Guardar

DIARIO DE COSTA RICA.
flemática Inglaterra, y cuyas conse de cumplir las leyes divinas y sociales. blica; siempre gana en ello su reputa ser ninfas y sátiros; ellas con tirs 39, cuencias primeros chispazos están Rompamos con esta tradición funesta: cion de formatación de hombre fastuoso y triunfador. ánforas y guirnaldas, conduciendo punto de sentirse en varias capitales la que posea encantos naturales que Oigámosle contar la más reciente de Baco en su carroza tirada por tigres y de Europa.
sus aventuras. Acaba de comer en un coronado de pámpanos: limitaban este no los sacrifique al artificio que le im sus aventuras, Que la idea revolucionarin que ponen las demás; la que tenga defectos do ne gabinete de Fornos, con varios amigos aro dos festones hileras de gruesos ya surgido en esta época de en el cuerpo procure hacerlos olvidar y todos le oyen con atención y con en brillantes, sobre line meditación y recogimiento, se com con las perfecciones del alma: la que vidia. El, ufano de los sentimientos realzaba sus prismáticos fulgores Incomnarah prende.
sea fea que se conforme con la suerte que inspira, cruza na pierna sobre otra, hecha el cuerpo atrás sobre el galiz, exhalando un suspiro.
Cuando el sentimiento de la verdad y no bus y no busque algo que es peor que In oth penetra en nuestro espíritu y lo llena, fealdad la desdicha ni el respaldo de la silla y cierra los ojos. Tia exclamó la joven mira natural es que la mentira se nos pre polisón y las innumerables varas de como para recoger y percibir mejor qué pulsera. Qué preciosidad, qué risente con toda su fealdad.
sus recuerdos y sus ideas.
tela que lo meten todo barato cosqueza, y sobre todo qué arte y qué Pero basta de preámbulo y vamos tando caro; nada de cabellos postizos, Hé aquí sus palabras: gusto. Ah, Dios mío, qué feliz debe Alguna vez en la ealle, y al grano.
ni de polvos de arroz, ni de colerete, en los ser la mujer que pueda lucir ese proUna señora ingleza, de distinguida ni de algodones complacientes y emteatros, había yo visto una mujer que digio en su brazo! al decir esto alarhabía fijado mi atención por su her gó uno de los suyos y miró al sitio en estirpe, de brillante posición y de gran busteros. Seamos como somos. Esta belleza, ha pensado que las exagera es nuestra fuerza, este nuestro prestimosura, por su gracia, por cierta natu que ella hubiera deseado ponerse el ral desenvoltura bien avenida con el aro. Después retiró la vista con tristeciones de la moda y la necesidad de gio, este nuestro porvenir.
una belleza aparente que reemplace a mayor decoro, y porque toda ella, en za Así, sobre poco más menos, se ha fin, respiraba una sencillez, una alela really positiva cuando esta falta, ha Yo soy audaz, como todo el munexplicado la hija de Albión; lanzando gría, una frescura, que solo con su vista do sabe y lo tengo acreditado en resacrificado los encantos naturales de el grito revolucionario que ha conmoparecía suavizar las pasiones del cora gla. La tia daba en aquel momento la hermosa mitad del género humano vido los salones, los gabinetes y los cozón, devolverle su juventud y llenarle una limosna un graoujillo y no poen aras de otros encantos artificiales, otros encantos artinciales, cadores de Europa.
de esperanzas.
que por ser una serie de mentiras, desdía oirme. Sin moverme, sin inclinar En París la sensación ha sido in En París la sensación ha sido in Hay mujeres así; prosiguió mu mis labios hacia su oido, la dije bajo, pués de convertir a la mujer en una mensa. Desde luego se han dividido jeres radiantes de dicha, que la difud muy bajo: Señora bien noco vale aan e pecadora, hacen de lo feo un bonito mensil. Desde luego se han dividido des; que todo lo iluminan con resplan pulsera comparada con su hermosura convencional, constituyen lo raro, lo las opiniones. Viva lo natural! han gritado unas. dores de aurora; que pasan envolviendo usted. Me haría usted el hombre grotesco, lo vistoso en bello ideal, y. Viva lo artificial! han respondido donos en aromas balsámicos; así como más dichoso del mu jos pavos reales.
otras.
hay otras que parecen atrnernos un tiera recalkreelal Qué es una mujer tal cual aparece La batalla ha empezado. Proxi remolino cálido de infernales deseos Pohvi. remolino cálido de infernales deseos Volvió los ojos hácia mí, y en howión en en que la juventud más lozana se a. nor de la verdad, no pareció sorprenen el palco de un teatro, en un sarao mamente se verificará una reunión en en que la juventud más lozana se amor de la erbrica Les bellas brasa y caleina, y se deshace al fin derse del ofrecimiento tanto como yo en un paseot esta pregunta con un palacio aristocrático. L:Ls bellas brasa y calcina, y se deshace al fin derse del testa la dama inglesa, con ruda fran deberan ir al natural para ser admiti como una hoja seca.
lo esperaba. Hasta me miró como si queza: Es una falsedad andando. das. don Justo miro sus oyentes co me conociera. Después pareció relas hins del país. qué piensant Han mo diciendoles: Que tali he dicho concentrarse; después volvió a mirarLos sastres, modistas, cuantos con TY las hijas del país, qué piensant Han mo diciéndoles: Qué tal? He dicho tribuyen vestir y adornar a la mujer de saber mis lectoras que la belleza de algo me y mirar a la joya; después se pude Pues bien, yo babia visto a esa so el dedo índice de su mano derecha Pues bien, yo había visto esa son unos falsificadores, y en este simil formas y de detalles de la mujer de monetario, no hay medio de descubril aquí es proverbial. Se espera co mujer, y muchas veces me habia preo sobre los labios como para cerrar el primera vista cuál es la moneda fal nocer su opinión. Yo abro una infor cupado con su recuerda. Es jo pado la expresión de ene a ven, tiene veintidos años: su elegan tos; y por último, se echó reir, sin sa, y cuál la de ley.
mación, y espero que todas las que ven cia no es rebuscada, y su sonrisa es hacer caso de que la escuchaba su tia; Con una informe masa de barro, un tengan algo que decirme me lo comu de ángel. Esta sonrisa, sobre tode, sacó un tarjetero del bolsillo, entrecoescultor logra hacer una Venus de Mi nicarán. Su parecer será consignado.
había quedado fija en mi memoria co gió una tarjeta y me dijo alargándomelo. De una mnjer ercuálida de una Pueden ocultar sus nombres, pero no mo expresión de la inocencia, de la la con un ademán encantador y con obesa, sin liners ni contornos regula deben ooultur sus ideas.
serenidad y de la felicidad de su alma. voz deliciosa: res, puede un modista hacer una mu Sus cartas vendrán mi poder; y a La recordaba siempre, y, sin enjer de adorables perfecciones, distri si influiremos en esta campaña tras por qué not iMañana espe.
bargo, no se me había ocurrido aún ro usted de dos tres! acepto!
buyendo bien el algodón en rama y eendental, revolución más importante que yo tenía mucho, muchísimo dine Miré la tarjeta para enterarme de ocultando bajo la audacia y la elogan que las políticas puesto que es esenro.
su norabre y las señas de su habitacia de un corte inspirado, las sinuosi cialmente social. Pero hace dos noches, cuando yo ción. Permitan ustedes que me las dades defectos de una conformación ERNESTINA. yolvía de casa de un amigo hacia la reserve. Cuando alcé los ojos, ella y su vulgar.
mía, pasé por la Carrera de San Je tia habían desaparecido.
La perfumería, con sus secretos de rónimo, y maquinalmente me pare de Me quedé algo confuso, único estocador, y los poderosos recursos de lante del escaparate de casa de Marzo. pectador del escaparate, mirando y que dispone, puede crear encantos en En aquel mismo instante me dió pensando delante de la pulsera. CierCUENTOS MADRILENOS lo desnudo, como el modista en lo vesen la nariz el perfume de una esencia taiente, yo no había creído que la jotido. El pelo. se compra, su tine, La pulsera.
riquísima, de uno de esos extractos ya fuese aceptada; no era mujer aquese riza: el cutis se suaviza, se esmalta, que hablan de la proximidad de una lla para aceptar así, al primer ofrecise blanquea: los labios pueden adelga. El opulentisimo señor don Justo Re mujer distinguida y hermosa. mi miento, dinero ni brillantes. Sin emgarse colorearse; los dientes pueden galiz ha tenido ocasión de saber que lado estaba la encantadora desconoci bargo, el hecho es que había aceptado.
cor, vertirse en finas porlas; y no aña todo lo vence el dinero en amores, ra da; esbelta, vestida de claro, como una en voz alta, delante de su tia! Esairá otras muchas falsificaciones me zón por la cual se conceptán irresisti palmera de que ha colgado su blanc. taría yo equivocado? Lo que yo hanos visibles que pueden hacerse. ble. decir verdad se le atribuyen túnica la diosa del desierto: sonri ble. decir verdad se le atribuyen túnica la diosa del desierto; sonriente bía creído honestísima señora sería ma la ingleses triunfos asombrosos, pues no se refie como la onda de un lago agitado por una horizontal más o menos presuntuouna triste superchería, un engaño de ren mujeres fáciles, sinó encopeta la brisa de la mañana.
sat ración una ilusión que en dieimas damas del más alto respeto. aqui don Justo hizo un descan Será casada Seri viudame cadere desenca. En Madrid, casi todas las señoras tie so, como lo requería esfuerzo tan poé preguntaba yo luego jesa tia.
gaños. Al engañar los hombres nos nen deudas, y, por lo tanto, en peligro tico. Qué misterio hay aqui! Pero la pulengañamos nosotras mismas. Aun su honor. Cuando don Justo, de 50 La joven no estaba sola; sa acom. sera desde su estuche de terciopelo suponiendo que consigamos hacer de bremesa, fumando un cigarro y toman pañaba de una señora de edad, una jo fulminaba sus luces y parecía decir nuestro marido nuestro cómplice, cosa do una copita empieza la relacion de vieja rara, que yo alguna vez habia me: No seas tonto; qué misterio ha que no es dificil, porque el amor pro sus triunfos, es cosa de cerrarse los visto con ella en los teatros, vestida de ser sino lo mucho que deslumbro, y pio y la vanidad es capaz de todo en oidos para no oir la deshonra de las de colorines, semejante a un mochuelo lo mucho que valgo?
el sexo fuerte: áun logrando que tole virtudes de Madrid. Es de advertir con las plumas del papagayo. Entré en la joyería y di orden que re que engañemos a los demás, él no que estas conquistas no le satisfacen; La joven miraba con interés las me la llevasen casa. sin embargo, le engañainos. Pero el lujo de tener su verdadera pasión son las cocottes; joyas del escaparate y su vista se fijo creo que hubiese dado con más gusto una mujer bonita que no lo es sino pero le gusta rendir las mujeres hon más que en otra en una pulsera, ex el dinero que valía la pulsera, porque atipos es muy radas por dar esta satisfacción al vicio. pléndida en verdad: un anchísimo aro ella no la hubiese aceptado! Realmen caro: y hay muchos que temerosos de don Justo no le duelen prendas; de oro mate configuras de esmalte te aquella mujer había despertado en. pasto irreproductivo, se abstienen tales como son sus aventuras las pu vivísimo. Las figuras representaban mi cerebro mil ensueños poéticos: haEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica

    Notas

    Este documento no posee notas.