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DIARIO DE COSTA RICA wwwmorena Selecciones del Diario de Costa Rica Mensaje de Primavera Luchar Baja sin miedo a la palestra de la vida, para triunfar. Como, sia in hierro en la die sin una brújula en el mar. qué La primera es nuestra con ave y flor y loz solar.
Quien tiene tan linda maestra, sabe querer, sabe cantar.
Es dactio de espinas y flores, conoce amores y dolores, que espina y flor es la mujer.
Sabe de aromas y de vuelos.
Por lo demas, bajo los cielos, lo mismo es ganar que perder LAPAELLA El Testamento de Beethoven MI HERMANO CARLOS ¡Oh hombres que me cretis cruel, intrata ble, o misiotropo y que tal me representais, cuan injustos sois conmigol No conocéis las secretas razones que me fuerzan a parecer de este modo, Mi corazón y mi animo se inclinaban naturalmente a la benevolencia, cuando ni fo, y hasta sentia el verdadero deseo de realizar actos de caridad; pero considerad que, de seis afios a esta parte, vivo sujeto a triste enfermedad, agravada por la ignorancia de los me dicos; que mecido por la esperanza de curarme, solo me queda la perspectiva de un doble mal, cuya curación será larga y quizá imposible.
Nacido con un temperamento vivo y ardiente, sensible a los atractivos de la sociedad, me veo obligado a retirarme antes de tiempo y cuando he querido sobreponerme a mi mal y olvidac lo, no he podido y ha crecido mi tristeza con mi dificultad de oir. Me era imposible decir a los hombres: liablad más alto, gritad, porque soy sordo. Cómo confesar ese defecto de un sentido que debía ser más perfecto en mi que en los demás, de un sentido que fué en tiempos bran perfecto, hasta el punto de que pocos hom bres de mi arte lo poseían! No, no puedo. No me censuréis, pues, porque me venis recluso y solitario, porque quisiera vivir con vosotros y mi desgracia ine bace sofrir, cuando veo que me desconocen. Para mi no existe en el trato, ni descanso ni intimidad, ni matuas expansio nes y siempre solo, sin otros recursos que los que me ofrece la imperiosa necesidad, no pre do acercarme a nadie y vivo como un deste trado. Cuantas veces me dirijo a alguien, se apodera de mi la terrible inquietud de que va a descubrir mi estado. Asi pasé en el campo la mitad de este ano y obligado por mis sabios médicos e coidar mis oidos lleve una vida con traria a mis naturales aficiones Sin embargo, cuando a despecho de los motivos que me ale. jaban de la sociedad, me acercaba a ella, a qué petares no me exponia si alguien cerca de ti ola el sonido de una flauta y yo nada o el canto de un pastor y yo nada! Tal era mi deses peración, que poco faltaba pare poner fin a mi vida Solo el arte detiene mi mano, sólo el ar Tell Me parece imposible dejar este mundo antes de producir cuanto siento que debo producir. Asi se prolonga mi vida, realmente miserable; una insignificancia basta para bundirme en el más penoso estado. Paciencial he aqui. mi guia. La tengo y ya estoy resuelto a perseverar hasta que platca a las inexorables Parcas cortar el hilo de mi existencia. Quisi mejore, quizá no, Estoy resuelto a hacerme filósofo a los treinta y dos años cosa que no es muy fácil y menos para mi que para cualquier otro. Ob, Dios miol TG lees en mi corazón y sabes cuin largo espacio ocupan en el mi amor al projin y mi inclinación al bien.
Hombres, los que leeréis algún día estas neas! Considerad caan injustamente me juzgáis en mi desdicha; consuelense los desgraciados viendo en mi on semejante sayo que, luchando con todos los obstáculos, hizo cuanto le era posible por figurar en el número de los hombres de bien y de los artistas de mérito. tu, hermano Carlos, en cuanto baya muerto, ruega al profesor Schmidt, en mi nombre, que describa mi enfermedad y sada esta descrip ción a mi escrito, para que el mundo se reconcilie conmigo; os declaro además a ambos, ber mapos míos, herederos de mi pequeña fortuna (si puede llamarse así. Partidla lealmente y en paz y concordia; ayudaos mutuamente. Cuanto obrasteis contra mi, lo he perdonado hace tiempo, como sabéis y particularmente a mi hermano Carlos le quedo agradecido por el carito que me manifiesta en estos ditimos años.
Deseo con toda el alma que sea vuestra suerte mejor y más libre de cuidados que la mia. Eo.
sefiad a vuestros hijos la virtud, la unica que puede bacerles dichosos. Hablo por experien cia; la virtud me ha sostenido en la desgracia yasino paré en el suicidio, a vosotros y mi arte lo debo. Sed felices y amaos mucho. Doy gracias a todos mis buenos amigos, especial mente al principe Lichpowski y al profesor Schmidt. Deseo que uno de ambos conserve los instrumentos del priocipe y que no haya alLercado sobre este punto. Pero si tuviereis de cesidad de dinero para algo más provechoso permite que se vendan los violines y me considerare dichoso de poder seros til aún des pués de mi muerte. Con gozo me dispongo a clla y si llega antes de que se haya ofrecido a mi genio ocasión de mostrar lo que puede, lo atribnité a mi dura suerte; pero barto temprano seria y deseo que tarde; en todo caso mori re contento, porque me libertare de mi penoso su encuentro. Adids: no me olvidcis, merezco que no me olvidéis, porghe siempre os quise bien y a vuestra dicha seccaminaban mis pensamientos. Sed dichoEl cielo deslie sa fios orguess Poniendo en las cosas su claro matis La tarde se cifie, como una duquesa, Su regia diaderna de flores de lis.
Perfumes cordiales de rosas y lauros Navegan en alas de un viento de amor.
Se escucba un galope de briosos centauros Llenando los prados de loco foror.
Rumores de triunfo, de fiera alegria, Gloriosos hosannas de encanto inmortal Se elevao, radiosos, al goce del dia Vibrante como una canción matinal.
La tierra se viste como una doncella Con joyas dotada de vivo esplendor, Difande en los ojos fulgores de estrella, Derrama en las venas un mágico ardor.
Inutil que a veces un hálito frio Doblegue en la selva las blancas corolas; Ya viene el cortejo del cálido esto, Ya riela la luna de Octubre en las olas.
El frigido invierno cesó en sus sollazos Cesó en sus sonatas de grave latid; Ahora son himnos de misticos goxos, De dulces promesas y riente salud.
Los que alza la tierra cantando en los valles, Cantando en los llanos, vergel y montafias, Sembrando sonrisas en plcras y calles, Vertiendo en los pechos dulzaras extrañas. Oh, influjo divino, supremo del hada Que enciende los labios de ardiente rubi imprime en la rubia o morena cascada Reflejos brufidos de esmalte tarquit Evohe? susurra la enorme pradera, Sintiendo en sus flancos ta beso de luz!
Evóhel te aclamao, ideal primavera, Las almas cavueltas en denso capuz. Oh, gloria, oh fecunda promesa de vida El germen acrece su savia vital An en la profunda región escondida De que alzas to carro diverso y triunfal.
El mundo contempla, celebra ta paso Con himnos sagrados de lirica unción Te adors en el alba, bendice tu ocaso, Porque ambos le aportan igual flasión.
Oh Diosa, recibe mi dolce plegaria: Aviva en mi pecho mi anbelo de amar.
Mi esposa es la misma gentil pasionaria Que un dia en mi senda sintió mi dolor.
Conserva por Ella la luz de mis ojos, Hay tasta divina frescura en su tez, Tiene ojos tan bellos y labios tan rojos Que yo por amarla naciera otra vez EUGENTO DIAZ ROMERO Data que en una instante le hizo creer en la incertes en toda su espantos realidad.
Para no spreciar la muerte le era preciso ver y oir en derredor lo familiar, lo de todos los dias, rostros amigos, voces, pasos, llantos, risas, confusion, mucha ordenada confusion que apa gase en su tente toda idea tu nesta, todo recuer do del oscuro e inexplicable tránsito. Lo extraordinario de la noche: ese silencio que parece que tiene alma humana, esa oscuridad que pre tende insinuarse hasta en lo mis hondo del reino interior, eran para Ivan Yanson los beraldos de la muerte, de la ingrata e inexorable enterradora Ingenuidad de salvaje, o de niño, o de mujer enamorada, a la descrita por Andreieff en esas páginas de su libro que te recomiendo de corazon.
Lo ineludible de la muerte se le anunciaba al lento transcurrir de las lentas horas del noche sugeridora de pensamientos. Compren.
des alcance misterioso de esa descripcions, ves en el silencioso, inseguro e indiferente cam pesino ruso, la imagen de la entera humanidad?
Con paso incierto de moribondo, cada uno de nosotros y cada una de nosotras sube los escalones del propio patibulo adonde lo llevan in flexibles los pensamientos malsanos y las no menos malsanas acciones. El rumor de las batallas diarias, el continuo agitarse de los asfixian res negocios, la nefasta murmuración que lleva el desconsuelo a las almas nobles, las luchas politicas, los choques comerciales, la bullicios amistad insegura de sí misma, la rivalidad que se insinúa con ruidos de trompeta al mismo tiempo que con imperceptible agitar de alas de libélula, el amor, el odio, las fiestas de la paz, los cantos de victoria, las quejas de las derrotas, todo, absolutamente todo ese trajinar rumoroso que llena los ámbitos del mundo como amena.
zante cabalgata de walkirias no es sino la manifestación del infinito temor que la Humanidad entera siente hacia la muerte cuyos pasos lentos, inseguros y constantes escucha al través de las horas, de los minutos y de los segundos Ingenuidad de salvaje, o de niño, o de mujer enamoradal No comprendemos, insensatos, que todo ese rumor inquietante, resolta inútil y fu.
nesto. la muerte no se le debe tratar asi, en vez de abogar sos pasos que nunca pierden la ruta, is preciso ahondar el silencio a fin de esco charlos mejor y de prepararnos a recibirla con entusiasmo sincero y generoso como lo hace mos nosotras las mujeres cada vez que al mun do ingrato entregamos en nueva vida por la cual arriesgamos de corazón la nuestra coatido nace y en cada uno de los momentos que ells lo necesite.
Hacer silencio para escuchar uerte que llega en todos los momentos eso nos conviene a nosotras, para obtener que mestra in fluencia se haga cada instante más eficaz, para hacernos cada vez mejores, cada vez más y mnis femeninas Ldama, ses solters o conozca ya cuanto bay más allá del misterio sacrosanto del matrimonio, debe acostumbrarse a hacer silencio dentro de sí misma, debe lograr escuchar el imperceptible caminar de la vida bacia la muerte a fin de imponerse de la propia bonda misión que en el mundo le está reservada. Episodio del Conde Ugolino Algo retiradas de esta vimos otras dos bras, heladas igualmente. La cabeza da buna!
taba sobre la de la otra mación briento del pan, clavó el de abajo 109 setor en el otro, en el sitio donde el cerebro a la nuca. Ah, tú exclamé, que de tas claramente el odio contra la victima devoras, dime qué motivo te impulsa El pecador apartó su boca del horrible!
mento, y secándola en los propios cabellos la cabeza que le habia servido de comida dijo ast. Quieres que acibare mi pena con vo recuerdo que me llena de angustia, pensar que he de hablar de el? Mas si parte cruido que devoro, Jabos pueden ser armen de odies in mejores y solosart. NL st quito etesenyor podido llegar aqoi; pero co tu acent e cres florentino. Ante todo, sabe code Ugolino y ésted arzobispo Ya te diré el por qué de mi cruelda Avecino. Creo indtil decirte que por me vi preso y condenado, lo que ige me vi preso y ri la croeldad de mi muerte; pero telet y venis si debo odiarle. Una pequenisima tura practicada en la torre, que desde mis cio tomó el nombre de Torre di la que todavía estarán sufriendo me babla indicado ya por su ter de varios dias, cuando tave un el velo de mi porvenir. Mallm si no te apena ya la idea de lo que frió mi alma; y si esto no te corte drá conmoverte. Despiertos ya, y cercana la hora mento, cada uno dudaba por influencia de soedo. Yo percibi el ruido al cerrarse las tas de la horrible torre y me limite a conn plar a mis hijos sin articular palabra. Mishi iban secandose a medida que la indiferenca laba mi corason. Sin cesar gemian, yalogi var mi pequeño Anselmo el estado de me dijo Padre mio, qué to pasa para nos ad? Empero ni llore, ni respondid dia, ni en toda la noche, hasta que se sol en el Oriente. Al penetrar, uno de tenues rayos en la cárcel del dolor, vica tro fisonomias el retrato de lo que debla, mia; entonces, en mi desesperación, empa morderme las manos, y mis hijos, creyer que lo hacia impulsado por el hambre, se corporaron, diciendis Padre, si quieres menguar nuestro horraclor, centos; nos cubriste de la misere carne, despojanost ella. Hice por camarme para no aciberar su pene, y permanecimos modos aquele los que siguieron. Ob tierra cruel, por que nos tragastel El cuarto dia, Gaddo se arrojó a mis plier y me dijo. Padre mio. por qué vienas socorro! en aquella postura y sin poder verse más, falleció, los otros tres murieron quinto y el sexto dias después; luego, el ha brerovo más fuerza que el dolor.
Cuando acabo de hablarme de esta set con ceno torvo se volvió a agarrar, al crág miserable, en el que sus dientes, como los un lobo furioso, penetraban hasta los tuc nos.
DANTE ALIGHIER ROSA MISTICA El extranjero Todos me ven con ojos asombrados.
Las mujeres arrojan sobre mi sus pupilas como lluvia de flechas ciyas agudas puntas fueran hechas en la noche, en la aurora, en las ondas del Todos me ven con ojos asombrados y enarcan sus fortivos puñales al pasar!
Intima Te acuerdas, en la novela Los siete ahorca dos del ruso Andreiff, te acuerdas de Ivan Yansón el peón humilde de una hacienda rica, siempre callado con los hombres y con los animales, de paso lento y seguro, que se emboItachaba una o dos veces al mes cuando llevaba su amo a la cercana estación del ferrocarril?
Recuerdas su salvaje indiferencia que llegó al colmo cuando recibió una carta de los suyos, carta que, como no sabia deletrear y como en la hacienda nadie conocia su lengua, el estonio, echo inmediatamente a la basura sin interesarse por las noticias que del hogar lejano, nunca olvidado, le traía aquel papel indiferente al cual una mano inhabil habis querido confiar intimas ansiedades? Recuerdas que no quiso aceptar na escopeta vieja, de un solo canón que habla de servirle para defenderse de posibles ataques noctufnos, ataques que creia repeler con mayor exito usando un cuchillo finlandes afilado con el mayor carifio al amor de la lumbre en las largas y aburridas noches invernales Recuerdas sa crimen inaudito, inesperado e inexplicable que lo llevó a la santidad de la cárcel, como dice el a tor, lugar en el que su alma indiferente cobróca.
ribo intenso a la cama inhospitalaria, a la ventana enrejada, avara de luz y al reglamento cuyos articulos irritantes le permitiani durante la jor nada entera y eterna pasarse tumbado en la tarima rememorando los campos nevados por donde transcurrieron sus años primeros rápida.
mente, como una esperanza, como una ilusión?
Recuerdas cuando empezó a creer de nuevo en su propis ejecución? Cuando, después de arrestados los cioco terroristas que ansiaban des hacera de lantlim Vaher minieren Mi rostro es bosco, mi corteza dura, cortexs y rostro de una raza pura hija de la Noche y del Sol.
Mis padres son la Cambre y Netzabalcoyol: St del vuclo el milagro que se integra en la (altura al rado són del Caracol!
Ya lo sabéis. Heridl.
Si acaso vuestra rara es la raza del Cid, mnis indomables alas cual de enorme quetzal raspan el infinito misterio nocturnal, mientras mi gorja, ufana, canta la epifania de la carica mañana. lahir Haridi. Bepp Seda YEH Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica
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