DIARIO DE COSTA RICA Sección de la Cámara de Agricultura Por eso el país, cuando se entere no va a salir de su asombro ante la dispoSición de espíritu del Poder Ejecutivo que sin consideración alguna al porvenir de la República y hasta sin respeto al interés del que trabaja y hace productiva la tierra costarricense, opone esa ley defectuosa, todavía un nuevo y grande error, el que se refiere a reprimir de un modo prohibitivo la exportación del dulce, que en otras palabras significa la muerte de un cultivo floreciente que podría hacer la riqueza de la Provincia de Alajuela.
El Ejecutivo ha puesto al Congreso en una situación trascendental: en la de hacer el mayor bien posible al Estado o en el de sacrificar a éste, para prestarle sumisamente sus hombros a un Gobierno que pide a gritos nuevos impuestos. quién favorece la ley del azúcar?
La ley del azúcar favorece únicamente a las clases industriales que fa brican productos a base de azúcar. Sostenemos esta proposición de un modo categorie porque el argumento capital con qy los promotores de la ley lo justifican es de querer darle azúcar al pueblo a bajo precio, y en el ca.
so presente, o no se sabe hacer cálculos o se le está mintiendo al pueblo.
Hay dos principios en la ley que sustentan la proposición establecida.
La ley automáticamente fija el precio del azúcar en nueve dólares el quintal, según cálculos hechos por un diputado en el Congreso.
Dando por hecho que el azúcar se vendiera alrededor de veintisiete colo.
nes el quintal, esto no es cierto sino para dos clases de gentes: para los industriales que compran directamente del almacén y para el pulpero que también compra directamente en el alma.
cén. El pueblo se lo compra después al pulpero, el cual no se lo dará ni siquiera a treinta centavos, porque todavía no existe una ley que reprima el agiotismo del comerciante. El pueblo seguirá teniendo azúcar a cuarenta y cinco, a cincuenta y hasta sesenta céntimos la libra. los interesados seguirán diciendo que el azucarero es el culpable de los altos precios del azúcar.
Además si tanta es la preocupación de los legisladores por satisfacer las necesidades populares, uno no sabe cómo explica el legislador el hecho de quitarle el azúcar al pueblo para dárselo al industrial, y si tan interesado está en el bien público, no se sabe como explica el hecho de someter al productor a una ley opresiva y de dejar al fabricante de refrescos y de otros preparados de lujo, sacarle ganancia al trabajo de los productores. Sinembargo algunas gentes del Congreso se alegran de una victoria que en el fondo es un escarnio contra la justicia y contra el pueblo, a pesar de que el pueblo es hoy la victima de todos los que lo halagan. si tanto es el interés piadoso que despierta en el ánimo de los legisladores la suerte de los pobres costarricenses, no se sabe cómo explicaría el legislador el hecho de que se permita al fabricante de confituras y otras cosas, la exportación de sus productos, por que si el azúcar es un artículo de inmediata necesidad en el hogar, lo natural sería que la familia tuviera siempre azúcar y que no se le quite el azúcar para dárselo al industrial a fin de que éste haga un doble negocio, o mejor dicho, a fin de que se empalague con un doble negocio: el de fabricar con el azúcar preparaciones de lujo para venderlas en el país o el de exportar el azúcar del pobre en la forma de estas mismas preparaciones. Es fácil encontrar ahora la razón de por qué ciertos industriales están tan satisfechos. toda la obra realizada para hacer esta ley tan sin fortuna ha consistido en mantener cierto estado de animosidad de las clases pobres contra el productor de azúcar; a pesar de ser el productor de azúcar el único que al final de cuentas puede ofrecerle algo al pueblo: trabaja para darle azúcar al mercado interior, mientras que otros se aprovechan de ese azúcar para móviles de comercio.
Hay un interés muy grande que considerar en todas estas cosas, y es el interés de la familia. Un Congreso o un Gobierno tiene que concentrar toda su preocupación en servir a la familia cuando ésta se lo reclame por la fuerza de las necesidades. Se pensaba por unos y se proclamaba ruidosamente por otros que esta ley llamada del azúcar era, como si dijésemos, una ley de familia, y solamente esta circunstancia podría perdonar el espíritu restrictivo en que ella se inspira y el sacrificio que ella impone a las clases trabajadoras de la Nación. el Congreso hasta cierto punto se olvida del interés de la familia para hacerle el juego, aunque no lo haya querido así, al industrial y al comerciante de azúcar.
Por eso los productores de azúcar y dulce se sienten con el derecho de reclamar una ley que sea equitativa, no sólo en cuanto a ellos les incumbe, sino en cuanto se refiere al interés particular. Como trabajadores del suelo costarricense ellos quieren servirle al cos tarricense y desde el primer momento han demostrado querer hacerlo así, porque han aceptado sin vacilación el hecho de una reserva para satisfacer las necesidades domésticas. siempre se sentirán dispuestos a aceptar todo sacrificio que redunde en beneficio de la familia del país. Lo que tiene que producir recelo a quien quiera que vea con espiritu amplio de justicia estas cosas, es que por servir los egoísmos de la industria el Congreso de un país agricola maltrate al único hombre que trabaja por el interés nacional, al que siembra los campos. resulta lamentable que un Congreso, tal en esta hora definitiva para la Nación, cometa el error inmenso de no ponerse de lleno, con voluntad y alma, en defensa de los intereses del agricul.
tor nacional. resulta lamentable que mientras el industrial se alegra de ob tener leyes propicias a su negocio, el agricultor se sienta oprimido en el de desarrallo de sus actividades.
En resumen el industrial puede ya hacer sus cálculos tomando en cuenta un precio más o menos fijo del azúcar; pero el pueblo no sabe aún a que precio va comprar el azúcar, porque el precio bajo se quedará pintado en el papel y el verdadero precio no lo sabrá si no en la pulpería.
Mañana nos referiremos al valor que tienen las empresas de un país para el desarrollo y bienestar del mismo y cual es la protección que les debe otorgar el Estado y cuales son los sacrificios que se pueden aceptar en el propósito de alentar tales o cuales empresas, porque las hay que son promotoras de actividades y fomentadoras de riqueza y las hay que simplemente explotan la riqueza de un país, y resultan parasitarias de las actividades productivas de una Nación.
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Sr. Redactor del DLARIO DE COSTA RICA.
Muy señor nuestro: Nosotros, los reos, que actualmeste traba.
jamos en la reparación de esta carretera, con grande asombro hemos visto en su diario con fecha 16 del corriente, el párrafo que dice. Que nosotros hemos cometido hechos ara ves y que se nos ha visto en las taquillas con puñal en mano promoviendo escándalos, que por esto el pueblo se encuentra alarmade.
No siendo esto verdad, rogamos a usted darnos un campito en su acreditado periódico, para o público conozca que se trata más bien de cierta venganza para con nuestro jefe, y no dudamos que esto obedexes que en dlas pasados nuestro jele decomisd 24 tiros de Rifle Mauser un individuo recién llegado ésts y que se ocupa cemo jefe de los tra bajos.
El ojo inesorable del guardian, sigue siem pre maestros pasos, desde luego como es.
candalizar. Quien como autoridad la decomisado si gén pedales mares de algún red?
Esperamos la contestación de algún inte Tesado LOS REOS Hierro para techos Sacos vacíos nuevos y usados. ACABA DE RECIBIR LA INDIA Tel. 198. TOMAS FERNANDEZ Hno. Apdo. 614 Fiebre amarilla en Colombia Use un cuello IDE y note naero de veces que poede Lavame antes de que se rasgue.
De la ce, Truy. LUL NO TENGA LOS OJOS DEBILES con SAN Org de Nos será muy difícil, a lo que parece, ilbrarnos de tantas pestes.
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gar. El Ecuador y el Perú declararon la eusresten Está prohibido el trico terrestre y por vlas Raviales entre las poblaciones del litoral colombiano y las fronterizas del Ecuador oreca fo gente Santiago Palacios Este documento e propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizang del Sistema Nacional de Biblioteca del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica