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JUEVES 15 DE SETIEMBRE DE 1921 Fray Vengo persuadido, ecñores, que no extrañéis verme 6tupar. este lugar, ri el honor singularisimo que me ha86 la Tical Sociedad con el encargo de dirigiros la palabra. Os es cónstanta el antor, y Empéño con que he procurado servirla y estáis mirando que aun con. mortificaciones sigo sus Pasos, por ser Jos mios tardos y poco servible a un cuerpo activo, que avañza espacios inmensos en sii carroYA. Soy pues el drador, porque la sociedad para sus desertpeños no hustn tanto la capacidad, y erudición de un socio fecundo y elocuente, cuanta al ztecto y fervor de un hombre de bliena voluntad. Há hocho juicio que mismo deseo que tengo de ¿teriar tómiinicar a mis discursos aquel vÍgor, y eficacia que son peculiares a las exposiciones del amor, para. tocar en lo sensible, y hacerse éxcuekar del corazón. Hablaré, y sólo hablaré de la sociedad: porque quien g2ma de veras sólo sabe tratar del objeto de sus atenciones. No culparéls que manifieste tanto mi pasión, si tenéis la bondad y paciencia de oir los fundamentos que me asísten para juzgar que la sociedad patriótica de Giiatemala merece todo nuestro amor y apreció. Si las pruebas de esta bondad no fueran tan luminosas, señsíbleg y palpables: sí la grandeza de sus accionés no fuese bastante para dexaros eternamente persuadidos de vuestra Obligación, en este caso ho seria yo cieriatmente el orador, Quando me ofrecen :un Asunto estéril, pobre, y que carece. de calidades recomendables, me niegó decir, porque no tengo aquel impulso mañero y artificioso, que se requiere Para alucinar con las palabras y para tornearlas de manera que hagan parecer grande una cosa que. no lo es en realidad.
Dios bendito, que para detiros el mérito, y. dignidad de mi ilustre sujeto, tengo bastantes materiales, y la abundancía es ló único que puede embarazarme.
Entro así ea mi argumento alegando una nube de testigos: vuéstros ojos, oídos, manos, y experiencia son mis fadores; y creo que los encontraréis más llanos, legales y abonados.
Dígolo porque a vuestra vista, y pacincia han pasado las acciones de la Sociedad désde su fundación, y no se señalará ima, que no haya sido por serviros, Asi es: porque la Sociedad, para formarse no tuvo más miras que dar fuerza, orden, actividad y energía a les miembros débiles de vuestra patria.
Sí solicita, compara, y adopta arbitrios, cuya utilidad se vez acreditada con la experiencia, es con el de abreviar a vuestros pobres los caminos de la subsistencia. Si comeulta prácticas de las otras sociedades, y se vale de muchas de sus máquiras, Esto decartento se prepicdad co la Bisto: DIARIO DE COSTA RICA os Discurso del nionio de Liendo y Goicoechea Instrumentos, ts con el empeño de añadir fuerzas al brazo del ariezano, y de úar valor su trabajo. Si se baxa, reduce y acolnoda al humilde inecánico, y deslucido estudio de la composición, armadura, juego, y manejo delos insirumentos de las artes, y oficios, y lo que admira más. se precisan uns hombres seríos, venerables, a verce confundidos, barajados y. revueltos con: aprendiz niños y gentes de toda broza, es por el interés de aficionarlas al trabajo, de insplrerles amor a sus insErumentos, y acostumbrarlos a que los miren como los materiales fecundos de sa dicha. Véis eomo voy to»
cendo por la suferficie, y como desforando el asunto de los trabajos de la Sociedád? Pues sabes gue es imposíble tocar tantos de otra suerte; mas no por exo dexaré de trataros del que más me lleva las atenciones. Esos infelizg que véis arrastrarse por laa calles, andrajosos, flacos, descoloridos, y extehuados: 30s, esos desgraciados individuos de nuestra especie, que por tina incomprensible disposición del cielo, soporian ellos, y no nosotros, todo el peso de calámídades, que aflizen a la tierra: esos objetos lestimosos, de que compadecida ya la muerte misma, se apresnra a arrencarios de los brazos crueles de la mMiscria, que los recibió a hacer de intento para ultrajarios: esos son con especialidad los que ponen en ejercicio la paciencia, y la ocasionan un cúmulo inapreciable de merecimientos. Su hambre, desnudez, dolores, lágrimas: ved ahi el difícil sujeto que la ocupa, y oprime sobremanera, por la misma complicación que experimenta entre los deseos vivos que la asisten de remediar el mal, y los obstáculos insuperables que palpa, y la detienen en la execución del blen.
No podré contaros los proyectos que ha meditado, y cuya aparente solidez ha invtilizado el trabajo de mil preciosas horas, ni menos sabré decíros los malos votos que ha pasado por el tedio, verglenza, y apuro de verse sin facultades, y expuesta a la si añada desprecio, de aquellos mismos puntualmente que podian y debian realizar sus piadosos intentos.
Ya veo que aquí me suspendéis, diciendo, que todos estos cuidados y misericordiosos oficios en la causa de los miserables, no son peculiares de la Sociedad, sino que sor résultas, neceraries de la obligación, que las leIngolencia, frialdad, apatía, y no sé pronunciado en la Sociedad Económica de Ámigos yes natural, divipa y humana inumen todo hombre de cualquiera secta y condición. Convengo en esto y quedamos de tna vez, de acuerdo y que los pobres son hijos de Dios, hermanos nuestros, y la naturaleza les dió igual derecho que a nosotros en sus frutos y producciones; y si los primeros pobladores fueron poco escrupulosos, y equitativos en la repartición, mejorando a unos en el tercio, a tros en el quinto, dejapdo a muchos. expuestos a una subsisteneia precaria y contingente, nosotros no debemos imitarlos, sino ser justos, y el privilegio mísmo que nos hace exectos de Ja desgraciada suerte de estos inválidos, nos recuerda vel precepto estrechísimo de Andemnizarlos, en la pósible, Mas alfora digo yo, que por lo mismo de ser está obligación común, devéis estar agradecidas a los esfuen zos que hace la Real Sociedad para libertaros de esta carga: por que esto es lo mismo, que preparar los hombros para aliviar los vuestros Je Bna cruz que siempre. habéis creído pesada y molestísima; es hacerse el cargo de allanar con la prudencia, y vigilancia de sus socios los inconvenientes, que trae consigo una limosnz indiscreta, Creedme, señores, que sólo una sociedad emplezda en este asunto, capaz de desembarazarse de cón cordura y discreción. Para que mejor lo comprendáis, suponed un limosnero con toda la capacidad y entereza que querráis: le es impole acertar. Dará limonsna: pero dexará en pie la méndiz Zuez: socorrerá verdaderos pobres, pero igualmente mantendrá legítimos zánganos, 0lgazanes: sostendrá el bonor de una joven inocente, y electiva; pero al mismo tiempo dará fomento a la embriaguez, lascivia de un tunante.
No sólo socorrerá gente ociosa, sino que lo hará: porque muchos abandonarán el trabajo, observando que el pedir es oficio fácil y cómodo, y más, caminando lós bribones sobre el seguro de que los dantes no tienen poder, ni medios para descubrir 21 mundo su rapacidad y superchería. Sin embargo, el límosnero bien intencioado a todos generalmente los socoTre, diciendo para si: con tal que quede socorrido uh pobre que demanda el socorro de justicia, lNévelo también en hora buena el perillín, que do hurta.
Os suplico ahora que. rellexiontis, sériamente sobre una consecuencia natural, que legítimamente se deduce y de lo que acabamos de hablar, Le PS dede Cira y devo. PAGINA 17 conseguencia es ésta: luego un sujeto de facultades, que tiene arbitrio pronio y seguro pera distribuir sus bienes sobrantes con tino, y discernimiento: que se le presenta un recarso fácil de hacer 5us limonsn. sin peligro próximo de fareránids en malvados y violadores de las leyes: que se le ofrecen personas llenas. de zelo, por cuy2g manos camínarán sin desfalco alguno sus dádivas a los lesitimos acreedores de ellas, estará obligado en consecuencia valerse de este auxilio úbio, y presentáneo, Tiene esto duda?
Varones misericórdiosos, bienaveno turados limosneros, que habéis eneontredo el importante secreto de sustentar vuestras almas con el mismo pan cón que alimentáis al hambriento, de cubrir las ofensas que babéis hecho a Dios, cón el vestido que dáis al desnudo, de comprar el cielo; con dinero, y de asegurarlo.
allá donde no llegan los ladrones, log temporales, ni las desgracias: no malograréis porción alguna por pequeña Que sea de la que empleáis en tan ventajosa negociación; porque ciertaménte perdéis aquella parte, que sirve para sostener gentes perdidas, y abandonadas al vicio: si yo Dudiese descubriros los desórdenes, que con inculpable ignorancia habéis hásta la presente foméntado! Os llenáFías de horror. Meditad ahora otras utilidades, que sacáis de la limosna distribuida por agenas maros. Por de contadoos eximiréís de un trabajoso afán eho de espinas e incomodidades; no escucháis quejas, ni murmuraciones de los que, creyéndose acreédores de mejor derecho, 0s suponen apasionados, y menos rectos en vuestras ¡n tenciohes; alejáis de vuestro corazón la vanidad, y la kypocresía, que son las carcomas, decía el Seráfico Doctor, que consumen, pierden y aniquilan, la mayor parte del mérito de las limosnas: mas para qué cansaros?
La Sociedad os facilita el único medío de hacerlas razionales, y méritorias. Y vamos ésto: no es así coma se gobernaron los fieles de la Iglesia primitiva? Así cabalmente. porque los Apóstoles formaron el primer cuerpo de Sociedad destinado pára recibir las limensnas, y repartirlas con desinterés, elección y claridad.
Dexaron los Apóstoles este ministerio por entregarse al de la predicación, y entraron a sustituirlos sipte hombres escogidos, ruyos nombres venerables nos ha conservado el libro de los hechos apostólicos: y así siguió la Iglesia por muchos siglos esta saludable práctica, Admirable disposición! Sabia, prudente, justa! Fue tan gentralmente aplaudida, todas 1 Pasa a le página 20 laica.

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