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DIARIO DE COSTA RICA FEMENINAS DO Niñas solteras de treinta y aun de cuarenta y cincuenta, si las hay mas de genios tan extraños que no se quiten los años, no las hay.
Ninas que a un tonto sonrien y de el a solas se rien, si las hay: mas ninas que por el pronto no quieran pillar un tonto, no las hay MANUER SEGURA (peruano)
arrolla torreda evitado de una nos, cuán tristes y dulces los ojos, con amplias las altas caderas.
Después soplarla en su carne atributos divi.
nos y la estremecerla con la sugestión de Dios, sugestión que no advierto, que quizá no puedo advertir en mi, por exceso de amargo dolor.
Si, Alberto; porque a pesar de mis deseos me asalta el temor que no encontreis la mujer que os comprenda como yo os comprendo; que cuide vuestra sensibilidad como yo la cuidarla que aquilate y goce vuestra dulzura con el do.
lor blando con que yo, aún ahora lo hago, pues nadie puede impedirme que al pensar en vos se me llenen los ojos de lágrimas y me tiemblen las manos. Qué seria de ml si después de negarme a acompañaros en la vida os poseyera el espiritu quien no tuviese en stel dificil don de comprenderos totalmente?
Ved, Alberto, como el pesimismo me asalta a cada instante, ved como be vaciado poco a poco la fuente del agua de oro, y no ne cs pcsible entonces crear formas humanas, ni esperar la justicia, ti guardar en los siete afios prodigos los granos previsores.
Os liberto, pues, de ml.
Olvidareis.
Nada más bello que ver las primeras flores del durazno sobre el árbol denado de bojas.
Yo no sé adn lo que será de mi corazón des puts que os haya enviado ésta, como no sabe quien queda en la casa mortuoria lo que será de el cuando las gentes que lo rodean lo dejen solo, con sus pensamientos y sus nostalgias.
Pero, sabed, eso si, que si cualquier dia quisierais de mi vida. lo que quisierais, lo tendriais sin que me atreviera a preguntaros siquie ra si aun me amais. perdonad a vuestra triste AMELIA.
El arte de seducir Gimnasia sueca El ejercicio gimnástico no puede suplirse por los otros ejercicios habituales, puesto que este que desarrolla todos los órganos de un Vil gradual y progresivo; dando, merced al en estado de salud, el aspecto de belleza de do y la gracia y agilidad necesarias a la clete. Etre las diversas clases de gimnasia, la telerible es la llamada gimnasia sueca, por deberse la organización armónica de sus movi.
mientos al sueco Per Henrich Ling.
Esta gimnasia presenta pocas dificultades, no necesita aparatos, y se hace de un modo sencillo, sin vo eng con un criterio rigurosamente Scientifico. Todo predominio de unos músculos sobre otros queda evitado, y el cuerpo se des arrolla total y armónicamente con ejercicios propresivos, prudentes y racionales. Nada de precipitación, de aspiraciones al atletismo, que llevan a un agotamiento funcional en la mayo ria de los casos.
Esta gimnasia tiene en su totalidad hasta 30 ejercicios, que se van alternando semanalmente, hasta ejecutarlos todos (algunos no con Wienen a las mujeres o a las niñas. repitiendo os mis necesarios al organo cuyo desarrollo dea más insuficiente.
En este articulo trataremos de dar a conocer los ejercicios mis fáciles y adecuados para que los puedan ejecutar diariamente las damas Debe hacerse la gimnasia todas las mañanas, levantarse, durante diez minutos, en ayunas o habiendo tomado un ligero alimento. Es condición precisa que la babitación sea clara y aircada y tener todas las ventana y balcones abiertos. Los trajes serán ligeros y anchos, sin nada de corsés, ni cinturones o ligaduras. Des de luego, se cuidar de evitar los enfriamientos y las corrientes de aire.
Hay tres proposiciones que sirven de base a todos los movimientos: Posicion higiénica, mands en las caderas y manos en la finca.
La primera consiste en tener las piernas rec tas, muy juntas, los pies casi tocándose en los calones y abiertos en Angulo; caídos los brazos Tobre los muslos y las palmas pegadas a ellos.
cabeza alta, mirando de frente y algo hacia tiba.
Esta posición hace trabajar todos los mascu.
flos, que mantienen el cuerpo recto y da a los miembros su diametro máximo. Seria couveniente habituarse a alo, la como base de todo movimiento ordinario.
En las manos en las caderas se adopta la misma posición de cuerpo. con las manos en la cinturs, del modo que vulgarmente se llama ponerse en jarras, con los pulgares hacia atrás y Jos otros cuatro dedos juntos y estirados hacia adelante, y los codos ligeramente echados atrás.
Las manos en la nuca se colocan con los dedos extendidos, de modo que las puntas de los dedos de en medio se toquco, sin entrecruzarlos ni doblar la muñeca. El cuerpo y la cabeza como en las anteriores y los codos ligeramente estirados hacia atris.
Estas tres posiciones se repiten siempre.
La respiración juega un gran papel, porque se debe hacer, a compás de los movimientos, aspiraciones e inspiraciones lentas y profundasEn las indisposiciones anormales y periódicas, se suspenden los ejercicios. Ejercicio Partiendo de la posición hi pitnica, se levantan los brazos, poco a poco, sin doblarlos hasta llegar a la posición horizontal. Al mismo tiempo se van girando las manos, de modo que al tener los brazos extendidos las palonas miren hacia arriba. Se giran rápidamente hacia abajo y se bajan los brazos con lenritud (t. Se ejecuta una vez con los pies planos y otra poniéndose de puntillas y elevando los pies lentamente a la vez que los brazos. De ocho a diez veces.
Ejercicio El principio es como el anterior, en llegando la posición horizontal se echan hacia adelante, hasta que se cocan, las manos, como si se nadara (2. Ocho a diez veces.
Ejercicio Semejante al primero, pero con ticuando la elevación de los brazos hasta po nerlos ve ticales (3. De ocho a diez veces.
Ejercicio Pa tienda de la posición de Imanos en las caderas, mover la cabeza pausadamente hacia delante y detrás, todo lo que se pueda, a docena de veces (4. Ejercicio po Como el anterior, inclinando Lacabeza a los lados, pausadamente, cuanto sea posible. Ocho o diez veces (s. Ejercicio 60 Como los anteriores, pero no balanceando la cabeza sino girándola a ambos lados y manteniendola erguida (1. Dicz a doce veces Ejercicio Los brazos echados atrás y las manos unidas: sacar todo lo posible el pecho (2)
Seis docho veces Ejercicio Partir de la posición de manos en las caderas y girar el cuerpo hacia los lados (3)
Un docens de veces Ejercicio Partiendo de la posición de Manos en la nuca, doblar el cuerpo a los dos lados (4. Una docena de veces.
Ejercicio 10 Partiendo de la posición de manos en las caderas, gravitando sobre las puntas de los pies, clevarse sobre ellas, doblar las piernas, desdoblarlas y quedarse a pic plano (s. Cinco a seis veces.
Ejercicio si. Cerca de la pared, y de espaldas a ella, levantar los brazos; doblar el cuerpo hacia atrás, hasta que las manos toquen en la pared, y luego hacia adelante, hasta que toqyen en la pored, y luego hacia adelante, basta que toquen al suelo, sin doblar las rodillas (6. Cinco a seis veces.
Ejercicio 12. Tenderse en una alfombra, con una almohada bajo los rifiones, y colocar un objeto pesado sobre los pies; levantándose varias veces hasia quedar sentado, sin apoyarse en las manos ni levantar los pies. Este ejercicio no pueden hacerlo las personas a quienes cueste demasiado esfuerzo (7. Cuatro a seis veces.
Ejercicio 13. Levantar las piernas cuanto se pueda, una detras de otra (8. Una docena de veces.
Ejercicio 14. Hacer los movimientos necesarios para saltar y andar, sin moverse del sitio Veinte o treinta veces.
Ejercicio 15. Partiendo de la posición de mianos en las caderas, respirar pausada y profundamente (10. Una docena de veces.
Ejercicio 16. Dejanda pender los brazos flojamente y con la cabera algo inclinada bacia adelante se respira lentamente, levantando todo lo que se pueda el tórax y el vientre. Una docena de veces. Estas respiraciones descansan y serenan la cabeza extraordinariamente. Son recomendables cuando se está cansando por un ejercicio cualquiera.
Asi pueden quedar reducidos a la mitad los ejercicios de gimnasia sueca, tan fáciles de practicar. Se puede repetir cada uno pruden cialmente, empezando por cuatro o cinco ve.
ces y llegando al término medio, como se indica, pudiendo aumentarlas a mayor número, según la resistencia fisica de quien las practique.
Como todos los dias sería muy dificil po derlos efectuar todos, pueden irse alternando semanalmente, y hacer la mitad en cada sesión.
Nuestras indicaciones de los músculos y re giones que favorecen pueden servir de norma para la división, a fin de que no quede ninguna región de nuestro organismo olvidada on su sctividad y su desenvolvimiento annónico.
CONDESA DE Responde Dios dijo al ave de los bosques: fcanta!
Al tierno cáliz de la flor: perfonal estrella: las nubes abrillantal Al sol: firradia en la azulada brumal Al ambiente: jsuspiral; al rio: canta Con tu belleza de argentada espumal a tí, inujer, para el amor nacida, Te ha dicho acaso Dios: ama y olvidar CARLOS AUGUSTO SALAVERRI Cartas Mi dulce Alberto Después de nuestra conversación de apoche, el corazón se me ha quebraqueado a modo de las flores secas. Qué bueno sois. Cuin grande es vuestra alma; cudo bello es vuestro optimismo y cuán Sereno vuestro pensamiento!
Os beso las manos como suelo besar las de Hildo, el hermano que más quiero y que siente por vos un afecto cast tan proſando como el mio.
Os beso las manos, digo, porque me habeis dado agua fresca creyendo en ni como nadie crte, al punto de ofrecerme que comparta vues tro porvenir al lado de vuestra madre a quien canto reverencio.
Pero he aqui Alberto que confirmo mi negativa y la confirmo para siempre, para no hablar ya nunca de ello.
Mis profundas razones tengo, pues esta resoJución ha sido tomada en defensa de vuestra felicidad.
Os habeis enganado Alberto Vuestra juventud y vuestra inexperiencia os han engañado.
Estos dos años que os llevo pesan fuerte en mi vida amarga y dura y me hacen comprender lo que vos no comprendeis: que no debeis en absoluto consolar mi vida, rehacerla y encami. Oarla.
Si fuera un poco más egoista, si pensara en las pequeñas grandes dificultades de la vida económica; si temiera la soledad espantosa quc ma Bana ha de venir, procedería como tantas.
Pero sois tan noble vos, posecis tanto opti mismo. amais tanto la vida para del hogar, que no cometeria jamis la crueldad de encadenaros a mis insomnios.
Os acordais de la ocasión en que vuestra madre me invitó a pasar un dia con ella. Cuánto sufri entonces!
Visitaba yo la alcoba en que murió vuestro padre; aquellos muebles severos, aquellos antiguos retratos deste fidos. el reloj silencioso y redondo, parado a las doce y media, la cama amplia y eterna con sus pesados adornos de ma dera y sobre todo el crucifijo de marfil suspetdido a su cabecera, el crucifijo que hace siglos posee vuestra familia, me hicieron rememorar, por contraste, mi casa deshecha y desbandada, donde no hay un solo recuerdo de mis abueloss de donde los hijos nos lanzamos un dia a Ja calle buscando el calor y la felicidad que alli nos faltaba, para encontrarnos con ambientes extraños, rostros fríos, la casa de pensioni horrible o la de los malos amigos ¡Ah! Alberto, aquel dia la vergüenza me soſocô. Yo hubiera querido poder ofrecer a vuestra madre algo tan bello, por su claridad absoluta, como la casa en que ella me hospedaba, Yo hubiera querido ballar dentro de mi es piritu tiba reserva espiritual capaz de limpiarine de un golpe de todos los malos derrirus que mi vida desordenada y extraña ha ido decantando sobre mi corazón.
Pero son muchos, Alberto, y comprendi en aquel momento que mi suerte estaba ya jugada. qué, pues luchar?
Modalidades he adquirido, gustos, costume.
bres, que los odio por razonamiento y los desco por båbito.
No, el hogar y su mayor tentación: las bellas criaturas, las dulces criaturas, las inefables criaturas no son para mi.
Os hace falta como compañera un espiritu que, como el vuestro, no conozca más que las pequchas rozaduras que la vida da a todos.
Os hace falta una mujer que con manos infantiles os aerque a los labios el zumo de las vas cortadas en planta primaveral, bajo los bc.
Hos ciclos de la ilusión.
Os hace falta un gran calor de fe, un amplio calor de entusiasmo Estoy segura de que si esa fe os faltara, vuestro corazón sccaria como los helechos bajo la pieve.
Ah! si me fuera dado, haria con mis propios dedos la mujer que necesitais.
Veriais çuan llena la brasa, cuin finas las ma (1) Desarrolla, además de los mismos músculos que los otros movimientos, la columna vertebral y eviua Laguecas y desmayos. 3) Desarrolla cuello, pecho y columna vertebral. 3) Fortifica el tórax y el abdomen. Fortifica los costados y las visceras. Desarrolla las piernas, ples, rodillas y caderas (6) Fortifica los intestinos, rebaja las espaldas, levas ta el pecho y ejercita el estómago. 7) Desarrolla los espaldas, el vientre y el pecho. 8) Desarrolla los músculos, del vientre y da agilidad. 9) Favorece los pulmones y el corazon (10) Desarrolla el drax y purifica la sangre.
nocturno Noche de plata, divina noche de aroma y de plata. Ohl pobre alma peregrina cântale tu serenats Vaga dalzura que flora sobre los campos.
Distante sonido de triste nota, perfume de alma fragante.
Noche tibia y aromada, que me haces pensar en tanto, melancolía estrellada, que haces tan dulce mi llanto.
Silencio y rumor. Murmuilo que tiembla y se desvanece; amor que es sasia, capullo que en almas y flores crece!
Ternura ininenss y tranquila, serenidad de las cosas, sacro amor que se destila en los hombres y las rosas.
Paisaje de sueño; suave diafanidad que rodea a los seres.
No se sabe si son realidad o idea Sentir sereno y profundo que detiene el pensamiento; sombra que se vuelve mundo fior que se hace sentimiento.
Trovador y peregrino que te sumerges en 252 iomensidad, se divino, llora, arrodillate, reta.
Mójate en lágrimas, mira las muchachas Niñas que leyendo aquesto mostrarán ceudo el gesto, sllas hay: pero que de lo leido saquen el fruto debido Do las hay Niñas pulidas y bellas como el sol y las estrellas; si las bay: pero de tal condición que no tengan presunción no las hay.
Niñas que a dos, tres y cuatro les dicen: yo te idolatro, sí las hay pero nilias que por esto logren casarse más presto, no las hay, ta interior Cadete diverso. Desarrolla los brazos y las espaldas y ensancha Los pulmones. Desarrolla los músculos del dorso y del pecho, Desarrolla los músculos de los brazos, pecho y núsculos del cuello y los de la a la cabeza y el pecho saliente, da y el cerebro.
Nifas que en la edad de amor a todos muestren rigor, si las hay: mas que de tal catremés no se arrepientan después, no las hay a ese paisaje que inspira la música de tu verso. a la noche silenciosa cảntale to serenata, a la noche vagorosa de aroma, tumor y plata!
José GALVEZ Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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