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DOMINGO SI DE JULIO DE 1960 DIARIO DE COSTA RICA PAGINA VEINTICINCO MUERTOS Por José María San Juan Urmeneta Eulogio se levanto de suelo miro por encima de la tapta.
Ni una mala sombra que cruYase la noche, que puslese unn nota de movimiento y de vida por aquel campo. Eulogio echo su mirada, todo lo intensa y Tija que pudo, por el enorme horizonte que se abría delante suyo. sus ples, el Pinturas se agazado un poco más contra Is tapta, Eulogio le sacudió los hombros con el ple y dijo. Venea, sal de ahí, que esto está limpio.
El Pinturas no reaccionó al principio. Luego, después de unos segundos, levantó la cabeza, Jevantó los ojos y miro a su compañero. Quizá sea mejor esperar un poco más. Eso está limpio. Lo digo yo, hombre. Bueno, pues nada, se levantó el Pinturas artistrando su pata galana 50bre la tierra húmeda y un po.
cofangasa Estaba quieta la noche. Tenta una serenidad y un temple 30segado y magnifico que impresionaban un tanto. Los dos hom bres, de ple tras la enorme tapia, miraron el cielo limplo, lleno de negrura, pero tersoy bien cuidado, como si los hombres de arriba hublesen pasado el escobón de los dias de fiesta gobre la fabulosa piel del firmamento, EI Pinturas se aventuro dar un consejo al Eulogio.
Acuérdate de lo que diio el Chano. nada de forzar: las cosas tienen que ir suavemente, mo la vaselina.
El Chanoº no está aqur.
Aquí estoy solamente yo como director. Entendido?
EI Pinturas elevó los hombros y contestó sin mirar.
Bueno, esta bien. Solamente estás tú Los dos hombres estuvieron wi, pescados contra le tapla, durante unos minutos. Bastante. Ambos miraban inquietos, sin dirigirse la palabra ni la mirnds. Buscaban entre la 08curidad, metiendo sus ojos entre e apretado abrazo de las sombras. Esto hay que liquidario pronto; si no, nos vamos a quedar reumáticos para toda lasida.
si: la noche está perra. Es ta humedad. volvieron a callar, a guardar las palabras para mejor hora.
Pasaron los minutos, Euloprio y el Pinturas comenzaron a ponerse inquietos. El EUJoglo dijo. Yo voy a saltar, Tú te quedas aquí y aguardas, pero v1Ella bien. Un descuido puede ser fatal. eh. Bueno. Yo sé lo que me hago. El Chano ha estado esta tarde en el entierro. Hay Oro, y bastante, en la boca. Entre els Nico aseguran que quiz ha.
sa hasta alianzas en las manos.
EI Pinturas escuchaba a su amigo aplastado contra la paTed, abriendo bien los ojos, comiéndose lo que el otro le decia. Eulogio siguió. Todo es cuestión de suerte.
Ahora voy a saltar. Tu mira y aguarda. Entendido?
Eulogio montó sobre la tapia Be preparo con cuidado y de 16 caerse en el vacio. Sono el ruido sordo de su cuerpo al chocar contra la tierra húmeda, y lue go se vio su silueta iluminada por la luz de los altos cielos.
El Pinturas se puso a mirar mientras su amigo seguía por na callejuela cubierta de espinas, de cardos, de flores salvajes, de cruces y mis cruces, como un interminable valle de sepulturas mayores alegrias que aquel lencio y aquel ambiente de tascuclo bronco. través del cristal de la teberna se adivinaba la noche, los Jirongs negros colgados de Tos altos cielos. La misma ne NI oro, ni dentadura, ni agrura que habla en el cemenVanzas. Sólo el trase. Apaterio, con los cipreses en lo al to y el dibujo acicular de sus riencias!
hojas recortándose EL Pinturas comenzó a saalle arti ba. Los dos hombres recorcudirse con la temblona estudaban lo mismo, y les llenaba pida, de poseido, de titere con decierto miedo, de páuseas. Pe pata de palo, To era todo pasajero, como nuiTe he dicho que no em becilla Joven y liviana pieces! Que te mando a la fosa, El Eulogio bebió un traso y Junto al muerto. Lehe, con la apretó los puntos, DIJO: gente. Sólo pensar cómo le desTuvieron unos segundos de trocé la mandibula. AsqueroIndecisión, detenidos en la so! Echaba unp baba amarilla marcha del tiempo y de la viHijos de perral, se lo han heda, alll precisamente, rodeados vado todo de muertos y de terra fangosa.
EL Pinturas recomendó calEl Euloglo dijo: ma a su compañero. Voy a arreglar esto. Su INI calma ni nada! Aquí to Jeta bien y no tiembles, que te que ocurre es que hay mucho mato.
hijo de mala perra. Este gre El otro seguís con los inicios mio está cada dia peor.
del tembleque, con las carnes Pasaron los minutos bailándole al comples del corapass ron las horas. Se sucedieron las zón, como un discipulo fiel y botellas sobre la mesa.
burdo de San Vito, bajo el cieLlerto la noche a su profundidad culJo limpio y el fragor inmenso minante. El tabernero iba y formidable de la noche.
cerrar Tardaron poco en terminar Estos no vienen dijo e con aquello. El Eulogio salo Eulogio, mirando con furora de la cosa con las manos llenas reloj de barrillo, salpicadas de un No, no vienen. Je contesliquido amarillento que a pes tó el Pinturas.
taba. se cruzó entre ambos tins. He tenido que romper me mirada cruel. salvaje. de bomdia mandíbula. nada! NI bres sin nada, sin corazón, ni rastro.
alma, como si ellos dos fuesen EI Pinturas soltó el hierro los culpables de que el Chano arreglaron aquello. Primero y el Nico no hubiesen llega avanzó el Pinturas. luego el do, no estuviesen alli y no fueEulogio, con un bulto bajo el ran a acudir a la cita.
brazo y toda su ropa Hena de El tabernero cerro una venfango y de humedad. Saltaron tana, y luego otra y otra. Ai la tapia y se quedaron allf, ahasta cinco. Luego apagó una Kazapados y suspensos, por alluz y sacudió a los dos amigos.
eunos minutos. Luego siguie Venga! la calle, que es ron campo a través, hasta enhora.
contrar las primeras luces de El Eulogio se levantó sobre los hombres, saltado y clayo sus ojos bri ¿Y eso. dijo el Pintullantes magníficos, en el rostro ras. mientras señalaba el bulblando del tabernero.
to que llevaba su compañero. De aquí no me echa ni to unico. El traje: un traje nadre de todos los muertos jos viejo y apolllado, con olor a tos!
nafta.
El tabernero se echó para El Eulogio tenia el cefio de Atrás y se puso las manos en la mal agüero y los ojos brillancara, para guardarse quizá de tes como dos puntitas del meolor vino del Eulogio, Elfor diamante. No hablaron na bernero callo. El tabernero era das en la travesía hasta la ciuhombre de las que saben espea dad. El Pinturas habis dejarar.
do el tembleque, y ahora sudaVolvieron amontonarse soba, mientras arrastraba su pier bre el calendario de la vida las na de madera, cómica como uhoras y los minutos de la esna figura de clown barato.
pera. Nada. EI Chano no apa Se metieron en una taberna, Tecía; tampoco se dejaba ver e sucia y llena de un olor pesti Nico. el enterrador confidenlente. Se arrellanaron en unas te. La cosa se ponía fea de yersillas y pidieron dos vasos. El dad. El Eulogio se arrimo ha Eulogio hablo: ta la puerta. Dllo. Estos canallas nos le han El Chano nos espera jugado. Han sido ellas!
aqui.
Desde el rincón, bajo la ven Pues buena noticia le va tana, el Pinturas escuchaba mos a dar.
sin entusiasmo alguno, con la El Eulogio se hinchó de rapierna de palo bien estirada y bis. Dijo: campante. El Eulogio volvió Alguien se ha adelantado.
hablar, Quia el mismo Nico. No sé. No vienen, no vendrán. 18u Hay mucha gente en esto. Se perta madre!
ha puiesto de moda eso de ci Seguro que ya no vienen tarse con los muertos.
intervino e Pinturas.
ET Pinturas se hubiese El Eulogio lo miro desde la puesto a Toir de buena gana puerta y le hizo una scha.
con aquella salida de su amigo; Vámonos! No vendrán.
era lo que solia sucederledes EI Pinturas obedeció.
pués de las temblonas Refr. No; ya no vienen.
reir como un tonto, como lo que era, un estúpido de pats gala los dos salieron a la calle na. Pero en esta ocasión se con y se arrimaron a la noche, catuvo. No estaba el patio para mino de mejores mundos. Hijos de perra!
Calla, imbécil. NI callar ni nada. Qué pasa. preguntó el Pinturas. Inquieto, punto de ponerse a temblar, con aque la temblona absurda y ridicula que se le ponía algunas veces, Mira, no empieces a temblar, que te mando al foso. Qué pasa? volvió a pre guntar el Pinturas EL Eulogio se arrodi136 Jun.
to a su amigo y le ayudó a tostener el hierro. Hijos de perra! Se lo han llevado. Alguien se ha adelantado. No hay nada, nada, Zentiendes? Nada!
Se miraron en la profundidad de la noche, escrutándose mutuamente, como temiendo que alguno de los dos hubiese sido el culpable, asustados, de que alguien estuviese en el secreto.
LA VIEJA CIVILIZACIÓN DE LOS HIJOS DEL SOL campo con velocidad de una tleta que corre sobre la tierra de sus antepasados. Tira de ahi. ordenó Euloglo, mientras el Pinturas agarraba el hierro y forzaba las tablas Se oyó el crujir de la madera y los dos hombres notaron el olor homedo, Tepulsivo, de 3quel estercolero humano. Euloglo se hizo a un lado y comenzo a trabajar, mientras su amigo sostenía el hierro y el peso de maderas, arrimadas contra la caquina del hueco. Quieres lux? Interrogó el Pinturas. No; no hace falta. Hoy se Ve como el día.
ET Eulogio era rápido y diestro en la tarea de los cementerios. Cualquier cosa le hubiese asustado más que meterse en uns sepultura y desnuda un muerto. Para el no había ni cuerpos rigidos al olores fétidos. El era hombre de tarea dura y dificil, que Igual le daba cortar un dedo para que sale tase una sortida que romper a golpe de hierro la mandibula recién enterrada. Por eso lo cogió el Chano en la cuadrilla, porque no se quedaba atras en nada EI Pinturas. de espaldas la fosa, sosteniendo el hierro, experimentó la sensación de que aquello no iba bien, no marchaba como el Chano ha bla pensado. Quiso volverse paTa ver a su amigo, pero el peso del hierro le obligo a seguir en aquella posición. Fue entonces cuando el otro lanzó una exclamación de rabia, de furia a media voz, como a temiese que el cementerio entero se pu.
stese en ple. El Pinturas no se inmuta. Se limfto prefruntar con la voz baja deslle zante. Muchas veces habia su cedido que el muerto estaba duro y era difícil operar, o que las muelas se resistir a verse desnudas del oro que las cubría. E1 Pinturas pensó lo peor, lo que cuentan las leyen datos cuentos de porteras, pero te pareció demasiado. No, no era posible que el muerto.
No, no era posible.
Eulogio salto fuera y miro profundamente a su amigo.
Poco tardó el Eulogio en encontrar el sitio elegido. Era una tumba bastante profunda, con algunos huecos por cubrir. Encontró los alrededores hollados por pisadas. Las observo, pero no pudo saber más de ellas, Se puso de rodillas, y sacó un gancho alargado y duro. Tardo poco tiempo en hacer el trabaJo, porque algo parecia que hacía más sencilla la tarea aquela noche. Aquello estaba fácil.
Poca tierra, Ins tablas fáciles de dominar: la caja, suelta, sin arraigar en el fanguillo aquel, era sencilla de sacar. Cuando hubo terminado los preparatiyos, hizo una serial a Pintu TAS. Este salto rápido la tapis cruzó todo aquel siniestro sesenta años una mitad de Amé!
rica tomó por un genio y IA otra mitad por un atsario. Ven dib cincuenta ediciones de su 11 bro Atlantis sin agotar la cu riosidad de un público interesa do por comprender cómo su Continente se había separado del viejo mundo. Todo queda cls To en la Historia, densa y con tradictoria, de los orígenes en la civilización, en que se descu bre que todos los hombres han nacido en las llanuras lujurio.
sas y templadas de la Atlanti da. Platón, cita Solon (un au tor serio y una referencia más seria todavia. lo dice todo: la tierra fertil, los árboles gigan.
tescos, las manadas de elefan tes, los palacios de diez reyes y de sus reinss, los monumen tos de orichalcim (un metal per dido. los baños cálidos y trios, los puertos llenos de tirremes.
La población se compania de dos Tazas: una, bola y morena: la otra blanca yttrande, tan grade que la fama de Jos Blgantes flota alrededor de la hipotética EL DESAFIO DEL MEDIO Atlantida. La ciyilización crea AMBIENTE LA REPLICA a por ellos y era vieta cuan.
DEL HOMBRE dola de Egipto comenzaba a dilatarse. Los atlantes Inventaron El gran problema consiste en el putin del tela: domestica saber por que nacen las civil ron los animales: conocieron el zaciones La respuesta tradicio nal es la que aparecen cuando trabajo de los metales, la cirulas condiciones del medio son in Ela, la brujula, el alfabeto, la vorables al horobre. Pero Toyn pólvora, el mito del colar, la in.
bee consigue esta respuesta. Es mortalidad del alma. Si todos precisamente cuando el hombre los pueblas han creído en el Jar se encuentra en un medio hos din de las Hespérides, en los til cuando debe defenderse y Campos Eliseos y en todas las replicar, cuando se civiliza Tormas de paraisos terrestres, creando las instituciones que es porque conservan el recuerdo necesita para su lucha por la confuso de la Atlantida, pero la vida. Egipto, por ejemplo. Ims catastrofe ha dejado tambien gineros que el hombre se es en la memoria de los hombres tablece en el valle del Nilo y recuerdos que explican las le que hace grandes progresos cul yendas terorificas, pues el turales, porque la tierra es fértil tantico, scesor del contineny que la inundación anual te te sumergido, fue bordeado duproporciona una resta de vida.
Nada mis falso! Egipto, hace Tante largo Liempo. No era real algunos milenas, era una sabs mente la vastedad marina log!
na sobre la que vivian sin dema sobrecogia y tuve aislada a Amé siado esfuerzo los cazadores pri Tica durante siglos; era más mitivos. La segtiedad del climg bien el recuerdo de un cataclis transformaba la saban en de mo na udito.
serto.
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