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Mares, 18 de abril de 1922 DIARIO DE COSTA RICA PÁGEIA vida LOS la Semana Santa, a pesar de que la gran mayoría de pues o familias salen alos C2mDpos y pue VECINOS, resultó en es muy interesante, a eindad de este año fué Incidfsi, cidísima y cada Párroco bizo cuanto estuvo a su Cance para contribuir al buen éxito de los actos litárgicos. Es de lamen. tarse que los escándalos no se puedan evitar, pero todo es explicable si con sideramos que buestras estrechas ca es tienen que recibir miles de perso Ras, no todas acostembradas el recato y buenas maneras, Como siempre, Los monumentos En todas las parroquias tuvieron especial interés en la construcción de los IOnonentos que se erigen durante los oficios de estos días, que den prin CGpio el jueves en la mañana. monumentos más interesantes fueron los de la Catedral y el Carmen, Las procesiones Como de costumbre, se efectuaron las procesiones saliendo el Jueves San to, a las 17 horas, de la Catedral la de Jesús Nazareno amarrado; esta proce cesión llegó al Carmen a las 18, 30 ho ras, donde se efectuó la ceremonia del lavatorio de los apóstoles. El viernes, a las 11 horas, salió la procesión de Jesús con la cruza cues tas, que llegó a la Catedral a las 14 koras, procediéndose al acto del enclavawiento. En esta procesión hicieron, o. de Verónica, Lupita Sáeoz Mora; de Samaritaba, María de los Angeles Aguilar, y las tres Marías: Zulay Acos ta, Matilde Cañas y María Andre.
El Santo Entierro las 15 horas se efectuó en el templo metropolitano el sermón de las siete palabras, y terminado éste se juició el desfile de la procesión del Santo Entierro, al cuna asistió el Ilmo. señor Arzobispo. Representaron las siete palabras las viñites Marta Villalta, Lygia Odio, Margarita Obregón, Angela Cordero, Margarita Vásquez, Isabel Martín Tinoco y Carlota Alvarado.
Angeles del Santo Sepulcro: Isabel y Lidia Vargas Facio, Hortencia Valenzuela, Avita Valverde, María Fer nández Martín y Angela Roig.
Angeles: Darío Guardia, Carmencita Vásquez, Martita Cañas, Marta Bonilla, Anita Villalobos Segreda, Clarita Sáenz Zúñiga y Clemencia Fernández Durán. Por la noche tuvo lugar la ceremomia de las tinieblas y en la Soledad la vela del Santo Cuerpo de Jesús.
La Procesión del Silencio El sábado a las 17 horas salió de la Soledad la Procesión del Silencio que se hace sin Banda y dando vueltas por ja Catedral regresa de nuevo a la Soledad.
La Resurrección El domingo a las 30 horas hubo procesiones del Resucitado en las La Semana OFICIOS DE iglesias de la Soledad y Catedral, en ambas por el interior del templo.
La orgacizadora de las procesiones ícé doña Felicia de Valenzuela quien ayudaron don Alfredo Ramírez y don Guillermo Zútiga, que merecen sincera felicitación por el objetivo al capzadó.
El poema divino Poz RICARDO MIRÓ El rubor de Jesús La czss de Simón se mia Hera de gente, que en puntillas se levanta, pres os quieren la sarta palabra de la Loca ES7arera.
AA anta en esta Capital RITUAL LAS PROCESIONES De prosto Lay un curmullo decnlmera.
es que con peso grave se adelanta y de Jeosís ante la humilde placita se arrodilla la herriosz ena. cuentan que el astírimo rabino el sentir en sus pies de peresrizo el scaye roce de la rubia trenza, eztornó les pupilas Hlandamente, y como oyera mormurar la gente ensojecó de sábiia vergpiecsca, Mougdalena Magdaleza era un lirio que entreabría sa cálizal amor, como en la zoche abren los astros su exceudido broche síio pera cantasle e la slegría, La subia cabellera le caíz como 25 marto imperial, en pa derroche de oro y de. Era nu reproche sn voz lleza de amor y deasuozia, Sobre la palidez de sus ojeras sus papilar de quimeras texían yo zo sé qué descozsaelo. era traidora: tal urna lagrsa que a lá juz soZledora de la Loza copia la gran serenidad del Cielo.
Jesucristo El más ¿nice de tocos los rabinos Jesés envuelto es misteriosa lumbre predicando el amor, la antre, ajó la rosa de sus labios nos, Do LA RESURRECCION. amerte es propindad de a Biblioteca Hace veinte siglos Hace veinte siglos, el Señor de los Mansos entró a Jerusalén como venía por las sendas magníficas de la fé, traía dentro del pecto un vidal de palomas diáfanas, de perdón; y en sus labios florecían las parábolas sedeñas; y en su rostro dulce se juntaban dos blancuras: la sublime de la hostia y la resplandeciente de la nieve.
aman. e. hon. Cómo. exclamé oy, cuando al cumplir veinte años, entró a mi Jerusalén el Señor; cuando ya necesitaba de fortifcar mi, alma con las sabias doctrinas de Kempis, ya había olvidado; cuando el dolor de ser hombre y el de ir por las siete víasmalas hbicieron que en mi frente, precozmente, a2somara un Jeve pliegue y asiexciamé, porque a los ojos de mi alma enferma de otro modo se apareció el cuadro que contem plé en la infancia.
Mis al fijarme en el índice dese diestra mano, que como un lirioseñalaba el in n:to, reicxioné, y pude ver lo contrario de lo que en la tierra: como una escala de rosas polícremas, semicubiertas de nubes. Las nubes son las alas de que se sirve El y en las que vió y leyó el visionario Juan. Mientras los riños soureían con el mx en dos labios, lo mismo que lss mujeres wírgenes, con palmas en las manos y tleluyas en el corazón. Feroe MoNnTENxGRO Su sombra fué por todos los caminos y El, de testo cuirar la muchedumbre, ya tenía su oscura pesadurbre impregrada en los ojos sibilinos.
Risceña berba, luminosa, de oro envolvía con místico decoro an faz entre usa enredadera loca; aute la absorta gente que lo oir, la enredadera de oro Lorea rosales de ternura par su boci. encuentro Como usa mariposas de Oro y rOSa, como ua gigantesca mariposa, la Tarde iba rolando, prestrosa, a quererse en las llanas del Ocaso.
De prosto, con ua nimbo de destellos que la tarde ponízen sus czbellos, Jesús bordó a lo lejos el camiso. trémula de amor y de ternura se desprendió de la pródiga bermosara.
tras de la buella del Pastor Divino, La confesión Del brazo de Jesós va Magdaleua, y se ven sus cabezas tan unidas, que sus sombras absortas, distraídas, ura sola parecen en la arena.
JESUS Dicen las gentes que no bas sido buena, y aungue hay bocas que cuenten tas caidas, tns pupilas de adormecidas. no me hsblan de maldad sino de pena, MACDALENA Fuí con el corazón puesto eu. las menos dabdo nú alma y mi sangre a mis hermanos porgue encuentro en ser buena mi alegría; Mas si amar en el prójimo es o, radme, no tanto porque he amado, Señor, como porque aro via.
La tentación Bajo la blanes lnna que con vuelo de paloma cruzabe el infinita, era la voz de Megdalera un grito, lleno de angrstia y de amoroso aubelo.
Jesucristo tembló. Quizá en el cirlo cos su pluma de oro, ua serolito dejó a sos ojos en la som: escrito. algo que lo llenó de desconsuelo. quedóse clavado en la llanura mientras que Magdalena, con ternora 31 Sjabe en él sus dos pupilas bellas. Y el Divino Pastor, todo aturdido, tembió, cual si le hubierap sorprendido para verlo de cerca dos estrellas, La mañana siguiente La mañana siguiente, 0na serena mañana, luminosa cristalina, predicaba el Maestro su doctrina de mansedumbres y bondades Mena, No adviertió la popila nazirena que envuelta entre la gloria matutina, a lo lejos venía la divina.
escultora triunfal de Magdelena.
Ella avanzó con planta cuutelosa y por sobre la turba religiosa dos ojos puso en la cabeza santa; un instante fugaz e imprevisto, palideció al mirarla Jesucristo y se anudó la voz en 5u gargantas. 23 o AI JESUS SE APARECE SUS DISCIPULOS 31 iguel Obregón Lzano de Sistema Nacioral de Biol ctecas del Mr sterio de Cultura y. uvested, Cos:a Rica

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