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VIERNES DE FEBRERO DE 1000 DIARIO DX COSYA BIGA PAGINA TRES REPRODUCCION SOLICITADA. IMPORTAMOS CAPITALES, EXPORTAMOS HOMBRES Lo que una nación economicamente más pobre necesita fie de mejorar la condición de sus ciudadanos es una mayor inversión de capital. or desgracia, esos paises han adoptado, casi sin excepción pormas de politica que son anticapitalistas. Tales norme frenan la acumulación de capital domestico y simultaneamente la piden la inversión extranjera traves de medidas tales como los Lapuestos discriminatorios, el contro do cambios con el exterior inclusive la confiscación abierta y declarada.
LUDWIG VON MUSES.
Cuba ofrece hoy un doloroso ejemplo para los demás países que, por falta de capital, se encuentran en estado de subdesarrollo.
Si, como ocurre en ese país, en el nuestro y en muchos otros más, lo que se necesita es capital para desarrollar y poner al alcance de todos los habitantes, en la forma de bienestar, los recursos naturales con que contamos, ese capital debe importarse de los países que lo tienea disponible, si bien sujeto a las disposiciones contractuales que se estime necesarias para salvaguardar la soberanía y el interés social.
De otro modo jamás podremos avanzar de un estado de subdesarrollo a un proceso de desarrollo.
Los comunistas mantienen la tesis de que no debe tolerarse la inversión extranjera de países capitalistas, pero sí, por supuesto, la de países socialistas. Cuando un país latinoamericano abre las puertas a la inversión norteamericana, por ejemplo, dicen que está vendiendo su dignidad; pero cuando un filo comunista como Nasser recibe préstamos de la Unión Soviética para la represa de Aswan, dicen que está actuando patrióticamente. sea que, en definitiva, parece que sea que, en definitiva, parece que la protesta de los comunistas y de sus parientes más cercanos, los socialistas, no e listas. no es contra la inversión en sí, sino contra la procedencia de esa inversión.
La diferencia, para nosotros, es muy clara. Los inversionistas a los cuales nosotros queremos atraer piden una ganancia razonable y protección para sus derechos; los comunistas, a cambio de su dinero, despojan de libertad a un pueblo y lo convierten en su esclavo.
En Cuba, la actitud contra la inversión extranjera, no es hostil sino abiertamente confiscatoria. Todo aquel que haya llegado a sentar reales en la plaza cubana está expuesto a una expropiación, sin recibo ni documento en donde ella conste. así está ocurriendo constantemente.
Es difícil pensar en que alguien se sienta animado a invertir su dinero en un país de tal modo conducido y exaltado por sus dirigentes hacia el ahuyentamiento del capital Pero no se crea que este es un espectáculo que podemos presenciar con indiferencia porque no nos concierne.
Nos concierne más de lo que creemos.
En Costa Rica viene realizándose, de un tiempo a esta parte, una campaña sistemática e irreflexiva contra la inversión de capital extranjero. Es sistema ca porque viene de grupos idcológicos vinculados con el socialismo y el comunismo, y se formula desde la clandestinidad lo mismo que desde los poderes del Estado, utilizando conocidos instrumentos de lucha, como la agitación en los medios obreros.
Es irreflexiva porque no obstante que la inversión extranjera está sometida a regulaciones emanadas de convenios unilaterales, los cuales garantizan el interés nacional, ha sido objeto Je acusaciones como las de que explota a los trabajadores y bace ganancias ilegítimas. Sin pensar que ello implica también un cargo para los organismos o autoridades encargadas de velar porque los inversionistas se ajusten a la ley, y sin cuya anuencia culpable los supuestos desafueros no se hubieran perpetrado, se repite y gasta el estribillo hasta la saciedad.
Ut señor Diputado dijo recientemente que lo que había que hacer pa Costa Rica es quemar bananales y asesinar a los sobernantes. Otro advirtió que todo aquel que defendiera la inversión sería ahogado como una rata en el río Térraba.
Esta campaña no solo hace nugatorio el esfuerzo de los oslarricenses que tratan de atraer el capital extranjero para mejorar la condición de los ciudadanos, sino que forman un clima totalmente hostil a toda inversión, sea foránea o local.
De qué nos sirve, por ejemplo, un instrumento jurídico tan completo como la Ley de Fomento Industrial, ai, por otro lado, se trata de ignorar convenios jurídicos y ejercer formas de discriminación y persecución contra las empresas establecidas De qué nos sirve el esfuerzo por canalizar hacia Costa Rica el interés de los inversionistas de América del Norte, Europa y Japón si les ofrecemos, simultáneamente, el panorama de un país en el que los líderes vocingleros y los manifies.
tos demagógicos pueden más, aparentemente, que el buen senfido de la opinión pública consciente?
Cómo pretendemos que aquí llegue alguna vez un hombre de negocios con fe en nuestro régimen de derecho, si para muchos socialistas y comunistas se puede saltar por encima de él con fines puramente electorales?
Hace poco se anunció que un grupo de inversionistas entre los que había hombres de negocios de Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos y Alemania Occidental, se proponía establecer en nuestro país una fábrica de fertilizantes en gran escala, con capital de varios millones de dólares, no obstante que la posición geográfica no era favorable y ciertas facilidades inexistentes. Por qué escogieron Costa Rica? Porque creían que a cambio de esas facilidades, Costa Rica ofrecía un clima político y social envidiable e ideal para las inversiones. Pero qué ocurrió? Que el trezavo mes, la huelga bananera, la ley de impuesto inmobiliario, y la ley de acción judicial contra una empresa establecida desanimaron a los inversionistas y los indujeron a escoger a El Salvador para la planta de aboros.
Nosotros estamos siguiendo esa huella, poco a poco, pero sin equivocar el camino. lo más desalentador es que aun aquellos representantes populares en quienes confiábamos que se percatarian de estas cosas y reaccionarían contra ellas, se están dejando arrastrar por la corriente socialista y comunista, cuya única preocupación es vernos cada vez más pobres y enriquecer cada vez más a su nueva y privilegiada clase.
Se ha anunciado que para 1970 Costa Rica tendrá una población de aproximadamente un millón y medio de habitantes, que hace apremiante que aumentemos el ingreso por persona en muy poco tiempo, ojalá al doble.
Si la capitalización interna pudiera obrar ese milagro, no tendríamos que preocuparnos por las inversiones extranjeras. Pero nuestro ahorro es insuficiente frente a la escasez y la pobreza, de modo que tenemos que depender de que el capital venga de afuera, La alternativa, para 1970, está entonces planteada así: o importamos capitales, o exportamos hombres. ASOCIACION NACIONAL DE FOMENTO ECONOMICO. ANFE. ARD Tomada de TA Press Libre. de febrero 19m.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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