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Adaptado del omgrnas de Tab por Carol Della Chiesa Dustraciones de 2, Helene Carter Er a PINOCHO SE ENCUENTRA CON UN AMIGO Nadie contestó a la pregunta de Pinocho. Una vez más exelamó el títere. En dónde estoy. En mi casa, contestó la joven. Al oírla de nuevo, nuestro héroe tuvo ocasión de admirar otra vez la belleza de facciones en armonía cos la dulzura de una voz celestial. Tenía los ojos de un azul turquesa y el cabello igualmente azul. Qué color más extraño! Pinocho no había visto jamás cañeza de uK color semejante, y se hallaba aquí con una cabellera igual al manto que depliegan los cielos despajados «en bleno día. Tánta belleza ensimismaba al títere a tal punto olvidó su manía de imoven3e, de hacer preguntas, y permancía con los. ojos fijamente clavados en la dama, sin pestañar siquiera, como si hubiera sido convertido en piedra.
Los tres sabios doctores se miraban entre sí, como interrozándose mutuamente. La doncella de los cabellos azules pare efa sorprendida y abismada. Pinocho continuaba en inmovilidad absoluta, siempre con Jos ojos desmesuradamaente, abiertos. Por fin los sabios empezaron a moverse. El Doctor Buho hizo un guiño al Doctor Cuevro, el Doctor Cuervo hizo una inclinación de cabeza al Doctor Grillo, y el Doctor Grillo cerró los ojos, asumió una actitud de solemnidad oratoria y habló. Paranada, imprudente, perezoso, títere vagabundo; mírame.
Pinocho le dirigió una mirada rencorosa. Le parecía reconocer esa voz. Sí; y esa cabeza negra también; y sobre todo, aquellos delgados tentáculos. Sería posible? Podría ser és2, em verdad, el Grillo Parlante redivido? Su sorpresa fué tan grande. Que das palabras se le salieron antes que pudiera meditarlas. rela haberte muerto hace algún tiempo balbuceó Pinocho. Pensaba que te había hecho callar para toda la vida.
Veo que no sacaste provecho de la lección. No os do había dicho, caballeros? Jamás se dió una eriatura más imprudente, más atrevida, más grosera. nosotros stamos aquí viendo qué podemos hacer por él! Que sé muera! El mundo no ha de echar de menos un pedazo de palo! Las generaciones futuras ios agradecerán que salgamos de él. Mejor es que se muera. Si lo curamos, quién sabe econ qué pillería irá a correspondernos. Quién puede adivinar qué diabluras habrá de proyectar y realizar. Lo que quiero saber, interrumpió a títere es cómo lograste resucitar. Yo crei haberte callado para siempre «cuando te despachurré la cabeza. No tienes para qué saberlo todo, muñeco, contestó el Doctor Búho Hhablando por su colega. Qué no? Eso demuestra que me conoces muy poco, señor enterrador! Por qué no os apartáis todos tres de mi vista ahora mismo? Si parecéis comitiva de entierro! Quién os necesita aquí?
Fuera! Yo no os quiero para mada. Fuera! Fuera!
Por cuanto Pinocho lanzaba chillido tras chillido en voz tan fuerte, los tres sabios cambiaron de nuevo miradas entre sí y previos algunos guiños Y, venías de unos a otros, asumieron una actitud más solemne que múnca. Sus miradas y sus gestos decían con más claridad que sus palabras: Qué hos importa? Vámonos de aqní. Nada tenemos que hacer con semejante bribón. hacierido uña profunda reverencia a la doncella de los azules Labellos, los tres salieron de la habitación. volvienáo a mirar a la joven, con la más amable de sus sonrisas, le dijo. Ahóra que. ya estamos 0los, decidme si estoy todavía en la tierra, en el cielo, en el país de las hadas, o en dónde? Quién sois yos? Quién me trajo aquí. e buena me he escapado. Ya se acabó dijo Pinocho Estoy soñando? Los asesinos se dieron cuenta de mí? En dónde está mi papá; y cuándo me. darán algo de comer? Tengo. LOS TRES SALIERON DE LA tanta hambre!
ARITACION este aguacero de pregun tas la niña de los cabellos azu: les sólo contestó con una sonrisa: pero al oir la declaración final estalló en ris2 franca que repercutió coñ timbre de campanillas de plata. Ja, ja! Qué buen signo es ése. Si sientes hambre, ello significa que no estás tan malo; pero, antes de comer nada mi enTermito tendrá que tomar su medicina, porque de otro modo le repetirá la fiebre que tuvo esta mañana y tendríamos que entendérnoslas otra vez con un títere moribundo, Pinocho no tenía la menor idea de qué cosa era medicina y por eso preguntó. Medicina. qué es eso. La medicina de que yo hablo es un polvo blanco, que orOSONA DORE OA a a a a 3. REURASTENIA a ARENA, CONVALECERCIA ios EX TODAS LAS FARHOIAS Los ESTASLECILIENTOS BYLA, PARIS tf RANCIA)
RELVRBASARTNARaA Za coaagus Sel Doctor Búho, con la aprobación de loz doctorzs Cuervo y Grillo. Es extraño, pero los tres estuvieron de acuerdo en la receta. También estuvieron de acuerdo en que si acaso no tomas e! remedio po podrás comer, beber ni dormir, en resumen, que te morirás. Si esos tres enterradores dijeron que debo tomar una medicina, entonces aquella cosa tiene que ser algo terrible y, por consiguiente, no la tomaré. Definitivamente, no. No me muero tampoco, por la sencillísima razón de que no quiero morirme. que venga aquí el que diga lo dontrario. Yo soy Pinocho, ya lo sabéis; he pasado por todas las pruebas, por el tuezd, ipor ei agua, por la cuchilla y por la horca. diz que voy a morirme porque no se me antoja tragarme un polvito blanco? Qué ocurrencía más candorosa. alegre que la Princesa no pudo prescindir de sonreirse a pesar suyo. Mas en seguida puso ceño severo y le dijo. Tus argumentos han de parecerte concluyentes a tí mismo, títere mío; pero la verdad es que hay una medicina que tomar y que si no la tomas vas a saber qué signitíca morirse y que lo entierren a uno. Cómo es eso que lo tentierren a uno. Sií, hijo mío, enterrar es cavar un agujero en la tierra y Aespués cualquiera se grearga de cogerte, tenderte en el agujero; otro te echa tierra encima hasta que quedes todo tapado, inclusive las narices.
aquel cualquiera y aquel otro que vos nombráis estuvieran haciendo todas esas cosas sin mi consentimiento? Consentimiento, he dicho; lo oís, señora? Se necesita mi consentimiento. Muy bien; haz lo que te parezca. Pero, en todo caso, para complacerme a mí vas tomar este polvo. No es cierto que sí lo tomas. La joven ¡puso una diminuta dosis de los polvos en un yaso de agua, revolyió el contenido y acercó el vaso al títere. Pinocho dirigió una mirada primero a la muchacha, que lo animaba con una sonrisa, miró en seguida el vaso que ella sostenía en la mano y le preguntó. qué sabe. Es amargo.
Amargo? Entonces no lo tomo, No me gustan las cosas amarzas; me revuelven;el estómago. Téómalo, Pinocho. Es asunto de unos segundos no más; y vas a ponerte otra vez bueno y a estar contento. Ya he dicho que si es amargo no lo tomo. 1; bébelo. Si estuviera endulzado lo tomaría. En cuanto lo tragues, te daré un terroncito de azúcar.
Yo quiero el azúcar primero.
La doncélla tuvo lástima del títere y convino en lo que pedía. No debiera hacerlo así, le dijo, pero te voy a dar el azúcar por esta: vez, si me prometes tomarte en seguida el remedio. Lo prometo, contestó Pinocho, máscando vorazmente el terrón. Qué cosa tan buena! Si así fuera la medicina, la toma.
ría todos los días. Ahora, a cumplir lo que me prometiste; hébete esto díjole la niña, acercándole de huevo el vaso.
pezó por meter en él la punta de sus enormes narices. En seguida alzó la cara a mirar a la enfermera, frunció la mariz, hizo un gesto y otra vez más metió entre el vaso la punta de la nariz. No; no puedo cumplir mi promesa. No puedo. Si esto es veneno! Si esto es horrible. cómo lo sabes si ni siquiera lo has probado? Acaso necesito probarlo?
Mis narices me lo dicen todo.
Dadme otro terrón de azúcar y tal vez me resuelva. la bondadosa enfermera 0rra vez le dió lo que podía, y otra vez le acercó el vaso. El titere repitió los gestos de la vez anterior e hizo más muecas que un payaso en el circo. Trabajo le costó a la niña poner cara seria para mirarlo. Cómo he de poder beber esto. ijo al fin el muñeco. Por qué? Qué te sucede ahora. Esa manta que tengo en lo3 pies está torcida. Bonita razón, observó la muchacha; pero arregló la manta. además, entra una corriente de aire por el cielo raso. No; es por la puerta, y con la paciencia de una santa fué a cerrarla.
EMPEZO METER LA PUNTA DE:SUS ENORMES NARICES. Bueno; ahora todo está en regla, bien lo veo. Pero el he ho es que yo no tomo el remedio; no y no; mejor es que se lo deis al gato. Miradlo: está allí en el rindón y me está guiñando el ojo; se le conoce que se muere por bebérselo. Erss un muckacho muy pillo, Pinocho. No trates de cambiarme lá conversación. Ten presente que te pesará inmensamente.
No me importa. Pero si estás muy malo. Xo lo creo. e subirá la fiebre y morirás dentro de pocas horas. Quiá! No lo ereñis. Xo tienes mizdo de morir. Prefisro morir de mi enfermedad a Gue 12 exvenentn. subrayó el títere sus conclusiones con risa tan franca y. qué pensáis voz que éste otro estaría haciendo mientras. El muñeco se lo recibió y em. NOCHES Muy bien, dijo la niña y dió una palmada. esta señal se abrió de par en par la puerta de la alcoba y Denetraron en ésta cuatro conejos negros muy altos. Llevaban entre los cuatro, en andas, un ataud negro y pequeño.
Pinocho ebrió desmesuradamente los ojos, se incorporó en la cama y miró aterrado la fúnebre aparición. Qué queréis de mí? preguntó, erstañeteándole los dientes de terror.
uejos.
lola de las manos, le decía: bebo todo. sorbo.
asesinos.
pezar.
hablan, comer y dormir.
fura del títere. Hemos venido por ti dijo el más alto de los cuatro o Por mí? Si yo no me he muerto todavía. Pero morirás muy pronto porque uo te tomaste el remedio.
Al oir esto el títere se estremeció. SOCORRO. SOCORRO. Socorro! Socorro. y dirigiéndose a la joven y tomán. Dadme pronto ese remedio; pronto, que ahora sí me lo La muchacha le pasó el vaso, que Pinocho vació de un solo Qué lástima, dijeron a una los conejos, dsipuestos a retirarse. Hemos perdido miserablemente. el tiempo. Con que esas tenemos. interrogó Pinocho, con intención. Te sientes mejor ahora? preguntó la muchacha. Oh, muchísimo mejor! ahora que tan bien me he portado, sentáos cerca de mí y contadme cómo me salvásteis de los La joven sonrió y se sentó. De manera que crecis haberte portado muy bien? Pues yo creo que te has mostrado desobediente, desconsiderado. Por favor! que me vuelve la fiebre otra vez. Esperemos a que esté bien yientonces ya podréis regañarme. el muñeco sonreía en espera de la historia que iba a emNOTA. Pinocho es un muñeco de maderá. Su padre, Chepito, lo mdeló de un pedazo de lena. El títere pueda caminar, la generalidad de Jos muchachos; pero otras. veces, como la generalidad también, es muy malo.
La vida es pará Pinocho una serie de aventuras, a cual más extraña. Cada capítulo relata una nueva avenListos, pequeños lectores, para leer el interesante capítulo que viene. EL EDITOR.
AA Algunas veces es bueno, tcomo Mi buen amigo: cuando an nas tenías un año de trabajar en la santa carrera del Magiste vio, te llamó el Señor para que fueras vivir en otras regior. donde todo es luz, amor y paz.
Con esfuerzo y vountad legó la hora en que habias de recibir tu título de Maestro Normal para ir luego a verter poquitos de ciencia que tus discípulos re cibían cual Hosia Szgrada, y ahora los dejas para dormir el sueño eterno en el Campo Santo en donde la cruz se levanta majestuosa, abriendo sus brázos para decirnos: bienvanidos seais, que aquí todos somos lj guales. huce ver ta caja violeta cuta con la bendora de nuestra querida oy Ez y ella com abriga entrist Oscar Alvarado Mi.
Oscar: ángeles del cielo; pide a Dios resignación para tus padres y hermanos y para dos que hoy sentimos tu ausencia. Que las floreg perfumen vuestra tumba, en tanto que tus compañeros elevaremos plegarias al Señor!
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Igual en el tratzmiento de úlceras. reumatismo y afecelos LAXATIVO Beono QUININA. PARA Restriados e Influenza El Remedio Que Dá Buenos Resultados PIDA LA LEGITIMA Busque las Letras 1, Q En Cada Pastilla Marca de Fábrica Registrada De Venta en Todas las Boticas y Farmacias Aparece en Cada Cajita Muy buena impresión ha causado en Santo Domingo el nombramiento de don Amadeo Arce para el cargo de Sargento de Policía, ya que el joven Arce goza de mucha popularidad en nuestro pueblo. Hacemos yotos por la permanencia en el cargo que se le ha cónfiado del laborioso y honorable señor Arce, Deportivas Hace poco fué invitado el Associacion Sport Club para efectuar una partida de futbol en el Estadio contra la segunda división de La Libertad. juego debería. efectuarse el de los corrientes, pero la circunstancia de encontrarse enfermos varios de nuestros jugadores, impidió aceptar tan atenta invitación.
Es de hacer notar que, a pesar de estos contratiempos, el espíritu deportista de los muchacos que integran el team domingueño no ha desmayado ni un solo momento, pues no los han desanimado ni las censuras injustas de la prensa que hasta ahora se ha mostrado adversa al Domingueño.
Habrá de recordarse, y esto abona la disciplina y el en.
tusiasmo de los jugadores locales, gue en el campeonato del año pasado el Domingueño no fué vencido por ninguno de los equipos de segunda división, y sin embargo no. se le concedió el. campeonato. Por otra parte, a otros equipos se les perdonaron faltas parecidas o más graves que Jas que se achácan. a nuestro team. Valga la oportunidad también para referirnos a lo que el cronista Espectator publicó con respecto al infortunado match dedicado a don Antonio Bolaños, en el cual faltaron de nues tro equipo Enrique Rodríguez, Penta SALOMON nes de la piel en general. Na» merusos testimonios certifican zu eficaciz. De venta e: principales icas, DEPOSITO PERMANENTE; 9. Gprso de don José Ancel Cha» l4 Jud. Almacén SLa Poné Ln vo. 165 Notas: rápidas de Sto. Domingo Remington Arms Co. Inc, 29 Warren Streer, Nueva York, ELULdEN, delantero centro y, Pato Zamora, medio centro, ambos jugadores de primera fuerza en el team; Efraín Vargas jugó con un oldo reventado; Jesús Ramírez con un abceso que le impedia desplegar su verdader: juego y finalmente Aníbal Ul te el portero, que había pasado la noche en un velorio por la muerte de una tía. esto hay que agregar la pésima actuación del Juez que pitó un foul hecho por Oscar Alyarado, de La Libertad a Vargas, y castigó a la inversa, anotándose La Libertad un tanto por la falta de apreciación del Juez. Además de ese, el Arbitro cometió una interminable serie de errores, posiblemente premeditadas, pues en otros oportunidades hemos visto al Sr.
Bougle actuar imparcialmente.
Dice también el señor Espectator que ej Domingueño se demostró indiferente ante el hamenaje hecho al señor Bolaños, sostenzdor del deporte en esta localidad. Muy agradecidos están los deportistas del Associacion «por la deferencia de La Libertad, pero es del caso hacerle ver al señor Cronista que don Antonio Bolaños no es ni ha sido sostenedor del Club Sport Associacion, y que al afirmarlo ha caído en un error.
Todas las tardes vemos los futbolistas practicando tesoneramente, esperando la Hegada de la temporada oficial para en ella Juchar con tenacidad por el progreso del deporte y dar comprender que al árbol nuevo se le abona en lugar de arro.
jarle piedras.
Corresponsal.
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