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Domingo, 23 de Abril de 1922 DIARIO DE COSTA RICA PÁGINA SIETE Sensacionales revelaciones acerca de la Isía del Coco Cuando la señorita Sadds He país todos los diarios se Ccapars su viaje a la isla del Coco, dardo cu todas las informaciones al respecto algo de verdad y mucho de fantasía.
De algún modo se satisfizo el interés del público, Ahora, estamos en condiciones de poder escribir una relación auténtica detallada, 2cerca del vieje de la seño.
rita Sands, tal como nos fuedicha por un mariso de su tripulación, que hizo apuntes en aquella oportunidad y que realmente, son muy interesantes, hasta por su tinte folletinesco, mejor dicko Iuisterioso. Los lectores juzgarán de la importancia de dicho relato.
Los gastos de la expedición Solo estos números merecen aten ción cuidadosa.
La señorita Sands en sn viaje a la isla del Coco, gastó aproximadamente unos treinta mil colones; no se gastan así no más, por simple sport, y en aventura peligrosa.
He aquí el detalle: alquiler de la lancha Santa Rosa 000 pesos; aceite pagado a la Empresa de Transportes de Nicoya, 000 dólares, provisiones 000 dólares; sueldo del cocinero, dólares diarios; capitán Fox 100 dólares; sueldo del perito náutico, 100 dólares; marinos a colones diarios durante 14 días; gastos de permanencia de la propia señorita y sus compaBeros, etc.
Sólo estos números merecen meditarse. Iodicsu que el viaje era comercial y no de recreo.
La vida a borda. Afíss. Sands y el doctor Newton. Un de: teclive norteamericano. La balija negra, De Puntarenas salieron los expeidcionarios en la lancha «Santa Rosa»
el lunes 13 de mayo a las once de la uoche. Dorante el día los viajeros sólo dos weces se encontraban juntos: ala hora del almuerzo y a la hora de la comida.
Durante la noche las cosas tenfan su organización especial y era del modo siguiente. En popa (en una división al efecto hecha) se recogían Miss. Sauds y el doctor Newton. En esta división colocaron tres cofres y cinco balijas, entre ellas una que ellos llamaban la balija negra por su color; se la ponfa de almobada la señorita Sands. Ala primera división seguía otra: dormían allí el Inspector de Hacienda don Mariano Rodríguez, el capitán Eduardo Desdemoines Hugrú, el capiíán del navío fraucés Snsaki que iba de perito núutico y don Fernando Rothe, delegado del gobierno costayricense. estos señores seguía la tripnla «ión y por último en la popa, silenEstá explorando la isfa une gran compañía norteamericana cioso, hermético, el otro compalero de Miss, Sands, Erresto Daed, con Pistola en mano o 21 cinto, y que tecía apariencias de detective rortes mericano.
Toda la noche dando zuelfas al rededor de la isiae. El doctor Newton no cesó de hacer sonas el silbato del barco.
La vida ebordo no fué de emociones; el mar inmenso nada más, Se levantaban todos a las cinco de la ma Sana y se acostaban a los ocho de la nocke. De díz se lJefan novelas o se pescaba.
El día miércoles 15, ales de la tarde divisaron tierra: no envolvía a la isla aquella tarde la niebla encontrade por otros antes. Se divisaban claras las anfractuosidades de aquel pedazo de suelo tico.
Yala la vista de la isla, las máquinas seguían funcionando. No echaron anclas inmediatamente, como era lófico: sino que toda Ja noche la Santa Rosa pasó dando vueltas al rededor de la isla; la circunvalaron unas cuatro veces más, Lo más raro de todo fuf que el capitán Newton, el que no desamparaba ua momento a Miss Sands, via su famosa balija negra, estuvo to.
da la noche baciendo tocar a intervalos el silvato del vapor, como daudo el aviso de su Hegada.
Los pitazos, como es natural, no dejaron de alarmar a las personas extrañas a los proyectos de la bella ar gonauta, que se condujo siempre reservada con las personas que no eran de su entera confianza.
En la bahía de Waíjer. Lo que se encontró en una de las diez casas de la bahía. Botiquín, caÉres, etc. las a. entraban en la bahía de Waffer situada al oeste de la isla. Waffer era el nombre del médico cirujano y cronista de los famosos piratas Morgan y Drake, y fue quien le dió nombre a esa bahía. Antigua mente a ese lugar se llamaba Santa Cruz.
Lo que sigue es copia del diario del tripulante que nos proporcionó estos datos. Dia 15 (jueves)
El Comisionado del Gobierno, Sr. Rothe da a Mr. Fox la orden de desembarque en un bote para explorar la isla, a lo que Mr. Fox mavifesta que va a la orden de la Srita, Sands.
El Sr. Rothe, en vista de eze obs.
táculo, dispone bajar él a tierra, sólo, y asílo hace llegando a la primera casa El a Ez zz NOTA IMPORTANTE. Di: este momento, praciaz al evorm 88206. Hama mía ché ve sope?
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Tal vez tenga ya algunos de estos discos, en cuyo caso Je Tendremos sumo gusto en atenderle cormente y en darle cualquier informe que desee acerca de los articulos seguramente deseará sos es dar una diste, pues en rtido que recibimos, podemos ar Por un dolar y noventa efzlos derrás en nuestro estableciar.
PIZA HIJOS a hiss Szndás Ulevó últimamente, a gunos planos, e instruccionas, para encontrar el tesoro de los piratas (de les diez que existen en la bahía de Waffer. De regreso cuenta que ercostró no botiquín en la mexciozada casa, algo más de 20 quintales de zine nneyo, todavía en las grampas, va lote de varillas de hierro de media pulzada, dos fregues, una méquina de despulpar. ecco, tarios rollos de alambre, dos barriles conteniendo clavos, elgunos trastos de cocina viejos, y varios catres de hierro, uno de los cuales se trejo y está todavía en el muellecito de Paontarenas.
El Sr. Rothe se intervó después con un marinero en la isla y regresó con un puerco fino de la mejor raza inglesa. las p. mu. la señorita Sands está todavía eu el barco, en proa, conferenciando con Mr. Newton y con Ernesto Daed. Parecen ¡muy sospechosos y miran con recelo a los tripulantes, La ista se ve tan accidentada, que solo podría explorarse kilómetros cada día.
Todos estamos a bordo al atardecer y allí pasamos la noche. Miss Sands y sus compañeros conversan auimadamente en inglés.
Miss Sands baja a tierra con Rothe y otros. El ¿inesperado zarpe de la Santa Rosa de Waffera Chatan. Viernes 17.
Amanece. Miss Sands, un poco pálida por el desvelo, le propoze Rod:íguez, a Rothe y al capitán del SusaLi que bajen a tierra, y el desembarque: lo efectúan a las 2. su vez loz invitados iostan a Mr. Newton y a Ernesto Daed, el detective, a que los acompañen, pero Newton tocándose el abdomen, declara encontrarse enfermo, y Daed manifiesta que se quedará el cuidado de su compañero. la bora de haberse intervado ea la montaña Miss. Sands, con las personas indicadas, la Santa Rosa levó.
anclas. Cuentan que Rothe se alarmó al oír funcionar el motor; le hizo alguba pregunta a Miss Sands, pero ella evadió la respuesta.
Andaban en busca de un antiguo camino el cual encontraron. Miss Sanda iba adelante, con un silbato, y hacía uso de él cada cinco minuntos.
Regresaron Waffer Ja norteamericana y sus acompañantes. El barco yegresó de Chatam, en donde dejamos a Mr. Newton y al detective, los cuales bajaron con la famosa balija negra en la que la noche anterior. Mr, Newton echó cartas y planos que se extrajo del pecho de la camisa. Esa balija negra era bastaute pesada, pues yo había probado su soli.
ez.
Miss Sands, dispone zarpar para Chatam a traer al Dr. Newton ya Daed. Salimos con buen tiempo. Eu Chatam, a la orilla de la costa estaban los viajeros. Vienen a la Santa Rosa en un bote, pero regresan sucios, y con señales de muchocansancio. La famosa balija negra no pesa; la entreabren y de ella sacan una cuerda, vna hacha de mano y una maquinita rodek.
Regresamos a Waffer. Durante gran parte de la noche Miss Sands, el Dr, Newton y Daed conferencion largamente.
Otra vez en Chatam con la muerte. Día sábado 18. Biss.
Sands amenasa, sola, sobre una piedra al borde de une cascada.
Eo la mañava zarpamos de nuevo para Chatam. Estamos en esta bahía cuyas playas están llecas de grandes pledras con inscripciones. Miss. Sands desembarca en compañía del doctor Newton quedíndose Daed.
Rothe y el Capizía del «Susalio les siguen. Al darse cuenta de esto la norteamericana, les iucrepa, opónese al avance de éstos pistola en mano y por mi mente desílzx hechos trágicos anteriores, como el asesinato del Capitán Brag que ercontró algunas piezas del tesoro.
Les amenazan hasta cou darles mrerte. Rothe en esos momentos exhibe su credencial de delegado del Gobierno y enérgicamente, replica, que cumplirá con sn deber.
La señorita Sands se dnlcifca, pero se opone que el marino francés tam.
bién les acompañe.
De regreso Rothe sumivistra deta.
les de la excursión. Cruzaroz por un río llegando en dos boras directamente a un lugar en donde se hacían excavaciones con dinamita. Decora ese sitio nna casceda de 200 pies de altura.
Cerca de esa cascada refiere que halló uua piedra muy grande y a su alrededor colillas de puros, tacos de paipa frescos, que demuestrau que el día anterior se había estado allí fu mando.
Como el doctor Newton y Daed solamente fuman cigarrillos blancos, deduzco que ellos allí conversaron con las personas que están explorando la isla y a los cuales les entregaron de seguro los documentos y objetos que ibán en la famosa balija negra.
Fotografía de Miss Sands, sacando la lengua y con los brazos en forma de flecha Un viaje expreso desde San Francisco de California. El mismo día sábado 18.
Rothe al volver refirió que el Dr.
Newton y la señorita Sands permanecieron en aquel sitio dos horas. Rothe exploró a los lados avanzando por la margen del río, largo tiempo, y cortando palmitos. Se vieron por todas partes estragos recientes causados por la divamita y mechas de la misma.
Recogió una caja de fósforos marca «Dragón. Había más de 50 cajas de divamitas vacías.
Rothe al regresar encontró a Miss Sands sola. Bubo que esperar largo tiempo al Dr. Newton.
La norteamericana, que varias veces se había negado a dejarse retratar, lo kizo en esta piedra, enfocóla el Dr.
Nernton, y ella se colocó, sicando la lengua y formando écgulo con los dos brazos. Formendo ángulo o fecha como ¿quélles que encoctró el capitén Gisler.
Vueltos el barco los norteamerica.
zos, salimos para Walífer y elí perimznecinos haciendo provisión de leña y de sgna y beñárdonos en el río.
Después vos hicimos la mar y el Innes en lz tarde a las p. 13, estábamos de regreso. Mr. Newton declaró que la isla era un lugar poco grato y que zo volvería ella. Nosotros sonTelmos.
Durante la noche, le dijo en inglés Miss Sands dicho doctor, que el próximo viaje lo harían en un barco expreso lletado desde San Francisco de California.
Hasta aquí lo que dice el Diario de un tripulante de la Santa Rosa.
Nota final. La ísla está habítada. De noche se observan luces de reflectores eléctricos De modo, le pregnutamos, después de leer su interesante diario, que la isla está habitada?
Sí señor, la isla la ocupa seguramente una compañía que está explorándo.
la, en busca del tesoro de los piratas, lMiss Sands era portadora dedocumentos y de instrucciones. Seguramente es una alta empleada de la compañía y es bastante lista, para despistar cual.
quiera. La manera como setrasladó a Chatam Mr, Newtou con su famosa balija negra, es algo «extraordinario.
Eugañaron a Rotbe. Además refieren que en la visita a la gran cascada y cuando se empebaba Miss Sands en ir sóla con el Dr.
Newton, le biza otra jugada a Rothe. Hiciéronle creer que miraban en cierto momento un cerdo montés, y simularon la persecusión del paquidermo.
Una vez ella en lo alto de una roca tocó su silbato, y no volvió a hablarse del cuadrípedo. Ud. no observó de abordo nada extraordinario en la isla. Muchas cosas señor; vada menos que reflejos eléctricos a media noche en distintos Irgares dela isla.
Además aquello de los pitazos de abordo toda la noche, y el hallazgo de tabaco y de una caja de fó foros, la fotografía de Miss Sands, tado eso es verdaderamente misterioso. El Gobierno debiera ordenar la exploración de la isla.
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