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Por MANUEL CERBAN RIVAS LA CONVERSION DE LUZBEL La verdad es pensaba Luzbel en uno de sus pocos momentos de descanso que desde hace tiempo estoy haciendo el más espantoso ridículo. Mis subordinados casi no me respetan. Los condenados me dirigen frases hirientes e inBultos groseros. Las pecadoras, principalmente las grandes cortesanas, me hacen objeto de sus mofas y me demuesEran el mayor desprecio, y las doncellas se exceden tanto en sus desvergüenzas y en sus modales, por su afán de imitarlas, que es muy difícil distinguirlas. Me han puesto motes denigrantes, me arrojan pedazos de carbón y escoria, y siembranme el camino de trozos de calderas y utensilios viejos para que tropiece al pasar. el bribon de Rinconete llegó a colgarme, cierto día que me sorprendió dormido, una lata sucia en el rabo, lo que me produjo un furor tan Espantoso, que, sin razonar eché a correr como un perro por estas interminables galerias seguido de aquel estridente ruido y ce la ensordeceroa rechifla de los impios. la mayor preocupación de Luzbel Pero. cómo han podido huir. pedirselo.
Anochecla. Sono una campana. Una era sentirse impotente para reprimir esPero, y cuando vuelva sin ellos al mujer llamó a las niñas y las hizo fortos desórdenes y estas burlas, porque, estando los réprobos sufriendo la pena una camisa negra que le había robado Infierno? pensaba Luzbel Las bur mar, dirigiéndose con ellas al asilo. Almáxima, sin esperanzas de disminución a uno de los fogoneros y, como siem las van a ser espantosas y despiadadas. cia, que iba de las primeras, por ser la ni de perdón no tenían ya por qué te pre fue comediante, remedo tan perfec las más mordaces, las que más me más chiquita, buscaba Luzbel para merle ni respetarle y sus cuerpos, tamente los ademanes y la voz del desesperan son las de las inopias. Como verlo por entre el cuerpo de sus com.
costumbrados al martirio, quedaban en brero, que Cancerbero le dejó salir en sus cuerpos son insensibles al fuego, pañeras y, hasta que desapareció dentro libertad para despreciar los furores y le creencia de que, como otras veces, siempre están dispuestas para hacerme del edificio, le estuvo haciendo adiós con las amenazas del diablo, iba por lena. Atila le atropelló tan bru rabiar con sus desvergüenzas. De los sus manitas, mientras él la contemplaEsto pasaba en el infierno desde que talmente, que ni tiempo tuvo el porte ojos del diablo brotaron lágrimas de ba con su cara de hombre bueno, quo sus moradores se enteraron del fraca ro para detenerlo, y Herodes aprove despecho y de su boca salió un angus ahora no parecía un disfraz.
so que sufrió el diablo en el vulgar dra chó el estupor que esto había produci tioso gemido. Qué vergüenza! se dijo de pronma de Margarita en el que, después do para salir corriendo detrás de ellos. Hacía un momento que, a pocos pasos to :Si me vieran mis legiones! Si se de luchar como una infeliz Celestina Majestad, yo soy un buen compañero y de Lugbel, hallábase una pequeña niña enteraran aquellas malditas de que un para conseguir el alma de la amada de un verdadero amigo de Cancerbero, pe que había salido del asilo y jugaba con ser tan insignificante ha jugado conmiFausto, se presentó ante su corte con ro creo que le debía ser impuesto un se la arena. Al sentir el sollozo del diablo go! Una criatura a la que liubiera poPesando, candorosamente, que habia per vero castigo: la cesantia, por ejemplo. levantó la cabeza, y al verle llorar le dido deshacer con mi aliento! Se pasó dido la partida y que aquella mujer, que Precisamente, tengo un sobrino.
dijo, acercándose a la mano por la Trente y dio un gran susel creia presa segura, estaba gozando Por qué lloras? Es que tú tam piro, las eternas delicias del Edén. Igual fra Silencio le grito Luzbel. que bién tienes una hijita allá, donde matan El diablo se incorporó; ya era de nos caso tuvo en la manoseada tragedia de dó pensativo y sin dar más señales de los niños. Por qué no la traes con che y debía irse de aquel lugar para no un tal Don Juani, al que persiguió durat ira, como tenía por costumbre, porque nosotros. 75 papá me trajo aquí para volver jamás. No quería experimentar te cuarenta años, para luego ser venci pensó que lo ocurrido podia servirle pa que no me hicieran daño, y cuando me otra vez la prueba que hizo flaquear su do por una ingenua muchacha.
ra volver a salir del infierno, como ya besó para irse, loraba como tú. Toma alma infernal, que dejó cohibido su es Entonces. cuál es mi poder? pen había hecho otras veces con menos mo mi pañuelo, sécate las lágrimas y dame piritu. Mirando al jardin alumbrado por saba Luzbel Para qué estos espan tivos y, quizá, para recuperar algo de su un beso, como hacía mi papá.
la luna, bañado por un aire de prima tosos sufrimientos y esta continua ira perdido prestigio.
El diablo estaba perplejo; no sabia vera, volvió en otro de sus ataques roque me quema el alma y ha transforqué hacer ni qué contestar a la niña. El mánticos, a recordar el Edén, al que mado mi belleza en la más monstruo. Bueno, ya sé lo que debo hacer di que antes había aterrorizado los más nunca podía aspirar porque él siempre sa fealdad? para esto perdi el pa jo a sus subordinados voy a subir feroces criminales y a numerosos mag seria el gran rebelde.
raíso. Tanto le alteraron sus pensa hasta la superficie para traerme a esos nates, ante aquel ser tan pequeño sen Vámonos otra vez para el abismomientos, que despedia chispas de fuego malditos, que eran lo mejor de mis dotíase débil y sin energias. Para disimu se dijo el desventurado Luzbel supor los ojos, y retorciendo su cuerpo, minios. esta vez, triunfé!
lar su azoramiento, tomó el pañuelo y, frir, a llorar de rabia y despecho, a quehacía muecas terribles, mientras clavacomo un automata, se secó los ojos, ro marme siempre en el fuego interno de ba en los brazos de su sillón de lava De entre los que estaben sufriendo pezando con sus labios los cabellos de oro mi desesperación sus agudas uñas. Qué puedo hacer? nas en aquel salón, salieron toses finde la niña, que era tan linda, que los dando otro suspiro, que más bien Me es imposible renunciar ni claudi gidas y risitas irónicas y le voz de un cisnes y las mariposas se acercaban pa parecía un lamento, empezó a despojar.
car! No puedo tampoco aumentarles el billete que imitando el canto del gallo, u, ra contemplarla. Al mirarla de nuevo, se de su disfraz.
castigo. Plutón, inspírame!
lanzaba un estridente quiriquiqui, al que recordó Luzbel la cara de sus compa Le pareció escuchar un leve zumbido Un griterio espantoso interrumpió las acompañaban maullidos, mientras que We ñeros de gloria, la suya propia, que fue que se iba acercando y que aumentaba meditaciones de Luzbel. Se oian sonar, varias bocas imitaban el ruido que prola más bella entre la de los arcángeles. cada vez más hasta que se covirtió en dando la señal de alarma, cencerros, duce una vejiga al desinflarse. El diaVio a otros piños que también juzgaban un ruido ensordecedor. Eran los terricuernos, bombos y latas que, como un blo hizo sonar su famosa trompeta paeta pe en el jardín leno de flores, de pájaros bles aviones, las modernas máquinas tan Loxtrot infernal, hacían estremecer ra imponer silencio, pero la última no2 hoy de sol y sintió una sensación de pla envidiadas por él, que ya volaban sobre las altas bóvedas, y vio venir hacia él ta le falló, lanzando un destemplado so. varios jefes de sus legiones, atrope nido. Entonces huyó, desesperado, im cer al recordar los goces que disfrutó el asilo y arrojaban bombas, cuyas ex plosiones ponían el espanto hasta en el llándose en su precipitación.
en el Paraíso.
pregnando el ambiente con su caracte ¿Quieres que juguerdos al papá y mismo diablo. El edificio empezó a arrístico olor a azuire, oyéndose llamar Muy mala debe de ser la noticia que con los peores epitetos, en medio de la a la hijita. prosiguic la niña, der, sus techos y sus paredes se de me traense dijo la Bueno. dijo el diablo, maguinal rrumbaban. Dentro se oian gritos desgapor la prisa que po más ruidosa silbatina, yendo a ocultar mente rradores. Varios niños, atropellándose ne cada uno su vergüenza en el más oscuro lugar Entonces me siento aqui, sobre tus unos a otros, ciegos de espanto, salian dando un aullido para imponer si del averno. rodillas y tú me dices como me decía de él, por sus puertas, por sus ventalencio, dirigióse a uno de los jefes y le mi papá: Alicia, nena preciosa. quie nas: muchos iban heridos y algunos ordenó que explicare lo sucedido.
res darme un beso? Pero tú no me caian a los pocos pasos, quedando con Majestad, se han escapado tres de los principales condenados.
pides nada. Te han comido la lengua los ojitos sin luz, vueltos hacia el cielo. Cómo es posible. maldito perro? Sentado en el banco de un jardin que los ratones?
como una interrogación. Luzbel distinl diablo repitió, cohibido: Hasta ese punto se descuidan las obli había frente a un gran asilo, se hallaba guo Alicia, la niña que jugó con él, gaciones. quienes se kan fugado? el diablo disfrazado de hombre bueno. Quieres darme un beso?
la que le dio el primer beso. En su linAtila, el humo; Nerón, el romano, y descansando después de largo viaje por Tómalo dijo la niña. dio un da carita se pintaba el más espantoso Herodes, el que pobló de angeles el el mundo, gozando lo indecible al recore por beso a Luzbel en la mejilla.
terror: sus ojos celestes parecian que Como el diablo nunca habia sido be rer salirsele de las órbitas y su pecho paraíso.
dar todas las infamias, monstruosidades y destrozos que presenció. Pero, al tan intensame no podia descit 18sado por un niño. sintió una emoción estaba cubierto de sangre, La niña ya Que pestilentes hienas le roan las mismo tiempo, tenía la sensación de estan intensa, que no podia descifrar si había visto a Luzbel y corrió hacia él Entranas. Que los buitres vicien SUE tar tar empequeñecido y humillado al comera de placer o de dolor.
tendiéndole los bracitos, mientras le gripupilas y las vívoras aniden en sus poprobar que aquellos tres fugados del in Ahora voy a presentarte a mi hiji taba con una voz. llena de horror, de podridos intestinos vociferaba el diafierno poseian armas modernas tan ta le dijo la niña tomando a su neu desesperación y de lágrimas: blo entre rugidos y carcajadas sardonimortiferas y dañinas, que nunca él las neca del suelo, donde la habia dejado Papá. Papá. apacito. eas, que hubieran aterrorizado a gentes hubiera sonado. Cómo quedaban, anantes Se llama Isabel, pero como es El areangel que había dentro del diamenos acostumbradas, pero a sus subor ta alla pequeña, la llamo Isabelita. No es bue blo despertó y agachándose, recibió a dinados no les causaron más efecto que nes, tridentes, tenazas y calderas viejas ene necita, sabes? Yo le doy muchos be la niña en sus brazos, aprentando conel de una disimulada hilaridad, y risas como el mundo y alimentadas con vulella no me devuelve ninguno. tra su pecho, lleno de ternura escandalosas a los condenados, que mas gar fuego. Qué daños tan insignificantengo mucho miedo de que vengan a ser tan débil, tan bello y tan puro, en bien que chicharrarse, parecian calen tes causaban ahora sus útiles de coci quellos pájaros grandes que matar a los el deseo de ampararlo, de defenderlo de tarse en aquel lugar. Por mas muecas na baratas, comparados con los que proniños, y por la noche la escondo deba aquellos monstruos enviados por los que hizo Luzbel para producir terror; a ducian estos nuevos instrumentos de jo de mi cuerpo, como hacía mamá con prófugos del infierno. Pero era tarde, pesar de que repitió los grotescos es destrucción! Pero para él tenían un pemigo. Porque yo tenía mamá, pero un porque la niña abrazada al cuello de cor205 con su cuerpo y se excedio en queño defecto: estas nuevas armas mudía no la yi más. Papá me dijo que se Luzbel y con su rubia cabecita reclinael conocidio fruco de lanzar Hamas portilaban y mataban también a los niños había ido al cielo.
da en su hombro, no respiraba ya.
boca y narices, no pudo conseguir cal como Luzbel nunca había hecho suLuzbel la escuchaba como si estuvie Luzbel levantó el vuelo. Su cuerpo se mar lag carcajadas de los espectado frir en el infierno a ningún Inocente, ra adormecido o anestesiado: sentia una transformaba, despedía otra vez resres, sino por el contrario, cuando ya no estaba acostumbrado a ello y le proplacidez, ya olvidada hacia una eterni plandores de aurora; sus alas volvían a casi rendido y humillado termino la re ducia algún desagrado. Pero, a pesar de dad, y contemplaba a la niña sin decir lucir su deslumbradora blancura y su presentación, había llegado su exito a todo, y aunque aquellos fugados estaTe nada, porque había perdido la cos rostro, transfigurado por la ternura, era tal puntos, que, entre una salva de ban obrando sin su consejo, pues que tumbre, en sus largos días de amargu el del antiguo arcángel. Siguió volanplausos. se oian voces pidiendo a gri matando niños trabajaban en favor del ich ra, de emplear frases de consuelo y pa do cada vez más alto, más alto, hasta tos que repitiera tan gracioso espec enemigo del diablo, dejaría algún tiemlabras cariñosas.
Hegar al cielo, y entr6, con la niña en táculo. El diablo optó esta vez por no po a esos malditos sobre la tierra, por Pero es que te has quedado mu sus brazos, en el Paraíso.
darse por aludido cuando se termino ane estaban haciendo mucho daño y no do otra vez? No me diees nada. Buee escándalo, prosiguió el interrogato era él, precisamente, el que debía im no, papá, toma otro beso y basta mañaM.
na, que es hora de dormir. Mostraciones de Maryan Ribas. rio.
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