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20 Feki 32 Bora.
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libro Diosa reve ante.
CAM RRE 24, ast: Col lap! los arlos cate.
Mate, 5, Mi e. to yeron!
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reciTeatro preciaplace artis.
al salu Irnes de Junio de 1945 LA SEMANA EN SOLFA Los costarricenses hacemos siempre las cosas en grande (o no las hacemos. Y, cuando se trata de gurbia somos incorregibles. Los céntimos, las pesetas no cuentan; sólo hablamos de millones. Que el viento ha de llevarse algo?
Pues no se crea que se lleva hojas secas, ni papeles inservibles como algunas leyes; no, se lleva un centenar de millones y los ticos no damos importancia con nuestros vientos que, prodiando a los zopilotes que no comían sino de coronel para arriba, no se llevan sino decenas de millones. Véase, de Seguros, no, lo ocurrido con el Banco alguna de Tenía por ahí rezagados aus muchas gavetas siete infelices milloncejos, y nuestros vientos orgullosos no los conside raron dignos de atención y allí quedaron en espera de vientos menores que les dieran importancia.
Parece que esos vientos corren ahora y que los siete millones no se escapan. Ahora que, según nos dicen, el Banco de Seguros, haciendo honor a la seguridad que preconiza, no tiene esos coloncejos así no más sometidos a las inclemencias del vendaval. Al parecer, ni siquiera la décima parte está en coJones contantes, prestos a que el viento se los lleve. El resto está asegurado. qué otra cosa podía hacer el Banco ¿Pues no es de Seguros. no debe de predicar con el ejemplo?
Pues aseguró los millones en hipotecas y otras inversiones que, poco sabemos, o va a costar reducirlos a papelillos susceptibles a las influencias de las brisas.
Se realiza una vez más aquello de que debe haber. pero no hay. Técnicamente. esos siete millones están disponibles, pero hay mucha distancia de la técnica a la realidad, y que nos perdonen los científicos.
De manera que, por mucha que sea la prisa del Fisco por pagar empleados y cuentas, auxiliares eficaces de los ciclones, nos parece que unos y otros van a tener que revestirse de paciencia.
Porque siete millones tienen demasiados céntimos y no era cosa de que así no más el Banco los tuviera en una alcancía. Siete millones. Buen bocado!
Dejémonos de rajonadas. sintámonos menos ticos, desmintamos la posible versión de que descendemos de gascones y no de gallegos, y confesemos que siete millones no se encuentran a la vuelta de la esquina. si hay quien los tenga, que mucho lo dudamos, los defenderá contra toda clase de vientos. Hasta contra los que vienen de Rusia! Y a propóscito de los mismos millones nos encontramos perplejos.
Sempre habíamos tenido fe en las matemá ticas.
Desde que Chakespeare inventó la aritmé fica, hemos tenido gran respeto por el dos y dos son cuatro.
Si no fué Chakespeare fué La Rochefoupor una RO cauld el que inventó esa base inconmovible de los números. CA FRENSA LIBRO Haya sido uno de éstos, o Bertoldino, of Sancho Panza, o Robinson Crusoe, lo cierto es que, en materia de números, estábamos con vencidos de que no cabían controversias, que dos y dos eran siempre cuatro, aunque Vincenzi y Einstein quisieran ponerlo en tela de juicio. nuestro respeto por las matemáticas se tornaba en pavorosa veneración, en respetuoso pánico, cuando se nos hablaba de cálculos actuariales.
Nos sucedía con esas matemáticas lo que a los salvajes frente a lo que no comprenden, que lo convierten en su Dios.
Esos cálculos actuariales, que para nosotros resultaban esotéricos. merecían nuestra devota fe, en el mismo grado en que la merecen otros misterios que no están al alcance de nuestro modesto intelecto y, desde luego, que están fuera del radio de nuestros conocimientos. Actuarios. Cálculos actuariales. Doblábamos reverentes el espinazo y besábamos el suelo, en humilde reconocimiento de la existencia de algo superior a nuestros sentidos!
Pero estamos en trance de perder ese respeto.
Vemos a dos actuarios frente a frente, discutiendo una pequeña diferencia actuarial, lo que nos está haciendo creer que los cálculos actuariales son tan susceptibles de discusión como los del tiempo que hacen los señores Merino y Coronado.
Un actuario dice cero; otro dice siete millones.
Esta pequeña diferencia no es tan pequeña como aquella de la reunión feminista. Siete millones!
sei Tal diferencia no puede provenir de decimal de más o menos; porque es de cero a que no es cero.
Es como si un maestro nos dijera que dos y dos son cero y otro que dos y dos son diez. Nos matarían la fe en Pitágoras, Epaminondas, Pasteur y otros aritméticos, que en el mundo han sido! de cero a siete millones resulta desconcertante. Dittel dice que el Banco no tiene que dar ni un céntimo; Mora y su actuario, aseguran que, un colón sobre otro, el Banco ha de entregar siete millones, que son setecientos millo nes de céntimos, si es que sabemos multiplicar, si es que no nos hemos olvidado de Bertoglio.
Con quién quedarse?
Que se nos saque de dudas cuanto antes, porque en el descenso del respeto a la aritmética, vamos ya a no saber si el taquillero nos da el vuelto correcto y el desbarajuste va a resultar macabro. EN MANILA, POBLACION DEL ATLANTICO, HAY LICORES, SIN PATENTE Además, se juega libremente a la ruleta; se vende a granel licor clandestino, se venden loterías extranjeras y una mujer amenaza a los vecinos con blac jack. MÁS DE 30 VENTAS DE primer lugar, hay necesidad de ano tar el hecho de que existen más de treinta ventas de licores, sin paten te alguna. No obstane, se, fabrica licor clandestino a granel y son nuPersona seria, que nos merece to numerosos vecinos honrados de aque merosas las casas particulares en que do crédito ha venido hoy a nuestro la localidad, deseo por medio de LA se expende ese licor clandestino, lo Periódico, para decirnos lo siguien PRENSA LIBRE hacer un respetuo cual no sólo constituye una violaso llamamiento al señor Secretario ción a las leyes, sino que determina Acabo de regresar de la pobla de Gobernación y Policía acerca de un grave peligro tóxico para quie ción de Manila, situada en la zo la anarquía y los abusos que se esnes lo consumen. Con toda despredel Atlántico. en nombre de tán cometiendo en aquel lugar. En ocupación, se venden loterías y chan be: 18. 00 Que se pongan de acuerdo los actuarios, el del Banco y el de don Manuel, o que se sepa cuál de los dos está en lo cierto.
Nosotros, por intuición, creemos que ninguno de los dos tiene la razón.
Y, o se resuelve la controversia, o se averigua quién. si Dittel, Pomeranz o nosotroses el dueño de la verdad, o no vamos a creer ya ni en la maestra. Rudesinda. ON Sombrilla perfecta Teléfono 2081 LIBERTAD BERT Unico en el Mundo Preferido por Millones.
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silbato de policía y con unos aires un inmenso bien si el Gobierno les Como si esto fuera poco, se pro de matona infunde el pánico a la quitara todas estas lacras que están mueven tremendos escándalos en los población, compuesta de gentes labo minando la moralidad de ese pueblo. los Importadores Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
de Telas de Algodón y de Rayón se les avisa que deben presentar la estimación de sus necesidades para el III Trimestre de este año.
Antes del 15 de Junio Próximo Oficina de Defensa Económica Departamento de Cuotas

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