PAcrRáA Dos pon e El príocipe Abril ha besado en los labios a la señorita Primavera y con sn beso ha roto el encantamiento del viejo jardín silencioso, emavirtiétdolo en un decorado de idilio, haciésdolo seventar en Jones y embalsamándolo con sas perinmes. VPué avochr, al empezar el mesde mayo, cuzndo se realizó el milzgro; el coujoro de anac hadas, que a la hoz misteriosa del silencio nocturno alumbrado con Parpuleos de estrellas, aquí detuvicron eq vuelo, hizo sin ¿nda que en las azncenas quedara prisionera la loz de la lana, y queen lis grardes rocas abriertas se copiaran las encendidas coloraciones de la aurora. enla fresca mañana, bañado por un rayo de luz extraordinaria, bajo el cirlo de clartiades di jaráín se enciende con los mil colores de sus flores, y parece uu inmenzo joyelero en coya felpa de verdes hojas tiem bian los corolas que fingen piedras preciosas, mbies sangTientos, exueraldas vendes, ógatas pensativas, qne son maríiles, lacas, seslas, aterciopcladas notas.
Es el porma de las flores, resplandeciente y simbólico, que canta su canción.
Las flores, amadas de las mujeres y de los artistas, son la sonrisa de la Nataraleza: por eso su poczía es tun trivial, tán primitiva y por ezo como dema de literatura, las flores han sido veta explotada desde que dos hombres expresaron con artística gracia sus sentimientos, y desde que, para simbolizarlos, buscaron en las cosas uiateriales las más fnaz y encantadoras, encontrando que nada se prestaba mejor para tradncir las delicadezas de los afectos y las exaltaciones de sa pasión como las Hores, joyas primitivas, naturales, divinas en su grácil belleza. sia embargo, todos nos sorprendemos ante el encanto de un jardin florido, y todos sentimos delante de las fores el deleite espiritual de la belleza.
Es por eso que con el nombre de flor, bautizamos lo escogido, lo dilecto, Jo apreciable, lo valioso, lo más puro y delicado, lo más amado, lo más dulce y lo más tierno, ya de cosas materiales ya de sentimientos y de sutilezas espirituales; y así, es la juventud la flor de la vida y el amor de lns amores, es también flor, la flor del corazón. La rear Jeza encontró eu los lirios un emblema y cuajó de foresde liz Jos escudos heráldicos y los mantus de los príncipes; y la flor azul y delicada de la maravilla es la Dor dela tnuerte, símbolo de lo pasajero y fugaz de la existencia. La boca fresca e incitante, los labios que buaca besaron, el poeta los amó labios en flor; y los místicos enamorados de la Madre de Jesús, llaman for de mayo sn culto. Flor del viento nombran los marinos a la suave brisa de la mañana, a los primeros soplos que comban la lona de las velas; y Bores del alma son las virtudes y los mejores atributos del hombre. Flor se llama la virginidad impoluta y la festa idílica de las nupcias tiene en los blancos arahares de las frentes de las novias sus clásicos símbolos. Flor es también el picopo, porque los hombres consideran que sus expresiomes afectuosas o admirativas para el encanto femenino no CENIZA DEL VOLCAN KEMOL TIE Para quitar las arrugas RESU¿TADOS YA CONOCIDOS De venta en El Chic de París DE DIARIO DK COSTA RICA pueden e muyos delicados que en2 lor. Floreal llamaron los Lambres de li revolnción en más del año comprendido eutre abril y m2zyo, y floreciente es adjetetivo práfico que expresa victorioso y tiinnfante.
Los lirres son un poema encantado: su lenguzje es de 2mor y de dolor, con todos los ternnras y delicaderas conceuíbles, que habla y erota duleemente, silenciosa»
mente, en los jardines. 207 En exe janlín de ensueño la ilasión vnela y el en sueño se adormece suavemente, como si, fotigado de la vida, reclinzse la cabeza sobre almohadones de plumas, La arzocaria, que nos habla de la tierra chilena, ala hacia los cielos sos hojas verdes, rizadas, que tiemblan coxz la bris1 en el aire cristalino. fnoto a su tronco, las hortensias blancas y azolinas revientan de entre las hojas vendivegras: las rosas sop un espitulo maravilloo: con sos nombres son poéticas y evoczdoras, enn sus tonalidades, Con sus petalos de tantos colores distintas: las rows de Jericó y las soras de Alejaudría son un cuento orieutal; la fina rosa té evoca los jardines versallescos de la enrte de los Lnises; las rosas americanas sou el orgullo glorioso de una tierra joven y fecunda; hay rosas de Frauela y roc1s de España, rosas del Príncipe Negro, y extrañas 50513 verdes del Jepóo. Amarillas, rojas, blancas, rosadas, carmesjes, aterciopeladas, las rosas son en capítmlo maravilloso de las fiores. Qué portas han pasado siglos enteros consagrados a buscar normabres para las flores? Sia duda alguna hon sido mujeres las que han bautizado a las flores. Sólo así se concibe cómo han podido hacer para que los nombres de las fores sean, como ellas, delicados y expresivos, ros y fragantes. Clavellinas, bellísimas, begronias, alhelles, geranios, lirios, jarmines: nombres de flores que som como consonantes maravillosos de lindos versos, como palabras de nn bello cuento, como nombres primorosos de en relato. Las margaritas, no sn dores de majestad, no son fores de gallardía, ni de pasión: son las flores de Ja delicadeza, del más paro ensueño: margarita es nombre de Sor y nombre de mujer; y la flor, es or amada con preferencia por los poetas románticos y por las mujeres sentimentales; el recuerdo de Margarita Gantier vive con ellas, en el soneto de Rubén, cando pétalo tras pétalo va deskajándose la for de la postrera cita; margaritas de amor, heroínas de nu ensueño, sabias magas del me quieres, tno me quiere. cuántas veces unas manos de marél, temblorosas, fueron ixterrogándoos y desprendiendo uno a uno vuestros pétalos de nieve; cuántas veces dijisteis la dicba, pero cnántas Jay! fué negativa vuestra respuesta; margaritas de amor, discretas confdentes de euamoradas, cuántos suspiros, suspiros que eran alma encantada de besos, temblaron sobre vuestras blancas corolas. Las mujeres os bordam sobre las sedas de los almohadones; os pintan en el raso de sus cuadros preferidos; margaritas, tambiéa em las moches claras, sobre el raso de los cielos azules, sojs estrellas en el jardín del Srmamento, Las margaritas ton como un pensamiento bianco en el poema del jardín; son un sentimiento hecbo for pensativa, romántica, novelezca; fior de amor, flor de esperanza, for de triateza. Junto al cenador, por cuyas parcdes de caña trepan festones de madieselvas, se mecen corimbos de dores color de mar5l viejo con el centro amarillo de oro y no lejos las camelias blasquísimas cuentan sn cuento exótico: son orl ginartas del Japón; blancas, de blancura impoluta, se abrieron sus Ñores siu aroma en un jardiaillo de pagoda, y suz corolas se inclinaron hacia el cono del Fuji Vaxma, nevado y silencioso como una gran camelia, Curiosos viajeros las llevaron a Europa y las trajeron a América y en París pastaros en Injoso carruaje, sobre los regazos de la heroína de Alejandro Dumas. IWNSUEÑO Domingo, 17 de mayo de 192 Las magnolias blancas y aromáticas sou fresas, incitantes, como seños de mujer. Sobre sa blancura nívea, las guarias moradas como el manto del Nazareno, se balancaz, ovlumpiándose en sus tallos, el extremo, donde el jeráin concluye, el espino altar se cubre con sus flores odorantes y diminotas.
Ex los parterres, entre las hierbes que correu bajo las 70s25, bajo las dalias gheisis, revientan mil dorecillas aru»
les, moradas, blaucas, celestes: son un mundo inclasifcao ble de tallos y hojas, que también forecen en las noches primaverales: este es en mundo enloquecedor de miniatoris ta que ha agotado la habilidad y la fantasía para telar en púralos, en cálices y corolas todas estas mariposas, estrellas, campanitas, copas, sombrillas chinas, bocas, corazones, techos de pagodz, góodolas, todas las formas más capriclusas y exquisitas del arte. 2 flor de tierra, levantando apenas sus delicados tallos, las violetas de dulcisimo perínme se esconden eotre el verdor apretado de sus hojas, y las perbincas son como Jamas encendidas que estallan ea un chisporroteo conztante y la artemisa medicinal se confunde con los pensamientos, retazos de terciopelo que han de disecarse entre las hojas de los álbumes perínmados.
Cerca del agua los Jirios levantan la melancolía de sus epas volcadas; albura lonar, azulidad de ciclo y morado de amatistas hay en esas flores delicadas. en cada una de estas corolas, que son grntas de felpas y de tesciopelos, que tieven ventanas de damasco puertas de vidrio, viven las leyendas y los cuentos. Sus solos uombres evocan tierras lejanas, pasajes igrotos, hormbres y mujeres legendarios.
El lirio de los valles, es una Hor de la tarde, melarcóli «ca y hecha como para el altar de la Virgen; los dondiegos de día que sólo esponjan sus Bores cuando la luz solar los hiere y los dendiegos de noche quese abreo y lanzan sus perfumes desde la hora de la oración vesperal hasta que la lívida luz del umanecer no tiembla en oriente.
Reivas de la noche que no períamana más que a las estrellas, y Bores que sólo se abren una vez al 250. Otras que no despiden su aroma más que a una hora determina.
da del día y otras que cualquier contacto las hace errrarse en broches, coro una enclanstrada que pudorosa se ocul.
tase a las miradas de nn curioso, cerrando las celosías de su balcón.
Flores, poema del color y del períume: claveles ardientes evocadores de besos y de heridos de poñal; rojas amapolas de los caminos como corazones sangrientos; Cardos azules y ariarillos; campánulas que coclzan de los tapiales o que enmarcan las ventanas; Éores de albahaca, geravius rojos, amarantos, pudreorejas, nomeolvides, rese: das, calas. e.
El beso del Príncipe abril en los labios de la señorita Primavera ha despertado de su encanto a este viejo jardín abandonado, que ahora esun joyelero tnaravilioso, dende en los pebeteros de diez mil corolas, se queman cdorantes inciensos que embalsaman el ambiente. EL Húsar BLasco BICICLETAS Una conocida fóbrica inglesa, nos mendó coma ensoyo tres bicicletas, pero mo siendo este articulo de nuestro negocio, Jas yendemos al costo con descuento de factura, Tienda Romero GONZALEZ Hnos.
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