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stivic US AUTE Gi Nunca hubo en nuestra vida social una manifestación más elocuente y sinceramente leal de simpatía y cariño, como la que se ha tributado a los distinguidos jóvenes Ing. don Enrique Clare Jiménez y la señorita Ju lieta García Rothe, con ocasión de su boda celebrada en la tarde del sábado 15 de los corrientes, en la Catedral Metropolitana.
Unánimemente, la sociedad ha tributado a los jóvenes esposos los dones de su estimación, ya que no hubo más que el acto solemne de la ceremonia religiosa, prescindiéndose de recepción, o compromiso alguno en la elección del cortejo de padrinos y el distinguido grupo de Damas de Ho nor de la bella y elegante prometida La Regia y Suntuosa Ceremonia Nupcial CLARE GARCIA Como pudo notarse por nuestra nota informativa, en la edición de! viernes 14 de este mes, los padrinos únicos de los contrayentes, fueron sus padres; y el grupo bellísimo de las damas de honor, lo integraron familiares de la hoy señora García de Clare, lo que hace realzar mayorment: el tribato social que se ofreció a la feliz pareja que unía sus destinos para la fundación de su prestigiado hogar.
LA Valiosos regalos, en variedad de ob jetos, todos de insuperable gusto artístico y de gran valor, fueron lleva dos a las manos de la señorita García Rothe, formando en su casa habitación un conjunto como pocas veces se ha podido apreciar en casos similares; en cada uno podía apreciarse el deseo empeñoso de dar manifestación sincera de cariño a la contrayerte.
tackda LIDNE Los jardines de la ciudad agotaron totalmente su existencia de flores, para concentrarse todas en caprichosas formas de canastas en las naves de la Catedral Metropolitana y en la casa de habitación de los padres de la prometida, don José Antonio García y doña Julieta Rothe, en tan gran número, que admiraba a la concurien.
cia; más de 400 canastas de flores en artísticas y caprichosas formas ader naban todo el espacioso templo; fue su número tan grande, que hubo ne.
cesidad de colocarlas en la parte del Presbiterio. De cada una de estas 0frendas florales se exhalaban un aroma de viva simpatía para la despesada y un voto de felicidad para su hogar: y bajo el imperativo de esta manifestación elocuente de cariño, la candorosa novia, entregó los tesoros de su alma al joven que la elegía para esposa.
al recibir la bendición nupcial que la transformó en la señora García de Clare.
Doña Julieta García de Clare Las naves de la Catedral Metropolitana parecieron estrechas para contener la concurrencia de todas partes de la población fluyó para presenciar la ceremonia, sin distinción alguna de categoría sociales anhelantes de presenciari acto y de admirar bajo su albo elo nupcial la belleza de la novia. odos se disputaban el mejor puesto para presenciar los desfiles, y la organización hubo de hacerse dentro de un esfuerzo supre mo.
Iluminadofen pleno el templo, impregnado de aromas exquisitos, palpitando todos los corazones al unísono de anhelos rompió la orquesta sus acordes, a iniciar los imponentes desfiles que antecedían a la cerem nia; y desfilaron las lindas damas de honor de la prometida, señoritas Aurea Violeta Sobrado Rothe, Flora Sobrado Fothe, Mariza Sobrado Rothe Glady Fernández Rothe. Los sim.
bólicos nillos nupciales y las arras formasid eran conduct as pr le niñita María Eugenia Sobrado Rothe.
Los murmullos naturales de la concurrencia fueron dominados por las notas imponentes del Coro de los Esponsales de Lohengrin, para dar paso majestuoso a la novia que emociona da, desfiló del brazo de su señor pa dre, para subir al lugar preparado para la ceremonia, en donde esperaba el Excmo. Sr. Arzobispo Metropolitano Monseñor Sanabria y Martínez.
Linda novia, candorosa, modesta elocuentemente bella y donairosa, d: bujando en sus labios una tímida so: risa, que hacía mayor atractivo a los perfiles de su belleza, luciendo con abo su regio tocado de desposada, ina maravilla de arte, diseñado en estilo modernísimo, confeccionado con el amor sublime de su señora madre la estimable dama doña Julia Rothe de García, que quiso dar a la hija única de su hogar, la manifestación de su amor al confeccionar con sus FAUNA CUAIRO manos y su insuperable gusto en el arte, aquel bello y lujoso atavío nupcial.
Si el donaire y la belleza de la novia se hacían evidentes en su lento paso hacia el altar, se completaban estos atributos con el justo acabado de su traje, en donde cada uno de los metivos evidenciaba una palpitación de amor y de bendición para el por venir venturoso de la hoy joven dama señora García de Clare.
Seguía luego el novio, dando el brazo a su señora madre doña María Jiménez de Clare, y finalizaba este cortejo el padre del novio don Enrique Clare y doña Julia de García, madre de la novia, para formar frente a Monseñor Sanabria y Martínez, las parejas íntimas de los padrinos de la ceremonia.
Leida la Epístola bíblica, se esparcen de nuevo bajo las naves los acordes de una música sublime, armoniosa, de la partitura Cupido envía un ramo de azahares y los jóvenes prometidos se dan las manos para simbolizar la unión indisoluble de sus almas, que imprime la bendición que sobre ellos da el Excmo. Sr. Arzobis.
po Metropolitano.
La ceremonia de velación sigue a la entrega de anillos y arras, y luego retornan los jóvenes esposos, entre arcos de felicitación de la compacta multitud, entre exclamaciones de muchos labios, bajo los acordes de la música, que ejecuta la Gran Marcha Nupcial de Una noche de Verano. de Mendelsohnn.
Nupcias severas, de elocuente rango social, fueron éstas en que se vinculaban con amor dos almas pletóricas de juventud y de ilusiones, que en el día feliz de su boda recibieron una de las manifestaciones de simpatía más sinceras y más hermosas que se hayan presenciado en los últimos tiemDOS.
Nos complacemos en engalanar nuestras columnas con la fotografía de la gentil joven dama señora García de Clare, luciendo su regio traje nupcial, símbolo de pureza y de amor maternal, y reiteramos nuestra enhorabuena a los jóvenes esposos, deseanlo que sea siempre aurora de felici dad y ventura el destello del camine que inician para el porvenir de sus vidas, al fundar su hogar, con la más elocuente manifestación de cariño, y altos afectos sociales.
000000000000000000000000 Este documentp es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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