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PÁGITA CUATIO Jueves, 43 majo 05 lin marido a mis pies Eu Porlo, Dan apartamento elo.
ro y coghetón de un joven mpótrimonio, Sillao de mimbre, 20jines de roda, flores en un iorrón de porcelana.
Julicta, la Joven ceñora de lo enso, sienta coteo de ella a pu cmigs Ramona, legado ese día de lej na provincia. conto, querida, cuéntome la que te traea Porís! Qué buenos creo venirme ver desde el primor días! Cuántss cosas tensmos que decirnos después de guince meses de separeción. HMachisimes, efectivamente, ropuso la bello Ramona, y 09 wmienzo por la principal: mis par dres fue han traido a París para ferminsr fos preparativos de mi boda. uno brillante boda. Abh, qué felicidadi, exclama expansiva Julieta, en cuyo grar closo rotro, fabio y rosa, todo alegría, todo sonrisa, se abren dos preciosos oyuelos. Te casarás equí? Qué sueñoL.
Con gesto familiar, Ramona airaé sobre ses mejillas. los bt cles de cabellos negros que ln cen tanto 0u perál de medallón. No vayas ten ligero, Mis padres vienen a arreglar mi boda, pero yo estoy Inertemente testada a romper mi compromisó, y chando te heya explicado, estoy segtita de que me dconsejarás que lo rompa. Veomos, vesmosl. Ese jo ven es. Serio, perfecto, todas las cunlidades, todas las garantías.
Poca fortuna, pero inmenso mé rito. Familia burguesa, pero autipta, muy honorable. Laá sitezción. Acaba de salir de ln Politéc nica, ingeniero de grán porvenir, trabajador insigbe. 64 fisico. Xi bien ei mal. poco máo bieni Eb fin, Ramono. e gusta. Les gtiota mtchísimo e mio paúres. mí me gustó mucho antes de que Hos arreglásetmoo, pero desde que comenzó el no: viozgo, todo se rhó a perder. Qué le reprochas. Ah! yo no te sé decir. es muy difícil explicártelo. Verás, Julieta: tengo 24 años; mucho he pensado en el matrimonio.
Tengo a la vista un matrimonio, el de mío padres, que tenido por dichogo, perf cto, Pues bien. un marido parecido a pepá no lo quisiera a ningón precio. No hables locuras. Cn pa: áre es un kombre. De todo valor. e. 9N4 gren espírita, un gran corazón. Ub megbifico católico. tina atitori dad social. y, sobre todo, un papá delicioso a quien yo adoro.
Pero como marido, eso n6. El amá profundamente a mi madre, de eso estoy segura; pero no sé lo dice jamás. Nao movería un dedo sin consultárselo, acaba. blerpre por hacer lo que ella qiere, bero discute siempre lo que ella dice, y declara violenta.
miénte, aún delante de extraños, gtie ello no sabe nada y ve mete en lo que uo le incumbe. Es exigente, tiránico, Se levanta de moñianita, y no te devaytina si el desayuno está preparada por la cocinera. Ea hecevario que mamá madrupae para hacer con todas los reglas del orte, el chocolate espumoso que papá sedignará probar, Es un gran anderín, e insiste todos los díao en llevarse a ti pobre ihamá, que se siente desfallecer y worir, dl cabo del primer kilómetro. Qué más te diré?
Papá no sabe encontrar un pa Huelo en el ropero, porque no ve quiere tomar la molestia de buscorio, No se abotonaría el cuello, ni se haría el nudo de la corbató. Marsá está st a toda hora pora ser en fiel cirvientz. En En, Julieta. Há sabes qué bonita ha sido mamá? lo es todavín!
Pres hies: ella me ba coufesado hace pocos días gue papé nuaca ce lo ha dicho, ui la ha piropeadol. Qué barborided! Pero ¿sabes lo que pienso, Ramons? que el te podre no tuviera to »drvirable mire para descargrorio de todas los pogueñas preenpaciones de da existencia, no cerío tol vez, al chogudo cAlebre que cdmiraces, el penezero apóstol de tediosa les cóbloo eopero, delos malos Co ás y tl, tán to for cata cogulloio5ses a i¡Puedecer. marmuró 620 cotiva Demono; sí pedo Cif.
LE madre pertenece otro tiempos. Ifuestra genercción no noeptaria esta vida de esclavitud.
Li oueño, Jalíete, es tener ua preride como el tuyo. Un marído a río piesi. Dos odos oyuelos so abrieroa de nuevo enlas rioneñas mejilino de Jolieta. Ta marido mala pies. Ímo visto a ai marido rela pies?
Hey muchos cojines eopercidos sobre la alfombra, pero te ase guro, querida Bamono, que las rodiliza de Mauricio no han de jedo huellasi. orees que yo no he visto las atenciones que Mauricio. te prodigaba cuando volviste de vuestro vieje de bodes? Podría concebirse un caballero más s0lMcito, más delicado, más tierno?
Pas deseos eran Órdenes. Ni siguiera los formulabas, les adivinaba en tos ojos, Tá eras para él una princesa, tina relua. Hu biera corrido todos los peligros por lograr tua sonrisa fuyo.
Viénácle a tu lado, yo pensaba es Rodrígos, Navarros, Moros y Castellanos.
Julieta no volvió a reir. Bscacha, Una combra de melancolía pasa por sus dnlces ojos azules. Ab, Remons, quién en la mujer que no hubiera querido venir en tiempos de la caballería!
Nos ghetan Tas atenciones, los cuidados, la cortesía, la ferviente teritira. Un marido a nuestros pies!
Querida Julieta, el novio que me proponen 10 se parecerá jamás a ta Mauricio. Yo ló observo con la tuás greode atención desde que me hace lacorte. Crees tá que se Gja el tengo peinado fuer vo, vestido nuevo. Cuando con solto mie gustos, al piensa en Mai comodidad, Una sola cosa le preocupa: te: per tna pieza grande para st of: cína, y un campo añcko pare ins talar ou biblioteca. No cería él quien diría como tu marido: Ten»
drás en tocador rosado, El color de rosa le sienta mucho a las ru bias. Yo quiriera ver ópalos sobre tuo manos forentiona. Julieta stspira. Es verdad. Manricio me ha dicho eso otras veces. Hace quin ce meses, es decir, hace mucho tiempo!
Ramona dirige hacia la joves señora sua bellos ojos inquietos. Qné quieres decir. Manricio habrá cambiado. No eres dichosa. Soy t0uy dichosa, querida Ramona, pero la dicha en el mas: trimonio, ma es lo que tá pien 530. Suena el teléfono en la pieza contigua, Julieta 66 precipita al aparato. AlóL. Es lá voz de Manricio! Ven a oir lo que dice, Ra moya. Toma el escechador, Oigamos juntas. AlÓ, qué dices Hauricio. Querida ulieta, te Hevaré esto noche ha juvitado, un in duvtrial con el cttal espero hacer buen negocio, Mejora la comi de. Mi amigo es glotón. que todo esté listo las siete y media.
o Imposiblel. Ramona está 2quí en cesa, Salgo shora con ella enveñario el parque nue.
YD. Pues volverán más tempra mo eso es todo. Ramona c0tmprenderá. las exacta mente. No es verdad?
Pero te digo, Manricio, que imposible. Son ya lus Pe has olvidado que la cocinera te fué desde ayer. Mi doncella no cabe cocinar más que huevos cocidos: eo hey neda en casa ml es tiempo de mandara compral.
Qué quiersa que haga. Con eso no tengo yo qué ver, ev cosas inya, tá eres la dueña de la caso, tienes una sirvienta y el dinero suficiente. Sólo tetraligo un convidado. Bi no sabes des enredarte. de qué eren capaz. Gh, Maoriclo, te suplico no me imporgas sá comida. La doncella es mula en cocida. Qué hacer. Pres hozlo té; otras njeres lo hrcen, que son iguoles a tí, Ni te modre ni lo mía hon creído rebajores emplecado ou diez Go des. Hesto esto noche o TA. Drrórictal. Zocridio, MauricioL.
cas cana, Johio. LO CIO CS pio ta Creo en mi corazón, y haciéndola bendita.
Creo en mi corazón, inmenso dueño! Creo en tul corezón, como teción nacido. como de pleamares, PAE OA, XL rc ar Creo en rá corazón, para teñir el lienzo de veste encendida.
Creo en mi corazón, LA Pero nunca vaciado, Creo en mi corazón, Meno que mi Señor como uns fronda ogito, perfamando de amor foda la vida moda porgne es capsz del onmo ensueño y y abraza en el oneñlo lo creado. hnpnde en el Dios profundo el danco herido, para subir de la piscina viva Creo en mi corazón el que tremola, porque lo bizo el que tnerbó los rmaren, y en el que da la Vida orquestaciones de rojez a palor, y que le ha hecho por el surco «e fa fué acrecentando. Creo en mi corszón siempre vertido eN no ha de morder, pues tuellará a la muerte.
Creo en tul corezón, el reclinado en el pecho del Dios terrible y fuerte.
IE NN LU Lis. ÁS y reto de cromos aa)
Ak.
el que 16 pide que cuando canta PE Y nl FABS el que yo exprimo la vida el que en la siembra en que el gusano rizado, los ojos llenos de lágrir mas, chelga el escuchador. 0é bárbaro! exclama Ra: mona indigpsda. Después de quince meses de matrimonio, es así como te habla? Un amo! Un tirano. Julieta eolloza recosta dn en el sofá de la antesala.
ka estás edificada, verded, Ramons?. He allí el marido a nie pies. Es admirable lo que quiere que hagan mía blances manos! Dónde está el tiempo en que decía Manricio: Yo quiero ver ópalos en tus largas manos florentinan. El ainvergiienza. Mo, no es él un sinver gltenzal. San todos así. Marricio es tun excelente marido. Ks su vida agiteda. comprendes? su vida de gran laborioso, que la torna a veces nervioso, exigente, icritsble. Ah, no! No vayas ehora a cusarlos; yo sentiría, ento logar, toda la ssngre revuelta, Hay que dsrle una buena lec ción. Cortamos al parque. Da vteelta comeremos en el restar rante. Mauricio y amigo, a las siete y media, que encuen tren cerrados las puertas, Julieta enjoga sus. ojos y sue Ha un instante. Sí, Remona, oslgamos de prisa, pero. para ir a hacer Compras. y me ayudarás a preparar esa comida; pondremos todo nuestro empeño, todo nues tro cuidado y todo nuertro amor propio. Ea necesario que esa comida ses tub acontecimiento para la pequeña señora de cast, prevenida tan teorde.
Tultete, estás loce. Qué ¿Dacía (nagoalena Iojedo por les lágrimas el veno, presentóse la bella pecedora, con ans ojos de ensueño, encantadora, con ens labios de miel y de veneno. aquel lirio de Sión, de aromas lleno, necido en los jerdines de la aurora, inclinó la esbezs soñadora ante el dunice y sublime Nazareno, ungió los pies de Cristo, la remera, con ts iágrimas. Luego, humildemente, recólos con «ue hermosa cabellera. el santo de Selem 0lzó la frente y dijo con la fez duios y suave tono, dilevántete, mujer: Ya te perdono! Bocuzrro Fenvánpez CUL so hay en tí máo que una alma de elrvienta?
Julieta pone sus dos manos en los hombros de eu atriga, y 0u8 ejos en los de ella. f, Ramona. Una alma de sirvienta en el bello sentido de la palabra. No ne es una buena esposa el no ce sabe obedecer y tervira. Cuando uno emo, todo es poco para dor gueto al ama: do. Mi marido a mio pies. Eco duró unos instantes muy cor tos. Lo que dnrará serán mis dos manos a 6u servicio, duraste diez, veinte, treinta años, toda la vida. mis dos maros tanto más activas, ágiles y bienheshoras, canto se dejen guiar mejor por si corazón lleno de sd amor, JEAN VÉZÉRE Ga Coministración Muntcipal ¿Es tarea esencialmente femenina?
Yo entiendo que la ciudad o ifunicipio no es más que una casa grande, el conjunto de ca.
sas, y así la misma palabra «eco nomía. que de shyo suena ego bierno de la casal, se aplica al gobierno del Municipio, que tal áice la reconomía» política, y al de toda la nación.
El gobierno casero olempre se encomendó a las mujeres, y, por consigtuieste, no creo que e va descaminado si el gobierno de manicipica se debe encomendar a éllas, más bien que a Jos hom bres. El hombre gana e la mujer, comúnmente hablando, en la fuerza absteactiva de la inteli b UnA Ciaroz ta Liza TAO ito o a o gencia; pero gano la mujer en la atención, cuidado y enriosidad con que trata y diopone loo.
cocas portientares, lno menudenciao. Adí, to universal es del dominio del varón y lo portícular, de ln mujer, Pres bien; la Administración Manicipol no es más que eos en redijo de cnentas con carpiceros, panaderos, carboneros y demás sacadineros, en tuyas irobecnen.
tao lao Juntas de Abastos ce ha cen un Ho, ncabando loo más cumplidos varonea, htingte cesan unos Paraísos, por echarlo todo a rodar e irse diciendo. Abí queda eso! Las mujeres, btenon mujeres de sn ea08, con Ine que o los secedineros todos saben pánerica lao perso cuarto.
Los cargos municipales, en sl ma, pienso que los desempeñarán harto mejor las mujeres, Juiro CeEjaDOR (Ives Deridas golpes de motor ibamos por el pintoresco Golío de Nicoya, admirando la pregencio del pajsaje que surgía con el perfil de las colinas, y algunap ieles donde plantaron michas veces st tien»
ás, buscadores de perlas, quienes siempre observaron en ellas el mismo oriente de las tarden.
Observaba yo; aquel retezo de agua de ritmica belleza y recorúánba de la historia los mil pasa jes, de peripecias tiempos coloniales, cuando uno de los pasajeros con cara de matón, disparó tin tiro sobre una de esas greciosas aves de vuelo capricho.
50, gue el Énico pecedo qe 20.
meten eo volar sa molestar a medie, por sobre las ondsn del mar, silenciosas, haciendo la impresión a lo tejos de alguna fantástica o rara flo? marina que que llevara el viento. Aquella ave herida legó con mucho es fuerzo a un islote cercano, quizá a sufrir pot mucho tiempo su dolor. así como esa ave herida, comparable con un sentimiento ptiro, un sentimiento blanco, cuantas pereonas heridas, con la maldad humana, sin decir nada, calladas como esas aves cariñosas del espacio, ee alejan perdonando y sin contarle e nadie, para que nadie sepa quienes 80. RAFAEL LINO PANIAGUA Recetario del hogar Árroz con bacalaó Be coge el bacalgo seco que se necesite y pe tuesta uu poco a las brazas, En cuanto esté mane jable, se deshace muy menudo, limpiándole de espinas. Se lava en dos eguas. Se pone ena cace rola, sarten o cazuela al fuego con aceite en el que se fríen un par de dientes de ajo, un tomate y um poco de perejil; cuando esté frito esto, se echa el bacalao; pírnense ezafram, pimienta y clavo, deslíase en un par de en: charadas de 2gua celiente y Éche se: se egrega el arroz inmediata mente, dándole vueltas para que tomeel calor, y luego se áñade tanta agua caliente como 602 necesaria. Se deja cocer y, al rom per el hervor, se ponen unos pimientos asedos y limpios de antemano.
Fuenos a lo Robert Se hacen cocer diez o docebueyos hasto que están bien du ros, lo e se consigue a los diez o doce minuntos de cocción. Dé jense enfriar, descascárense y pártanse en riedas. Aparte se frien sels cebollas en pedazos en 125 gramos de manteca, 222ónepse de sal y pimienta, mójese con una tiza decaldo desenpraesado y lígtuese con una cuchareda de herins. Cuando la cebolla está cocida y la salsa haya tómedo la debida consistencia, se enltesa.
en ella les rodajas de huevo con una cicherada de mostaza y sirven moy esllentes.
Pierna de carnero quisaba Se deshnesa uno pierna de carnero, se mecha con tiras gor: dee de tecino y sento biee con bromente. Echense en la marmi.
ta con olgunas lonjas de tocino, zopahoriso, cobolla, nn buen ra mo de hierbos finas, cal y pinien to, y por encima, Éosta cubrir la pierao, caldo dersugrcr do, Añdees dl hos portida 00 Eo. grendeza Humiida de Nanvicra Íuera copia del ciclo heroico ton. ingenio, ten comunes en eguella que pide a lao jóvenes cierto nú Jolla zos, Hágase cocer todo en le dego vivo, y después ciendo lo ebnilí ción va muy de prisa, cfibroco dl fuego con cenizo, póngoce quel ma de lo bmormito en plate ocobertera com lumbre déjes cocer lentomento hasto que b4 pierna esté cocida. Sida polos ectá demasiado clara se le reduce r? Ínego y sé viette por encima do la pierne o tiempo de corvirlo. A Dro de leyenda Á Eu la sexta rapsodin de ln Odisea, la más real y acaso de mayor interés entre las que pre.
fleren el éxodo glorioso dedos veinte años, se encuentra bn de mn licado pasaje en el cual el seda refiere con el naturalismo que la ee propio, la vida ingenua y la so Man o, dechado de mujeres de la edad de oro, en euyos leres la dor exótica de lo felicidad mo foÉs igporada. Por tu naturaleza extraña el sentido de la leyenda parecería. tener fina intención, de actualí dsd en enalguier latited, cl ue pródigo. Su verosimilitud, du embargo, no es meños atbiíme, linda con los prodigios. Que be lleza ten Hena de sencillez y de y vida en su colorido, que sensi ción de Naturaleza virgen! Lejon de hazañas, de irreales promests; ajenas a las herolcidades o gl: a ari is Sl En dao raza escogida de ayentireros extraña en Én al faneto y suptucsidad de principes. No de otro modo se debe iniror ese caso, sino como un elogio la viáa sencilla de los idos tiem pos, que no Hlevaron el pero abrumador de las conveniencias. o el homenaje a la mujer hacen dosa quelleya a cabo 64 isisión sin destanyos, apogtic en ciertos canos pareciera desmereción ojos de superficialidad. Su mir sión y obediencia ya proscritas de la existeacia muelle y 06 orientación que precede al tao tidio y al desaliento, a las que va aparejada la cencillez de lo vida trengtila, De cuantas hijas de reyes hubo, niogora como ella en modestía; de cuantas jóvenes pudo haber la más estimada, act lo atestignaron los innumerables pretendientes de 34 mano, más nobles que los admiradores de la essquivana Penélope. Exigen. 5 3 Alo Pt, Der ta da, gua cias de gusto, acaso ortodoxo, mero no escaso de pretendientes, ses chalquiera st posición, verían ridículas. No importa sean hijas de reyes, tembién hubo Ceni. cientás princesas! Pero mo son precisamente ot raugo y la distinción de st 008.
gre lo que inspira e todos simpa, tía tan horde, gio la hija de familia, es decir a la hija que ca despeja gustosamente, ante 135 miredes de incertidumbre de los cortesanos, de toda áulica consi deración y pasa a ser la más envidiable criattera la buena hermoj ud que ee mivela, por servir mejor, a las humildes doncellas de palacio, La ternura que pudo despertar en puestro sentimiento la triste. pastercilla provenzal sl que egos: tó su juventud entre los doradoo trigales, arrullados por los soplos. eclógicos del mediodía, penos débil reflejo de la que nos inspira la reina bondadosa que cón sun; propias manos delicadas y sede. ñas, Heva a las fuentes con los!
trajes de eus Hermenoo porof asearlos con solicitud. en eos tareas que reeliza con orgullo; rivsliza con las jóvenes que lo; acompañan, sin comprometer eu bondad. Lo anblime y lo sencillo ne en lazen por menera námirabie en los sctos y en les palobras de?
Natsicaa. Ál pedir a su padre el 3 consentimiento de salir al campos con sus doncellas; al insinuwarie con toda ingennidad la convepiencia de mudar de traje csdo y vez que vaya sl megsron a dioecutir con los señores más princi?
peleo. Los mojeres lecedemontas cuya rentnciación en favor 27 la potria aún nos llega de es: panto y námiración, no ca reveró laron en actos de esta naturaleza deópecko de estor oprimidos. por el eopíritn de las retrasa quoj Ína citiercn sín otra rezón que lo?
de Estodo, legisigdores inbumo ao. Caánzos Mora. Y
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