Jueses, de Febrero de 1923, 12 primera noche de carnaut: da ciudad parecía haberse ¿osuelio en un mentón de frivo dades. Gomo indos los años anteriores Gastón de Dierode había estraje de carnaval con ción; joven y fuerte, ri y galante, gustábale aparecer tre las multitudes con el me ¿raja este año habia pormenori do todos los detalles de su in¿omentaria, en compañía de una ven cortesana, ineznsable y lu 52. ve era su mejor amiga: e traje había de ser el de un jo ren ¿rabe, jovial y discreto, enér fico para los hombres y gelante para las damas.
En esta primera noche de car reval, situado en mitad del par que, Gastón de Merode, cubierta «su cara con un antifaz de seda. cba la impresión, en realidad, de, haber venido de la Arabia al ¿arraval, para impresionarse con los aventuras románticas.
Ahi, recto y risueño bajo su an ygfaz, vela mujeres y hombres corrían enloquecidos por todos los rincones del parque, mientras sabre sus hombros caín las serpentinas polícromas y el con fetti perfumado y las bolitas de vjeve, sutiles. Ahí estaba, arro jando, en grandes cantidades, pételos de margarita sobre las da mas que hacíanle muecas y sobre los hombres que, acosados por unas cortesanas, trataban de correr, como niños temerosos, cuando, súbitamente, sintió en su brazo un empellón brusco le hizo tambalearse: al volver la eára, encontróse frente a frente unos ojos de fuego, negros, de un negro tan fuerte que le hizo temblar de miedo y, valeroso se eucaró con aquella inoportunidád que había turbado su silen:cio, Esta, entonces, provocativa. descubrióse el rostro y, Gastón de Merode, quedó como si hubie se sido una estatua de los mejores tiempos de Atenas: tal la be Neza que entrevió bajo su anti Taz encarnado. Entonces, entre «labatahola de la mascarada, Gas ión pudo retener aquella dama que habiase puesto de nuevo el antifaz, y, asi, con ella, buscó profundamente dilatados comor si se Mn en un pasaje de leyen!
da plerriutana.
fué armllardo su capa ¿rzbe.
hasta cruzaria sobre el pecho; del tu cintura brotó, entonces, nz fosforecencia lunar: le peére ría de su dega incrustada, de su daga netamente musulmana, ho ra.
amicida y romérntica. Ella, la ircógnita de la primera noche de carnaval sacó de la rica empuña dura aquella dega y, en un espas to de loca, grabóse en uno de sus brazos blancos, finos como trozos de porcelana, unz pequeña hendidura de la cuel salió un.
pequeño hilo de sangre, que, en los labios de Gastón de Merode fué como un hilo de miel.
Entonces, él cortóse de su capa el mejor gajo bordado en ara bezcos, y, cubrió la hendiduda. El carnaval seguía, enlogue cido. Oíanse los gritos de las bo tellas de champan, sonoros, como.
si fuesen besos hurtados y fuga CES.
Mientras tanto, Gastón de Me: rode, contemplando los ojos de su incógnita, parecía no sentir UN CRIMEN QUE 2EX3 Despacioso, 4 la Huvia de eonferí y de bu de nee Senvase Jescinado, como nn demenia En un errebeto jovenzl. 2ló en sus brezos de allez a compar: se fuera dl Su la cho a de las mi indi SN sa palna pregunte te de campo, lejos del ruido. des fordivas el En iseretas. Llegó; subiendo, con OLARIO DE COSTA RICA CUENTO ta.
ess, como en la Gastón zlzó en sus Tar DIATOS. Y, lueze, el bello traje bordado ven abalorio y, ua media eclor eiral Su vestido de vel e. s pl PI pl UDZ Z2pZ!
Llco y fastuoso. cuel cortinaje de la alco MLTOS COMA crótalos de oro, olanse en la es ¡EJO3, su compañera en brazos. la esca aquella dama y fuese con ella, tancia, Gelatadores: ahora rayos LErate broquelada, de reármol. uconmiróse en su aposento de sol a su palenete de campe lanza que lluminaban la ¿era ¿Tero. Trató de quitarle el antifaz, pero ella, frívola y risueña, mos trendo apenas sus dientes, hizo un rodeo por el 2posento, temero sa de ser comprendida en todo su esplendor de mujercita joven.
Asi, poco a poco, Gastón de Merode fué, primero, quitardole una zapatilla y después la otra; y, luego, el vestido de maja y, u na media encarnada y la otra. Pe ro, el antifaz, no. arrebatador como un feuno, escondióse tres el cortinaje de seda que cubria si alcoba perfumada, y. así, los hondos suspiros parecían repercutir en el silencio de ar quel palacete de campo, por cuyas ventanas penetraba la luna, indiscreta, y las estrellas, ponien do un tinte como de visión ka NO TIENE NOMBRE eacscópica sobre los tapices y Un esimen que no tiene nombre y que tampoco bene perdón, es el cía cometen con ellas ms que notan los pri enfermedad y no les ponen permitiendo que dichos síntomas tse vayan agrayando, hasta que lega el dix que no tienen remedio. Lector, o lec?
tora, no sez Ud, vna de dichas persoras descuida, Si Ud. no se siente bien; tal vez esté Ud, enfermo de los riñones, y nolosepa. Para saberlo, fijese a ver si nota Ud. algunos de los siguientes sintomas: Dolor en la cintura, espalda o caderas; hidropesía, reumatismo ciática; incontinencia de la orina; dolor o ardor en el caño al pasar las aguas; asiento o sedimento en lis orinas, unas veces blanco, como almidón, y otras amarillo, como ladrillo molido; imposibilidad de bajarse y recoger algo del suelo; empañamiento de 12 vista; orines turbios y de mal olor; debilidad sexual; el orinar retazos o de gota en gota; el tener que levantarse enla noche a hacer aguas; frialdad de piés y manos; hinchazón de piés y pantorrillas; cansancio y fojedad al levantara se por las mañanas; pérdida de me.
moria, etc, etc, si padece Ud. de algunos de estos síntomas, con seguridad está Ud. enfermo de los riñones y debe usted tomar sin pérdida de tiempo las PASTILLAS del Dr. BECKER para los Riñones y Vejigrun asiento lejos, en un ri to apacible del parque, donde po der contemplar sus ojos negros Cómprelas en las Boticas. Jfientres mas pronto las tome mog Tigero se curará E Colorantes SUNSET Para hacer nuevas toda clase de telas, tiñéndolas fácil. menfe en su casa con colores permaLR nentes. Sunset Cada color es una maravilla que sólo mismas Ls personzs PONA.
de ma scbre log jarrones de factura ni. Gastón de Merode, siterribl do; regresó, junto con su incogni ta compañera, a la ciudad que, en esa madrugada enervante, en volvíase como en un mantón de nieve. te nu la noche siguiente, segunda de carnaval, Gastón arreglóse con un traje que representaba un virrey indígena y, fué a sítuarse donde la primera, vez había encontrado a la dama de los ojos negros. El entusiasmo crecía a cada minuto: las batallas de flores y de serpentinas y de confetti y de perfume, hacían renacer un háli to nuevo de vida, un optimismo que embriagaba.
recía estar desíquilibrada: mántico como era, aguardaba an sioso la aparición de la primera noche. Pero, ya avanzada la fies ta, mientras iba decayendo el en tusiasmo, sintió cansancio y, por intuición fué a sentarse donde habíalo hecho con su incógnita compañera. Ahí estaba, como un desamparado, jugando nerviosamente con el plumaje de su tra je de virrey, cuando otra dama vestida corrientemente y cuyo nico distintivo carnavelesco era su antifaz, sentóse asu lado.
Gastón permaneció sin importar le la presencia de aquella dama que parecía preocupada, pero, al junter un pañuelo, graciosamen te bordado, que a ella habiasele caído, pudo encontrarse, de nueestos colorantes pue den dar sin dañar ¿Jos tejidos.
Yo, con unos ojos negros, Por una cortesía, 20250, el no quiso hablarle; pero ella, con un tono de voz tan dulces y Tino que hizo recordar a Gastón la misma voz de su incógnita compañera de la otra noche, dió las gracias Gastón, solo ahí, pensaba en su aventura de la noche anterior: su naturaleza excéntrica, su carácter alegre, habíanle :sumergido en una tristeza infinita que hacía languidecer, a través de su antifaz color de rosa, sus ojos azules. Su imaginación paro(REPRODUCCION solicitada)
La ACTITUD DEL COBIERNO Hay curiosidad por saber su posición exacta. La sanción rehusada Mr. Joseph Di Georgio, Jefe de la The Georgió Fruit Corporation, regresó a la isla ayer en el vapor Ulúa y vino a Kingston de Puerto Antonio en la tarde.
Entrevistado ayer, Mr. Di Geor gio fué hecha para el embarque acerca de sus proyectos actuales.
Nosotros sabemos, sinembargo, que él debe estar considerarido una revisión de sus anteriores propuestas a la Banana Association de manera que incluya el mercado europeo y de ese modo contratar toda, en vez de una parte de la fruta de Ja Asociación.
Debe recordarse que la primitiva propuesta de Mr. Di Georgia fué hecha para el embarque de la fruta de la Asociación, los mercados americanos y. Canadíenses sobre la base de Participación en las ganancias, similar a la base estipulada en el Contrato con los Productores. Es ta propuesta podría haber abar cado cerca de las tres quintas partes de toda la fruta de que la Asociación dispone, dejando el resto para ser acarreado al mercado europeo, por otros medios, posiblemente por las Compañías Atlantic y Cuyamel.
LA SANCION REHUSADA La propuesta de Mr. Georgia sobre estas bases fué aceptada por la Asociación Bananerz, pero su Excelencia, el señor Gobernador, rehusó sancionarla y desde entonces han sido reanudadas las negociaciones con las Compañías Atlantic y Cuyamel pero sin que se haya llegado a ninguna decisión hasta 2hora.
Existe una curiosidad general sobre la exacta posición que el Gobierno asumirá en las negocia ciones entre la Asociación Bana nera y las diferentes Compañías que ofrecen contrato de la fruta. especizlmente en viste de la actitud decidida que el gobier no ha tomado en este asunto.
rehusando su sanción a la propuesta actualmente aceptada por Rehusa dar información pero existe la posibilidad de la revisión de la oferta la Asociación, y forzando a ésta a reconsiderar lzs propuestas de la Atlantic y la Cuyamel, las cua les prácticamente habían sido re chazadas; y, además, con especia les de que en el futuro, ellos de ben hacer constar por escrito las razones que tengan para rechazar o aceptar cualesquiera ofertas que se les presenten.
EL CONTRATO COX LOS PRODUCTORES La fuerza de la posición del Gobierno se basa en el hecho de que el contrato. con los Productores fué firmada por los miembros de la Asociación de Produc tores de Bananos, con la condición definida de que todo conve nio para disponer de la fruta con tratada debe ser sancionada por el Gobernador, y fué solamente con este entendimiento que el Gobierno permitió la promulgación del contrato con los productores, puesto que aunque la Asociación es un Cuérpo de Productores de Banano. Independienté, no está esta facultada para disponer de su fruta ni para bacer ningúri arreglo con ninguna compañía disponiendo de ella sin la Sanción del Gobier nO. Se espera que muy pronto Mr.
Di Georgia dará algunos detalles acerca de sus proyectos. The Gleaner, Kingston, Jamaica Enero 17 de 1928. 0 OA El preferido es Peligrosa Lam peresas eo ¿E czbiera econ el antifaz: Tulzvres de estrellas tas en tran plo rerrato, Y, de zuevo, en la madrugada fria, Gastón retornó cen su otra incógnita comprñerta. a la ciudad que bostezab2 de ansancio.
193 la tercera noche de rarmaval, Gastón Tuése a sentar dirertamente al sito de les noches an teriores. z Sus excentridades renacieron en esta noche, y junto con un grupo de enmescerados abrió bo tellas de crampen y bebió y de rrochó monedas y pétalos de mar gariia En esta noche, había escogido el frac y, un antifaz negro de se EN Su gabán de piel de Rusia es taba pleno de confetti y de per fume.
Parecía reanimado para las di versiones y para las excentrida des que tanto habianle 2pasiona o Ahi estaba, estrellando bote las de champan sobre el mosai co, cuando, entre la muchedumbre, vió unos ojos negros, todavía más negros que los vistos en las otras noches. El champan, que le había hecho daño, fué factor, ahora pa ra que, tambaleándose entre los grupos de enmascarados, llegara hasta donde había advertido la presencia de los ojos negros.
E, indiscreto y fuerte, alzó en sus brazos a la dama vestida de colombine, y fuese con elía a través de los campos, en esa noche lunada y esplendente. De nuero la alcoba risueña de soltero y galante, abrió su cor tinaje que tanta aventura había atestiguado cuando, su amo, en momentos felices, le interrogaba, ya que él perdía el recuerdo, de todas sus aventuras. Y, Gastón, optimista y excéntrico, cobi jó con la seda de su frac, un pecho de Hembra. Entontes bro taron de la carne, divinamente joven, los besos sonoros; y Jos jarrones y los tapices de factura nipona, evocaron sus 2venturas de Oriente; y las alfombras, recordaron lo que sintieron allá en el Damasco:sombrío: las aven turas del desierto, y los choques de las cimaterras por algún a2mor fatalista. Y, Gastón gus tó, una vez más, de un cuerpo de licioso y tibio; pero, como sus otres incógnitas compañeras, la de ahora no habíase descubierto la cara. Bajo su antifaz, audivinábase un espasmo prolongado: su boca, que fué un botón de rosa, hu biese querido centuplicarse para beber más y más amor. Pero, la madrugada fria, aletargó a ambos en un pronunciamiento de ternura: Hablándose, en la intimidad de un abrazo profundo, Gastón decíale: quisiera tener labios continuamente ocupados en besarte con infinita prolongación. Y, yo, contestaba ella, MANAS ouiciera darte inv, que de ca da cuo de ellos brotsra una te riposa. Pero, ya tarde, Gastón regresó a la ciudad eengulla y censada, mv En la cuarta noche, Lois de lcaza, elecanté y simpiídco, daba una festa en su quirra de las 2de la ciudad.
L2 quinta, que parecía haber sido contruida en la época del co lcniaje, tenía un grande porión de acero que abría y cerrzba un viejo criado de líbrea, Los automóviles llegaban cada momento, yéndose estacionar en el fondo de un jardín vasto.
El vestíbulo de la quinta erz una joya arquitectónica, tales los dibujos y las pinturas de las pa redes o, los grandes espejos.
Todos Jos aposentos de la quin ta, lujosamente adornada, encon trábanse ocupados por grupos de amigos que charlaban y reían con desenfado. De Icaza atendía, en el hall principal, a algunos de sus invitados, cuando, un criado, anunció al señor Gastón de Merode. Todos volviéronse hacía el rescién llegado, saludándolo, unos muy alegres, otros displicentes. Pero, él, saludaba por igual.
Ahora nadie usaba antifaz: al gunas otras amistades de Icaza le fueron presentadas a Gastón que se encantó, principalmente, en un viejo calvo, bajito y risue ño que charlaba con un grupo de mujeres jóvenes y hermosas, Hamaudo la atención por 3us preguntas indiscretas.
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Luis dé Icaza anunció que la PAGINA SIETE Orquesta elecuraría Éács, visiblemente zlegri ron ES, 10 pozeldes por y 16 que presagizba de muy lej Sólo Gastón, un poco tris e ha bía ido a la terraza, a escuehar el vals Gue T2x11s ávenures de posta y de galante le recordaba; solo él, melancólico, tenfa en su corazón un poco de abatimiento, sin saber por qué; sólo él, pensa tiro y huraño, soñaba 20250, en RUEVAS AVENTUTAS y EN NUETOS TO tances, en nuevas frivolidades y en distintas mujeres de ojos ne gros y de cuerpos duros, blancos como nardos y sensuales como ho jas trémulas de espadas, Y, mientras que se encontra ba en la terraza, viendo a le luna y les estrellas en ese maremagnun de confusión armoniosa.
en que viven, Luis de lezza reci bia a las hermanas de Médicis, tres mujeres bellas, de ojos negros y de boes fregantes y de se ros que, tras el fino escote de se áa, semejaban racimos de uvas, jugosas y dulces y perfumadas.
De nuevo, la orquesta tocó otro vals, y desde la terraza, Gastón pudo oir la alegría de aqueJla gente. Sólo él, llorando por el recuerdo de las aventuras galantes. Acaso comprendiera que la so ledad, el aislamiento, podria hacerle más daño y, bajó a ¿legrar se un poco. Al entrar por la puerta princi pal, vió a De Icaza qué conversa.
ba con algunas damas a quienes no podía verles el rostro por estar vueltas de espalda; pero, ha cia ellas se dirigió. De Icaza vi no a su encuentro, para hacer las presentaciones, pero, al llegar al frente de ellas, Gastón co mo fascinado, retrocedió visible mente temeroso: una de ellas, te nía en el brazo una pequeña cicatriz; y otra, una cicatriz en la palma de la mano; y la. tercera, con ssu ojos negros, de un negra fuerte, pareció herirlo en lo más hondo del corazón: las tres, con sus ojos negros, parecieron traspasarle la rarrie. Gastón no pudo más y, sentó se en una butaca. Cada una de e llas, cada una de las tres herma nas, recordó en esos nomentos, al jeque y al virrey y al galante caballero de frack, que, en distin tas noches, las había alegrado con un poco de amor incansable, allá, en una casita apacible de campo, entre el prefume de una alcoba tibia.
Poco a poco, Gastón de Merode fué incorporándose; y, siem pre fascinado por aquellos ojos vegros de las tres hermanas, sa lió hacia su casa de campo, a re cordar con el champam sus aven turas de poeta y de galante. Rojas Vincenzi Señora, La acidez del Estómago aíen inticarión o del estómaro Jabvón no se deje dar otro JABON porel LEGITIMO IP LAMLIOTIZA (que es más duro y hace más espuma)
Ly y trató de alejarse. Mas, él, deze niércdola ceremoniosamente, YOInstrucciones com Especial pararopa blanca pletas con cada pa y tejidos finos. Ahora sólo 7 quetillo. sz vende envuelto y mar1. ezdo por sus cuatro lados.
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