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Bajo el So!
de Mexico EL ARBOL DE LA NOCHE TRISTE Popotia, de la Xocie Ñn eléctrico, de de México a Tacuba o de. AStAFECOH sufrió en Conés Desde que leimos Bernal Dfzz, codi consegrado 21 dios de la guere gonisia y a doz sonio Los españoles miraban desde las te ds Bolís, y al feniástico López defriazas las grandes peceras y los eriaGomara nos poseía el deseo o ponte de conocer el abnebrete his16rico.
El heroísmo nutre s25 póginas, y 251 como en Atala el que lee se eujeraece con el amor de los natchez, o ante el Terterin de Daoudet se siente cormálor de gorras, de igual manera ¿uranie el desarrollo de la epopeya gel Anábuze, al lado del gran capitán peleamos en Cenila, o en defensa del rito morirnos junto con pu teoeracía de Cholula. La piedra, el monte, la llanera, son tanto eomo el héroe elementos del ¿rama, Psicológicamente, la escena y el hecho son indivisibles como queríz Lamartine. En Ytzapalápam, en Texcoco, en Popotla, la naturaleza de antaño pervive. Parece inmortal, como el gesie del béroe castellano a quien se ha comparado con Agatocles. Haraña de videntes, de locos, era sra la conquísta de un imperio con jombardas, ballestas, zaragñelles, cinras y cobas. Habíamos estado varias horas én orros sitios: en Coyoacán, el barr»
de tos famosos viveros, en donde Coztés que era altivo, alegre y mujeriego extranguló a doña Catalina de Juárez; en San Angel que aun Conserra de la época virreinal las. cámaras de los secretos y en el cerro de Tepeyac cubierto de las mismas rosas que cortaba el indio Juan DiezO. Por fin una mañana, de esas masanas pálidas de México, salimos cóm rumbo Popotla.
Crozamos por estrechos callejones, por plazas en que algún farol evocaba lances de novios sin fortuna.
El tren nos dejó. en un parque sombroso, con escaños, lleno de público indiférente, y alli cerca, rodeado de una verja, y reforzada la verja cor alambre, estaba. el gran árbol jongevo. El tronco ilustre por. sus años, éstá carcomido, polvoso, hueco. Las ramas lloran hojas. amarillas. como oro viejo. Su silencio es altivo, Parece que refara, a la distancia de tres siglos, a log traidores tlaxcaltecas.
Ea un trágico día manos hostiles le injuriaron con el incendio. Sufrió el tormento de Cuaubtémoc, Pero el árbol, que se halla en pie por un milagro, testimoniando lo que fue la bravura. azteca, en el, siguiénte. invierno se empenackó con hojas nueTAB. Zin los museos guarden Sus raices, como en las abadías las vísceras de los reyes y de Jos poetas. Al pie de aquel árbol, columpa trencada que señala el sitio en que fagueó el ánimo del més valiente de los tapitanes, evocamos el cuadro de la memorable dérrota, La calle de Tacuba es la misma caleros ús garzas de WMociermmza, y junto al costepleni enzza de los Hecheroa.
Ta niebla y la noche cubrieron la calméo de Tlacópem Arreció la Huvia, que desde temprano eziz. La furia popular y la misma Nuvissle dieron na tregua al canzado ejército.
Entonces se dispuso la marcha violenia.
Cargados de oro avanzaron entre la niebla. Sandoval añelante, eon Sus peones y un eesúllo rodante para olocario en los canzles de las isleras; Cortés en el centro con doña Malíntrin, la hija de Xicotézcal, y el tesoro encontrado en el palacio de Ashayácatl Pedro de Alvarado capitaneaba el resto de la fuerza.
De súbito los aztecas atacaron la calzada; eran muchos, eran millares; los que unos: meses antes, cuando la entrada triunfal, eubrízn las 2zote25.
Venlan de todos los rumbos, de todos los pueblos que. Bernal Díaz lector del Amadís de Gaula ereyó cosa de encantamiento.
En vez de flores arrojaban sobre los fugitivos vardascas y piedras.
Desde las canoas acechaDan e paso por Jos puentes.
Cortés y Sandoval! lograron. huir por sobre los fardajes, por entre el lodo. la Malintzin la salvaron los tlaxcaltecas. El Oro, los chalchnites, los: cañones y las ballestas cayeron al fóndo del agua.
Entre Tecpancinco y Tolteocalli quedaba una hilera de muertos.
Casi toda la retaguardia habla sido aniquilada. Desde Francisco de Morla basta. Lares, el buen jinete, desde Velázquez de León hasta el astrólogo Botello.
Bajo este árbol detuvo Cortés su marcha; después de huir cobardemente; aquí oyó Jas imprecaciones de sus soldados, cuando don Pedro de Alvarado, malamente berido, en am: cas del caballo de Cristóbal de Gamboa; iba dicienda al que encontraba. Detrás de mí no queda nadie.
e De Popotla tornamos con una astiNa del gran árbol, hermapo del de Santa María del Tule. Los compañeros, comentaban el milagro de los renuevos. Yo expliqué el ezso sutilmente. Hace muchos sislos ese árbol fue un índío guerrero, que obtuvo tras de singulares proezas la oráen de los tigres «y de las águilas. Por eso se ciñe la heroica diadema, el airón de los grandes señores, el verde sagrado. del Quetzalegatl, el descubridor de estas tierras.
Me daban la razón el hombre y el astro, el ¿rbol y la piedra, peduzos del cosmos, sucesión de existencias, facetas del diamante que la vida pule én su hullera, Leonardo Montalbán. o las residencia dl de Cua EGTI: remonía matrir ar il que un Los nuevos esposos renh rior de los Rev. Padres Selesia: tros votos muy sinceros.
Ct»
Misa de Novenario En la mañana de ayer en el tentplo de San Isidro de Coronado, se celebró una misa de Requiem, por el.
descanso del alma de doña Mercedes Peña de Aragón, actua al cual asistieron numerosas familias de las que allí hacen temporada de verano, Estimable viajero 1 del mes próximo saldrá de la ciudad de Cartago, en donde ha permanecido por espacio de. varios meses, el caballero don Guíllermo Andreve. El señor Andrevé permanecerá algún tiempo en la. vecina del Sur y seguirá en viaje Europa, coIso. Ministro Plenipotenciario en Francia y España de la República de Panamá. Deseamos al amigo Andreve una feliz travesia.
La boda Salazar Lizano. En atenta esquela don Juan Fafael Lizano y su señora esposá doña Clementina de Lizano, han tenido la fineza de participarnos el próximo matrimonio de su hija Clementina, con el señor don Carlos Salazar Gagíni. En la misma esquela don José Joaquín Mora. y su señora esposa doña Enrlquéta Gagíni de Mora, nos participar el matrimonio de su hijo Carlos. con la señorita Clementina Lizano. Damos las gracias por las esguelas recibidas y formulámos núestros votos muy sinceros por la felicidad de los jóvenes prometidos.
Hogar de plicemes y El hogar de don Wenceslao del Barco y su señora esposa doña Carolina del Barco, se encuentra de plácemes con el nacimiento de su primogénito. Enviamos a los padres nuestra congratulación y formulamos nuestros votos por la felicidad del recién nacido, Operado En la mañana de ayer le fue practicada una opéración en el Hospitas Corie ordeno ayer a Bbertad Según informes fidedignos que s2 Xos guministrarop el Alcalde Marin o remitió anteayer terde la sumavía que instruye con motivo del halazzo de armas en casa de don Jar tre Esquivel, a la Sale Segunda que pidló ad effectum videndi, pera resolver 2cerca de la apelación 1alerpuesta por el doctor don Julión lríss de la providencia dictada por dicho funcionario, denegando la ex ircelación bajo fianza solicitada por el propio Dr. Trias.
Muy temprano de ayer el PresidenTe interino de la mencionada Sala.
Lc. don Juan Ratael Vargas ValYerde, ordenó al Secretario fuera Persorzlmente en bpsca de la sumasia. En ésta no apsrech 205 la de daración del Gral Quirós, por no Fabersa tomado, ni estaba todavia rmado el informe vertido por los peritos, ds Sata, Segunda se enteraron del eszáo de la pelerida sumaria, se pro ujo entre elos alguna rrolestia, a Ml extrezo que el mie del TELIBIZO 24 2145 q Ersencla se despartho UÍTIO SOSTITO (203 ha erersición.
al doctor don Julian Írias mer informe del Alcalde Cuarto no se dio por satisfecho y solicitó de dicho Alcálde ampliación del informe.
En ambos casos el señor Marín informó que se habían encontrado armas en el domicilio del Dr. Iríaz, pero sin indicación de fecha, resuizando ahora que dichas armas en verdad estuvieroz allí, pero el año pasado, y fueron espontineamente entregadas.
Después de estos sucssos la Sula Segunda revocó la resolución del 41calde Marin y ordenó poner en libertad inmediatamente al Dr, Jrías. las 15. de ayer el Sr. Irios salio de. la Céórcel Píblica y se Cirigió a edia por el tren de la taráe.
Reptiles de Cosía Rica enunlfuseo yanqui ER Des, Y Funqui que estuvo en este pels, ha formado ua mato Museo mia.
de Costa de San Juan de Dios, a don Rafael Hixe, quien de encúentra mejor, de lo que nos alegramos. En la mañana de ayer tuvimos el gusto de saludar ya restablocida de la operación que le fue practicada en días pasados, a la estimeble dema dofa Adela Pérez de Batalla, Dentro de pocos días debe trasladarse a su essa de habitación. No podemos Mmenos de congratular a la estimaple dama por su restablecimiento. Consignacio mente no conocen.
mo PE. Unico Re; La boda Monge Vargas Ester de Varges, zadres de la entragente diserotío, y fueron apadrinados por don Francisco de la Espriella y doña Ana Mería de Leica, Lie. don Cerlos Leiza y doña Marina de Gutiérrez Dor sí y en representarión de doña Maria de la Espriela, don Francisco Miguel Gutiérrez y señorita Adela Peña, don Cristóbal Gutiérrez y señorita Juana de Dios Monge, don Marcial Monge y doña Agripina de Rivera, don Uriel Gutiérrez y señorita Paulina Brenes don Mariano Vargas y señorita Leticia Vaglio, Después de la ceremonia religiosa se efectuó una recepción en la cual fueron finamente atendidos los concurrentes. Por la felicidad del nuevo hogar formulamos nuesle, Solicitamos. en condiciones muy ventajosas, para la importante Casa DE NEW ORK. También lás solicitamos de Cacao, cueros Señores Exportadores: Sírvanse hacernos una visita prontamente, y los enteraremos con gusto, de elgo importante que seguraDE BEDOUT, Sze MAA MA la eecon. los vínculos ecgrados el joven don Ociario Monge y la señorita Rafaela Vergas.
se efert un ieron la bendición del Supeanos, Presbítero don Pío Bal str, pt lomzdo.
Glo uza vez he conversado con Ernestina de Doré; pero La sido suíciente, lo conleso, para que la me moria no desluzca aquellos rizos rabios olorosos violeta, srises que eseruteban 2lz0 intangibk, aguellas maros atentas a subrayar las afirmaciones que desenredaba en casa de la familia de Ar Alejados ua instante de los salones, en donde una festa nos juntara en virtud dé una de eszs disposiciones de la Í 3d la Sociales y Personales Ha mejorado De la ciudad de Cartago se nos comunica: que después de baber guardado cama por varios dias, ha restablecido del todo la virruosa señorita Adelia Jimévez, de lo cual nos alegramos, El baile en Bárba Antenoche se efectuó en la villa de Barba, donde se encuentran de temporada numerosas familias de la capital y de la ciudad de Heredia, un lucido bale, al cual concurrieron numerosos élementos de esta capital.
La festa resultó muy hermosa y se prolongó hasta la media noche.
Nacimiento El hogar de don Francisco Aymerich y su señora esposa doña Esperanza Vásquez de Aymerich, ba re cibido un chiquitin. Congratulamos a Jos esposos Aymerich Vásquez, y deseamos Para el recién nacido un camino de re icidad.
Fiesta Don Abramo Breéciani. y su señora esposa obsequiarán dentro de pocos dias en su finca de Curridabat una fiesta a us amistades, con ocasión de la «celebración de la fecha. del matalicio de su hija.
Oportinaniente circula rán las invitaciones del caso. El vuelo de ayer. Vengitti dio otra sorpresa coh sh pequeño aparato Costa Rica. Después de darle una vuelta a la Sabana tomó altura y llegó hacia el centro de la ciudad, regresando al Oeste por el límite Norte hasta Las Pavas. Le dio dos vueltas a la ciudad como a urna altura de 00 metros. El aparato trabajó admirablemente.
Como sieropre, la Sabana Tne pronto invadida por gran. número de autos en los que llegaban familias que deseaban presenciar el aterrizaje.
Después de quince minutos aparato descendió sin ningán obstáculo.
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señora de Doré y yo nos retiramos al vestíbulo. Se agita usted con el ta, aquellos ojos ias Penumbra Sentimental piensa; y esto, que.
que no ella lo que mn replicar y yos no, la ver es esa, la que se desarrollz en demcuerdo con nuestros pensamei sí conforme leyes más síbiza Tee nuestras. esto miemo sería Usa plica vana. pues por qué no Ea de ser lo que pensamos?
He venido a esta fiesta por mila gro, me han encontrado hermosi, algunas damas envidian nuestro matria monio, usted mismo, Ínjnstamente. me dice que estoy encantadora, y H3die, a po ser mi marido, se da cuenta, de mi vida. euánto no se extrañaria usted si Je dijera que hubo ruezo y vals? No; me son indiferentes.
Miré sus ojos. La luna retocaba los palsajes que babía en sus pupilas, Después guardé silencio. Adentro, el vals ondulaba fantásticamente, un vals úe aquelarre, un vals brujo, Sería ocioso advertir que la aristocracia de Ernestina valíz más: un erespón de seáa verdeoscura, un brazalete de oro, un descote cauteloso, una garganta de la monarquía.
Encengi un cigarrillo; indudablemente me sentía nervioso. No va usted a bailar más esta. noche. SI bailaré bastante; saloméicamente. La risa de Ernestina se perdió en. la noche. Sin embargo, añadí yo, prefiero este retiro; está usted encantadora y en nombre de la simpatía eristiana, que es la que nos selva a múchos, le ruego que me conceda usted el honor de no pensar más en la fiesta. Acaso sea mejor que conversemos de este huerto, de las flores. de esas estrellas que serian dichosas teniéndola a usted por hermana, Ernestina me miró con ojos trisiés. No ha olvidado usted que soy seBora? Sí, una señora feliz, me lo Ááguro. Luego, como si continuara algo que involuntariamente meditara, agregué: Una señora feliz que quisiera no encontrarse con la muerte. Con eso que lamais misterio? Permaneció en silencio. El vals seguía ondulando. Fantasta nuestra, prosiguió enseguida. mi. interlocutora, no es en la muerte sino en la vida. donde está el misterio.
La frase zumbó como un venablo. En realidad, aquella era una. garganta oriunda de la monarquia. Qué quiere usted decirme? Me a2proximé a ella un poco más. La señora de DoTé delineó. una sonrisa, y en ese instante imaginé que habian brotado nuevas estrelias en. el jardín celeste. Que me encuentra belle, dice usted. Pues bien, continuó sin esperar respuesta, esto es la vida. La muerte es aquélo, lo que no es, una desaparición total, un cambio de sitio sí us»
ted quiere; pero la vida. no es para intigarnos más, por sobre todo, puesto que la vivimos, que estamos en ella. Me daría usted una definición de la vida? No; y algo más: en. este momento está usted más desorientado que nunca. Hubo un silencio que nO me atreví a romper. Qué no se preguntaría usted, continuó, si ahora, tras haberlo consentido largo tiempo junto a mí, le ordenase: retirese usted, cabállero, no se figure que soy lo que usted piensa; que, por el contrarjo, consiguiese usied de mí una palabra de amor, no obstante ser esta la primera vez que nos vemos y a pesar de la honradez de que puedo hacer alarde a toda hora. Ah, lo escueko: que qué rara es la vida.
en electo, es rara.
Me encuentra usted bella porque lo que le presento es belleza; sin embargo, no recuerda usted que he es¿do frente un espejo, blanquezndo el cutis, acondicionando los rizos, aprsionardo un pliegue entre alfleres. la vida es lo que usted ve o ¿Es lo que usted ignora. periódico. que nos izforma en la mañana o el desvelo de los operarios. La escera 121 como aparece nuestros ojos o cono se desarrolla entre bastidoTes. Lo felicidad que osteno o las toriurás que suizo dentro de la usa coz loz con: celos de ni esposo. Es la del sol o la eozezMe br tez esratros roja mola Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica Manto para: asistir a esta fiestat Pre sume usted siquiera lo que sobrererdría si Gustaro nos sorprenilera 3quí.:a pesar de no tener la meñor intención de serle infiel? La muerte: DO, amigo mio; la vida el grar misterio. No imaginamos que el xemanso, ese paréntesis cristalino Gel arroyo, desaparecía en cuanto Vegas una piedra a remover el fondo. La señora de. Doré pronunció a media voz estas últimas palábrma; después calló. La Jura argentabe les paleajes de sus pupilas grises; No me atrevi a volcar una: frasel habría Bide irrespetuosa en aquella meditar que la tiansfiguraba. La tristeza da sido siempre negativa: Instintivamente los dos miramres hacia el extremo opuesto del vestfhnlo: la silueta de Gustayo se dibujas como una sombra fantasmal que Besapareció. enseguída. No nos ha visto, murmuró Ernestina; permita me usted que me aleje. Bailaremos otro vals más tarde. Hasta luego.
En otra ocasión. me habría disgustado esta, manera suya de alejarse; pero ahora me envolvía toda su triteza, algo que no sé explicarme, alzar así como una resignación ante el viaJe definitivo de la mujer que amamos.
Permaneci así largo tiempo, alejado de la fiesta, en aquella penumbra del vestibulo. sólo recuerdo que lo que fue la aparición y le desaparición de la señora Doré y su esposo. Habían entrado en un confidente. lznoro qué me Hevó a. seguirlos, si la misma providenela que antes nos uniera, si el pensamiento de un drama pasional; si el: desasosiego que pudiera haber me trajdo una mujer. cuyos secretos eran mios, del brazo ahora de un hombre con quien nunca habría tenk do minutos como aquellos de esportáneas confidencias. Lo cierto es que to me ampare una columnata desde.
donde los vislumbraba, por entre las cortinas de un vano: primero ví ems sombras proyectarse en el tapiz del fondo, Ernestina «al parecer extendíe, su: abrigo. Después, las dos siluetas pasaron al centro del salón. Estuve a punto, de provocar un escándalo en la fiesta: la mano de Gustavo sujetaba Ernestina por una muñeca, she misericordia, bestialmente, con la dacia de ua luchador frente a un guerrero; ella ocultaba el desorden. de sus cabellos rublos entre la piel de vutria, sin la coquetería siquiera de una protesta salvadora. Un rumor de frases roncas taladraba la soledad del aposento. Por qué eres tú asi? Sabizs que estaba. Iría a extranguelarla? Cerré los ojos; prestarle anxXillo habría sido hundirla y justificasla crueldad de su verdugo.
Momentos después, sin otro desenY. liuce, se retiraban de la fiesta. Ye permaneci anorzdado ¡mirándola alejarse por entre las callejuelas del jur.
día, subirse al casruaje, al otro lado de la verja, mis ojos la siguieron ez el color verde de las farolos del eoChe, a lo largo de la avenida, hasta que expiraror en el fondo oscuro. Extonces me dí eventa de que entre trás manos estrejaba una for Cue hebia toézdo de su pecto 21 descender por la escalinata en donde hay 12 copóz de márcol viejo. Me devolvi szboreando tra tristeza; adentro rela ee vis en la orquesta, un vals de eque larre, un vals brujo.
Desde ectones vuela inmensantetente el Uempo: en el curso de los me Le preguntado mun veces Olvidz en iema los SEGUIA vino. a sacarme del ensimismamiento.

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