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10. Diario de Costa Rica Jueves, 29 diciembre, 1962 La Tertalia Por: JULIO CESAR BOR.
GES DUARTECorresponsal en Costa Rica de los diarios The Star He rald y La Estrella de Panamá.
REGALO DE NAVIDAD Un crudo cierzo envolvía la ciudad aquella tarde de Noche Buena; las calles, a pesar del frio, estaban llenas de transeúntes, que, en fundados en abrigos, guan tes y bufandas, caminaban TONTTUXY XX XRA ULTRAZVUKOM apresuradamente como pa.
ra dar calor a sus miem.
trecha puerta apareció la fi lentos, metidas las manos chaval y hacía de mozo en Alejandro Zulueta bros, en tanto cumplían sus gura de un hombre, el due. en las bolsas del abrigo, se la mansión de la familia. nario de abolengo. dual gestiones, adquiriendo las ño de las Galerias. Era un fue alejando pausadamen. Buenas noches, don de multitud de fincas mil pequeñas minucias que hombre de unos cincuenta te, cambiando alguno que lejandro.
se han hecho tradicionales banas y un par de ingenios en cada hogar, en la mesa años, elegantemente vesti. otro saludo con conocidos. Hola, mi viejito, Cómo azucareros, lucía ali do, y cubierto por un somde la imprescindible cena.
Atravesó la Avenida Cen estás. había cariño en la una figura de retablo brero de fieltro gris, que de tral, y se metió por el de voz del hombre, que se des. elegancia de su traje ne En una pequeña y estre.
jaba asomarse, bajo sus a.
cha calle, cercana a la Ave dalo de calles que la ro pojó de sombrero, abrigo y gro, que hacía más imnera las estrechas, una espesa dean, hasta salir al Barrio nida Central que sirve de guantes entregándoselos al ble el blancor de su cami mata de cabellos que los a Escalante. Fue una lar criado, que desapareció con pulmón a la ciudad, se abi.
sa y daba más vida al ños, las experiencias o los ga caminata que hizo el garraban elegantes comerellos por la escalera de már. verde de su estrecha contra dolores habían hecho gri.
cios de modas femeninas, hombre insensiblemente. mol que se comenzaba a ta, le daban la apariencia ses.
metido en la marejada de suspender a un costado del exacta del hombre de mun.
alguno que otro edificio al.
to de oficinas y un par de El relente de la tarde que sus propios pensamientos, vestibulo.
do que era. Allá, en su.
se alejaba le hizo estreme. con la vista siempre al fren erminó de revisar los ventud, se había atreta bares. En la planta baja de cerse, y subiéndose el cue. te y suspendida de sus la paquetes y con ellos entre por las bellas artes y esto uno de esos edificios, llama ba la atención un artistico llo del abrigo, se encaminó bios una gastada pipa de las manos se acercó al gran dió con gran fervor para el letrero. letras albas sobre rápidamente al bar fronte. palo de rosa que humeaba nacimiento que lucía su ver cerse pintor. Sin embaren negro masonite. que a.
ro, en el que penetró con. intermitentemente.
dor y la maravillosa cerá. jamás logró más que ob as cababa de iluminarse, pues fiadamente.
En una de esas quietas mica de sus figuras aun la mediocres. La Providencia Don Alejandro Zulueta calles del Barrio Escalan.
la tarde se oscurecia, anun del arbolito.
no le quiso conceder la gra.
era siempre bien recibido te, sombreada ella por altos ciando que allí se encontra Con exquisito cuidado de. cia de plasmar en los lien.
ban las GALERIAS PRO.
en La Soda Palace. don. árboles y llena toda de la positó uno a uno los pa. Zos, todo el cúmulo de sue.
METEO. exclusivo estable de penetraba tres o cua juguetona algarabia de los quetes frente a aquella mi ños que se agitaban tras su tro veces al día, a sorber cimiento donde se abigarra.
chiquillos, que vestiditos de nuatura de la cueva de Bem frente blanquísima; se dio ban maravillosas escultu.
una copa de cognac, con limpio, se regocijaban en lén que había visto nacer cuenta de que nunca se.
versar con uno o varios ami espera de las golosinas y del al Divino Redentor. Des ría un pintor. Pero con to ras, cuadros nacionales de gos, o de las fiestas que se arrullo. tenia su casa Zupués, de pie en medio de la dos aquellos desvelos se ha.
la inspiración de artistas de avecinaban. Aquella tarde, lueta: una mansión seno. estancia, miró detenidamen percepción sensible, y algu.
bía hecho un crítico exper.
como de costumbre. le reci.
no que otro de los adefesios rial, de principios de sigio, te a su alrededor; como si to. Era un erudito en cosas bió el dueño con una ama.
que llaman pomposamente, la misma en que habia na se le escaparan los pensa de arte. se hizo coleccio.
expresión subrealista del ar ble sonrisa: cido cincuenta y dos años mientos, su voz surgió he nista. Su casa, esta casona te. Buenas tardes, pintor. atrás.
cha murmullo.
olorosa a tiempo y entre cu Poco después de las seis Muy buenas taberne. Abrió la gran puerta de Nochebuena. Otro a. yas paredes parecia rebe.
de la tarde, salían del es.
ro. los labios sonrieron roble tallado, que lucia ca no más. siempre aqui: tar el ritmo de algun mi.
tablecimiento aquel, dos en tanto que el hombre se bezas de tigres y leones, cosiempre en esta casa que nue. fue pronto cuna de guapas mujeres, empleadas llevaba a los labios un cog mo si el ebanista hubiera resume toda mi vida. obras maravillosas que el del mismo; una, trigueña anac doble.
pretendido ahuyentar, con Apareció el criado, y se iba adquiriendo lentamen.
como vestal berberisca. Hace früto, eh, don esas fauces selváticas, a los os le paró enfrente, como es. te, con estudioso cuidado.
malos habitantes y a los peo nerandin aleina orien blanquísima la otra. las lejandro.
Más tarde, cuando ya no dos guapas y elegantes ves. Buen frio, sí, frío de res pensamientos. Cómo anda la cena, había lugar para una obra Tras la puerta se exten.
tidas, se alejaron del brazo Nochebuena.
viejito?
más sin que lo que era ar.
arrastrando tras sus sua. Terminó de beber, y se le dia un gran vestibulo, de En esto estaba cuando tistico se trocara en abiga.
baldosas blancas y negras; ves abrigos más de una miiba la mano en busca de la usted llegó.
rramiento, fundó aquelas Tada admirativa y alguno cartera cuando el otro le un inmenso tablero de aje.
GALERIAS PROMETEO en que otro pensamiento incen interrumpió con un gesto: drez, al final del cual lucia Bien, vuélvete a la co. las que, más que el comer. Hoy no mi amigo ya su construcción sólida, un diario.
cina y vigila que esté a pun cio en sí, se ejercia una suer Se bajaron las cortinas por la casa y que tenga us. espléndido juego de come. to.
te de sencillo mesianismo cubriendo el amplio cristal ted muy feliz Navidad.
dor Luis XV. Vendrán invitados?
artistico. No buscaba, des.
que mostraba a los tran. Gracias, Marcos. la Sin una mirada para el No.
de luego, el lucro, Alejan.
seúntes la maravilosa poli. voz del hombre sonaba le. árbol de Navidad que levan Se alejó el eriado, y el dro que ya tenia rentas que cromia de las mercaderias jana si. Muy feliz Na taba sus ramas al cielo ra hombre se acercó a la gran se contaban en siete cifras, que en el local se reunian y, vidad para usted también. so, el hombre fue directa. mesa del comedor; una me sino dar salida a la pasión minutos después, por la es. Salió del bar y con pasos mente a una pequeña mesi. sa oval primorosamente tra de su vida: la belleza, en ta, en que se apilaban di. bajada, que, a pesar de los arcano de la creación hu.
versos paquetes envueltos años, presentaba un extra. mana.
en policromado papel navi. ordinario aspecto de cosa Habia un no sé qué deño, y las fue revisando aún nueva. Alejandro posó jestuoso en ver a aquel hom una a una, y escribiendo pe sus dedos sobre la cubierta bre ir poniendo el lujas queñas frases, o nombre tal reluciente, y clavó sus ojos mantel de brocado con vez, en las envolturas en el jarrón de porcelana morosos bordados, sobre En eso estaba, cuando de que, allá en el medio, relu mesa, e ir colocando la puerta que se veia al 11. eia con unas rosas blancas pués en el centronal de la gran estancia, sur maravillosas de hermosura, rrón de las rosas blanca gió la figura de un vejete, Después pasándose una ma De un mueble auxiliar su enfundado en un traje de no por la frente, como si una artistica caja de cor chaque. y luciendo, bajo quisiera espantar sus ideas, no que, al ser abierta su cabeza calva, el plastrón se acercó, tomó el jarrón y tró un rojo fondo de terce negro de una corbata que lo deposito, casi amorosa pelo: de ella fue extras uso había hecho lustrosamente, en otro mueble. los cubiertos de plata Era el mayordomo, y unico El hombre comenzó un za, con e monograma sirviente de Zulueta, trajinar lento, pausadamen la familia. Las cubierta quien habia visto nacer, te hecho, como con deseos ron puestos en seis cuando era mismo un de alargario lo más posible. PASA LA PAG Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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