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dad Campesinos, ObTeros, PACINA CUATRO A, li 53 2ve y esta República.
Diez reinutos antes de les oncz de la rañara ununciamos que que nos llegaba un mensaje diciendo que a las once y tres minutos, hora de Man2gua, Lináy habíz eraprendido el vuelo, run bo zx ra capital. Un aénsaje qe HEzS pusteriormente fir maén por el rooé: namentel Desde las once de la mañana la avenida central de San José fra un ar de gentes y de vehículos que se dirigian como La torrente sobre el llano de Ma ta Redonda, Allí llegamos a las dnce y media y una hora después gozábamos desde cl campo de aterrizaje viendo la enorme rultitud de gentés que rodezba el cnorme campo viniendo desde el Estadio hasta la boca de la Sa bana por ambos lados, dejando entre ellos un campo de más de un kilómetro de longitud como por doscientos metros de ancho. Mi estaben apiñados hombres, mujeres, niñoa, Sentes la ciu todós los componentés del artesanado social de la Reyáblica.
Los cáleulos hacea subir la multitud que se encontraba en la Sabana, cinco minutos antes de ser avistado el Espíritu de San Luis, en treinta mil personas; otros creen que fueran me)
nos, pero todos concuerdan en «ue no habia menos de veinte mil espectadores.
Cuando se dio la voz de que Lindy se veis en el horizonte, las pentes empezaron u gritar, y cuando el gran pájaro metáli o pasó por primera vez Sobre las citezmas de los espertadores, iolando a gran altura, aquella nde gada del Coronel Churles cran, el ¿xvila solitaria eruza los océz5o3 y trasmonlos Tmoztes ea todas las lztituel primer nombre que solo en TES suspendido por un Elio mílzgrosn del cielo fue del uno al otro continente y Juego ka salerado la majestad «de los Ardes, es, indudablemente, el gran 2con tecimiento de Jos ul Mircos 2508 en de la tarde. Eso se confirmó ple imor: exdclante como STrerrs, pamanos y srivas 21 valiezte laba iras heckn de fis am, uri Desde el amanecer San José se Prepara puma el recibimiento de Lindlerga dad del oficio, y por somos noctámbulos. por esta misma razón mejor que ofras personas pocemes darnos cuenta del trasiego de viajeros que hubo en esta capital durante las horas de ía pasaúa madrugada. Salimos tarde, bacia las dos de la mañava del Disrio de Costa Rica; en tal hora, sin sueño propicio y con eñsas de deambular por la poHiación, gustamos el encanto de la zochk2, vagando al azar por las tallos de San José De vez en vez mirábamos al cielo, nos traía hondamente preocupados el pensamiento de que por lo azares ción as Y 18 minutos fas, para obtener prov ble. Se montaba movimiento inusitado alí Haciéndonos los tontos tonseguimos saber cuanto descábamos.
Hablamos con uno de Jos. emplea DIA. párpa dos del sueño dessabe terrumpido. Si nos contestó. casi con monosilabos y mulhumora do. Se están preparando los trenes eve han de correr para traer 1 de la suerte, pudiera en alguna farma desipéjrse el recibimiento al coronel Lindbergh. que presaa la población los cientos de vecinos del lado. de Cartago y de las demás estaciones de la linea, giábamos, adelanténdonos a la realidad de los hechos que había de ser espléndido, casi podíamos as2gurar que el mejor de cuantos pueda haber tenido en las repúblicas de Centro América.
La noche fría y destemplada al comienzo fue poco a poco cam tiando, y en les primeras horas de la madrugada el enrachado viento de los dias anteriores habia cedido y el cielo despejado, el incomparable cielo del trópico, lucía en la magnificencia y esplendor imponderable de nues tras noches estelares llenas de poesia y de misteriosos encantos. Caminamos hacia la estación del Atlántico, el periodista debe aun en los ratos de ocio y de vagabundeo acordarse de su profesión; este pensamiento nos llevó hasta dicho lugar. Sin darnos a conocer y pasando quién sabe si por locos o neurasténi 0s, recorrimos el lugar enterán donos de todo, siendo los moles205 preguntoses tan chocantes para quienes no conocen nuestra profesión, en las que precisa hacer noventa y nueve pregunq ban de hacer mañana acto de presencia llenando la capital y dándola el aspecto de las grandes solemnidades. Esa máquina que ve Ud. alí y esos vagones están ya preparados para el pri mer convoy que, ha de salir en dicho sentido para recoger a la gente. Investigamos aun convenciéndonos de los asertos de nuestro buen hombre. Lo dejamos en paz, le dimos uno de esos cigarros, que según cuentan en o ARAS ER. AMERICAN SITIZENS o 22 3 2 ARRANSEMENTS HAVE BEEN MADE FOR THE AMERICAN COLONY RESIDENT IN. CO3TA Rica TO cu AT TRE AMERICAN a SONDA ITA El a. ox TAO AAA El Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y uventud, Costa Rica. Tspaña llaman DIARIO DE COSTA RICA. a ferde, frente a treinta mi el aterrizó en La Sabana, viniendo Girectame 1d TI mataquintos y que son capaces de despavilar al roás dormido. Avandonarnos el lugar y otra vez a caminar, a dar vueltas sin rumbo fijo, de un lado a otro, de aqui para allá.
Sin saber cómo ni cuándo, nos encontramos del lado de la ca¿Fretera que conduce a Heredia.
Plena madrugada y completa1 mente zonzos, como si hubiéramos perdido el rumbo y no conociéramos el lugar. Menos: mal que no se le ocurrió a un buen policía con, quien nos topamos en el camino preguntarnos qué se nos había perdido por aquelos lugares y en tales horas. como él no cometió semejante. in discreción, fuimos nosotros los que le interrogamos a pretexto de pedirle lumbre. Está esto concurrido hoy? le dijimos.
Anda y eso que que usted se conoce que no ha pasado aquí aintes no0s contestó añadiendo de su parte. Es un chorreo ontinto de personas desde las doce: Ni que vinieran a una ma nifestación de don Cleto; porque digo usted será cletista. Ys que ese Lindbergh es mucho hombre. Pero mañana le aseguro a usted que va a estar bueno San José, Se descuelga aquí medío Costa Rica. Miramos del lado de la carretera; efectivamente no mentía el guardador ofcial de la tranquilidad y del orden.
Por la cinta gris del camino, peatones, gente a eaballo, automóviles. camiones y toda clase de vehículos, repletos sus ventrudos senos aportaban hacia la capital su carga de público, Otra vez desandamos lo andado. Estábamos cansados de nues tra caminata Inconscientemente reporteríl. Pasamos el puente so bre: el Virilla arroyo aprendiz de río como dicen que calificó Quevedo al Manzanares madrileño, de la capital de las Españas.
Comenzaba a amanecer. En el ¡cielo de espléndido zafiro ponia la aurora. sus primeros rosícleres. las graciosas claridades del nuevo día Nos encontramos en el riñón de la ciudad, sonantes las campanas de fa Catedral a la primera misa. Estábamos rendidos, admirados de los que en ho ra. tan temprana marchaban ya hacia la Sabana, como temerosos de Megar tarde al lugar predestinado para el descenso del Aguila solitaria o temiendo quizás que alguien les hurtara el buen puesto soñado por adelantado. La población risueña, bella y delicada en sus matices de una tonalidad de ópalo y mar fil, sacudía el desperezo de la noche anterior, se mostraba enguirnalda, repleta de banderitas nacionales, como presagiando el triunfo de horas después.
Acicalada con sus mejores galas de mujer hermosa. De belia entre las bellas del Trópico, Jlolidos por el cansancio Jlegamos a nuestro refugio de hom bres independientes y libres por ley de soltería y juro de la edad.
Vestidos nos tendimos en el lecho; pero quién ha dicho dormir.
Era demasiado el tragín de afue Ta para conciliar el sueño. Bocina205, risas, voces, cantares, pitidos, todo se había conciliado en nuestra contra. Era la alegría sana del buen pueblo sostarricense esperando a Lindy, y no teníamos deretho a protestar.
Vaya después de todo el justo vastigo por las veces que hemos sido nootros los alboratadores e impertinentes, ya que el hecho de la llegada de un hembre del temple y corazón de Lindbergh, bien vale la pena de que séamos nosotros los sacrificados, mientras repurábamos la fatiza de la noche, soñábamos medio despiertos en la gloría de este hombre excepcional, a quien se preparaba San José a recibir dignamente. Volcando toda la Eepública en la capital.
la república La muchedumbre rompió las vallas de policía para rodear al intrépido viajero del espacio. La policia tuvo que obrar enérgicamente para proteger el aparato y al aviador. Fué llevado en triunfo. desde La Sabana hasta la Le3ación norteamericana donde. se hospeda. Detalles completos del vuelo del Espiritu de San Luis sobre Antes de la llegada Quizá nunca se ha presenciado en Costa Rica un entusiasmo y un movimiento coma los que despertaron la llegada del gran aviador.
Desde la vispera, es decir, des de el viernes, empezaron a llegar multitud de gentes de provincias y de pueblos vecinos a San José.
En la mañana de ayer el movimiento era sorprendente; en to das las calles las corrientes de gentes, en automóviles, en codiez habia ra una aglomeración enorme en la Sabana que erecía constantemente con las filas de vehítulos que incesantemente llevaban nuevos espectadores.
Había, además, sitios de la ciu dad en los cuales se había aglomerado igualmente el público.
Frente a nuestras oficinas hu bo en toda la mañana varios nutrídos grupos que esperaban las uoticias del vuelo, cuyos detalles íbamos poniendo en las piZ3rTas.
En los parques Morazán y Na cional se reunió también lo más granado de nnestra sociedad que esperaba el desfile heroico: de hoy. Luego, después de las once, se anunció la salida del aviador de Managua y sobre todo al cruzar el aviador la frontera el movim, ento del público fue imponde rable. Baste decir que en la ca pital había gentes de toda la me seta central, para darse cuenta del entusiasmo y movimiento hubo ayer y del espectáculo que ofrecía la ciudad.
personas, Carles nte de Managua Domingo, de Enero de 1934 timo inspector hicieron admírable labor. Sólo habiendo estado en jos puntos de congestión de tráfico, se puede decir cuanto hi, cieron estos inspectores, Se cal cula que los vehículos que cireularon fueron 2, 000, y puede decirse que no quedó antomóvil, camión de carga, coche ni omnibus que no saliera.
De las provincias ae moviliza.
ron todos los carros, La policía de linea contribuyó mucho a ordenar el movimiento, El público ayudó bastante y general los accidentes fneron cos, lHegando con diflcultad al medio por ciento del totál de ca YrosS, La tribuna oficial En el corredor norte de la es tación del Radio México, sk situó la tribuna oficial para el señor Presidente, para su gabinete y para el Excmo. señor Ministrode los Estados Unidoz.
También asistieron oteos diplomáticos y cónsules y muchísi nos funcionarios de alte orden.
ches, en camiones, en tranvías y na desde las nueve.
La gren mayoria de los vehícu Por último, cvando el Espíritu a pie se eucaminaban a la Sabajde San Luis estuvo a la vista y especialmente cuando daba las dos vueltas sobre la. ciudad, el los. de alquiler de la capital y jentusiasmo llegá al delirio.
de provincias habían sido contratados con uno y dos dias de Ei servicio de policia anticipación, de modo que ayer era poco menos que imposible conseguiz un automóvil. stuvo muy bien dispuesto; desde hace ocho dias el señor Se sabía que Lindbergh sal Director General dio sus dispo. Sin embargo, a las A AX e a de Monagua pasadas las on siciones.
ana y que no podría ron reforzados y todos recibien José antes de la. u ron instrucciónespecial.
Los dos cuarteles fueA las onco el general Monge salió al frente de la fuerza de aballería en unión de uno de los vrandantes.
Unos 75 policías iban de gala. Resguardo La Seerctaría de Hacienda dio. 15 instrucciones para poner las Jerzas de los resguardos a la rden de la Dirección de Policía.
Unos 50 guardas muy bien evipados hicieron el servicio en Sabana.
La disciplina de este cuerpo ustó mucho y fueron excelenes colaboradores. olicia de Tráfico Se vonstituyó especialmente «n la Sabana. Desde el Director. ion Donato Iglesias hasta el úl (os E SLU loz corrientes a CORONEL CHARLE mer El Club dará un té danzante el domingo de las p. eL, en honor del Bello. marco formaban ul conjunto un bello grupo de señoras y señoritas.
Situación de los automóviles Unos 600 automóviles formaroz un velladar alredeánr de la.
gente de a pie.
Estos antomóviles servian de tribunas.
La escolta de motos. Se había dispuesto que la mar cha al través del Paseo de Colón la abriera un cuerpo de mo. tociclistas tanto del cuerpo de Tráfico como las particulares.
Estos motos llevaban banderolas de Costa Rica y de los Estados Unidos.
En la boca de la Sabana el gentío había formado una verda dera cerca humana. Teabajo cos taba allí a los autos y a los peatones pasar.
El cuerpo de motos abrió paso para que pasara el desfile.
Comenzó el desfile Media hora después del aterri.
zaje, empezó el desfile de automóviles y camiones. Muchos no Se esperaron al desfile general.
pues habian permanecido en la (Pasa La página o ll LINDBERSH Vinomezeromorm.
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