Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
20. Diario de Costa Rica Jueves, 20 diciembre, 1962 La Tertulia 10. en tan miserable ca 72 iba a marcharse, cuan. El hombre ya se retirada mastro yacía Cosette. El do su mirada tropezó con la cuando descubrió a un la hombre se aproximó a mi. chimenea, una de esas chi. do, en la parte más negra raria. Cosette dormía a piermeneas de posada en las del hogar, entre el viejo ho na suelta, con el vestido que, cuando hay fuego, llin, otro objeto: era un sual puesto. Para sentir menos penas es lumorita, y hasta co, un horrible sueco de el frío, no se desvestia du frio produce el mirarlas. En madera sin pulir, rajadaPor Victor Hugo velas y apagó la otra; em. rante el invierno.
ésta no había suquiera ce lleno de cenizas y fango se.
pujó la mampara y ra salió salió Abrazaba con fuerza, ca. nizas; pero lo que atrajo ma co. Era el sueco de Cosette (De Los Miserables. mirando alrededor como si si convulsivamente, a su yormente su atención, fue. Con esa obstinada y con alon temiera Cruzó el rasi muñeca, cuyos abiertos y ron dos escarpines del nic movedora confianza de los El posadero se retiró a sullo hasta llegar a la escale. fijos ojos brillaban en la no, coquetos por la forma niños que pueden ser enos alcoba. Su mujer hallábasera, escuchando allí un sua obscuridad. De cuando en desiguales por el tamaño. nados una y otra vez sin semejante a la cuando la chica suspiraba Recordó entonces la delica. descorazonarlos nunca, y al escuchar los pasos de respiración de un niño. De largamente como si fuese a da e inmemorial costumbre también Cosette hahia are su marido, se volteo perezo fóse conducir por aquel te despertar. Uno de sus de todos los pequeños quemado su sueco a la chime.
samente y le dijo: nue ruido, y fue a dar en u. Suecos, solo uno, se hallaba en la Navidad depositan su hea.
Mañana echaré a Co. na especie de hueco prac. al lado de la criatura calzado sobre las chime. Cosa sublime y dulce es.
sette a la calle Thérnardier ticado bajo la escalera o, Cerca del lecho una puerneas, para aguardar en la ta esperanza de una niña respondió friamente. Tú mejor dicho, en la escalerata con cristales daba acceso penumbra algún deslum que sólo había conocido la te marcharás tras ella. misma. Aquella oquedad no a un salón espacioso. En él brante regalo de su buena desesperación!
No hablaron más. Instan era otra cosa que el reverso entró el forastero. Al fondo hada. Eponina y Azelma Pero en ese sueco no ha.
tes después apagaban la ve. de los escalones. Allí, entre veíanse dos camitas geme. había tenido buen cuidado bía nada. El extranjero. re.
sucios harapos e inservibles las, muy blancas: Eran las de no olvidarla, y pusieron primiendo las lágrimas, se Por su parte el viajero ha tiestos, entre el polvo y las de Azelma y Eponina. De desde temprano sus zapati inclinó suavemente, buscó bía dejado en un rincón de telarañas, se percibía un letras advertiase una cuna de tos sobre la chimenea, algo en su chaleco y deno.
su aposento el bastón y la cho si lecho puede llamar mimbre, sin cortinillas, en la faz del viajero aso sitó en aquel sueco deforme maleta. Al retirarse el po se un vil jergón, de tal ma la cual dormía plácidamen mó una sonrisa de ternura. una moneda de reluciente sadero, sentose el huésped nera agujereado, que deja. te el niñito que había esta. El hada, es decir, la ma. oro. Un luis de orol.
en una silla, permanecien ba ver la paja; y una col do gritando toda la tarde. má de los pequeños, habia En seguida, a paso de lo.
do pensativo por algún cha tan raida, que permitía Pensó el intruso que esta hecho ya su visita, y en ca bo, como si hubiese consu.
tiempo. Después se quitó el ver el jergón. Ni una sába. alcoba comunicaba con la da chancleta relucía una mado un fechoría, volvió a calzado; tomó una de las na. Todo estaba en el sue de los esposos Thénardier. moneda de plata nuevecita. su recámara.
la, EL ANGEL. IIHay quien piensa: el dominio de la Religión es el fuero interno. Aquí, las apariencias no yalen. Aquí es, cualquier materialización, vana cáscara. La publicidad, vanidad de vanidades. Y, por consiguiente, cualquier propoganda, impía. No ha estado lejos el subjetivismo a lo moderno de llegar a esta posición.
El filósofo Berkeley descubrió este fantasma que se llama vida interior. La Reforma habia ya dado, en este camino, un fatal ayance.
Pero nos otros sabemos que no se liga tan sólo, en la Religión, nuestra alma, sino nuestro cuerpo.
Nuestros sentidos, nuestros movimientos, nuestras palabras, nuestras obras, nuestro grupo familiar y corporativo. No me basta ser cristiano: es necesario que mi casa lo sea. Ni siquiera el ser cristiano: debo llegar a lo católico; es decir, social: y, en lo social, u.
niversal.
No sólo regido por un sentimiento, sino miem.
bro de una Iglesia. Miembro, cuerpo de un cuerpo.
Si no fuera cristiano corporal y social, NO SERIA.
Decia Tertuliano: NIHIL EST INCORPOREUM NI.
SI QUOD NON EST. No creemos en la espiritualidad aséptica. Ni tampoco, en espiritualidad solitaria. Sociales somos, e interlocutores. Susceptibles de recibir, no ya únicamente una inspiración, sino wa propaganda. Por esto, no podemos acoger el mensaje que, poco más alto que los árboles como en los belenes ingenuos habla a los hombres. Esto, los humildes. En los más sabios, en quienes pueden llamarse Reyes o Magos ya, si no habla una criatura alada, habla una criatura resplandeciente, desde más alto aún. Habla una estrella. En cualquier caso, una voz privada, una confidencia.
RELIGIO EST LIBERTAS. Mi fe es mi libertad.
Pero también RELIGIO EST VINCULUS. Puesto que también soy CUERPO mi fe es la corporativa. mi vera, un ángel, el Angel Custodio. Sobre los ci.
preses, un ángel, el Angel de Roma. Es él quien me anuncia la gloria de Dios y la paz con mis herma.
nos. Si de él no viniesen, no podrían ser verdad ni una cosa ni otra.
un lirio, ni si pugnan con nosotros. y la pugna, esto sí, va a ser siempre, de una u otra manera, necesa.
ria nos dislocarán la cadera, como se la disloca.
ron a Jacob. Tampoco, en desquite, resultará para ellos posible la tentación para ellos ni, por su via, para los hombres. de erigirse en divinidades, en causas primeras: la pretensión vitanda, la originalidad. Los demonios no podrán ya ser genios; los se nios no podrán ya ser adorados, sino adorantes. a soberania, a partir de este momento, está ya ligada a la jerarquía. la jerarquía, al servicio.
Entre cielo y tierra, queda el mensaje angélico tendido como un arco iris, como una alianza. El reino de Dios queda fundado sobre las ruinas, dice Mateo, del reino de los demonios. Es un cosmos en que ha entrado el libre albedrío, en que el hombre quedará emancipado, según luego San Pablo dira. del temor y de la servidumbre ante el espíritu de los elementos. ante las fuerzas oscuras. Ahora, a Pan ya no le queda otra posibilidad que morir. Los ángeles encuentran su defintiva posición, abierta, por un lado, a la fuerza divina, que los santifica por adoración; dando, por el otro, acceso a los hombres, que, por la santificación, pueden hacerse también intercesores.
Santa era ya la misión de confidencia, en aquéNos, cual la ejercitaron con Agar, con Jacob que se aparto de su pueblo para entrar en cuerpo a crer po con su antagonista; Jesús, en el Huerto de los Oli vos, recibirá también a solas, entre los discípulos, al Angel del Cáliz con María, la Electa. Ahora será santa, además, su función propagandista, la que tu.
vo el Angel de la Natividad al aparecerse a los pas.
tores La doble santidad del arquetipo angélico impone asi normas de ejemplaridad, cuando las ejercitan los hombres, tanto a cualquier actividad de confi.
dencia como a cualquier actividad de propaganda. El cinismo vamos ahora a hablar mundana.
mente es la profanación de la confidencia. El reclamo es la profanación de la propaganda. Debemos repugnas igualmente a la frivolidad boba de la prie mera, que llamamos chisme. y a la frivolidad boba de la segunda, tan frecuente en la feria de vani.
dades. Ni es el Angel de la Anunciación, por ceresno que se coloque, el patrón del comadreo, ni es el Angel de la Anunciación, el patrón de la gacetilla.
No desnudemos nuestra alma ante nadie, sino cuando haya recibido una carga del Espíritu.
congreguemos con nuestra voz a los públicos, sino para algo que no esté demasiado lejos de la Buena Nueva. Tenga cualquier correo un resplandor, si quiera, de Ave Maria. Sirva cualquier pregón, por lo menos en la medida de unas pobres fuerzas de ra glorificar a Dios en las alturas y para apaciguar, sobre la tierra, a los hombres de buena voluntad. IIIY contenido en el mensaje que se me ofrece, Ino me aleccionará en remache de lo que ya me dice!
In angélica actitud? En la Natividad viene al mundo Jesús. Pero ocurre tambien que este mundo vava a ser nuevo. No va a ser ya confuso, como aquel que dabe fondo a las historias del Antiguo Testamento!
Los ángeles no andarán, a partir de ahí, sobre bal.
dosas, por mucho que las ennoblezca un bucaro con Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica
Este documento no posee notas.