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Segunda PAGINA NUEVE Sección Plaviña En el villorrio de Fral Dadie conocía Jenaro por su nombre de pla sino con el apodo de Cavila Menudo, wmegro, lanpiño, de ojos azules ten juntos que perecía bizco, le nariz. larga, delgadisima y tremente como de conejo, la boca paqueña, irancida, perversa Clavija era popular y famoso en Freijaros pues fue él ovien para un día del Santo Patrono instaló los primeroz caballitos de vapor y después puso lz2 primera venta de gra siizados e intredujo Juego el al godón de azúcar, llevo ta prime ra fuente de agua gaseosa, Í2bricó el primero las: erispetas de maíz de millo y mobtó el pri mer cinematógrafo. Era, además, el provesdor e polvos.
coloretes y bisutería de las bal dades Ingareñas. Sin embargo, Clavija no prosperabz, pues lo que ganaba en un négocio en otra lo pendía. Era activo y arriesgado pero su industria se estrelaba. corára la pobreza y la escasez de la población. Empujando an. canrito construido por él mismo pera los múltiples servicios de su negócío ambulante sudaba la gota gorda por los caminos polvo :rientos en el verano. y Henos MOLIENDA de baches en. el invierno. Un día se diá cuenta de que su vi da era dura y trabajosa y sus garancias nulas, por la cual te olvió aplicar el ingenio que usaba para. descubrir empresas asombraban Freijanes en henedar a su viejo tío ñor Pe dro Vindas, un concho avaro, desconfiado y cazurro que vi vía solo en s1 essa de Las Vméltas onde tenía la mejor de sus fincas. Ea sus tierras de labor y: esquilmo, año tras año florecían dos cubases y fri jolea. se doraban los maizeles y en sus potreros slerpre verdes engrossba el hato Jimpio de tórsalo y garrapata; de sus frapiches salian fitas de carre tas cargadas de dulce y de gus trojas grandes cantidades. de granos, ayotes, papas. chiverres y yucas; de llos chigueros sácaba hermosos chanchos, engordados con guayabas y cacha za; vendía toda la leche de sus vacas y hacta el último huevo de sus gallinas: Jamás le enga ñaron en un trato ni firmó nun ¿a un pagaré, Rico y uvaro iba descalzo, no tenía chaque ta, vivía miserablemente, trabajaba como un peón y su Úni o regalo consistía en una eyar ta de guano que se bebía con deleite las domingos, espantado de tamaño sasto y despilfarro.
Le encantaba el guaro y se em horrachaba siempre que otros nes lo pagasen.
Un domingo dJlegó Clavija a la casucha de su tío. que tam hién era su mridrino y después de darle el Bandito, alabao.
eto. Buenos días, padrino «to.
Gieonos dias, contestó el TLCAN Asi, cuando en las noches ORTA OTTO, que oculzen en tus aguas E A y no 22 enojes porque te vé por la vida olréccles Tu csm: a Gonzalo CHACON TREJOS viejo consura mimda oblícua Ta s2l14 qué ta1?
o may Eon minsó Clevija y quiero o irecerlo un regalito. El viejo le míró asombrado.
Clevija abrió lks alforjas. suela y sazando una botella se la entregó sigilezamente. Es de charral, dija azi es que tenga cuidado con los guardas.
El viejo agarró la botella es mo el jaguar la came gue Je tirem pr lez rejas. Reía noz viasamens con la boza sín dien tes, apretando entre las manos sarmertozas la botella. Díos te lo pague. Cuando esté vacía volver lla pouzo Cavija denpidiéndose, y si le gusta le mo tengo saca a mi nada ne ereía. Es un escreto pa usté y »2 mí.
Sor Pedro se behió ese día la cuanta la Ertella. Agarró una soca fe a mara siguiente Clavija regaló al vizio otra batea de cususa y después le llevaba a menudo una gatrafita del de cabeza: Cormió. por Fraijanes el rumor de que or Vindas ha: bía de viaje deo al guaro habiéndose lisiado una pierna al easr borracho en un zanjón de donde lo sacaron como muerto.
Cuando Clavija Supo esto se quedó ensimismado, sorprendi do de lo duro que ara el viejo.
Se ha bebido ya. cinco garrafas pensó pero apuestó a que ho dlsga a da docena.
ATT En efecto, un día lo encontra ron muerto entre el pilón y la carreta, El médico de la Villa que reconoció el cadáver dijo que había. señales de envenena miento por lo cual el Alcatda mandó a la capitel una miestra del guaro que había en la garrafa. El arélisis químico.
denmostró que se trataba de 2ruardiente de contrabando, des tilado en alamhinue de cobfe Sólo, cargadisimo de visten cias venenosas. De ahí mo pasó la cedía. ñor Vindas lo enterraron y Clavi ia heredó. Ahora es un tran muilo propietario, considerado y respetable, a quien se ve a menudo fumando hircagres, con la mirada perdida en ho rizonte, sentado en un sabroso dor de da cam de ñor Vindas. aurada. encalada, con tapia y jardín.
Cuendo recuerdan al muerto, Clavija rabaces con el gesto de quien abhuysnta vn insevo o tna hina pegra y luezo dice con serenidad. después de todo, ACI CAACOCAC o. Dltimo anhelo Cristalino arroyuelo de aguas frescas y buenas. So Quiero que seas; que a tu glu glu Fonoro haya un temblor de arenas, y reverberas en los. erepúsculos de cero, Nada más que arroyuelo, nada más que arroyuelo.
verás que ven suiendo las estrellas del cigio hacerse guiños con las estrellas de tu ugua.
Que sobre ti florescan los lirio3 blancos, para tal um señora que escondiese la cara porque el novio le ha visto los dazos del corpiño.
SR buena con la hierba que alfombre ta camino; ahoga da asfixiante fasiga de los pechos; se buena como un vas de gensroso vino «21 viento y a las rosís leiras que esllzn tent. que des dias que te he quer Írestis, y yo tenzo cz jardin?
Asdribal VILLALOROS.
ATT TA EA ATAR no dabe ser foo morir soz29, n a baya en fulgcr de fraguz, sus corolas de arm: besen los helerhos.
ur, e 2 E a OEA Nan trasré una garrifita pias toSan José, Domingo 15 de Setiembre de 1929 EA los Veteram Tolo es santo en la santa defensa del santo recinto del patrio soler.
La proclame que hierve y estalla cos sonoro clamor de clarín; dla bandera, el cañón, la murallas el valor sae en los aires estalla, y del rudo soldado el perfil El compás de la marcha aguerrida de los corazones el sacro Compás, y la sangre vertida, la herida, y el tasjín de fa Jucha, y la vida que queda prendida del fio tajante de acero mortal, todo es santo en la santa delensa «d santo recinto del patrio z0lar, po JU ar a dan. pu La voz que sa egita moviendo la rute de los batallones; ed tambor que marca dos ritmos augustosgde las corazones. el clarín: que grita, el cañón que brama, hisre. la, trémula Ya de las redenciones; el pie sa saldado que marea con sangré su paso sagrado; la mano que agita bandera triunfal; el joven que tiñe de sangre la hiega. el viejo que, exangiie, su espíritu riega. la madre que entrega. presente del alma su amor matérmal. todo es santo en la Santa defensa. Las manos qué mesári én calma dos ¿picos hilos de ¿lorias pasadas, taburete de cuero en cl corre Ye ORURO NOTA MIO ae 2no0nb0M0:3000029. 00 0000. 40.
o o El pozo era profundo; unas.
EE mos de 1856 L de la redención, son dos ojos sabios EAS 0xulos castos labios, de los viejecitos: an atesorado la tarde triunfal, JOA las Izbías, nidales del cuento cual si fueran dos bordes del alma;z das espaldss al peso corvadas y los ojos gie avivan la chiSpa, Que encienda y. que crispa, y que enteño pusiera retumbos en las resonantes fauces del cañón.
benditos, un sigilo tras otro, benditos: sor fas manos y son haz espaldas Todo es santo en la santa defensa dal santo recinto del patrio solar2»
Viejos troncos del bosque sagrado que de bosque pasó a ser altar. guardan tedo el dclor del pasado. que en sus testas se ha puesto brillar, Todo es santo en la santa defensa der santo recinto dal patrio solar. La fámilia que escucha la historia. bordón en que apoyan su gloria. fiero saldado y el gran capitán. a el páso cansino de los veteranos. la fe de sus ojes, la paz de sus manos. y las esperanzas que encienden ufanos cuando extiende perdones de lumbre todo es santo en la santa defensa. del santo recinto del patrio solar. Hernán ZAMORA ELIZONDO. SA UD La fuerza.
PAGINA LITERARIA DOMIN ICAL pd e de nt do e de de Xd Entonces pasó una;cosa de la cual na acerté a darme cuen ta, sino un rzto después; fué como una suspensión de xnis facultades, Jo que experimienté, cuando el hijo de ñor Peraza, al extender la mano p2ra to mgr el balde, lanzó un grito des pavorido, Que heló la sangre en mis venas, un grito de supremo csspanto. de compasión profun da, un grito en el cual oi las silbantes notes de la rabia im potente, del aullido desespera: do y las tristes y dolientes de la resienación: un grito quae. me pareció el esitialod dmbgvlí me pareció el estallido de un monte de dinamita. Tata, se fué el balde. En efecto, el balde se habia soltado de la cuerda, y, vibran te como un rayo, precipitóse al forido. Oi aquel cheque espan: toso cuando el balde ve estrelló aNá abajo.
Los pocos segundos de ellen Aicio que siguieron, parecióronme eternos. Oh fatalidad. Ibamos, pues, a tener que sacar del fondo de aquel pozo, el Aleadáver del viejocito amable.
quince varas, y, aunque éstre a mia e cho, vo tanto que no permi bio. ra hacor su limpieza eon relati con la siniestra y lo vaciaba al va comodidad. e. lado. Estaba situado casi en e cen. Seztóse: en el brocal, colocó Cada vez que el balde subía tro de un patio Vleno de sol; de los pies dentro del balde, y sos y chocaba con el brocal. venía suerte Que la luz penetraba bas teniéndose de la cuerda, empe a mi memoria la frasscilla a2 muy abajo, donde el agua zó eli descenso. jauslla dela espada de Damó semejaba un ospejo Ya abajo, gritaba cuando el ces, recordando al viejecitó que yetrataba el azul balde estaba lleno de lodo para quedaba allá en el fondo del lo y las nubes blhquecines, eo qué el. hijo arriba hzañara lafjozo, reientras sobre. su cabemo vellónes que eshata a volar oderda haciendo girar el tam za se balanceaba, a gran altapor lla bóveda calestz el ato bor. ra, el balde aquel, lleno de lojuguetón. oo u oc Por el esfuerzo que hacía el do y de piedras. el famoso cor veces, asomado 21 pbrocal, mozo, y por la rigilz perpendiltesano de Siracusa, del cual me hacía la ilusión de una enor cular que marcaba la cuerda, nos. haHa la historia, resultaan2 pupila que mirara hacia a se cdivinabá mucho poso del ba un guagua cómparado con rúiba, con jesa inamovilidad de balde, que se balanceaba en ñor Peraza.
las cosas muzartas, que parecen la profundidad con movimien La tercera o cuarta vez, adquinir. vida por unos cuantos tos de péndulo; después, soste balde subía, como siempre, Heinstantes bajo la atenta obser nierido el manubrio con la dies no hasta los bordes y chocó al ción de nuestros sentidos. tra, sacaba el bálde del broca Negar 21 brocal con. 2tguna AAA CATITECEATBTATE pra Era casi un adolescente, cuan o. do presencié el caso que voy al. relatar y que recuerdo en sus S aci mmenores detalles; tal fué la im A. presión que causó en mi ánimo a este xtraordinarjo suceso: Por esta tismpo vivía en. Para doña AURISTELA DE JIMENEZ.
San Remón, un viejecito de a pellido Peraza, pequeño defB. cuerpo, enjuto de carnes y muy Tras de la ermita se xza amable y bondadoso, que era a Ja luna Pena; habilísimo para la limpiéta del o. AA. pozos, y «de tal suerte acredita y a0lá, por los alares tristes y solos do en su profesión, que cuando a como una queja. al PT diegeda, aquello de pd wan dofando quéreres llenos de peng.
cue llamar a ñor Para Ss frase chligada; y como enton. Bordonas de para FOMCa Seresar ces la poblazión de aquella pro Ss. E prove Es hechos de plata fa ciudad, se provela ex elusivamenta del agua de susi «que la tuz blanca fulge y niquela, pozos, que Bicho: sea de pazo ts. está la prima, a a prima divina, prima que canta. que tor Peraza aponas podia. u igazl que lo hace la niña blanca tendar a tanta solicitud y asilp junto a la abuela, iba tirando de la vida con rela. Con luz celeste, holgura esta pr a a nota clara. si El2n no bajaba al Ay Tao.
fondo dal mar en busca de per iz con a.
las y de torales, dessondía gy que el rinsho ampara las entrañas de la. bajo la Juzz. exwazr lodo, a bay una duda a con el revuelo de notas tristes a que el viento Heva; a a de si es aezso que el alma toda a se va lejana a a osien la queja que parte erránte a por el lindero con la Juz clara. Ss 3sta, que ya ro puele. a a a. Anibal RENL E kerer IETEZEMNCEICOCorRiczi y que había hallado tan horrible mueste, por ganar unalp pocas. monedas que repreasentaban pa. ra él y su damilía un día de bie nestar. por qué. Por un destuido, acaso por un nudo mal hecho, o por un pedazo de cuerda dañada. Extraer de aquello que par recia una tumba, al infortuna do viajecito, colgando, como un harapo. como ua deshecho, con la cabeza hendida, hecha peda. zos, dejando en aquella profun da sima, confundidos con el lo do sangriento, llos fragmentos palpitantes de ¿u csrebro!
En todo esto pensé en aque llos pocos segundos de silencio que siguieron al espantoso cto que; más, de pronto. oh heridad! del fondo de nma5z en la reja Jenaro CARDONA.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
ESTE: a fisra una noche dejóse. Liza, la Ire, la exig. oa os, acaba de. pa zecer en ea los halevares parj Consada de vivir en el Losnoubar Fpor un loco, que debe de haber sido poeta, 2ungue no tuvies2 ¡sa la idea cosa que no fuera laquella sonrisa arcíinica.
Muchos pretenden que fue seducida. por mn sodicioso de fox, consciente del fantástico a precio dal retablo. Pero París, que pecó siempre de soña¡¿dor, quiso que un emante, am parado entre las sombras,. la sustrajera, pera envidia de los asiro3 qué tendido3 en e! azul e reían su eterna rica de luz. El mudo entero se puso en busca de ella, con más empeño aque Francisco di Giocondo al sentirse abandonado, si viviera. Irsútilmense! El amante la escondió. La aprisiorata comío úra charca a vna nube; l2 fuego que le fallara por espa cio de cuatro sig px. Porque es lo cierts que hoy banda per el Farrio Latino.
Lajeuness2. el poeta de Les Aa da vió tra el para te de una tienda de zorihreros, ¡poniendo un hálito femenino Segunda Sección o TOY»
NUMERO 3031 La reencardaeción de Cioconda en las forez, menos fragilos qUe sus menos, copas donde hierven las caricias.
Corrió el poeta las redacciones de todos les periódicos con la biena nueva, Gioconda había aparecido. ax, eso si, con vida. Lina Gioconda capsz de alzo más que sonreir: ci paz de riorir emardo y de ma tar por anOT, auf tenéis a todos los va gzbundos de Franeta camino del Barrio, pera festejar a laz modistilla que. se marchitaba enelzrando fieltros de Tíxita, en una casuca, siendo en belle za rival de la más gentil mujer que en el siglo XV cosechara flcres rojas, arraneadas a los pros de ¿tivos eaballaros que en conquista de favores, nunca logrados, se batían en las oscuras callejuelas de Florecia, con el odio en los 0Jos y la nobleza én la espada!
Hoy la sombrererita del Quar Jrée Gonmoni, es la retibe les galente. gran dese rergido.
falta saber si ahardilla llena de hambre, Tequie y agita su melo ua algún bohemio que le haga sonreír por una elernidad.
Francisco SOLER. La pussía y Mas, en Lin, aquetlas cons: tencciones. aquellos poemas. qué son eñ sí mimos, par que, se erigen y qué Lin bus esn. Estos monumentos son. ni más ni menos, la Ciudad del Es piritu, la creación subjetiva de un mundo interno en el espa tio mental toma las for correspondientes a la emoci dominante, Todos los pueblos han tenido la intuición de una ciudad celeste, de un reino armornioso que la fantasía mística. exalta con da pompa de una belleza inalterable. Los griegos la llamaban Olympos, y al través de vus cantos la entreveían, como un sueño deslumbrakdor, desvanecida en al azul «terno, o bien, con el nombre de Hades.
lá entronizaben en el reino de las sombras, en ese delusorio paraje donde dos Espectros pag ean coronadaz de anémonas y lótos. Los. persas la ¿insinuzban en el seno de Ormuz, y a ciertas horas del erepúsculo mi raban aibcar sus cúpulas relampagueantes. Las judíos, mu cho más explícitos, hablaban de una Jerusalem celesta que los paraísos correspondía a su So.
tina; un sol sin mina Jas terhumbres por donde vuelan palomas. Sus teriplas y 5us casas, tallados en ónalos y zafiros, semejay manenxtiales de luz.
las fuentes y los jardines cantan, y el pira 27u1 tiene la limpi de un cristal sonoro.
En plazas y. lo3 santuarios las multitudes sueñan, y los ru mores dispersos de la ciudad, al juntarse en el éter, se armonizan y trenzan como el ioplo ligero en los melifluos tubos del órgano.
La ficción poética exornx, por immedio de imágenes insupe rables, el sentimiento de la jua ticia y de la libertad, fines úl»
timos del amor. Sia estos paraísos que la, mente eleva y plasma en el sueño, las virtudes potenciales? del hombre deshojan y mueren. La austera filosofía de nuestro tiempo, es parto recio y amargo Ce una maduréz lograda en el, aislamiento, ha pretendido hacer uPasa. a la página 16. ZEN o. como si se sintiesen INR ti TDI!
o y cuando es; O: Y nuestro pensar on el rica 0:42:03 0:0 an ES 4 Dolor Euturo Infúnaesnos la vida tanta gloria, tanto ensueño nos da la primavera de estas horas fugaces; y en la era es ten dulce la mies mitigadora, que un lejano pavor nos sespera.
Tus manos y xnis manos, agobiadas de tantos frutos y de tantas rosas, cs. znte el hondo silencio de las cosas Joran a veoes, desaverturadas. Un pródigo destino nos escuda ontra toda zeechanza; y el camino simo es perfume es flor, jamás da espino, y es céspad Eliado cuando estás desnuda us a u sombra es trino, Nos eanturba algo incierta, Llama oscura extenebreca el márbido santuario; uma un incienso 200) o de un AE OO temerosas.
CATA ENRMACEA AAAOIDA cuen las horas avoluntario sa en la altura legandar B 4 5 3 h a a a E E E a
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