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e. DIARIO DE COSTA RICA Í Jueves 24 de marzo de 1921. CUATRO EL PROCURADOR DE JUDEA PONCIO PILATOS oelo Elo Lemia, macido de pa ires ffustres, en Itella, po se Debía gultaco zún la toga preterta (1. uando fue a estudiar Filosofía ja los sclav0z, los feroces eteniensos, Toraó Ro ama, y en su casa del menta Esquíit320. Mevó, entre jóvenes disolutos, na, vida descle jlones criminales con Lépida, muJer del personeje consular Sulpicio Quirino, y reconocidosela culpable, Jué desterrado por orden de Tiberio Tésar. Al sucecer Cayo a Tíberlo, zonsiguió Lamia volver a la ciudad y hasta recobrar parte de. sus blenés. El inforinnio fe había Lecho juicioso, Rebuyó todo comercio con les mu. res de condición libre, no preten los cargos públicos, mantúvose 2jado de los honores y vivió ocuk. en su mansión del monte Esquili.
a. AMI, escribiendo acerca de cuan. había visto de nofable en sus T6atos viajes, hacta según él, de «us pasadas emarguras la diversión de las horas presentes, En medio de zQuellos trabajos apacibles, y en la xneditación asidua de los libroz de Epicuro, vío llegar la vejez cor mo Poca sorpresa y algún pesar. los sesenta y dos años de edad, aqueja Wo por. un molestísimo Tema, fue Errores dfoses que me permiten volver a vertet El anciano dió orden de detenerda y miró atentamente 21 hombre que le saludaba. Ponelo, mi muy querido hués.
ped agrezó Este veinte años tan voluptuosa; pera, babién blanqueado mis cabellos y ermugado ¿cusado de mantener rela. mi rostro lo bastznte para Cue Ya ua reconOzCeS a tu Elio Lamia, a1 oír esté nombre, Poncio Pilato echó pie uerra ten vivamente.
como se lo permitizn la fatiga de su edad y la pésadez de sus movimientos. Abrazó a Ello Lamía dos veces. En verdad que es dulce pare mi el encontrarte nuevamente le dijo.
Tú me recuerdas ¡251 los antiguos días, cuando yo era procurador de Judea, en la provincia de Siria. Hace treinta años que te ví por primera vez. Fué en Cesárea, donde arrastrabas la enojosa vida del destierro.
con mis) zorzales, ostras del Lucri¡no y lamprezs de Síeitte, Duranta la comida se interrogaron Poncio y L2mia acerca de sus enfermedades res pectivas, cuyos sintomas describieron minuciose uno a atso los distintos se les había Después, felicrióndose de estar peu nidos en Baras, encarecieron pOr fía la belleza de aquell suave clima de que 2lli se gozaba.
Lamia celebró, por su parte, la gra cia de las cortesanos qu ban en la playa, cargadas de ora y hacierdo ostenteción de velos primoTosamente bordados por los pueblos mas el antiguo prócurador úeploraba un lujo que hacía pasar el dinero romano a los tranjeras y aun a los mismos encrajgos del Imperio, a cembio de vanas pedrerias y de telas de araña tejidas bárbaros Alarte apra. comunicaron emedios que recomendado tomar. gusta para costas y el puraz.
nacion Ex sobre solidís; GDA pirendo quisa rr ÁÍ110S Arcos, por la meno dei hombre, Vinieron luego e discurrir sobra lea grandes obres ejecutadas en la comaárea y hablaron del magniñco fuente estable»
cido por Cayo entre Puzol y Bayas, y de los canales construidos por 4uer las 23u23 del mar los lagos de Lícole y Averno. También yo deciz Poncio, sus»
emprender importantísimos tratajos de utilidad pública.
Cuando, por mi desgracia, ge 16 con. el gobierno ds Judea, tracé los planas de un acuerducto de doscientos estadios que. debía levar a Jerusolén un caudel de agues abundantes Ordené que se diera princípio las abras; pero los Hierosolimitanos, lejos de ver con satisfacción cómo se elevaba aquella vía que, cimentada debía llevar su cjudad, al mismo temp que el La Azucena Pálido y silencioso como un muerto, el cáliz rebosante de amargura de la. mano de un Angel, Cristo apura bajo el olivo místico del huerto. nie Bajo sus plantas floreció a desierto, con su perdón purificó a la impura. Dijo. Despierta! y en la sepultura. Lázaro respondió: ¡Ya estoy despiertol.
Spura el cáliz hasta el fondo, y luego vierte en él una lágrima de fuego que el áureo vaso hasta: los bordes. Uéna, E A RAMAS t. m9 sas.
PAR Sap Rp A añ Tiemblan sus manos. ca, sola, goto, CTS Evan 2omar las aguas de Bayas. ÁqueBas costas, muy apreciadas de los Slciones en otro tiempo, ersn fre nentadas a la sazón por doy romamos ricos y ávidos de placeres, Por espacio de una semana vivió, solo y sin amigos, entre Ja concurrencia britlenticima, cuando, por sentirse áxil cierto día después de comer, se de ocurrió subir a las cofinas que. tubiertas de pámpanos como las Da«cantes, miraban al mar.
go desciende al suelo. y en el suelo brota ¿6mo un cáliz de nieve una azucena!
Bos. Francisco Villaespesa Por ANATOLE FRANCE.
egua, la ealut, janzáron atliódos las timosos. Reunidos tumuiriarizmen1, bablaben de szcrilegio de impiedad, arropellaben los obreros rscben les pledres de ls cimenuz gran cuestión Murmus ró Lemia la de saber sí debé lacerse le felícidad de los hombres Pesar uyo. Poneio Pileto contipré sin oiriez. Rehusar un acueducto. Qué insigne locura Pero Que Cuanto de los romanos proceda es aborrecibie los Judíos. Repútanngs por seres impuros, y solamente Duestra ción pera ellos. Los Judios repusy Lamis son muy epegados su tradición.
Acusibante injustamente, convenga en ello, de que pretendias abolir su ley y cambiar sus eostumbres. Aas We ES he presencia una profaznasinzción. Pensaba 6n que us día pudiera muy blen 2ar a Júpiter de los Judíos y tna DO? Asíá y te con su odio. Por gue Africa DOS ha núádo ya buen númoinvisible de los Judíoz aizún día en Ostia, ver!
Ame la dez de que un dios pudle. échate a tem. sonrisa arimó el rostro perora. procurador.
Lemia estorzóse en llevar la con.
versación terreno más apacible. Poncio 4ijo, me exblico Tácgp.
mente tus 25 j08 rencores y tus far dicos presentimientos, Lo que tá en.
nocíste del carácter de los judíos po hablz elertamente en eu favor; Pero yo que vivia en Jerusalén como cyrioso, y que me mezelaba con el pue jbio, pude ebservar en eéllon virtudes obscuras año permanecieron veladag para ti, Conocí Judíos llenos de dul zura, que por la austeridad de 2yy costumbres y la. nobleza de su alma. recordíbanme 16 (18 nuestros Poetas hay dicho del anciano Ebalia. tú rismo, Poncio. viste expirar, bajo el palio de tus legionarios, y hombrés acillos que sin revelar siquleja sn nombre sacrificábanos Ara ent Sart.
ro de dioses. Ponclo: si el Júpiter desembrrea, venir desde Judez a Rome, un o Viernes Soplo tremendo de borki 2d OSCKYE en que la tierra se Jubrió de espanto hora del lerimo día, por el incomprendip que moría.
La nave en alta vto se balances en lucha, con el pifago que ondea bajo las alas del Hiracán corsario. pienso que el ¿clón enfurecido, Santo 6 bajo los tumbos de la juar que crece. e? desmelenada, en trágia locura. como un inmenso león que se estremece. a. Marca un reloj las ebs del Viernes Santo, Í? la misma. le está contando la epopeya de squgre PRI qa Cúpome la suerte de dulcificártela un poco y, por amistad, Lamiz, me seguiste a aquella tristísima JerusaLlegado a la cumbre, sontóse ¿l lén, en domde los Judios me harteron Lem borde de un sendero, bajo un tebe ide pesadumbres y disgustos. Duran Cons HT Ma tum. Finto, y dejó errar lz vista. por el te más de diez años fuiste mi com Te ¿2menisimo paisajo. pañero y huésped, y ambos, hablando. Lamia sacó de un pliegue de su ús la Ciudad, nos consolamos jun Tristeza, en los. contornos. Un sol agonizante loza un rollo que contenía el Tra tos, tá de tus amerguras, yo de mis entenebrece, como pora que ol mundo asombre. tado sobre la Naturaloza. tendióse grandezas, la décima quinta hora. Señor, en este instante en al suelo, y disponiaso a leer cuan, Lamia abrazóle nuevamente, abandenais la tierro por redimir al hombref. do los gritos de un esclavo advirz No dices todo, Poncio: no re. e Aéronle que se levantese para dejar ¿tuerdas que, en favor mío, usaste de.
Daso a una Hera que emendia por tu crédito cezca de Herodes Antipas, Desde mi dzul terraza, contemplativamente, ansosto sendero de las viñas. 41 que me abriste con Mberalidad tu he visto vuestra angustia, vuestro dolor sagrado; A a reta Pa esto eoicluyo Pencto. y al veros en la turba que os arrastró, mi frente Se par. ecado.
do en ls elmohañonea Un corpe Los vapores de azufre que se elevan. se estremeció, ci bie de haber tama én Pp y lento anciano que, con la frente epo j3e los campos Fiégreos tienen mayor 2 muito.
qata en la diestra, miraba a todos virud cuando brotzn de la erra. desenfrenado traido das rías 1 lsdos con ojos sombrios y ATrogan decita aúr por loa reyos del sol. y el eco me he Eraído tala pez má pronio insulto z azuileña descendis Las ec en loz labios, encuadra.
Su mandíbulas.
creyó reconocezlo Gesde ez momento en llemerle; 01) Pretevtsa, sezón Dice o de da Acichia Es na Fuer anta y ro po especia de lam a 29 que me apresura. Adiós ésto que hallo nueranente a. Quiero aprovechar mi bue. Elto Lamia, dignazo ve2 cenar conmizo. se caA PE ha mater lizado tal vez mi propie St, he uecedo dastante dentro de la locura que guerdaxn los e sentido la gloria del rino rebosante rio fatal de las mujeres. gozado ein embargo.
kan herido en risL.
iacerer: les Rorcs, alegres MEzquinas, no cmergo. Sesto la corona de espinas.
oral Migue Tapigar. bros, y replicó: no te ot Ponlo. 6l te dizo que no siempre obraste, de la manera más a propósito pa: su funesto error, Particularmente vejíbaslos haciendo que tus legionarios guardasen en la torre Antonia las vestiduras y ornamentos del sumo scerdote. es preciso reconocer, ate aún ell es tar educados como rosotroá en la contemplación de las cosas divines, los Judios celebran. misterios yenerableg por su antighedad.
Ponclo Pilato e encogió se hom desvanecer No Uenen conodmiento exacto de le naturaleza de fox úloses, Adoran Júpiter, pero sin darle nómbre ni forma. Ni aún bajo la Úgura de una pieára, como haser algunos pueblos del Asia, lo veneran, Neda saben de Apolo, de Nepteuo, de Marte, ni de ningune dios2. Creo, sin embarga.
que antiguamente adoraror Venus, pues todavía doy les mujeres presenten en el Sra paioras en lidad de vieiimes; y tú sabes, tan blen como FO. qUe los imertaderes gstablecidos en el póri co de loz templez venden, Peres de dietas mar estremecido. del Calvaria.
Jaramillos Meza y pOr «na causa que ellos erefan jus ta. Hombres así no merecen nuestro desprecio. Hablo de este moda por que conviene ser, en todas las 00323, mesurádos y equitativos, aunque confieso Dn haber experimentado jamás grandes siompatiza por log judios, Las judias, por el contrario, ma gus taban extraordinariamente, Yo era joven entonces, y las sirizcas produclan honda sensación en mis sentídos. Sus encendidos labios, sus ojos húmedos y fosforescenteg en la sombra, sue profundas miradas, mo pene traban hasta log tuétanos, Muy aclcaladas y pintadas, oliendo a nardo y mirra, impregnadas de aromas, 50 carne es de un gusio raro y deliceloso.
Poncio ola, Meno de inpaelencia, aquellos sloglos y alebanzas. No era yo hombre fácil pera caer en les redes de las judizs exe clamó y, puesto: que me obligas a decirtelo, Lamia, jamás aprobé 61 ipcontinenelá.
Pera el desterrado de Tiberio no escuchah ya ul viejo magistrado Después de vaciar su copa de Fa lero, sonreía a alguza imagta invisible, Tras un moxento de sijenció, con tinuó en voz muy baja, qua fu ela2 Un judio que. oo porta hos:
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