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DIARIO DE COSTA RICA FEMENINAS 10 mariposa y la naturaleza entera recibe la caricia de las miradas humanas. Es este paisaje inmenso, el esplendor del sol, la lente vida de las cosas la que me opri me y ligera tristeza se adueña de mi almat No, bien sé yo lo que me agita; mi corazón no està tranquilo como la intangible belleza de las cosas reflejadas en el agua y toda esta ale pria externa viene a mi como un reproche y algo asl, conio un soplo de eternidad cargado de paz envuelve la ilusión de mi mundo an.
gustiado por dolores irreinediables. Contemplo el gran misterio y leo en el tiemblal, la pági.
na del destino ante mis ojos, no, no quiero co nocerla.
Cierrate, libro insondable, y déjame como a los cisnes bogar sin rumbo para que no tenga que exclamar: tayinfeliz de il, he vivido una hora de más Cuando el alma se abre como un abismo de inmensidad, por inefables anhelos se siente la inmortalidad, y esa sed de alcanzarla, me bace tambalear como nenúfar entre las olas y me siento torturada y amarrada al fondo de la vida por raices que me fuerzan a gritar: pie dadi luego la pleganta brota de mi alma y murmurando un nombre, lo dejo fotar en el espejismo de mi ser cual una llama alimentada por mágico aceite.
ROSA BAZÁN DE CAMARA Yo sola!
Amor que regenera Ella misma se ignoraba. Su espejo, a quien pedia razón del maleficio que sobre si pasaba lanzándola a una vida de ignominia, no le daba Innás otra respuesta como no fuera la de confirmar su belleza griega y asegurarla de que brla despertar el deseo doquiera ella fuera.
Su abundante y perfumada cabellera la en volvia como una onda, sus ojos negros y profundos prometan goces infinitos, lo mismo que sus labios de muñece, siempre rojos como flor de granado asi como ante el espejo ella se complacia en su belleza, su espiritu felino gustaba en hacer el mayor daho posible, mientras permane cian calladas en su corazón las voces que pudieran indicarie otra senda y decirle las magi695 palabras de un sentimiento verdadero Un dia en que regresaba a su casa a la hora del crepúsculo, oyo que alguien entonaba en la sombra una canción melancólica. De dónde parte esa canción se pregunto Seria quizas del parque frente a su morada o venla aca.
so del jardin de la misma? No podia precisarlo?
El violin mientras tanto exhalaba su alma armónica en el silencio de la noche que se aproximaba y las flores exhalaban también su alma cargada de embriagantes perfumes.
Seria el ejecutante un ciego. Ella lo ignoraba. Escuchaba sin hacer movimiento alguno, siguiendo los sonidos en las suspensiones seguidas de las pausas, en las congojas de las notas sostenidas. Ciertamente, debia ser un ciego el que tocaba aquella canción facil y triste que parecia un adiós. Ella se dijo sintien dose presa de una angustia que le era descono cida en absoluto. Si, parece un adiós. huyo luego a su lujosa y coqueta mansión, donde la aguardaba el Fastidio.
Al día siguiente torno a su casa a la misma bora y el violin se dejó oir como la tarde ante rior. La canción exhalaba esta vez notas de pa sión que inquietaron el alma de la pecadora, Muchos atardeceres encontraron a la cortesana siempre atenta a los sonidos de aquel vio lin que había tenido la virtad de turbarla.
La víspera de aquella mañana en que ella recogió sas trenzas deshechas impregoadas toda.
via de aromas penetrantes, sintió en la languidez de sus sentidos todavia dormidos, filtrarse el aburrimiento que el Placer había tratado en vapo de combatir Aun vibraban en sus oldos aquellas notas dulces, suaves, apasionadas que que parecian el grito de un corazón de que es tà impregoado cl Sowenir de Drdla, composición delicadisima escuchada por ella al morir la tarde.
Voces lejanas parecían decirle. Oh! tú que nombras de continuo al amor y otorgas vagos placeres, nada sabes de la fuente viva donde la sed de una boca abrasada jamás se calma. Has probado acaso el fruto que no sabe a hiel?
Despierta, oh tu que duermesi Por caminos secretos llegarás hasta la playa ignorada en dirección a la cual to have ya ha desplegado las velas. Ella, restregandose los ojos con un ademin de gata mimosa, interrogo de nuevo. Dónde está el amort. En las sensacioDes de dulzura provocadas por una sonrisa, por una voz, por un períume; en el juego de las frases, en aquellas vanas esperas del espirito; en los razonamientos de los que tratan de acer carse a un alma y de comprenderla, en la perversidad de las maneras, en las conversaciones liceaciosas. Dónde estaba, que ella no lo veía. Rais acaso? Ella nada respondió. Alguien en traba en el salón. Se alzó, encendió la luz y, sonriente, le dijo al visitante. No sonaba, pensaba. Yen qué pensábais. En nada Ess respuesta este siempre en los labios lemeninos cuando no quieren expresar lo que piensan o sienten Como os veo un poco triste, me parece que una distracción no os vendra mal. Queréis ir a un concierto esta noche!
Hace algún tiempo que noto en vos una gran afición a la música y por esa razón me permi to haceros esta clase de invitación. Que yo acepto gustosisima.
Una hora después de la comida, la pecadora, ataviada con un clegante traje de seda violeta, se dirigia al concierto, del brazo del caballero que la habla invitado. fue en aquella noche de estio, en un vasto salon adornado de Hores y concurrido por mujeres hermosisimas, que la cortesana que jamás habia atuado conoció al misterioso músico que la habia deleitado con sus ejecuciones magis.
trales ya quien ella creyó siempre un ciego que habiendo perdido el don de ver, entretenia la amargura de sus dias interpretando las más variadas y escogidas composiciones. Cual no seria su sorpresa al oir esos mismos trozos es cuchados por ella tantas veces en la soledad de su morada, co aquel concierto, en el que sólo tomaban parte elementos artísticos de indiscutible méritol Y, mayor fué aun su asombro, cuando miro hacia el palco escépico y vio a un apuesto joven de fisonomia dulce y extracial La cortesaos temblé. Ella lo conocía y le habla sonreído a el como a todos y el huyo de su lado, como se puede huir de un ser perverso, lleno de maldad.
Ahora ella se sentia atraida hacia el y queria hablarlo. Pretexto un malestar y abandonó a su acompa Kante. Queria ver a aquel adoles cente enfermo de orgullo caya alma ella no ha bla sabido comprender Dulce scria para la pecadora que siempre fue amada, buscada, deseada, burnillarse ante aquel hombre, llorar acaso, inclinar su cabeza ante el Al encontrarse frente a frente uno de otro se miraron largamente: Luego, ella sintió que una fuerza desconocida le doblaba poco a poco las rodillas y, con la garganta apretada, latiendole may fuerte el corazón, cayó inte él balbucean do. Haz de mi lo que quierasl.
El la tomo suavemente de las manos y la ayudó a levantarse. Quedo, muy quedo, con la vog temblorosa de emoción, venciendo el or gullo herido, le dijo el secreto de su alma. Os he amado. Os amo todavia. Comprendiendo que era imposible acercarme a vos, recurría mi violin de quien arrancaba notas para que tuviérais algo mio todos los dias, sunque debiais ignorar al que os proporcionaba aquel concierto. Os adoro, Puto. es necesario que os hagáis digna de mi amor, renunciando para siempre esta vida de optobio. Soy vuestra desde ahora y para siempre.
Aligerada del peso del menosprecio y la ver guenza que la había acompafiado a todas par res y que tantas veces la habían afligido, pues su alma era compleja y cabían en ella todas las contradicciones, se alzaba ahora la pecadora, dichosa como nunca lo fue en sus anos de reina de la galauteria. Fue dignificada, purificada por el Amor a quien ella no conocía y que lle gabe a so existencia después de larga espera.
CONDESA MAUD. Yo quiero circundarte de serpientes Ungidas de mortiferas popzofias; Infiltrarte maléficos perfumes, Encrespar junto a ti perfidas olas; Colgante encima trémolas campanas De bronce duro, cuya voz conor.
Vertiginosamente el aire atruenc Con el eco tonante de sus glosas.
Carane al pie siniestras sepulturas Abriendo sin cesar trágicas bocas; Suspender sobre ti fulgidas hachas, Raudos puriales y tajantes hojas; Posar sobre as hombros, cuervos, bobos, Vampiros y lechuzas pavorosas Que soplen en el aire que le cerca El vaho belado de sus alas lóbregas.
Desatar polvaredas, remolinos, Rachas de tempestad, horridas frombas, Rayos, piras, volcanes, mares, vientos De salyaje potencia arrolladora, amurallarte en una gran montaja Para que nunca, nunca, nunca, otra Se acerque a ti!
SARIA EUGENIA VAZ FERREIRA.
elmnto, serian torpes y frlas: equivaldrian al desengaño oh sorpresas del corazón femenino. Yo no estoy todavia desengañada Qué extraño, no es cierto? Te lo Jarlun su poner las amarguras conque esta carta inicia, y sin embargo, yo me he esforzado, me esfuer o en no desencantatie totalmente quiero con servar una chispa de lux encendida, falsa o ver dadera; obstruyo a tiempo el razonamiento para no llegar a la verdad desnuda. Tengo un miedo horroroso a las cosas positivas; me laceran como hierros candentes; se meten por cada uno de mis poros y me roen el espltitu.
Recurro a la imaginación para entorpecer la verdadas, sobre el oscuro conglomerado de tos miserias (o de las mias) he querido soltar un enjambre de mariposas doradas Cuando te fuiste para no cumplir el compro miso contraido contigo, intul la verdad: era humana, era logica, El razonamiento escueto halld muchas expli.
caciones, bosquejó muchas disculpas.
Pero yo te habia forjado de otro modo menos humano, más imposible. Producto esencial de mi suelo, yo experimente en la diferencia que existe entre la cuerda y la nota Yo quise ver en ti puramente el sonido; tu te encargaste de hacerme ver que eras sólo la cuerda que sabla producirlo. este razonamiento primero, fue seguido de tal cobardia mental, que no supe, no quise, continuar el análisis.
Posiblemente he sofrido mucho para hacerlo e instintivamente mi cerebro ha buscado una forma de ahorrar desgaste facilitandone la ima.
ginación para mentiroso desquite.
No be podido creer en un procedimiento in noble, solo he llegado a sospecharlo.
He buscado y rebuscado motivos para justificarte; uniendo al drama de mi desolación puerilidades casi infantiles, he llegado a creer en algunos momentos contos que cras aquel principe que partió en busca de dichas para la amada, y sorprendido por un sucho de origen ma léfico se durmió en el castillo encautado y espera aún quien lo liberte.
Te advierto, sin embargo, que no te amo ya.
Dejé de amarte en el mismo momento que te sospeche Durante tu ausencia no te llorado; ine be Ilorado (tan egoista como tú soy. Fat tan intensa esa pasión mia, puse en ella tanta fe que se ha secado la mismo que si un árbol en pleno vigor hubiera empleado toda su savia en gemas, las cuales, sorprendidas por una helada a destiempo, mataron al morir la planta Esto tan intimo, tan mio, tan orgulloso, que pose en mi cariño ha impedido mi desengaño total De ti, puramente de ti, yo hubiera podido desencantarme, de lo que yo creia en ti no puedo. Ello seria llegar al dolor inenarrable, a la verdad dessuda, al propio desprecio, a la pérdida de la más egoista, y por consiguiente de la más humana de las esperanzas.
Logicamente, pues, me aferro a mis sueños: si, tú has sido el principe dormido. Tuhu bieras vuelto a mi si algo no lo hubiera impedido en contra de tus deseos.
No me expliques, pues, nada; no me hables; no me escribas, tas palabras podrian destruir el encanto; y yo podria confirmar las sospechas.
No me hables, te lo ruego, tengo derecho de pedirte esto, yo que tengo tan pálidas las manos, tan negras las ojeras, tan blancos los labios.
Me siento sutilizada por momentos; me inva.
de las venas una vida desconocida, nueva.
Advierten mis oídos músicas extrafias.
Observo que las golondrinas tiepen abora las olas azules No he visto en estos dias flores rojas; todas san pálidas, pálidas.
El sol mismo parece solamente una luna de luz más intensa.
Todo es leve, quieto, sutil como mi perdón.
Todo es lumilde, cobarde como mi raego.
Yo también he sido mala ya que he vivido: las energias que he empleado para vivir han sido robadas a seres y cosas: maldad al fin es mi espiritu no he podido perfeccionarlo; ha vivido como el de todo: defenditodose.
He aquí el final. LIDIA Ante el lago Oyo atenta aquella voz que le hablaba de una playa desconocida y bellísima. Dejó caer su negra cabellera sobre su cuerpo cubierto por un cilicio, entorno sus hermosos ojos, la ple.
garia que brotaba de su boa divina destruyó los efectos del veneno que habia pervertido su alma en las noches de orgia y sus blancas hanos partieron todos los días el pan que reemplazo, a finos y apetitosos manjares.
Y, El vino, Su mmo se post sobre aquella cabeza de diosa y la dijo: Levántate! Ella cayó de rodillas se abrazo a él con un amor inmenso. Qué me dices, lago sereno, escondido entre la umbrosa fronda de los árboles? Que eres espejo para las nubes y el axul del cielo; que verdes el ramaje en tu superficie glauca; que se deslizan los cisnes con tranquila gallardia sobre la onda, que unos patos negros avanzan como las sombras que aparecen en un almat Todo esto me dices, mas mi corazón oye Otra vox que sale de tu fondo invisible, me dices: que hay algo más en el abismo misterioso de tu linfa inmovil.
La vida es como el lago: superficial apariencia, tranquilo espejo de las cosas; pero, allt en lo interior, se agira el enigma de una tormenta sin fin, Las horas se adormecen bajo el sol brillante y el aire acariciador; la orquesta matinal es musíca de vida; se agitan los invisibles insectos, los pájaros Cantan sus meditaciones nocturnas, las magnolias se balancean cual incensarios, los cucaliptus sahuman el ambiente, los senderos guardan las ojas caidas en la noche como un despoio, de peniblores al beso lunar, los niños CATIA Sabre el cesed: mi alma tiene alas de Carta de Lidia Varte a Hugo Nervel Inteligente amigo: Gracias por tus deseos para mi pronto restablecimiento; bien veo que tus líneas se inspiran en la compasión. Un poco de miedo ha de tener tu conciencia cuando asi me escribes. Comprendo que sospechas mis manos exanges; comprendo que adivinas en mis mejillas el frío de estos largos años transcurridos, sé que tuin.
terior, ligeramente cobarde. discúlpame hade cobijar, siquiera someramente, esta soinbra: yo; y a tu conciencia de hombre honesto no conviede una sospecha de criminal. Tu carta qui.
siera curarme ¿verdad?
Las noches de lana, propicias a las dulzuras del ensueño, suelen ser propicias también a las cosas fantasticas y a una boca que tiembla en. la hora encantada no deben molestarla los rui.
dos misteriosos del ramaje.
Que me veras para darme explicaciones? Isteligente amigo mío: todas metas he dado ya En estas largas horas de abandono me lo he dicho todo; no me digas, pues, nada.
Todo lo que yo me he dicho es mentira, lo que tú pe diſeras mentira seria también, pero habría esta diferencia: mis mentiras, las que yo be forjado, se amoldaron a mi desco: fueron sueño. Las tuyas, amoldadas epenti¿Cómo se habia efectuado el milagro? De una manera muy sencilla. La cortesana vivió varios meses bajo la influencia de aquel ejecutante misterioso que no habia tratado de conocer par ra no destruir el encanto que aquella musica deliciosa ejercia sobre ella cuando la oia al.
Jual de cada dia al regreso de su paseo por nues.
hermoso bosque de Palermo tarde, después de escuchar desde el sacanción triste, tuvo una sensación do pensando en la miseria de su vida. De ALFONSENA STORNI Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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