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IAS TLIAEl ys. O Lora y A, Bahena Muela veros, en Ine breves Abre también tu rostro con la Lon IKnNUuUO pi intervalos en aso en apreta da acogedora de tun sobrÍnn A) Lleiaros bula miulizon dde esolezlo, Me Miblmgo Interlor, to acontece otr y muerda. Dulce du ir aer rio, a y abortos ylesom cul cucávea foo; Unos pasos, tros pavos otilvon Verán cómo entosces las paros ml praia, sd pubrre Got. e 2 S S ePobrrlt easirmaron, y salieron tados, Niuguno de ellas sm nstiós io dijo, Todos me abuntonaron. Hn allesicia hit conducida ul lija secinto, Nhuguno djá ds eumpiro el que partía, uluguno al eomenterdo Jué conmigo. Cerró el acprltturcro má sepaulero; me guejé, tuve miedo y sentí feío, y niitar quiea en mi crec engoitia, ADLAHOdDÓOLIADAAÍOdÓObvy Los pasos hiente a tu pueria, Como los del novio que ronda Ya casa de la amado, Son los peros de la Dicha, Ban dos pasos de tuna dicha desta, tímida, discreta, qu dos acasía cutrar.
Jay muchas diclse así.
Son cuino novelas Lemetorne, Sou como corsas, como gras ciovas corzos blencas. Codo Jan Mmedrenta, tímidos be acercan; vería cómo la pequeña dicha eotra con las ojos bajas, raborosa, sontiento, y tcencanta oy día dela vida y a0va tias para volyer, VDerpracindamente, muy y Mer sudo, tia descontentos, tun don sacos y unn alana eleysfa soflme mera, hiscen janto rollo, que la colza blsuca re sststa y los leyos pasos ae alejan para sicinpre Junin, OAMI POHOODÓOÉLOÓLÓOLOOR interco un draje Vlrajo gue jamá vel, Vamos a la los cas, a svlrar La pobre! Nunca ha salido, y, en cambio, min iiumlonen, cuánta veces hn Icida la seda de mis canciones No importa. Sallrás umiana, hsja In tardo oportine. E os UU Ar?
de tinas, e estrena. ventana ln luna, pero en dos labios expirá 1ul grito. vajytiensos por el valla del alma, aj está forido; de tma pena por la enlle, cuántus bocas no hen refdo!
Cuánto verso hilado en rueca Si escuchas estos pasos, abre lumediatemente tu puerta de par Bl alte mue faltaba, y luchó eu vapo par. por destrozar mi féretro sombrío: y tn tanto. los gusanos devora Ámabo Niuvo. FEOS cual suntuoso festín, mía tulembros rígidos. Qu de pesar hondo y sincero. ye catre la hojarasca acca. Oh, mi amorl dije al 6, e ame abundonas. a. bata el viento entlejerol. Pero al Megnr au voz a ties oídos, of Ayuí dentro no. Quién sabe, a ecutí latir mi corazón de nuevo Bacia el ayer EN enando alo el labio nos sella, Ss y volví al triste muodo de los vivos. E sl callar nos da la clave. Para Joaquin Pargas Coto, de alguna cosa muy bella, Ss Me alcé y abrí los ojos. Cómo hervían y o lXapera dulce remisa, las copua de licor sobre los libros. y Dicen que el cóudor al sentiras herido ys cau tie, para emprender el vioje, RE El cuatto dela vueltas, y dichoros ES ya cuando presiente yx a Én cercano, 2d aa Le vas a estrenar un troje e bebían y cantaban mis ntuigos. tiende el vuelo hacia el peñón lejano Ús ¡GUA parezca tuna sonrisa. Isxaxt, ENRIQUE ÁRCINILGAS de donde oculto dejó, su viejo nido, 53 CS Ol o JUAN SANTAELLA fe. muere; dicen, el mirar ya huudido. o rs o LEEMOS JO 466400000000 pon al astro rey en el inmeuso océano, SOGPO. AAA CO o.
AI A (a y va surgiendo del profundo arcano AA Cuento Urlos, imperativos, quo acntía pe. Ja sombra negra en que vació el olvido, dera de ace eroade como aquel Ja sar sobre sí. Así también cuando el pesar nos hiere e. ED RADA Sel del do él, en squel instante, no tenía y nuestro pobre corszón se muere. qee en aquel retiros el 2cJo5 del mungo más temor que el de parecer torpe y Se en la cruz del dolor cruciócado, del mundo y por aquel hombre Joven. cortado, que aquella sefora se Bjana CN todo pasión y fuegdr. Oliverlo Vaudray salió de Ja pc: enquesn traje estaba anuy lejos de he heridos como el ave, el pecho abierto Ollverlo hablaba con tono, descs. queña entación ferroviaria con sus aer muevo, Be sentía lan Jntimidado, rol Layer perado. in af queremos aluaycr ya muerto Yo creía que usted no lo sabrí tuslrtas en la mano. que sólo al cabo de un rato largo donde está el vlejo vido avandonado. a. Lo uated el ruacatro que vs a2l pudo entender lo que squelln dama Jamáa. 51 guardé esc papel ene castillo. le preguntó un chofer. je decia: Luis HIÑE cuaderno fué porque en aquel mao como. contestase afirmativamente, Tendrá usted que encargarse de mento, entró EPS a la rr el otro le abrió stezucla de un jos: Jav: ze PA AAN AR a zo mblendo ide guardarlo, li nuto severamente lejoso. a cido, es CERTERO AAA ZA meti entre Jas hojas y luego me olvh Oliverio subió al coche. Estaba un tiene 10, MI esposo, que murió bace LS. dé de sucarlo. Perdónemel. Me irá me poco arergonzado de sua viejas male»
tas, Sentía aumentada su babliual te enidez por el desco que tenla de presentarse bsjo el mejor aspecto al anumir aus puevas funciones, No veía nada del campo envuelto en la nie bla otoñal. se repetía a al mismo y cada momento. La miora de Lersac, vieda, moy rica, muy rígida, con dos hijos y uza kija. Todo el añoen el campo. Saldré yo bien de todo ento: e pensarán que soy demasiado jovez. Pero advirtió, en eso, que el coche desputa de trarpones ura verja. e Sguía ua erro bordeado de olmos y doblaba luego para dirigirac a la entraída del castillo, Echó ple a tierra y, yuisdo por un douéstico, subió al elifcio. Trató de dominar su eno»
ciós, de adoptar un alre Írlo y grave.
Entró es an pequeño salón, de cuyo decorado na pudo distinguir nada, y unos tres años, ya se había ocupado de ello cuando eran muy pequeños.
Luego, sólo ban estudíado sin orden ul concierto, con un viejo maestro de lo pequeña cludad próxima. Cuento con su cclo para que les haga ganar el tiempo perdido. lAdemás, Je sgradecesía que diese tembién lecciones de literatora y de tatío a cui hija Beatriz, que tiene 15 años. ai quie.
re ebseñarie el piaso cuando no esté ocopada puede hacerlo también, Yo sé que es usted na buen másico, Pasaron semonas y rodyes. Alas nieblas de otofo aucedieron las iu»
vias de izvierco. Entonces Oliverio, como una vez terminadas las Jecclopes, no podía parear por el jardín con loa muchachos, se quedaba con éstos en la sala donde estudizhan.
Otras veces se trasladaba al pisyo con Beatriz, Rota se había familiarizado con él y le demostraba na conne encontró de buenas a primerasante, fianza llena de slucera simpatia. Por la sefiora de Lersec. Era una hermo 14 hoche, el joven quedaba en com sa deñora majestuosa, de cabellos rulíos, rostro blsuquísimo, ojos some Insomnio, conciliación diñcil. 9efsueño, irritabilidad nerviosa, temblores nervi0Sos, nasfurmocias entubitos de nono de «Dlabietos Encsos EOVUSO SO CUA AOS COLES pon BODIES NDIICIONES PITA e luso, pleta libertad. Entonces, metido en sn habitación, Icía, escribía, soñar»
a.
Alf estaba una noche, a eso de lan dlez, cuando llamaron e su puerta, Abrió. Era el criado más viejo de la cana, que le dijo. La señora le ruega que baje para hablar con ella.
Oliverio po compresiió qué podía acr aquello. Nuuca lo habían llamado de aquella tongcra y de pronto se elatió presa do una grao angualla, Cuardó en uo cajón unos papeles que tenía en ls mano y bajó co»
veros de noche, us rato antes de scostartie, cuando no tengo nada qué hacer. además son comple»
tamente inocentes. Ah, 18. Dueno, mire: nO s4Ígne mos ahora con sufrimientos ul Jilo u y pocresías. Demasiado sabe usted por quiés, o mejor dicho, para quién ha escrito usted esos versos. Los cabellos rublos. Los ojos negros.
La hora dol plano. eses palabras MrDOrota a. Señora: yo cref que eso no lo leería nunca vadie más que yo. Pero, e usted mismo guardó ese papel entre las bojas de 90 cuaderno de ml hijal Lo encontró y lo leyó. ella, claro, la: inocecte, mo lo trajo diciéadome como al tal cosa: 2io sa, rará: ler estos versos del señor Vandray. Se los ha olvidado ea mi cuaderno, Pero yo comprendi es el acto el juego infame que ha tramado vated contra mi pobre niña. Me doy perfecta cuenta. Así se como prende nu afreción a lea lecciones de Plazo, y ent actitudes románticas tolentras toca. Claro; usted se lo dijo: Esta ea nifa isocente, que bo tonoce el mundo, confada, de una familiz rica. Yo la enzmoro, la comprometo y luego ro habrá más feredio que CALArDoR. Le dara se interrempló, Abora el rostro de Olírerio exprestba a la vez confusión y desconuelo, indignación incontenible; ub dolor, en suma, tan profundo, que ella misca quedó admirada, babló El. Cállese, cállesal. Usted he creído eso de mil ¡Ustedt. de mit Pues bien, népalo: eson versos, arho»
ra, los escrib pensando eu ustod; en usted, el, sl, ea usted, nada más que en usted. Los cabellos rubios, los ojos perros, las horas de másica. mí, sl, todo ez0 su selere a usted, nada más que a usted. La quiero a usted. No creo que sea un crimen. La emo desde que MNegoé aquí. au bija la quiero, como Jo que es, una niña. ne gustaba ester con ella al piano, porque en esos ratos usted estaba allí. Que el quererla a unted un hombre como yo es una locara? Ya lo sé. Pero la sigo queriendo a pesar de e90.
Se detuvo allí. La señora de Lero sac lo obeervabe con Sjeza. Veía en El un hombre completamente nueva, habia en su rostro tan alucera emo»
ción y tan profuada, que ella no pudo menos que commoverse. De modo que aquel hombre le querís. Así, pues. aún podía inspirar amor, per amada. Sip querer, pero muy feme ninamento desde luego, se miró de reojo en el espejo de la chimenea; y pensó que aún era joven y hermosa.
En un instante brevísico peasó en el dnlce y trazquilo amor cosyugal que había vivido con sn esposo, un amor tan distinto de aquella pasión que le ofrecía aquel muchacho, temo bloroso y tímido. Se puro muy colorada, porque pia»
U6 vergiienza de sí misma, pero el irresistible deseo de ser amada, yen ciós su vírtud y a su orgullo. Era un desco que aurgía ayusallador, va Líwmón, junio 27 de 1925, Erraly SÁ2Nz CorDrRO TN ENANA Pra EEE? a ARO 2 E, Mi dE mebspa eulamo en el primer tren. Quiere usted que me vaya shora; ella, casi brutalmente, le contestó. Quédatel. a. Vo también FEDKKIC BOUTEr Jabón Sunlizht, el mejor del mundo El hogar Iba yolentamente por la carretera que arvavisa el cepo cuando el sol caído, como ua avaro, guardaba en el ocaso su oro postrero. Se hundióla lug en la sombra, cada vez imán baja, y la tierra viuda, segada ya an mies, yacía allenciosa. Deprosto se perdió en el ciclo la ageda voz de un nio que ervzara, elo yo verlo, por la obecuridad, dejrzdo Ja estela de su canción a trayés de la bora calleda, Su hogar estaba tras los cañaverales, alfiodejosliz ns yermos, perdido en la sombras del sis.
tavo, de la grácil palmera, del cocz. tu y del ásbol verdinegro del pas.
Mo detuve ua uto en mi soliOz AAA Matón Sunlight, el sejor del mundo tarlo caminar, a la luz delas estrellas.
Ante mí la tlerra urmbrosa se exteno. Ma, abrazando una infinidad de hoga»
Te3, COB CODAS y Techos, COn COTALOLES de tuadre y lámparas de yelada, con tilda de jóvenes alegres, de esa alegría gile no ssbe todo lo que yale para el mundo.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y uventud, Cbsta Rica EXIJA SIEMPRE ESTA ETIQUETA COLIMA Calidad inmejorable y rrienda. e. RABISDRANATH TACORE NAAA ANNAN áAA AA AA. luertes emociones. La sera terme o aprte al. EN agotamiento, ción, saloncito donde acontumbreba estar. SS avón Sualight, el wejor del lasitud mental, La recibió de ple, con la mirada sa En el silencio de la noche. von Sto nn dláques de vértigo, vera, En cuanto él entró, ello le dijo: Ves. centelleo. Señor, tiene usted que disponerlo. Para la nonla ausente. umbidos de oidos, toto para abandonar esta casa jue angustia, istamente, do contizo. d melancolia. El se poso muy pálido, Retrocedió a Yo ON may Sejana. Excesos, Un paso. anoche, Iqué alegríal, en tu veotana en ej trabajo pptelectuas os ¿Pero por qué. Qué he (9 ho vuelto a covtemplarte embelezado, cohol café te etc. Demasiado lo sabe uated. Su Evocamos fellces el pasado. Po En lodos estos casos couducta, señor, en jocaliforble. 1Qué a evotación. Fof una meñana. Abuear de cor mudo de la confiansa ramoraba su cauto Ja foutana. Consultelva su que se ha deponitado en noted! He. en el sueño te hablaba emocionado. médico sobre cobarde y miserable. Par» bi Te he vuelto a ver! Escucha: tá estabas Porque euporgo que no lo vue e. aba 7 elBromural. megorá ustedoso Hsta letra es soya. a con el vestido lila que Jucías MOSTAZA ho En ag. lo tendió, al decir eso, una hoja de de aquella tarde triste de tu adiós. 4 mn m0.
que en millones decaros e FO nan y Me dijiste Hd quedo das. amabas.
e probado su eficacia 5f, dijo él con vox vecilante; eso e es. seersende enfodas us boe Jo he eácrito yo. Pero yo aúlo escribo bo quedó el rumor de beso entre los dos.

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