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DOMINGO 30 DE SETIEMBRE DE 1956. DIARIO DE COSTA RICA PAGINA DIECISIETE LLAMAMIENTO DEL MOVIMIENTO DEMOCRATICO OPOSICIONISTA LOS CIUDADANOS DE LA OPOSICION En medio del tumulto de las agitaciones que están sacudiendo al país en lo interno y en lo internacional, por consecuente reflejo del ostentoso desacierto con que don José Figueres viene manejando al país en ambas direcciones, el Movimiento Democrático Oposicionista juzga oportuno y juicioso hacer un llamamiento a la cordura y al patriotismo de los ciudadanos de la oposición que, según muchas evidencias, es ya una fuerza arrolladora de segura victoria electoral. la insensatez del Presidente que ha abandonado imprudentemente el país en sus días más críticos, hay que oponer la reflexión y el pensamiento tranquilo y ponderado de la ciudadanía que, efrentado a él en cuanto a los sistemas y procedimientos de gobierno, está vigilante de la tranquilidad del país mientras él se solaza y procura condecoraciones del otro lado del mar.
La lección que el Señor Figueres empieza a recibir del pueblo costarricense, tendrá que llenarlo de sonrojo, porque es el pueblo el que asume la responsabilidad de mantener la paz y de asegurar el orden para tranquilidad de todos los habitantes y seguridad de los hogares cuando él ha abandonado los deberes fundamentales que le habían sido confiados.
Para que la opinión nacional y extranjera estén bien informadas y puedan formarse juicio exacto sobre la conducta del gobernante y de los gobernados en una situación tan inquietante que apenas puede atribuirse a irresponsabilidad la ausencia del primero, hay que destacar la ponderación de ánimo y la elevación de espíritu en que el pueblo se mantiene.
Virilidad frente al régimen podrido, que está cayéndose a pedazos, ción del pueblo a sus conductores.
Confianza caudalosa en la voluntad popular, ya tan claramente manifestada, que parece difícil que el gobierno y su partido Liberación Nacional puedan decidirse a presentarse a elecciones.
El régimen se está derrumbando, pero la tarea de la oposición es la de procurar que se llegue a las elecciones sin que se altere la paz ni sufran oscurecimientos las instituciones.
Teniendo asegurada la victoria en las urnas, a no más de un año de distancia, deberá interesarse en que la normalidad no se altere, por ninguna razón, por excitados que los ánimos se hallen.
El disturbio o el motín solo favorecerían al gobierno, que tiene perdida la batalla en las urnas.
El llamamiento a los ciudadanos de la oposición es para que contribuyan a mantener la paz y para que no mezclen, por ningún motivo, de donde quiera que les llegue la tentación, los asuntos de nuestra política interna con las trepidaciones de la política internacional.
Los sucesos que se están desarrollando en la política de la República de Nicaragua son asuntos de los nicaragüenses y no podemos considerarlos sino con el interés de que se salve la paz del país hermano y no se produzcan en él derramamientos de sangre.
Pero no hay que establecer ninguna vinculación entre aquellos sucesos y los de nuestra política interna, ni interesarse o complacerse en la divulgación de versiones que agiten los ánimos, ni contribuir en modo alguno a establecer clima de agitación como si hubiera provecho que sacar de la agitación de los pueblos.
En lo internacional, por la turbia y desorbitada conducción de los negocios públicos, el país ha tenido que confrontar muchos peligros y ahora parece que se ciernen sobre el otros mayores.
Los males que el Presidente Figueres le ha producido a Costa Rica por la mala dirección de esos negocios, no tiene por qué padecerlos el pueblo, pero aún siendo la culpa suya toda entera, los costarricenses no debemos en modo alguno contribuir a que esos males se agraven sino tratar de que se alivien y en ningún caso hacer de ellos bandera de combate en las luchas de la política interna.
Desalojar del poder al Señor Figueres, por la vía del sufragio, para que haya paz completa en lo internacional y en lo interno, es un propósito que ya se ha formado inflexiblemente el pueblo de Costa Rica.
Pero este problema no tiene nada que ver con los de fuera.
Para que haya tranquilidad, para que haya paz, para que el país vuelva a la normalidad económica, el Señor Figueres y el partido Liberación Nacional deben marcharse y se marcharán pronto.
Aguante el pueblo la miseria, soporte la zozobra, que esto no durará ya más de un año y medio.
Aliente la esperanza y fortalezca la fe, porque ya no va quedando nadie en las tiendas del gobierno y porque hasta los dirigentes están marchándose cautelosamente para el exterior con el fin de evadir sus responsabilidades en el fracaso del partido Liberación Nacional, que está por producirse.
Nuestro problema político se resolverá entre casa. Lo resolverán los costarricenses con los votos puestos en sus manos limpias. La solución no necesita de contubernios extranjeros, como los ha necesitado en todas sus actuaciones don José Figueres. La solución la impondrá el pueblo dentro de sus fronteras con sus propios medios, los que le da la Constitución y con la inquebrantable resolución de impedir que el sufragio sea burlado.
aún con el sacrificio si llegara a imponerse.
Las complicaciones internacionales solo favorecerían al régimen del Pasa a la Página DIECINIEVE.
Firmeza en la determinación de desalojar, por los cauces del sufragio, también.
Unidad de la oposición para asegurar la victoria, debe ser una imposiEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    National LiberationPartido Liberación Nacional
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