que determina las Pero un ángel viene a calmarla de la ruinosa torre de la aldea Es Maruja, traviesa chicuela anHamaba la oración; la noche oscura penas en que incurren los que por rota, el hijo de don Carlos se lanza en avanzando imponente y soberana, su góndola y se complace en correr malicia por descuido rompan un daluza, de ocho años, de pelo ne su negra y estrellada colgadura verdaderos peligros como si montara cable.
gro, tez morena y gracioso mirar. por el inmenso espacio descogía; un caballo de batalla. Juicioso, en alto grado, y aquí como la presenta el poe y entre el rumor de la arboleda umbría, El príncipe ha decorado el palacio muy conveniente para los intereen medio de su calina solitaria, con gusto exquisito.
ses del país es el siguiente prosubiendo al cielo en los alados sones En la capilla se ven la Virgen del yecto que somete Por el sendero enarenado y razo del bronce de la iglesia y confundidos Pilar, el estandarte real español y la Comisión el Honorable Sr. Minisla misma que en caprichosi ondulación se aleja en la piadosa y mística plegária, que alza la tierra al distinguirse el dia, bandera blanca de Earique de aquel risueño edén bacia la entrada, se iba acercando con ligero paso tro de Gobernación: En la sala de armas se cruzan con las como notas de un arpa los latidos El costarricense que hubiera un guarda, conduciendo de la oreja banderas tintas en sangre las espadas de aquellos generosos cerazones combate y los sables de honor: el perdido su nacionalidad por naá una niña nerviosa y asustada vibraban repitiendo. Ave Maria!
como avecilla en manos infantiles. Consuelo de los trist y afligidos. gabinete indio es un pequeño museo turalización en el extranjero re Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica BOLETIN ta:

    Spain
    Notas

    Este documento no posee notas.