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DIARIO DE COSTA RICA.
IX XI nuestra inalterada conducta ex amarilla, cuando más, durante VII XXIV tres meses, en su forma endémi. á su alar solitario, presan lo que sentimos.
La vi tender de nuevo Cuando el sol al ocaso se avecina, Amamos la Libertad. su ca. Como epidemia, jamás ha Hacia el confin la vista entristecida.
Buscando llega asilo hospitalario. El dardo agudo que en el alma llevo amparo hemos crecido, y por visitado aquellos lugares.
La tímida y errante golondrina.
Me hace imposible soportar la vida.
ella hemos luchado.
VIII XXV Recomendamos la lecQueremos la prensa sin obstáA la ilusión agena tura del precioso poema que el refrescar ardores estivales, culos, el pensamiento sin censura, Ya ni el oscuro porvenir me espanta, Dr. Alirio Díaz Guerra le dedica Las linfas del torrente caudalogo Así exclamó con indecible pena, la idea sin tropiezos, la asociación doria Concepción Gimeno de Se esparcen por los anchos arenales. Comprimiendo un sollozo en la garganta sin espionaje;el libre cambio como Flaquer.
XXVI solución económica; la instrucAl pie del caserío. Si el sol de la esperanza Allí parecen verse como diría ción laica como solución social Airado el mar sus olas desbarata, Su luz eclipsa en tos cansados ojos; Posada: los contornos del paisaje ombrío, eso basta.
Si nada mitigar tu duelo alcanza; Tequendamas de bellezas, En sus cristales nítidos retrata.
Si es tu senda de estériles abrojos; IV Niagaras de consonantes.
XXVII Altiva se levanta Si nuestro amigo lee estas li Si en tu dolor constante Hay en el poema, pureza de Sobre un peñón la pintoresca aldea, Bálsamo aliviador buscas doquiera; neas, se convencerá do que no forma y pureza en el conjunto en la mole granítica quebranta Si sólo ve tu corazón amante variamos.
del tema desarrollado.
El empuje eternal de la marea.
Restos co más de ta ilusión primera; En ocasiones, quizás, somos oXXVIII de verdor desnudo portunistas, sin dejar por eso un Del Puriscal comunican lo Ya que en tus ojos leo Yergue sobre las ondas la cabeza, pedazo de nuestras convicciones: siguiente, en versos muy buenos: Testi La acerba angustia que en tu ser se agita.
Por responder mi febril deseo es que en política no conde Males muchos siguen lluvias causando, De tanta gloria y tan sublime alteza.
En mi pecho tus penas deposita.
namos del todo al Cardenal Cis Vidas peligran en pasos de rios XII XXIX ceros cuando decía.
Que fuera de madre corren haciendo Cuando la aurora el velo De lástima y cariño Mil daños.
De blanca luz desata sobre el mundo. Yo me doblo; pero no me Es bija mi ansiedad, y no te asombre, Esto lo copiamos de un tele Muestra el roceo coodal del ancho cielo, Los sentimientos vírgenes del niño quiebro. el manto azul del piélago profundo.
No los consigue aniquilar el hombre. Yo me doblo. Se entiende grama recibido aquí ayer.
XIII Costa Rica debe alegrarse en XXX ya cuando la Tarde en un sentido netamente conciliatres tiempos y de un modo rit Cierra la luz los celestiales ojos. Ah! si piedad te mueve dor, sin mengua ni de la honra El torcedor que mi conciencia esconde, ni de las creencias mico. Ya hay personas que con De su inmenso poder haciendo alarde de mi pecho a la desgracia aleve abnegación y en verso polido se Redobla el mar soberbio sus enojos. Tu compasivo corazón responde, interesan por su suerte, y por la XXXI XIV La historia peregrina felicidad de sus caminos y de sus En mis luchas sombrías Vas escuchar de mi tranquila infancia: BOLETIN. rios.
Evoco siempre, al repasar mi historia, Las flores cuando el sol las ilumina, Los lejanos recuerdos de otros dias Avivan de su cáliz la fragancia.
El acta de la sesión 30 ordi Que ban dejado hondo surco en mi memoria XXXII naria celebrada por el Congre30 XV Anuncia Yo era gentil zagala, el Sr. Director Constitucional. y publicada en el En mi infantil apliolo, Rosa que el broche apenas entreabria, General del telegrato que en el no 183 de La Gaceta. es bas Una alegre mañana de verano, De mi paterno hogar orgullo y gala, mes de mayo se tendieron ocho tante buena y detallada. Longi En que era todo de zafir el cielo encanto de mi rústica alquería.
millas de alambre en el nuevo tud, m 94 cs. latitud, 34 cs Pro todo de esmeralda el oceano.
XXXIII ramal telegráfico construido enXVI fundidad, inmensa, incalculable, Apuesto y arrogante; tre la ciudad de Heredia y los Al sinsabor esquiro, De ojos rasgados y de tez morena, extraordinaria, asombrosa.
cantones de San Rafael, Barba y Forjándome quimeras de ventura, Nació el mancebo en la región amante Santa Bárbara; se desmataron Que con sus lipfas baña el Magdalena.
Me encaminó anhelante y pensativo De aquel Peñón la escarpada altura.
VIAJE ETERNO 200 varas de abrà en el ChagüiXXXIV XVII El juvenil cabello te, y se repusieron en toda la liPOEMA La absorta fantasía, Su sien velaba eu crespo remolino, nea 29 postes y 12 aisladores. Lo que entonces maure, angaco er hanc Al levantarme en grato arrobamiento; descogía del nervudo cuello el concertado són del triste canto. Mis inquietas miradas extendía Es digna de elogio la regulariLa suelta blusa de andaz marino.
dad que aquí se observa en el serJUAN Donoso CORTÉS. Por el diáfano azul del firmamento.
XXXV vicio telegráfico. Los empleados XVIII Nacimos a la sombra Bajo mis pies ondoso del barrio cumplen perfectamen En mi dolor insano Del mismo Logar y en deleitable anhelo Vi dilatarse el indomable imperio Dió nuestros juegos florecida alfombra te sus deberes y satisfacen las Tregua buscando mi incesante pena, Del ancho inar, del ingortal coloso, Tien lo apsioso la vista al oceano, El blando césped del nativo suelo.
justas exigencias del público.
Hijo de la grandeza y del misterio.
Donde para su curso el Magdalena.
XXXVI Ojalá procedieran del mismo XIX II modo los telegrafistas de Nicara. Cuántas veces sedientus En tanto que allí daba miro en lejanía De puro amor, en venturosa calma, Fácil vuelo mi loco pensamiento, gua. Las noticias de lo exterior Cual verde cinta que en la playa ondea, Confiános las olas y los vientos Que rápido los ámbitos snrcaba, nos llegarían con más puntualidad. los redejos con que nace el dia, Los secretos purísimos del alma. Los floridos contornos de una aldea.
De inspiración y de poder sediento, XXXVII XX De Nueva York anuncian, con su nombre lo han borrado Espléndida mañana, Convulsa y jadeante, Que eterna vive en la memoria mía, fecha que en el Istmo, mejor De mi memoria frágil y abatida, Una anciana mujer, de faz sencilla, En que la aurora, por mi mal ufana, dicho en la zona del ferrocarril y Con los años de angustia que han pasado, Llegó también con paso vacilante Su luminoso manto desceñia, del canal que se construye. SA Las roncas tempestades de la vida. De la agria peña la tajada orilla.
IV XXI ha presentado la fiebre amarilla XXXVIII En el paisaje vario, Profundos desengaños Los brazos tristemente con carácter epidérmico. Se agre lone In mirada culumbrar alcanza, Dan su rostro majestad severa; Tendi su cuello en mi aflicción aguda, ga que de esa horrorosa enferme Muestra su cruz el santo campanario, la pálida nieve de los años un ósculo de amor paro y ardiente dad mueren 40 personas por Como emblema de amor y de esperanza ama amblema de amor y de esperanza Esmaltaba su negra cabellera Vibró en la inmensidad serena y muda. XXII XXXIX De la fecunda zona, Con ansiedad doliente Nosotros tenemos cartas de Pa Alzan alli con altivez salvaje. En la espumante orilla Fija lo vista en la extensión lejana, Del ronco mar que mi dolor pregona, namá y Colón fechadas el 4, y Regias palmas la frente, que corona londo suspiro de pesar creciente Con vivo afan miré de su barquila nada se nos dice de semejante Do sueltos flecos el gentil ramaje. Brota del pecho de la humilde anciana. Jugar al viunto la flotante lona desgracia. Así pues, ponemos la VI XXIII XL noticia en cuarentena.
Al infortunio extrañas. Si abrumadora carga La prora de la nave Conviene recordar que en el Nido feliz de lumildes pobladores, Tu dicha javenil turvó alevosa Rasgó las ondas de airado ponto, one Con timidez asoman las cabañas No hallas consuelo en tu existencia amarga? con acento entristecido y grave Istmo se ha sostenido la fiebre El techo de sus blancos miradores. Ninguno. dijo y me miró llorosa. El exclamaba: Volveré muy pronto.
dia.
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