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e Li. ASS HITA TRonmnsas y Camatola: Ñ un buen viaje, la tibra, y a ta novla dollenta nado de mi trirtazas.
CUA qhe vos santo prada teboto y dojuso, que zexirona vopcedor y a6po hiablards con mó amnda. con 0) aniardas Autres de que abarmdane lu nevío Héyete de ind muslía primavera todas Jas ilreloncs. do que es alo, No mo digas que yaya, JiólIl ruego!
calialgaró otro umnr y otro olerje; Il 20 de exilio camarada, ta buen viefe, y hasta Juejgo, SALI pero no le cuenten mb pobreza en el piuectlo natal lao anios no lo digan Di0. 10 BREAV ILLA Enento Sa cama cincuenta y cuatro Por Agustín UT, Blanca, con la palidez «Del ruarfd nuevo, yslata el fulizor de sue ojos oscurus como la desesperación, con un pardo espejucion azules, sujetos con palilies de metal, detrás de Jan orejas, que bo se vefan, ocultas por la alla toca almidonada, pero av adivinabars pequeñas, vacarines, eu perfecta eurltenla cou en sostro en oyasb correcto, su nariz de escultura griega, y su boca deliciosa, bica adornada, Nadie conocía su Lhimorla, nioguno de los enfermos de la sola do San Luis, la sata de los presos, legó uno. csadebelar el misterio, y lo había sin duda de pasión, de vida fuerte en Ja historia de sor Rossiio. De las demás cionjas que gobernaban el hospital, se sabía algo, mucho; lo de siempre, lo vulgar, pero de aquella, usda, ni an nombre en el mundo, Sólo por su acento se denunciaba española: Lirauadina.
Al partar la gallardía de en cuero poalto y esteito, por entre las Glas de caras, disponiendo las comidas o medicamentos, al acercarse al lecho de un eufermo grave; en las horas de Ja vinita médica, siempre producía el sutamo efecto, La anla entera se Jevantaba en vilo psra alcilraria. Smit das tres de la terde se distribuía pira e Jj: cada exfero uy tezón de leche. Esta ttses era desempeñada personales: te por sor Rosario.
La bora bendita de los presos, la hora esperada. Cada uno pagaba Como mejor esbía squella Jomensa Caridad, aquel instante de dulzara espirircal, Algnna vez us chicoleo grosero salía de uzos izbios bestiales. Sor Rosario lo resibla con impermea. Ulidas de piedra, como sl la primer ellaba del roxnido articulado cerrara hermética sosoídos. Cuendo el chiste era de ley, una sonrisa, como. bra chlaps, encendía su rostro, Trlscata eu su interior el alma de la anda»
lua.
Se decía es el Hospital, que Lajo el híbito usaba un ceñido cilício, tortuzador de sus divicas carges, Los Presos eran sabedozes de Que el cruel apsrato se apretaba alu más, cuando un piropo de buen lewple, pero de fono eubido, kecia sonrele. a la her sana Rosario. Por eso esballetercas mente, enla esla se babían euprimii do los setruécinos colocesdos en piCsresco.
Fntílico era el lecho búmero 54, Rara vez los que lo ocupaban conse Cutívamente potían escapo? a un sino fatal, Talvez esto eúto fuera, porque a seldesticaten los enfermos o heridos más graves. Aratatia de abano donarlo, para descansar en la tierra, un ratero a quien la bela de un vecino desvelado lo alcanzara, malográn dole una furnga de madrugada, Cuaddo pasó e oceparlo ua joven de airóso porte y bermosa cabeza.
Ua estefador elegante, de alto vuelo. Al regundo día Jo viriteroa damas de bizarra presencia, que le llevaron flores. Fumsba cigarrillos de boqulils dorada, con mucho oplo, que perfumata extraflemente la ssla Teofa dinero sbuodante, y cos él las prelerencias del bervicio. Lo conta son lo funesto de «4 número. Se rlo. Babt. mo padecía de nin ún mal. Estaba allí por couiodi«Hart porgue en el tiospital se entá mejor que en da cárcel, En dos primeros momentos, ocupado ex Instalerse, 1O se Ñfó en sor Rosario, Esta en cambio lo había olastvado con elención curlota. enno «4a sopor, protucto del clzaorillo, do.
ilada al úuero 4, cundo lo den prestó la vox armbuiosa. Tome ar Jeclre, herninnol. No pudo ol proxo suslrastae e de impecalón general.
Quedó extálico breves instantes, Hes pondió sl Munt Grocias, divi la frase es vulgar, pero el tarón tembió visiblemente en manos de Ja euterMera, Desde ese día el Ciacuenta y ctra esperó con ansia, como todos, sl rAción de leche. Auten do lomar Ja taza do mmnos de la hermana, de Jaurate sus requiebros, pensados durante lo: do su ocio. da mirada la envalvia como ea un tul de Gebre. Lae roll: flosa exclemaba eccamente: Toma tusted. prro empalidecía aún más, La culebra de los celos ssomó su Ca: beza eo la enla, Una atmórfera de hostitlda cerula sobre el fayo recido. labrá que marcarlo. dijo uba vez el reinta y Zos, qu ladrón contumar.
Sor Reaario dejó de arrimiarse a Ja cama 54. Pasaba de Jargo, Un air viente ern el encargado de alcanzar la taza de lecbe. El preso gemía protesto. Por lavor, hesmiapila. 3D Io soy más malo La hermana se acez imuerrcgó l, esta crueldad pera coimigo. Su voz temblaba. Parecia a pigue de Horas. Sor Rosario se tusbó, liasta el puro, to de volcar el líquido hirviente sobre su hbíbito. Cuasdo se retiró, loa ca fermos cercanos sorprendieron con odio un relámipago de gozo en le mirada del Cincurrtz y ¡natro, Sor Rosario cayó de hinojes ante Ja Superiore, pidiendo au relevo de la sala de presos, No podía tolerar más los avacces del enfermo número LH, Le hesruanajete quedó atónita. CÓ10. lla, la ¿neste, la elegida, wmortifcarme por los piropos de ua; preso. Ba que sus palabras te pertuzben, cuadrel Hacen Jatír peca mibossmento 10) corazón. Iscondió 20 cara en el regazo de la Interlocu.
tora y se desmajó.
Llemó la Madrc. Acudieron otra!
relixlosan, y entre todas cllaslalie.
saroa a su techo. Al sozorreste lu vieron que relíracioó un terrible ciaturón com púss de acero que dsryatraban e corrpo de diosa. Sus Jlogas espartaroy «las hermanos, para quienesala embargoel dolor físico len es familtar, Sor Rosario fué sustituída por la hormana Patrociofo: Un aero Rento de primara compenís con eu bigote ioberente. Fl logenlo de los presos es sutil Todo lo saben, todo lo adivinen. Su olla so sguza. Diogo por los spa 03, por la Sua ans conjeturas, Megan a conclusiones wsltemáticas, Un soplo tenue, tmitteeloso, tes trao noticias de más allá de las rejas. Los más expertos grardianes se sorprenden al verlos tan bien enterados. Sobre e número 54, cul pable del exillo, esyó la excomunión de la sala, Excomunión sorda, Tersiblensento allenciosa, Se ba dado el toque de queda. El Bútnero 54 duerme eservado por su pio. Los csudillos ún la sele; ej Siste, el Treinta y dos, el Ciicrenta y el Eno ac bas reunido. Los demás preuon les obedecen slo cliletar. Una puñaladas dice el feroz Síefe, un 79Patero calatiós proceeado por horal»
Clóto. Mao deja rastros. Yo lo sho Ko con la alozohada» dice el Cuarenta. my nu mudo de ER os de dos bros tro es As simdistino, Bn varteiad slo Ino ereñas der aro ey fit rnbedo. Cuda autinalllo, em el vanto pelo bo de dos fimscoton, less kl Cuetulobica, Tí dan enema hrsmahas po culete dante varbodad vomo có da entomología, Ji vu celonto a ua sirbe de lrtricia re Íminenss. Hon lun inarctos, verdaderamente, los dueños del plancia, 1Qué distancin tas grando den de los tres volúmenes do cutomologla, publicados cn dos Le.
vusice Rorer (1843) hasta los soberbios Recticrilon entonoló»
Kicos de LPabrel Los insectos son para el hombre, eo gencral, una perpetua lección de filosofía y de ciencia de ln vida, Son pora el ortisla compendio de doctrina cotética, Jl guato por el porte»
nor y el sentir de lo perfecto todo arte está aquí desaparece de Inu keneraciones nuevas de escritores. No sc tiende nunca a perfeccionar la obra, Se lanzan los libros medio scabar. No no persigoe el portnmenor paciente»
viejo dela anta. fuerza de ser GU. los xuédicos del establecimiento la retienen bajo diversos pretextos. Nadie hace un vendaje como l, Anlsta atodos las operaciones difíciles. Ha herido ey pelea a un cabo y a un sol»
Cado dela policia de campaño. En mitad gaucho, inited purblero. SA dormir todo: gruñe, y. Obedecido. Se acerca al Cincuenta y e nafro, le pone el puño cerrado, opri.
miendo fuerte, sobre el corarón, La víctima se agita, acabas de desperiaras inqui «Está durmiendo mal, come pañero, hebla. gritos. Quíere uba foyección. La dosis es tuerte, el sor o, dulce, amsble de Ja morfina lega pronto. Antee de dorcilrae, dice el Cincuenta y cuatra. eGracl socio. El otro le responde aíntestramente, t¡SÍ amigo, ahora va a dotmir inrgo y sosegadol. Pl Uno, manipals en el laboratu: rlo adoude puede llegar por sue pri vileyior de enfermero. Vuelre con un bístos. Ku la sala Apcuas se siente el respirar zubelante, contu»
sida, de cipcuenta pechos. JJace una corta. incisión vertical en la auficcs Exquiesda del dormido. La operaciónso dilatan.
Sal LA Deaputs la pluma muevo dolido y fué Ella uo la novia, mi tundre idolatrada.
estendo entro mis brazos, sintió un temblor brtmoso, se me escapó violento. y sin decirme nodo. Co ste Nénico, majo 23 de 1925.
los inseclos migo, de parats pÁgilcono prod 4 gran novela sin encontar en detalle auténtico, vlvo, alg hesntivo, Tos irvotos 10m prrbuo tes y ineticilonon, La aratta dns tueda tevica minera y de hemos sombrado aluie un agujrio ru la fíerta; soylato sua patclos de sisve y alba ecda; conetripe tna cullcita, del mien color «et terreno, y cierra ou habitáculo de modo que nadie puede advertirlo, La epelra teje a. tela tu dols cular con tina piccotalón do clica das concóutricos que admira a los geómetrar; el ectoulo, diupio y Inillente, cscurha con sta pas titas jes hojas «de la rosa y 60 ftrarcco con delicadeza extrnor dinaria en cl acno mucile y olososo, Dela hormiga, decrá preelao hablur? Los moravillna de la abeja, decrá preciso teferirias?
El mundo vlvo de lo peyucho ea el mundo de ln perlección, Apicodan fos escritores jóvenes uo poca de cntomología. Un viño que ln haya practicado acrá siempre e su vida, inclinado a la observación y nl pormenor.
AZORÍN BRO Raoda. YU la memoria de Olman Soto. y Son tres los que se han ido. primero el cariñoso mastío de pelo blanco, que para mi alborada fré compañero amante, maestro novedoso, hermano y novia al tiempo. y sin decirme vada!
tembloroso Entreabro un paréotesle, para edvertir al bueno lector que estas líneas se compadece ajeno diciendo: son tres vidos que no me importan vada. Bien haye; pero déjame que mi dolor ahonde.
el último, mi smigo, amurijó quién sabe dónde.
ya se tue fué. se fueron:. y sin decirme nuda! Anvarez BERROCAL 2 ha salido limpia, zo ba salpicado al usa gota de sscgre. El brazo sinics tro del condenado está ocuito hábite mevte entre las súbenss. Ls marco: derecha sostiene el pequeño cuchillo, El Cno, se nenesta trezgnilo, im pávido.
BCo se oye un tence aleteo. Es lx wmuerte que lega, Los presos conoces blea el omínoso batir de esas alat.
De la coma hun empezado a caer Lars gotas. Tigtos ¡Tict. Ticlor golpean con Isócrona Tentitnd ex el avelo. algunos des parece que aque llo es él latir de sus corazones oprimiídos por la angustia, Alguien talves quisiera gritar, peto ee somete a Jo inevitable.
El goteas ne hu becto us tillillo continuo, Hajo Ja cama se forma 4Ds cturca, El Cinnenta y cuatro, yl»
gus dormiendo plácidamente, él en el Ánico que no slonte la proximidad de la Istrosa, Alora Ja sangfe empieza acorrer por el piso de mosaico, El uiclando arrojuelo se desliza bejo lso Otras cames. Se ven cabezas que se estiran fuerz de la almuobada, inquirl»
doras, El olor scredela seojre se esparce en el alré, Algunas paricea El Siete y Treinta y des a DORA!
IS estarian a publo de anlint como ble.
DAR Se alenter correr dvécerrujos de la pesada puerta ruvoatida de hierro, Ea la toda que leja a nu hora junta. La ctompovcea con ella el screrso, un enfermera y otra berniana, que esta vez cs la propía Sor Rosário, Se sor»
prenden de la Inineosa quietud sos pechosa de la sala, alempro bullente en quejas y maldiciones, Sor Rosario da un grito. Sangecto. Be encienden bs Juces. Se oyen carreras, Lles ga el médico de guardia.
El luterno pulsa al Cincuenta y euatro. Nada que hacert. exclarias lince dos horaz que está dessográn.
dose. La traafusión; doctor? interro gs balbuciente Sor Rosario. En la cala hay un estremecimiento de envidia. Nada que hecerl responde con sequedad el médico; y agreja para su túbica. JIaría de lobo, no de Argel. Luego ordepa, Cambijen la ropa, para que rue ra limpio.
La tala de pretos está conatersada, Sor Rosario se muere. La investiga.
ción sobre el crímon 80 logró con»
riyver 1012 fibra, hubo que admitir la hipótesis;do unjsuicidio, pero la noticia del estado de «or Rorasio, trae inquieta, afernicada, el alma de los erimissles. El vecino de cama, abro ta Laber visto lagriccear al Treinta y dos. Sor Rosario ha muerto, Su fa ba sido precipitedo por Jos remordimjen»
103, Remordimientos de ss5te. An. tes de morir ba baibeceado. pre sasgre. El tercerol. Por. el amuse. Dios info, perdón. El primero, su porio, murió de un ua»
vajazo al ple de mu reja, allá es Gra»
vada, El aegundo fué fusilado por tlesertar frente al euemizo, en Arica, de donde Enyera llevado pos el auela In6nita de verlo. Tuvo que reforzarse la guerdia de la sala le presor, revuelta, comvulbiozada en ma kervror de Serar. Al Siete y al Cuarenta ha habido que sochalecarlos, Al fin ban conseguido llorar como los hombres, y se ben Calmado. Algún preso puede repetir las oraciones aprendidas en le píEes En la sala de San Luis, hay uyre «ma meros. Los púmeros saltesa del 53 a) 55, Fréó ua pedido fervíezte de Sor Rosario la dirección del? establecimiento, En el espacio que ocupaba el lecho fatal, subrepticlamente, porque el hospitel es laico, se hácolocedo ura pequeña imigen de Cristo. Dicea los enfermos que todos sierzes a las dos, se oye un murmullo frente a la estampa. del Redentor. Es sor Rosario que baja a rezar por loz pobrécitos presos, y también por el alma de aquel que perturbara su yida mística y acele rara tu muerte, Jabós SUNLIGHT, para lavar Sa Siesta del Trbol (Por Carlos Borge)
Cada árbol una prolongación de la Pstrla Locia el cíclo, una belleza máx en la hermosura de la Madre 00.
món, us horón mía en 4ucosona, Una gala més en su vestido, una joya más. en su aderezo, Sembrar árboles es nkraudecer, hernioscar y enriquecer la.
Potsía, Cuavto es menester a la vida del hombre el árbolluos lo proporciona tna especie de gigante que le muerto tn compañero de trabajo a pulirtazos. Puesto que está condenado, dejármelo a ml, dice el Uno, HKoto es uu tipo slto, cetriuo. Sus ojos, bajo un bocque de cejas pare cen artarcar del ocipucio, Es el más ELIPT ON con provid. la peterral: pen, viso, de Jacuna harta el 5e pul te nos ballanos en brazos delos 4xboles. Qué son loe iuebles del hogar.
doméstico sJno lrosow ile árboles nujole dados por la lbumeva Joduniria puestras comodidades y caprichos? La mesa a que 2c alcnta da farmilía, el bano Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y uventud, Costa Rica Jiny, el cenora rulecñor nu anida subte cl nerapjo en flor; em Ine ecrcnos mafenao, tina alondra dolorida Inuza sólo sus pobres cantiuelas, eu tanto que lan biucnno y »eniuillas soxadoran tecojen sus gavilino, con sasteo cajulvo y con enlrar tisucido alta sanjgro.
Silenciosimente ho vuvito sl alto dedo ayer mpernas a bie eneóclan lat polo dad donde al antor amsplelo lan calera, y entra smla drazon do mtó vencida, Ñ cuna a lo fejos por la pampa verde un calrafño viajero que ae pierde trar la Iinota colina det custicio.
DxuLto Sin AvILL Codo la escuela, el vetiseto aflión de la abuellta, el laro felis dde los enposos, la tobrte urna en que ebicerranios para elempre los despojos delos seres ara dos. uo fueron en sun forsus primi»
Uyas Lroucos vivos vestidos de verdura al alre llbre de los cstipos, bajo lau cestclan «del ciclo. Mi cara co un toblcr decía bellamente ru esporo la gealal joven urngueya Jurva de Ibarbouron. Bi cara es un toblo: nd amado, en un árbo) dormimos, Aol también pudieras decir nuestros amados tuertos denle el atobd donde descanmañ de las luclian y los trabajos de la vids: een un árbol dortmitmotr.
Por eso rl árbol es engrado, Así nos lo revela elinstictodel corazón. Quién de gosotros cuando era nifio e inclina»
Lá nu freute pura sobre el lbro prima»
rio no se éntristeció muchas veces leJendo aquella págioa en que accuente la destrucción que biciera Jorge Waskington del hermoso cereró, orpamenilo de la heredad psterne? Fu vano not decian cómo Jorge babíe edo después padre dea gran pueblo; en vano n03. ponderaban lo virtud de mnquel piBo que, por so kaber mentir, fué cuando hombre el verbo de lx Libertad, Antes que la espada del Libertador veíacios en su diestra el hacha del verdugo. Buestros sensibles corazores de siete años sealizías por la triste suerte de aquel pobre cerezo del Norte.
Dende e) conprano del Pareto basta e) árbol misterioso del Calvario cou 61 folleje de dolares y sue rosór de ann re, la Diblia ex ura profunda selva romorosa. cada paro enconiramos «n ella elogios a los árboles y 133 plantas, Sslomón, elrey aablo y maguítoo, así babla del cedro del Lítano, que «iapcte su altura al Carmelo, como del hisopo que rmedra humilde entre las «grietas de rulnoso mauro. Mate amor y ette respeto al árbol han ello siempre un asentimiento carscterívtico de laz Almas nobles y delos grandes pueblos.
La ilustre Grecia, el aurtero Egipto, la rulsteriosa Izdía, todos los pueblos pensadores, han venerado esa maravila de la naturalera, compendio de los elementos que nos da Ja gota de agua y da chlapa de fuego, la onda de oxf»
Seno y todo el jugo de la ruedre tierra.
Donde rohay árboles no bay vida, Sabido ea cómo los primitivos temnplos dela Divicidad fueron los bosques. Nada tan propicio a la idez y al sentimiento réligloso coma exos logarea umbrios donde se bleute la universal palpiteción de la vida divina. Pro 1urdos, solitarios, oscuros, en medio un silencio eegrado lleno de inefablea rumores, los bosques revelaron al horibre la presencia del Dios escondido en el eeno de la espesura como en el foudo de un rantuario. De la contempleción de esas Jumensas catedra.
les de la naturaleza noció la arquitectura. La selva, el bosque, la arboleda, coz la infinita variedad y armonía de sas formas, oz sus sobesbias boredas de fiftaje, con «us magníficas colnranas y arcadas de troncos y farias, Con las profundas naves de sua perumbro.
nas galerias, con las erguidan torres de sus ásbojen gigantes, inspiraron al hombre po eólo laz ideas fundamenta.
Jen del arte arquitectónico, sluo temo biés los elementos característicos de los diversos Grdenes y estllca, segón el guato y la fudole de cada pueblo, Así los griegos rsodelaron sus templos por hermosos árboles de la Tiria y la Tracía, y toruesronila elegante colum.
ua Corintía con su capitel de hojas, 61 estilo de la palmera y el acento; los »ejipcios construyeron los suyos con enormes pilas sicomoro, la higuera oriental, el e bínto y otros rbolea corpulentos y AcmobÍosos; mientras que Jos cristia104 lomaron de los horques do enciuas el eslilo ofival predomintute en lay más cclebres catedrajes de Muropa.

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