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DIARIO DE COSTA RICA LITERARIAS página costarricense Serie décima generaciones del porvenir nos vilipendian como derrochadores del caudal paterno.
Conservemos integro y reproductivo el tesoro de nuestras libertades con un locasaare movimiento de cultura; impulsemos el progreso en todas direcciones consolidemos cada dia, en la escuela, en la tribuna, en el periódico, en las leyes, en las prácticas, en la aspiración ideal, la obra de la independencia. GUILLERMO VARGAS Himno Nacional de Costa Rica Noble Patria tu hermosa bandera expresión de tu vida nos da; bajo el manto azul de tu cielo blanca y pura descansa la paz.
En la lucha tenaz, de fecunda labor que enrojece del hombre la faz conquistaron tus hijos, labriegos, scocillos, cterno prestigio, estima y honor, Salve, oh! tierra gentil!
Salve, oh! madre de amor!
Cuando alguno pretende tu glorit maachar Verás a tu pueblo, valiente y vinil la tosca herramienta en arma trocar.
Noble Patria, tu pródigo suelo dulce abrigo y sustento nos da, bajo el limpido azul de tu cielo, vivan siempre el trabajo y la paz.
JOSE MARIA ZELEDON levanta wa laefable melodia en is lira de amor de su alegría.
El chorro de agua que compare al tiempo preste tumedad las joviales boras que habitan el Jardin durante el dia y da profundidad al pensamiento que remonta en la barca de la nocbo, con velamen de luna, el sachario de la meditación de altas riberas, pasa junto al chorro y se detiene a contemplar botones de camelia donde las fuerzas de la tierra abrazan las fuerzas de la luz, las hebras de oro y de plata, de nieve y de Inocencia, para tejer los pétalos de raso de esa armoniosa maravilla blanca Mira Is savis, como virgen gracil, llena de aspiraciones, ascendiendo de la oscuridad hasta el follaje.
en donde el aire de cabellos de oro, de frase embalsamada, la acaricia poniendole color sobre la frente.
No hay un rincón de ese jardia que calle: rodo parece musitar palabras do amor y do alabanza en su presencia.
Pero ella pase, recordando, amando, como un pensamiento de la ausencia por el azul de una memorir amante.
Pero ella ys, por el jardin de su alma, a la luz de crepúsculos perdidos, viendo nacer las maravillas blancas al borde de su dicha murmurante.
Himno Nacional de la Revolución Noble Patria, tu enseña gloriose con tristeza hoy vemos manchar, al altar de los patrios anhelos el malvado se atreve a llegar.
Bajo el férreo tacón del tirano cruel no enmudece del libre la voz hoy te ofrendan tus hijos, bonrado y digaer, vu sangre en provecho da tu libertad, Salve oh! Patria geotill Salve ohl madre de amor!
Rogelio pretende tu suelo librar y todo tu pueblo, valiente y viril, al noble patriota pretende ayuder, Costa Rica tu suelo sagrado ofrecemos muy pronto salvar, bajo el manto azul de tu cielo los tiranos no pueden medrar.
eo Alianza espiritual Febrero de 1918. ZOKOVO Respetar las cenizas Claro de Cuna orque por todos habere no sabe establecina con Dice el cuento que la inada Andres, poco antes de morirse, llamó a Melccio, el mayor de sus hijos, lo pidió que no se juntas más con Maria Manuela dice también el cuento que Melecio le prometió hacerlo, porque las palabras de su madre mis parecfaa mandata que súplica o mera indicación. Ado os, las babía proferido ca momentos tan solemnea, que Melccio no podría olvidarias nunca.
El inexhausto surtidor del tiempo regando en su cristal pertas de instantes ta ha visto muchas veces, en la sombra, escuchando la plata de las risas de las más bellas, las más limpias horas que en juego con las alas de las brisas, prendidas en sus hombros de inocencia, buyen dentando hacia la quieta dicha coronadas de acabar y de jacinto.
Uho en el conjunto Msico que pasa rumbo a la empresa; uno solo si se le contempla a distancia; des, si al conjunto se aplica la lámpara del análisis dos si se les contempla a través de la mina de la estética. Ambos, Caballero y Escudero, se detienen al cabo en cierta paraje del camino el més apropiado para contemplar el firmamento Heno de estrellas y, unidos en estrecho Winculo, de tal modo los envuel ve no mismo rimbo de uz el ensueño que ya no es posible al observador acertar deeir cuál es Don Quijote ni cules Sancho Panza. Sencillo fenomeno de optica espiritual que establece una suerte de conjunción entre los dos més opuestos caracteres que andan por el mundo. No se trata de un descenso de Rocinante con su amo a cuestas. Es, empero que al Rucio por un momento le crecen alas, y con Sancho encima escala las cumbres de la fusión en que vive perpetuamente el pensamiento del Hidalgo 80ñador. De tal manera rosults todo esto cierto que los Duques no quisieron preguntarle más de su viaje, porque les pareció que llevaba Suncbo hilo de pe Searse por todos los cielos, y dar nuevas de cuanto ailk pasaba, sin haberse riovido del jardín. es cntonces cuando el Hidalgo nisabego scorisado to.
da distancia en gracia a la igualdad establecida por lo que en cierto modo resulta un credo, alterna con su rústico servidor de igual a igual: Sancho, pues vos queréis que se os crca lo que habéis visto en el ciclo, yo quicro que Vos me creals a mi lo que vi en la cueve de Montesinos. Feliz momento este en que, a su vez, Sancho se torns Sofiador y siente que su espíritu de plebeyo y sandio se redime de la vulgaridad en que gravita, merced la ilusión que lo eleva por encima de su cordura habitual. Sublime comunion la de estas dos almas unidas, un instante apenas, por el bilo misterioso y dulce de la fantasfa mis amable. Hays silen cio, señores, mientras dura esta comunión en el casitio.
Después, ambos proseguiria la interrumpida marcba: Don Quijote altivo y arrogante, Sanobo pr.
cifico y tranquilo.
RUBEN Cotondo el Hidrovido derras de cua de investiga sido are lo mirares Rosu tiempo, María Manuela había sido una de las muchachas más gustadas de la aldea. Entonces fue cuando ella y el se conocieron. La mozs le abrio las ganas a Melecio y un día de tantos, sin más yogo que el del amor, hicieron la yunta. Estaban tal PATS Cual.
Ya tesfan tres hijos, cuando la conock y supe esta historia. Maria Manuela vivía en casa Aparte. Pero Melecio seguía siendo doméstico; Andrea no lo sol.
tab Professba. Marla Manuela un odio cordial que creció con los años y el aumento de los aieros. estos los conocla de lejos. Si se los hallaba, les ha cla ascos y malos modos. qué cosas! cun parecidos salieron los nietos a la abuela! Conose odio, sin embargo, se fué la pobrecita a la rumba, como ya lo samos. como hay que respetar las bonitas de los mayo.
res, Melecio se separó ciertamenre de Maria Ma.
nuela. Cuanto duro la separación do cuerpos Algunos meses no más. En este caso la difunts no siguió mandando, pudo misel Amor, como es natural Pero no se alarmen mis lectoras se casaron el fin por la Iglesia, tuvieron mis hijos y facron felices, como en los cuentos GARCIA MONGB Pero una noche, recorriendo arristes, en medio de una atmosfera de luna, La joven tropezó con una losa deyerto mármol, sobre fresca tumba; Un dulce jay! de mortal melancolia cruzó el jardia, bajando de la altura como una rauda golondrina oscura.
De dulces eyes se pobló el ambiente, como de rosas mayo, y con la frente apoyada en sus manos de azucena aquella dicha se deshizo en llanto.
Vice a menudo a su jardin la joven para llorar sobre la yerta losa.
En su alma bayudu citara doliente que ante la melodia de las cosas suspira y tiembla y se desgrans en quejas.
Se pronuncian palabras misteriosas en los Tacones del Jardin, sumido en aguas sin rumor de lento olvido, Hay como una agonía de pithomas en el rosal, en la camelia, en todo cuanto tiene color o tiene aromas. porque en todo jardía hay una lose y cu toda alma to dolor, como usa tumba.
SOBERTO BRENES MESEN.
La Lucha es necesaria ZOO La losa en el jardín e.
El viejo sábio cuya famu era ya universal, salió de su gabinete en aquel Ruar.
decer, para refrescar sus sienes fogongs en el campo y descansar un tanto de sus tareas de investigación cientifica que du rante aquel día habían sido arduas. Todas las gentes que lo vieron pasar lo mirare con cierto interés; pero el no parecía in teresarse por nadie ni por nada que RD fuese la consecución de la verdad. Se di ria que en aquel hombre las impresiones se operaban de dentro para afuera y 30 de afuera para adentro. Tal denotaba aquel semblante contraído por una contemplación interior intensa y pertinez. Era una frente dilatada y como pulida por el roce de les horas de meditación. Su mir da llevaba en sí la chispa del pensamiento que era para él como una lamparilla que le alunbraba en sus exploraciones por las galerias tenebrosas de lo desconocido. Era ka fisonomia de la cual parecia desprendere una potencia sutil asaz singular Había ca el crepúsculo una efusión de amarillos llenos de languidez. En el aire morían los escasos rumores. El espíritu del sabio estaba cargado de angustia escérica.
Pensaba que toda ley formulada trec COR sigo nuevos esfuerzos por alcanzar otra ley más comprensiva, y si esta llega a 3Dunciarse, entrañará nuevas especulaciones para hacerla más generalizadora y para que rija uua cantidad más grande do fenómenos naturales.
Conforme se retiraba más de la ciudad se bacían más personales y más íntimas SUS reflexiones, estimulado por esa sensación de estar solo, de tenuidad tan infioita y que tan plenamente se dilata es el espíritu.
Poco a poco se extendian más y más por el campo las penumbras precursores de la noche.
El sabio se decia para sí mismo que ol ideal de la ciencia consiste en que esta llegue a Gjar una ley tau comprensivo y tan honda quo rijs todos los fenómenos de la naturaleza, y luego se confesó. s!
mismo que en ello había cierto fermento de sueño poético. Por qué el único resultado de la mis ma ciencia poseída señala nuevos rumbos de investigación. por qué conformo se risyanza min. es el campo de las verdades filosoucasnis sc enganchas los horizostes de la duda? Eso de que a verdaders Sabiduría consiste en saber que se seboy menos cada dia inquieta borderente humanidad hace siglos de siglos.
En esto el viejo sabio detuvo la marens y se quedó mirando en un claro de luna que se sucedió. las sombras de todas las cosas como se acentuaben más cuento. mayor era el resplandor del plenilunio. en ello vio todas las anteriores reflexiones imagingizaas anteriormente. Ah! la ciencia es así; una luminaria demasiado oxi.
gua y débil con cuya luz apenas consiguo acentuar y multiplicar las sombras ionThere archer Inry gardant BELCHER Desde la puerta del jardín la miro, como espiga de luz entre las flores, encendiendo la arena de zafiro al paso de los limpidos fulgores de sus ojos serepos.
Se desliza con leptitud, como una joven brisa ca seguimiento de la tarde Rugusts y alll donde se para bay un suspiro de admiración por su bellezafrabia.
Todas las plantas la contemplan irse con el secreto duelo de la ausencia y hacen por ello más satilla esencia de la música ideal de sus aromas.
Las hojas miran con ocultos ojos de insecto las imtgeges esbeltas de esa mujer con un semblante de hade y haciendo más brillante la esmeralda de sus espejos a temblar se ponen Con mil reflejos de pequeños soles.
En los artes hay verdor de césped y moradas ojeras de violetas que han llorado sus sucãos de jacinto con sollosos de aroma para el buesped.
Cuando ella posa hay músics de flautar el aura masa acariciado sedas y rásos en los bustos de las roses, en los dedos de blancs estefanotis, en el talle ondulante de los lirion, en las fieles memorias del miootis.
Llava uns Ils ass mujer Punta gel encanto in nito de las cosas En una sociedad en la cual codos sean de un mismo parecer, habrá equilibrio estable de las voluntades, pero ese fenóMeno también puede llamarse de estacnación; allí habrá paz, más no progreso.
Las sociedades van hacia adelante solo a condición de que haya en su seno espiritus descontentos y voluntades puguaces.
Que la lucha haya de ser sin balas esplosivas, sin fechas envenenadas, en fin, guerra civilizada, como si dijeramos, santo y bueno; pero lucha, nos es forzoso te nerla. En el frontispicio de la República no podemos inscribir el lema: La paz reina en Varsovia, sino el de los positivistas, que implica desasosiego, aunque no revuelta: El progreso en el orden. Nadie más tolerante y manso que Jesús; y sinembargo son suyas aquellas palabras: No penséis que he venido para meter paz en la tierra. La grandeza del gobierno republicano consiste en que estimula la diVersidad de opiniones; en que permite pensar de distinto modo que los depositarios temporales del poder, el que es por excelencia el gobierno del libre exs.
men, de los encontrados pareceres. La ley de la vida es la continua acción y reac ción, la lucha perperua en la arena. Dejamos los hombres de querellarnos cuando la inquieta llama de la inteligencia se estingue. En los cementerios cesan las voces discordantes de los hombres; pero, también, aquellos son los dominios estériles de la muerte. La sociedad politica en que Do se oye desde lejos el tumultuoso rumor de las discusiones de la plaza pública, podrá gozar de la felicidad en que pensaba Lutero, al esclamar en el campo santo de Worms Invideo quia gaiescunt mis nunca, de la que ansian pueblos vigorosos y libres.
Cuentan que cn Sebastopol los soldados franceses y rusos, después de la lucha del dia, fraternizaban en la dulzura de la tarde. He qui un símbolo admirable. RICARDO JIMEÑEZ Preparemos sin descanso el porvenir.
Eterna gloria para los que nos hicieron libres; veneración inmensa para los humildes viejos iluminados que fundaron la República. que su ejemplo irradie sobre nuestras conciencias inspirándolas en la virtud y en el bien. El recuerdo de ellos.
es una imperecedera lección para nosotros.
La libertad no basta: preciso que los pueblos sean, quleran ser dignos de la libertad. En las naciones, así como en los individuos, la mela suprema es la perfección; a ésta no se llega sino por las sendas del progreso. El orden es la condición natural de todo adelanto, el único ambiente posible en que el progreso pueda desarro Ilarse. El orden intelectual es la cultura y por medio de ella los países adquieren su perfeccionamiento; gracias a ella los hombres se baceu Viril y concientemente libres.
Preparemos sin descanso el porvenir, atendamos con doble empeño lo material y lo inmaterial, las ideas y los hechos, el alma y el cuerpo de la patria. Con mirada retrospectiva estudiamos boy los recuer.
dos de ayer: urge también pensar en el futuro. Que cuestra voluntad, como la repercusión de un sonido, sea solidaria con la voluhtad de nuestros padres, los proceres del 21. Mariana seremos nosotros los viejos y qué Saldón, qué ignominia silas ARTURO CASTO SABORIO Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    José María Zeledón
    Notas

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