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or Bor! El a l l pl ol li Carmndta Barfa Segunda Pere AE DUNE UE, Segunda Porto TODEPENDIENTE DE ID a le ox. Sen José, Costa Rica, Domingo, 18 de Marzo de 1928 XUL 2618 LE SO Sa SRARIA MINICAR Es EL CUARTO DE LUNA ducto. ES AZ Ps señor Bourguet, el administrador Zíaz, como el adrerezrio que, impla ko has que sentar a la tuna. LAO e Existe, sin embargo, unz cosa; pa ecble, no da tregea al enemigo, el Tu Snlieron de la tierra uno, dos, dijo Potrof que, armgoe ya com los recen ser bastazte siogulares. za cortó a pico el sendero que trznri eses, hasta seis bajo el terraste cabellos prices, estaba reción casado. essenen ellos un balcón igual at) tebon los secuedros del moribundo. de la Uovia y de la sombra. Ay de nosotros!
Se hubiera dicho que salían del de tal modo los eluviones que To tengo sueño dijo Beff, que gra; jumbrozamente, como un niño.
etan habisn inundado la maleza y ¿ado a la Mamurz circundante de Devanjasin essar desde un mes antes, Regresermos gruñó Alexis.
Sujeto su bayoneta en las correas que ligaban sua piernas. Los macedoros y Andrinópolis el aspecto de un nios no gastan cinturón y VJevan asi par. su basoneta, lo mismo que so cubier En el espolvoreo amarillo del ere púrenlo, cada uno de ellos aparecía como un alto envoltorio de piciles de cordero, del que sobresalía el cañón de un fosil. Los seis iban cubiertos to de madera Los macedonios partieron uno a u no. Los búlcaros los miraron y sintieron su partida. Luego, en lugar de irse a su vez, permanecieron en el fo por gorras de astracán con escarapela so, bajo la pesadumbre de una gran verde. menaza vaga, disgustados de ser mi Era una patrulla de macedonios in rados por la luma, ebrios de cansan corporados al ejército búlgaro que a cio y de ruperstición.
travesaba los puestos avanzados, Cada cual pensaba en sí el sarVacilantes y balanceados por los. os euros torbellinos de ceniza, agitsron sus largos brazos como 22pa5 de moli gento Naritch vió su casita y a su mu jer, de ropaje pesado y multicolor co me una platsbauda, Divisó en sueños no, bicieron la señal de la cruz, vol el ángulo brusco de una avenida don vieron a derecha e izquierda sus ne de una risita preciosa anuncia la agros hocicos, abriendo sus enormes proximación de una cebecita de oro.
el olor de la enramada y re jos turbios de roedores. unos cincuenta pas0S, und rama binesda en el suelo espejeante empe 26 a oscilar. Los macedonios se diri Percibil conoció los sauces encogidos que s3e suceden a lo largo del arroyo como bombrecillos. gieron hacía el lugár de donde partía Atzó bruscamente la barbilla, Se aquellos señal.
Era una trinchera abandonada, El sargento Xaritch y sus cinco homde la sombra, la hoja puntisgada de bres se gusrnecían en ella y habían la luna, que brillaba, suspendida. hecho la señal indicada, Se sacudió. En qué pensaba? Era torde. El padrecito coronel iba a sa. Aquellos seis búlgaros querízn 23 Tos seis macedonios. Diployiteh y Ka hir desu tienda, a zgiter como une loub eran compañeros desde larga fe: restregó los ojos. No vió más que la!
sombra mojeda y allá, muy al fondo, NA ES e An a PA bg rt Pon A a ra cdo lla o Lo mo si do hubieran oído, tiró primer. PECES DE COLORES RS pa, mn Epa AA. Pro dl a o man TORRES DS rr voo ao e HE que decoraba, dulcisima, la sencilla mio. En el tismo, separado por una reja, y ezda tarde, e la enids de le noche, se entregan a un ráro sport: se ponen pasear uba muñeca en uno de esos cochecitos com que juegan las nenitas.
La mujer parece tener unos trein ta años y es de una belleza grove y dolorosa. Sus cabellos no están cortsdos a la moda, sino torcidos en un moño macizo que aparenta deber descolgarse sobre la nuca. El hombre representa nus cuarentena bastante marcada y no le falta distinción. Pemírelos usted.
ruido de las ruedas del cochecito.
FO. Ya oigo el Seis meses después de la noche de que ke hablado fué que conocí el secreto de ese paseo anormal por el balcón.
Estaba yo en espera de Julián Sarréze, quien me había dejado dicho que lo aguardara durante algunos instantes. Hijo mio, el médico ha explirado que esa angustia que le abate no ex inherente, que su eusa debe ser pu tamente espl tusl, Piense que la mi sericordia de Dios es más grande los pecados del hombre. Confíe en mí dizcreción. BHable, bijo mio, salve su sima!
Entonces, con el gesto del obrero que se apresta a levantar una piedra cuyo peso es superior a sus fuerzas, el moribundo se incorporó y dij Padre, tengo el remordimiento de rui bondad. Haga otro esfuerzo y explique sa pensamiento. Pero uquel arrepentido Enbía dejado de escuchar. Ricardo Pérez Alfonseca. BYRON Debiamos comer juntos, pero hubo de salir pera una cita urgente.
Esperaba fumando mi pipa en balcón. La tarde caía, una bella tarde de otoño, ligera y sensible, y la pareja estaba allí con el cochecito de muñeca. Iba entrarme, cuando el hombre me dijo bruscamente. Usted debe pensar, sin duda, señor, que nosotros estamos locos?
Embarazado y no sabiendo qué responder, bice nn gesto vago.
Qué especie de hombre era Byron? Por él había pasado la filosofía del sí glo XVII con su fanatismo y con sus áras. Habían contribuido a malearlo sus desdichas domésticas, su dandysmo y fatuidad incurable, todas las vr nidades de raza, de clase, de ingenio, de hermosura y de fuerza eorporai, juntas en su cabeza y ¿xacerbadas por los arztemas de los necios y de los hi pócritas, plega de la sociedad inglelama: su czpa forrada de rojo y ¡cuij i0h, exclamó Potrof, el hom La vida es plantío de antítesis true, camita de madera. Si, continuó él, estoy seguro de sa. Pero en fondo Iqué grandeza hocba. El viejo bandido Alexis había sil gagor bre que acababa de casarse. Hay sobre la mesa de la sala una es le; las niayores. pesadumbres suelen Pero el amado se lo había Mlevado G6 Usted encuentra esie paseo muy tana. Qué desprecio de lo vulewr do en otro tiempo profesor de Dert. Vamos, en marcha. Se tambrleó, sujetándose el vien fera de cristal llena de agua. El a permanecer ignorádas tras la más fa. insólito. Una extraña diversión, pequeño y mezquino. Qué aspiración cho de Nariteh. Potrof y Reff habían ge estiraron, lacrimosos por haber tre y cayó tendido, aunque heciendo gua es casi aznl, y en su fondo se po cara del contento. El diablo, que su. fué entonces el Manto de ¿mo es cierto. al cielo de las ¡dess, y qué desdén ba resultado primos en grado próximolbastezado, més con la faz erispado. con la cabeza señas de, que mo: emm sedimentos negrozcos, Dos o tres fre y no puede lMorar, ríe; la nieve SL en fin, puesto que usted nos ha cia la imbécil muchedumbre! No hay que se habían reído. hasta Morar al descubrirlo en su primer encuentro.
Cuanto a Soleimán y Nariff tenían que vengar la muerte de aquella a la Se irguieron fuera del ancho fozu.
Meorcharon, marcharon, 2bricndo desmesuradamente los ojos, sinticndo aplicárseles sobre la cara una bru que amaban ambos, y así eran más ca esrers de Muviz siempre que se a que hermanos. rriesgaban a observar la launa.
Desde el principio de la invasión ¡Cómo Todavía no se ve un centi aquellos doce hombres se reunían a nela? Se pararon. Se habían pordido.
Crepitaron los disparos de una y o tra parte, se multiplicaron. Pronto ca yeron los hombres.
El último que quedó en pie, acabó por inclinarse y tenderie. le pareció en su sueño de sgonia que era gemido yu nombre allá, entre los que lo habían matado. Resonaron rayitas vivas trazan incanzahlemente en ellas espirales que se enredan basta el infinito. Cada, mes, poco más o menos, tna de esos rayitas deja de eolear, y eze muerta sobre el lecho de posos: y cuando caen las otras, dos manos indiferentes vacian la esfera de eristal, renuevan el agua y traen cementerios se cubren de flores. el mismo planeta que habitamos, con su enorme panza sbastada de elemen tos vitales que germinan y perecen en la més abominable fetidez, mientras por fuera, a guisa de benéfico manto encabridor de tanta podredumcorona el cráter de los volcanes; los rrepentidal.
Iznacio Van GRIEKEN, LA MUSECA Felicitaba yo a mi amigo Julián Sasorprendido, continuó ya quiero explicárselo. Su mujer, vestida de gran luto, como éL bejó la cabeza, Yo habia comprendido, Iémpago.
en Un Te señor, le dije, yo no los juzgo a, ustedes. No tengo ningún derecho.
dograa alguno que sea hoy negado con mayor ahínco por las filosofigs que corren triunfantes en Europa, y el del libre albedrío y el de la propis responsabilidad. Ninguno profesó By ron con tan resuelta energía. Bajo to aspecto sus poemas son casi edifi cuntes. Su personalidad sistlada, fé i Ja hora gri ile nadi e io lej. 2, solváti nt gris en que los fusiles se que Era culpa de la luna con su media estertores por ambas partes, después nadie sabe de qué acuario lejano bro, se dilatan ermpos ubérrimos, rréze por haber descubierto ese apar 75 probablemente lo que usted roz, selvática, en lucha constante too lur que engañcba.
dan ciegos y son obligados a dormirse. trinchera Se reunían en la vieja mercha. Alzaban mucho. los pies fue Se estremecieron; reanudaron que ya no servía para nada. Alli se y de las marismas. Evitaban dificil dosaban unos a otros, con los pies en mente los oyos de los obuses, pequeel mismo fango. Cambiaban alguras se nteruaron y se unieroa suavemen te como una música.
Todo estaba extinguido y cuando legó un destacamento agitan mudo do faroles.
nuevas rayitas que empjezan en segui da a dar vueltas y vueltas, Muchas veces la sals esti en penum bra y los prisioneros, apoyando el triangular hacóquillo centra el trans inundados de sol. acaso no es tambifa un gran dolor interminable de tedo lo que muere, vestido y enmascarado con el feliz antifaz de todo lo que nace? Hay risas tristes como látamento en el quinto piso. de una vicja casa, situada en la calle de Jacob, mientras que él desempacsba sus libros en medio de una bella pieza que va a decirme. Su niña. no es cier el mundo que lo rodea, afirma y recn to? a muerto. Ertonces. en Te noce en el mismo principio y la ruiz cuerdo de ella. era Este el juguete de su independencia: considera elespreferido Lo comprendo. Yo debía ser su gubinete de trabajo. tengo una hijita. sería capaz. no para la conciencia el torcez de; Ida remordimientos, y viene asi a cor. ños estanques en los que se ahoga. parente muro de su eárcel, se detienen! grimas. 3i, me respondié ereo que mo es Al través de la veja, él me tendió rar de un modo indirocto el dogma de palubías froternalmente con aire Íe ía un tiro de caballos y que de díml o casveres: acá, los seis mace Cantemplar la misteriosa y vulgar Eduardo Zamacols. taré mal aqui, y además no se fne S d0s manos. la eternidad de las peras, É roz y tranquilo. Decian: La guerra son rojizos. Al cabo de media hora nal, ag, dos seis búlgaros. Atlántida que creen sumergida con e de escoger, y he tenido muerte en ba Ha, adivinado usted, me dijo. Menéndez Pelayo!
acrá larga. Que Dios aplaste al tur da de furgos, nada. Presas de una sobrenatural apren llos; otras se abren las ventanas y en. ber encontrado este albergue. La ca Ela murió cuando tenía seis años, so Procuraron orientarse mejor en kl. ajucinados por la fantástica le tran rayos de sol que estallan en lu lle me gasta; es provincial y simpár doraba a esta pobre muñeca, con EPOPEYA Después, sin agregar nada, los do de desfileron con la cabeza baja. De otro, y sus almas estaban más Jends, ono ya disparo de fusil. El sar vasta lMdanura fangosa, y nuevo, co hombres pensaban, uno al lado del sus caberas más graves, al estar B8Í sua Se vuelve a on lado y a e. lin, ep3raban a contacto. Al in, se seporab otro como una veleta, runció Esloub, con ena mueca que e3 Hemos debido volver al enmpayenda ni unos ni otros han sabido re gresar al campamento. Los hombres de las patrullas se hablan columbra de apenas, como sombras, y se hablan matado al azar, a ciegos, tanteos, ces de bengala al chocar contra Jos Perteats. Entonces los pecesillos req Pepagueaa, llena el agua un temblor ¡e alegrís, y el nadar es tan rápido, que la esfera parece un diminuto Sa LA ARREPENTIDA tica. Ha escapado hasta 2bora, nuestra época atropellada, a la que Colgaba el tieste de cuatro hilos que reía con aquelloz capullos encendidos. Hernínder Cata, nata de zeadera, esquivó siempre el le tengo horror. Tiene un nombre de viejo bilbliótilo, que parece viniera del Molecón Malaquías o del Malecón adurmecida en el fonda de un deporla cual dormía. Sus caricias la han osado. Asi, enando no llueve, como ella lo hacía. a esta hora, este páseo por el balcón. Nosotros lo continuamos) Er, tal vez, una locnra, peca, coja, tuerta, le dí un beso en la DE LA LIBERTAD Surge Bolívar con su cohorte de astros. Loa volcanes, sacudiendo lez flancos con estruendo, lo aclaman y. o cion enano. CURE estamos en las lineas turcos sin reconocerse, sin saber que se que turno que tuviera tres anillos rojos. burdos y la muta de elavelez como Voltaire con dos holsillos de su gabin 59 up Podemos e peo to lo pis EA UA la pe Aquella noche, los hermanos de ar Tales palabras hubieran parecido fan, sin comprender que eran herma en tanto, los dueños de la casa La hermosa dueña los rirsba a Menos de ediciones raras. de o existe. NE o e mas al reurirse, estaban tristes. La gbsurdas en atención al poco tiem. nos, como ocurre siempre en la gue hablon y hablan, sin sospechar que el brir pensardo que en cada uno ze Siempre me ha parecida divertida. e estat contra la reja as las MU Ss ne e incesante lluvia, el frio perpetuo yo Po Menscurrido desde que babísn de pro, visitante sienta melancolía ante a. disolvía migo de sa alma, así era elj Del lado de la calle de los Santos Pa El coc cio NA anos mr ones a sede un inmenso tedio nuevo los abrumaba? jzdo la vieja trinchera, si no bubie quella noria de peces, cruel, estéril, amor de que estiba posesa y puro des, es tan a na somo u vecina, la que nos separa y y tores. al ye es. ios extraordirariamente. ya intervenido en todo aquello el o. BARBUSSE estúpida y divina, también. porque! el ideal que soñaba. calle de Ensversidad. El hospital Menos de e 2201 de precorté el clérigo de con e e La guerra no acabará nunca al dio de la luna, Menearon la cabeza, recuerda la noria de la tierra. Para la Virgen María, la que de de ja Caridad, se asemeja al eran se Me permite usted. MN boca pasan. eorrica essuda. Kaloub maseullóz coraba con dulzura la sencilla cami minsrio o al colegio de una ciuead cogiendo la pobre reliqa los indios venezolasos. Los rotos de Chile marctan furtos, brazo a brazo, ma rua cerrilloa negros cono da Pep mento eca los macedonios. stos bsel LEYENDA JAPONESA zacma encendido de los claveles en lámento, y existen en esta parte tres frente. son Jos sbolos del Perú; con ebgerro seri len el buen camino con su olfato. cantados. e cuatro inmuebles que datan de los trigio del ¡berto van los negros e30z honezó po ps e Se mantovieron quietos, con los Nuestros defectos son eurablez, Su Solemente el pecto del amado os tiempos ya olvidados, en que se sa Leo LARGUIER. tando, detrás del estandarte arul De a ar ne e a rostros furiesamente tendidos Éacia no está en cra especin de 24 L4 RISA TRISTE sentaría aquellz flor que estaba ke ba construíz. Se puede fmazisas fó ci poncto y bota el pozo, ondesado a mal de metancolia. se apedera de adelznte. o religioso, sino ex uma izteli. ba; dentro de sus ambiciones, de la cilmente que los losatarios son sps bolas, me. a esespo a. 20, e un gropo, pezuaron bajo, y después al ¡Eh jadeó Diplovish tay más profasda y completa del Nadie fe de aparienciza: los sem. Carne de sa cuerpo, del perfume de su Siblea decis Pumtros del Iasu. NOAA AN mear lo, en cons misteriosas enemigos que Ec4 zeschi. estos prendes objetos de amor que iictes risueños suelen encubrir al 2m2 toto de la sección de inscripciones y BONDAD to alto, los pe menches res em Le Sorz esti vago resplandor dezr, un poco Ra selneida siempre el espirizo is fria, inaocealtles todo afecto; el amado. erpada el corazón bellos lezras¡ inspectores penerzles zdas, voleardo sobre la csbeza. la loza tiene la forza de estoy. frurcis: ciencia. 2: derecho, liber almas de inquisidores que escochan sangrando. de los monumentos Elstáricos, serios El morilundo recordaba que, una chuza emplimada, Pintados de guemua enemigo do Ealemb con vez despejado por usa hora. moss uy tatemidad enivenal. sin emoción los JS que armas ela sentis consumirse como mn criticos de urte, que no se occpaz si vez, la mujer que el deseó con el mis! rrear vienon tendidos sobre el exeilh hemaia, como algmien 95 NE to DAA o Es ena teyezáa poner seria la ento. Íszuno de 5rmz. del pítico o del siglo diez y slete, hondo deseo de sn viéx, sosrióle con les zzau00s, con la dansa de touarilla a am baerró Alex al alcance de la viz NN a la lemboe seción adblemz de 0n eclaboradezes de la Revista de dm senrisz de consentimiento; per, ex csrezada de plamzs de colores; y el o o 4 e erciiar Liza semillas de Tores, 1e HIFURD Ciespora masqrilaente aaneoo ora Juntos: tos Mulas. la esposa de us amigo, y su tosdsd rita, cuando le laz virzen se dera e ee hentido cue sh dió 21 ve 2uel. Ezes osrzres eslivas zor Ez vez del clzvel encurtido, Ea los yises bajos no estío 21 ho le impidió consamar uns Dólcióa me! ma sobre los despeñaderos, se vé a o. eralte arrecs ames 2 elmfsrto te prendo al perio la malla de bhudos. E27 ces o eu» ienms diazte la cul Exbiera emmocióo a Sn Maris, allí sctre la nieve, eesjalerza, que no los cuisir. Vispe Noria. euros mantos amictariós, ecmevelaz verdadero placer. Bercrdida seo corora de Ll med pes acuzie ez algo sx lez en us oeougilies en emins, esjastedores, Ubre una vez, puóa ser rica de so manera, aleta al amfiteamre; miento mil miei desbollirilir soja iraniniensia ea de iupos Lt de nues enmmmdos dl Sn. de aquenos. 2ns, Ya la mam ds clireles ve de que mo tija esableriniezios qero, cono 12 se ma Sor mena SS le ez ss epollos enomiiio. eriezá el Ese la ita de segoz Alem dl Ella quie dar José MATTL a la ue, GUY. cla dl Exa. dentro. 21.
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