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En su seno profundo incuba lempestades que forman y deshacen líquidos ventisqueró: la espuma desílecada que adorna sua cimeros vestia en viro tiempo sirenas y deidades, La noche y han sido camaradas alacena desde que se miraron en remotas edades; por eso enjoya el manto de sus sinuosidades cuando le brinda ella su copa de luceros. qe Hoy, que su indócil lomo domeña el trasatlántico su tumor ya no tiene sonoridad de cántico, Afrodita no existe; Neptuna es sólo un nombre. al recordar los. siglos de su invicta pu:el en un ronco gemido de funeral cadencia BALADA: de a partir! Cuando al rafar. dla. de tí sne encuentn lejos, mándame una mirada, vida mía, del alba en los reflejos, Cúandá borre del mar la Jontananza. megrá moche importuna. mándame una sonrisa de esperanza, e en un rayo de luna? mm. é ét y Y si olvidas en torpe desvarío la L6 que me has jurado, er Cuando Pedro Marchó des embarcó con un paqueño gesta camento de refuerzo en el de infanteria, tuvo que Sut ta altanera y despectiva mir:da del coron. que lo midió de pies a. tarea fué breve. o e Diganme ustédes la que nos mandan aquí. Un metro cincuenta y sin caja toráxica. Son todos así en su pueblo. Pedro estaba demasiado iatimidado para osur responder. Se encoyió de hombros más aún y hubiérase creído, que iba a acavanccerse como ell humo. Pro uno de sus compañeros de viaje y compatriota, de aventajada talla y lengua expedita, añadió. 50h, no, mi coronel!
Hay de todo, fuertes y gruesos, al tos y arrogántes. A Dónde están que. no dos veo?
Son todos oserearion. dónde. En el estado mayor de ls región. Hay tal montouera que se dan codo con codo y se estor ban para escribirs.
Cada recién llegado era 80 metido al interrogatorio de práctica y era destinado un puesto, s2gún. 3ua aptitudes, dro. el último, naturalmente. el tona del coronel yA so habla. Languideos en el campo una cantiga o que el amor immpiró. Tiras el otero. npágase la Juna del Sendero, o la luna blanca que exorná la espiga.
El aurtidar. en que la sed mitiga tras los largos caminos, eb viajero. ya sólo cadencia; un gustáro viento del norte la extensión castiga.
En el alto silencio, una tras una, extínguense lo mismo que la lun, las aiderales y ydoriosas huellas, Algo invisible las desprenda. as. La luna estampa en el ciclo, su faz de moneda nueva. Sobre el trigal amarillo. hay parpadean de candelas.
oa Los plnos son misteriosos. en esta noche tan clara, 7 y hasta el ladrar de los perros. irae emoción a mi alma. Junto al pozo, que está en rimas?
florece una madreselva, En la polea gastada o un joven gajo se enreda. he an. n0 se escucha un murmullo. ni se oye un rumor de agua. Parece que el ruio duerme o que el silencio soñarz. noo Pasa un muchacho cargado.
con su haz de alfalía tierna. Hasta el alma se me filtra. este buen olor a hierbaf es tan serena la noche. y tan intensa la calme.
que seadormece. mi angustia, y se evaporan. mis lágrimas, To iz. tinarlo a cazadores, El. Qué has aprendido: haces en la la congeripción. Qué. sae Se Boca cerrada no articuló más leva sonido. qué va uno a destinar ahora? Ametra llador? Este alfeñique no sa: bria manejar. un. instrumento tan delicado. El fusil metralla? No tiene fuerza para llevarlo. Granadero? No hay más que verle Jas mángas del de irían a parar las granadas. Explorador? No es vivo. Camillero? La camilla le arrastraría por el suelo. Te lefonista? No se le entiende a!
hablar. Marmitón? Si se aho»
ga en una olla, Decididamente, no tenía ninguna aptitud par ticular, Ignoraría el honor de ser especialista. Habría q, descazaApr es el soldado ennobfecido, Lucgo de lo cual, se le pro guntó con negligencia qué. Antes de ser acidad eras. 2 Mo Cohibido y metros, articuló estay sílabas. Músico. De qué instrumento. El clarin, el oboc. el tambor, el trombún? Supongo que no eería el bombo. El tríán gulo, es posible; de seguro el triángulo, hy no, protestó Pero om indignado. Qué tocabas, Entonces? o Era organista, Organista. Este cabo de vela, organista? bien, mi viejo. Ya te van a ofrecer órganos en las trincheras! Buen trabajo has elegido. No han de faltarte conciertos en las eesias qua visitemos, 4, Pedro comprendió ta des dén que, como chubascos, cala sobre él, y hastrqui punto era Un ser inservible, inútil. Con la cabeza baja, incorporóse en la cempañíia, en Ja que se repitió interrogatorio con Iguales burlas, El sargento Pamplina, que se había hecho cargo de la encomienda. intentó protegerle. Se hace lo que er puede, Todos no pueden ser rapateros o drogueros, BEBUTO. Pamplina para el canario. cantó Patricio el largo, el bufón de la compañía, ento nando «l pregón Popalar.
De este modo fué recibido el organista en el campo de ope raciones una tarde del mes e noviembre Tenía un equipo nue vo y flamante, eros cepillos, pala, ete. etc. Ala mañana sifuiente, había heredado todo lo que la fracción tenía de sucio, inservible y deteriorado, y, en cambio, veia relucir sobre unos y otros jas diferentes pis zas de su equipo. Resignado en su des. fuese a esconder Juana delBARBORO: en el rincón más oscupw de su capot. parecen vacias. adón E Arreglada la paja y sacó dl bolsillo una dutita que había llevado, y co yor de miseria, darla. onfiándola a su alien de su rincón, dos o tres camaradas, entre los cuales estaba el largo Patricio, hallábanse instalados en das Puertas, y le atajaron el paso.
ruid Pedro añachó la cabeza co mo un culpatle, a No creía hacer anto. ral So, mo es un eprechel ¿Qué sabes tocar. La flauta. el vidlón, también, el violoncelo. o ts El hombre arqueta, en Al día sigulente se fué más dejos, a través del campo. Cuan do se consideró al abrigo de to do espionaje, volvió a cantar su pena. Pero uno a uno, vid legar a todos los camaradas de la víspera. Patricio iba a da caYa Pedro había guardado la flauta, pero ellos protestaron. No te, Incomodes por mosoCuando le llegó el turno a: Pe tro: Cómo hadía olvidado su des: gracia, la música le hizo olvidar los camaradas. Bien podía olvidarios alsgremente, tan pru dente y tranquila estaba la tro.
pa. Quién sabe si soñaba. El regimiento. diofrutaba de una tregua de descanso por al: gunos días más. Cada dia comenzaba de muevo la tarea de amansarlos y día e día era más numeroso el cortejo de camara das. sargento Pamplina se unió a ellos. Pedro Marché recuperó, con gran asombro, Jas piezas dispersas de su equi pala, cepillo, cueros. Veríficábanse misteniosos cambios nocturnos. En el momento de partir pará el exctor, estaba perfectamente equipado como Cuando llegó al. destacamento.
Hubo que trasladarse a las trincherns.«En la caverna que ocupó al salir de la fracción, Pedro sacó mu flauta, Tocaría con que no despertaría e los dormidos. Una vela acabó por consumíree en un renglón. Poco a poco todos los que dormían fueron incse y porándose y apoyando los codos el suelo. Pedro, al verJos despiertos. se calló. Pero Patricio, que estaba, entre e Hos, agazapado como un Perro con fusil, falto de espacio para 3u enorme cuerpo. reclamó que tocara, y unos gruñidos de aprobación se extendieron a lo largo de la cr Aoenas el músico había iniciado el con: cierto, cuando la Jona que cerraba la trinchera se abrió súbitamente. Una voz irritada bapor la escalera como pelota que va saltando escalones hasta dar en el suelo. Una murga a es. mo pt ¡A callar dos de An abalo pra e aficial que hacia da mbedio volvis, a guardar o cana, pa Pregutó Pa FC. Un pocos. Estoncas Jeanta, entonó a media voz antiguas canciones que unos y otros reconoclan y hasta alguñas que nadie hadía oído. Tenía una de esas voces sin gran des registros, perorsugostiva y patética, cargada de misteriosa ternura y de las vagas inquietudes da espíritu que flu yen como un manantial timpido y puro, qua al deslizarae por a lManura reflejan las pra Ss y altozanos de la vida, ban del hombre que cantaba.
Para cada uno era una evocación de vida pasada, que el cur vo del canto iba ruflejando paso a paso, Para éste era la tusa, para otro da mujer, los niños y sua sisas este esnues tro dolor. Poro ahora se ba tro cado en fardo guave y legro.
Ya no pesa lg carga como el fu sH al hermora mi al morral eo la espadda. Ants bica, la pena nos aliznta, Estamos» bien con ella. Ahora no3 qunr2 ¡ora nos acaricia. Po quí callas ahora? Sigue can arto. Cuan de callas estamos ¿aquí Cuando Se tendió ahi to y a sua dedos. Cuando salió cuch. pero conocía las notas de ras tá sue hicía ese. violín, Absortos en el canto, ee olvida ba, por S, EU IQOTIO Por Henri Bordeaux estamos, en qualquier parte menos en esta inmunda ra, infestada de ratas que, a pesta a paja húmeda!
Cuando estaba entre los es, Pedro hacía acopio de todos log ruídos, Ígnoraba los calibres de la artillería, tanto el del pesado obús como el de la fusilería de las trincheras.
uno al salir del arma, el silbido de unos, el estampido de otros, el estallar estruendosa de dos otros. Los compañeros 82 encargaban identificarlos al páso, porque reconstitulan para ellos la orquestación, de lx batalla, Pero la batalla de él, la batalla le Pedra, era Ja pre da, La orden de tolero llegó: tricio, ya tienia demasiado eon la marcha. como Pedro tropezara y e hundiera en los pozos de dos obuses, lenándose da lodo hasta las corbas, el gigante to mábale del brazo, impidiéndole así todo accidente, e las villas y comarcas, en e el regimiento acantonaba, duda soldado del escuadrón reriutraba la casa. Uno traía a Pedro un acordeón, e otro un Hay un piano en casa de un vieja.
tos Pedro. Marché desarrollaba historias de la guerra, la espe: ra y la paciencia que precaden al ataque, el paraíso que: Je Cree después.
En un templo sin techo cumuros estaban acribillados, por milagro de Dios el órgano no había recibido el menor da ño. Para alcanzarlo había que escalar. un muro tan ¿lto como inseguro, Pedro Marché quiso subir. Yo iré delante. exclamó Patricio. Pre isamente, ese uno que le de al Examinado a stromento.
podía hablar. Todo el día Penecíó en lo alto de su mirador, manos y pies enloquecidos. a: rrancando a los tubos. larzo tiempo en silencio, sus últimos acentos. Volcó a torrentes los sublimes acordes de Bach y la inefable armonía de Bethoven, derramó a raudales la indeTisa miseria del soldado. Las rulnas se poblaron de notas y el canto del qisne cruzó entre ellas para perderse en el azul infinito del espacio.
Luego el regimiento fué. en: viado a una de las riveras del Meuse, delante de Verdún; ha bía que recobrar las trincheras perdidas. Después de una mar cha en autobús, entre polvo y tumulto, rodearon la villa inmortal y traparon la colina de Prolgterre a Dame tu mochila, ordenó Patricio a Pedro Marché que iba a su lado.
iodavias. o Una vez Megados al terreno caótico, en el que los pies se hundían en ¿os pozos de los obusss, el espitán reclamó un explorador, y el oficial indicó al músico. exclamó: Patzício. El mo, exclamaron todos los camaradas de la sección. cada uno se ofreció, volun tario, para sustituirle, El sargento. Pamplina designó a otro se no volvió más.
jornada siguiente, era el sind de asalto. Tú irás a mi lado, dijo Par tricio, tomaré tus granadas de mano y tú cantarás lo más fuer te qu puedas por el ruido. Cantaré, prometió Pedro.
Marchaba sin armas. pero 6u voz parecfa un clarín. Entonó el Chant du depart con Un acento que todos los hombres bajaron sus fusiles y »e tanzaron al ataque. Los alenta los lanzaba, los precipitaba. Coma el canto del ruiseñor colma de emor la noche sij uciosa, la voz del hombrecillo extendia la gloriz en el cam de batalla, Una bala cortó canción morir por la patela.
Pero los hombres estaban ciogos de furor para detenerse.
la trinchera encmiga fué toma no, e: campo la. Patricio volvió a buscar 3u cuerpo. No servia para a eo, dijo el oficial, Pero toda la sicción. Noró, cintiendo de golpe el x0 de Santas. quién sabe dónde da guerra que la múajca hacía Mevadgra.
on todos esos instrimendro Marché, triunfante, perma gs; La máquina de escribir. de forma el estilo, Nuestras desdi chadas metáfords salen. maltratadas después de pasar por entre los tornillos, los yesortes y las ruodecillas, Esas mayúsculas que se produten apretando una palanca, esos acentos que se colocan antes de la vacal, y ese signo de interrogación que a veces nos cuesta tanto. encontrar, neb2sa riamente tienen que ocasionar secretas dolencias a nuestros escritos. En cambio, la pluma, jadora que la sostiene, es una prolongación ds nosotros mlsmos, Comparte del fuego da nuestras arterias. Por eso es berviosa, vehemente. desigual y humana. Expresa nuestros tl nbeos. Cuando resbala sobra 2l papel produce ín rumor que armoniza con la cadencia. de pluma Vequina de escribir es un megro y pequeño piano desafinado. veces vamos por una calle que recorremos todos los días, y de pronto reparamos en una Jasa no hablamos vísto nun ca ¿Cómo we nos puda haber es capado esta cas1. No tiene trazas. de haber sido puwista aí1( la noche anterior, y, sin em calentada por la mano traba. de mueble, de muñeca de e Cm Segunda Sécción. PACINA TRECE 73M e loctariada tro Barrio! desconocido y teje no. ON Gp Nade produce tanta curiosidad como esas páginas que le faltan al viejo libro que lem más, apasionante se perdió con dilas. todos los ibros datieran faltarles algu nas pod serían como el capítulo di icado la fanta: sia dal lecto: En los campos LA palsnjes que están esperando un pin»
tor los elija para motivo de un cuadro. Este deseo se ve en su compostura, en su. efectismo, zu que sus partes están distribuidas con criterio de pintor, Son parecidos a esas personai que ante el fotógrafo adquíeren una irreduotible rigidez dara, de cosa pertificadas sos paisajes parmanecen ym ¿hos años en su actitud forza da, esperando a su fotógrafo, y casi siempre los descubn un Ea Pintor que hace una bar: arid. Hay personas que tienen po bargo, Parecg una cas Ps emas: de Elmarou.
EL IN VIERNO He aquí la estación de las nd ches langas y de los largos rálencios. Todas las tardes. hi cia el crepúsculo, me tiendo e bra el lecho e Iinvoco a el dios de los sueños: do: Prométole afrendas y siertficios; pero casi nunca me hace soñar con Sirihari.
mi choza, entonces oigo su nom bre, que el viento pronuncia pa sando entre las cañas de mi jar no, EL TURÁMENTO Un día, sita, la más bella muchacha de Ratnavalí, grabó sobre un pétalo de rosa este ju ramento. Yo no. amaré Jn porave el amor e. asiado peras Tabla terminado de geeribie estas palabras. cuan: do un eoplo de la brita se Nevó el pétalo yol juramento, LA ULTDIA VEZ Extendido sobre el lecho ella Jugaba con su sollar de amatis: Nos hablaba de las flores, y su voz era más triste que el canto del karaú noc!
iA qué depresión estoy metido. Qué Jejana Feclaear cía pesa. en mí corazón y to por ne tan amargo como aquel fmilo que encontré un día entre las arenas del ara?
El escarabajo obrdece a la ro ia; la rosa, a la joven; la joven al amor; el amor, a la eje culación universal que armoniza el vaivén de mi corazón gon el balanceo del mar.
Pero sí la Juna es, sobre to do, la que rige las grandes aguas y las hace gemir o cantar. evál es la estrella que desde Al fondo de los celestes abismos hac, cantar senir, mis La estrella con quien se arza esta joven rie y llora 2n mil cascadas, Charla el agua de esas cascadas más que 3e costumbre? La joven no dela de bablar todo el tiempo dura el ¿estilo más sbungas de las nieves, que llena Jos tor ctes de la estralla, espuma de eses torrentas ofta de encajes más delicados ell azul que ze estremece?
La joven viste ona tónica ceBin embargo, cuando la teme de pestad conmueve los muros de deres sobrenaturales, La seño: otrora fueran como dos sales, trémulas llamitas roídas por da sombra de, da muerto, o El número de dns que deBerá durar mi viaje determína lo. tá am entornando tus ados, otras tanas veces, Todavía puedo bajar los párpados, pero sé qua «cuando estés lejos no tendré. fuerzas pera, Jevantarios. No he dé volver dia? Te juro que, la noc mi regreso Aré a. otpear tu pu uerta.
Los qué Morea sobre mi eá dávor te lo agradecerán. Pobre bre viña. a ¿Que quieres raiga je te u. poto de agua recogida en e, Sagrado Estanque.
Es EL RUIsESOR.
vá ruiseñor cantaba entre el follaje de un ciprés, Me aproxi mé aj árbol para escuchar y aígtn carme, Le tomé mmtre mís ma rota.
On. rue Da nr pesar de la hi Nocturno.
Nos hablaba del to. y sus. ojos, esos divinos ojos, suyos be lleza. rada es eñcnjes, más transparentes el agua del manantial o que loa cristales ¿Catan los manantiales, se cos por el sol demasiado ardien te? La joven se pone silencio el comienzan a aollozar, vierte esas lágrimas que en la tierra se laman tlanto sin mo tlvo. ESE vuboriza de pronto da doncella? Es que allá, ea el as tro gue Ja guía, ada, de abrir se una amapol ¿Palidece. En que floreció un li o la. Seria bello conocer la hierba o el árbol que cala cual prefiera, y comprobar al simpatiz30 entre ef las pernomaa que empatan con la sma for.
Pero smo tanto las li que, elegir ona o dos, me rice uba Infidelidad a Sin embargo, hay un vegetal, la Lagaeretremía indica. euya vista me cansa inexplicable Boo morión ¿Por qué amo exe. arbusto con tanto amor. este que adora coD vAporesoy. coda me! Morscimiento parecían ahora dos pequmñas y. de de boto habla perdido ya au tín YÍ con gran sorpresa que el ave no emprendi5 el vuelo al acernos: el ruiseñor tenía una ala na aquella que euando guarda y un objeto Jo guarda con tal sa ña, con tal ferocidad, que después se Je olvida dónde do guar dé, y, ya no, ca puslble que lo encuentre nadie, ni ella misma jamás, La señora pa desispe: ra, y revuelve cajas y baúles, recorre las los rincones da, la casa, cierra don ojos beatifi: camente para resordar; pero es inútil; el objto está Rune dado más allá de todas daa pes quisas y de lodos los 1ecuor dos. Cuando la señora muera, los objetos aparecerán mis riosamente, como náufragos flotantes que arroja a sus oriUas un mar lovisible y desconocido. e, El sino y a fonógrafa están siempre apresurados, En uno, la actriz se desmaya con tal.
prisa que no alcanzamos a con movernos; en el otro, da or questa toca persirulendo algo con deesperación. Jo veo que na vacilan, que todo salo de masiado bis, Esa corboza en la premura, cs un error, Para estar perfectos le sfalta. pur lo wuenos, vna equivocación. DELLA VEGA EL LANCO EL LOT o ¿Macia dónde te diriges, bella aurora. Acaso a despertar a Simah? Mucho tiempo haco que ella no duerme, porque ha, tenido un sueño funerto: hago. ñado que yo amuría prontg a 5; tra mujer, y ahora busca el luto rojo, el tdiomán Inhalfahlo, Pero. qué veolos. Tus xl los los lotos 50 ponen rojos, o ¡Gracias, aurora. Mucho tuve que correr, mas cuando tendí a Simah mí flor s rranqué la flor maravillosa, Quieran los dioses que Jas nubes empañen tu luz, aurora.
be rojo. Mañana, al alba, yo la conduciré al estanque donde a MISIVA. no.
Te escribo a la luz do la luña. Mis amigas me llamaron, pero yo preferí permanecer aquí para estar más cerca de tu recuerdo.
Después de tu partida vo he cesudo de llorar y Hnro aún, Pa ra olvidar mí pena be enirada hacia el jardín todo bañado de una.
La sombra de uns hoja de bambú traza sobre la arena zulada una palabra enigmát. a que debe ser tu nombre, parece acoger mi tristeza o su alegría. Es una belleza inet; ble, Adorna son precioso «oral un jardín misterioso y he podido que ae me deje entrar por. una puerta baja a aquel feín cerrado y he vagado prosa yA una especie de inquietud, por las alamedan que parecen. en.
sombrecer tan gloríaso majes tad. al Una noche, Ob amada mía. mue veréla Megar del fondo del ral Hevándooa la for prete Será Habré cuscado todo el día ¡Cuánto deseado ta, planta que deberá unir njes. tros destinos. Como un buscador de pens.
dras preciosas, advertido por secreto instinto, presiento vucs. tra flor más cara.
No crece entre lxs mes mi.
entre los hielos, ni bajo Jus ni.
pestres alesces, nj a de orita de de dos ATTOYOS, MÍ eN ese enga Sahara cuyos espejlenos venían a teutar mi ad feb. Florece en mai alma! 0 Francis James.

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