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Las memorias de Charles De Gaulle El llamamiento (1940 1942. Capitulo XXIV legrafiaba que los cruceros Georges Tin, empezaban ya a agitarse ve ULPA Leygues y Montcalm, salidos de la ra parte, la niebla tendía a desvanacerse, da de Dakar, se encontraban en me lo quebrindaba nuevas oportunidades dio de la bruma a una milla de nos. al bombardeo. Sin que, esta vez, se otros y que los navios ingleses, ocupa me consultara, reemprendiose el com dos en otra parte, no podían cubrirnos. bate al amanecer con andanadas de La operación, indiscutiblemente, que, artillería entre la plaza y los ingle.
daba frustrada. No sólo era imposible ses. Pero, a media tarde, el acorazado el desembarco, sino que bastarían u Resolution, torpedeado por un subma.
nos cuantos cañonazos de los cruceros rino y a punto de irse a pique, debía de Vichy para echar a pique toda la ser remolcado. Otros varios buques in expedición de la Francia Libre. Decidi sleses estaban seriamente tocados.
volver a alta mar, y así lo llevé a efec Cuatro aviones del Ark Royal habian to sin nuevos incidentes.
sido derribados. Del otro lado, el Ri.
chelieu y diversos buques se encon traban muy resentidos El contratorpe dero Audaceiux y los submarinos Per DASAMOS la noche a la expectati.
sée y Ajax, habían sido hundidos; la va. Al día siguiente, la flota in tripulación de este último había pedi, glesa, que había recibido un tele.
do ser recogida por un destructor in.
grama del señor Churchill invitándola glés. Pero los fuertes de la plaza se.
a forzar activamente el asunto, diri.
guían disparando. El almirante Cun, gió un ultimatum a las autoridades de nningham decidió acabar la refriega.
Dakar. Estas respondieron que no ren No pude menos de acceder. Hicimog dirían la plaza. partir de entonces, rumbo a Freetown.
el resto de la jornada fue empleada por los británicos en cambiar a ciegas, en medio de una niebla más es. OS días que siguieron fueron muy pesa que nunca, un vivo cañoneo con crueles para mí. Experimentaba las baterías terrestres y los buques la sensación de un hombre cuya casa anclados dentro de la rada. última es brutalmente sacudida por un sis.
hora de la tarde parecia evidente que mo, y que recibe en la cabeza la llu.
no podría obtenerse ningún resultado via de tejas caídas del techo.
decisivo Desencadenáronse contra mí, en CAIA la tarde cuando el Barham Londres, una tempestad de cóleras, y, llegó junto al Westerland y el al. en Washington, un huracán de sarcas mirante Cunningham me rogó que mos. La Prensa americana y muchos fuera a verle para discutir la situa diarios ingleses dieron inmediatamen ción. bordo del acorazado inglés el te por descontado que el fracaso de la ambiente era triste y tenso. Sin du. tentativa era imputable a De. Gau le.
da deploraban el fracaso, pero el sen Era él, repetían los ecos, quien ha.
timiento dominante era la sorpresa, bía inventado aquella absurda aven Sin embargo, antes de partir hu. conducidos a bordo del Westerland.
Los británicos, gente práctica, no acer tura, enganando a los británicos con be de sufrir una acusada presión por taba a comprender cómo y por qué informes fantansiosos sobre la situa.
Cunningham, que pretendía ponerme ACTO seguido, las baterías de Dakar en Dakar, las autoridades, la Marina ción de Dakar y exigiendo. por quijotis a sus órdenes junto con mi modestas empezaron a dirigir sobre los bu. y las tropas desplegaban aquella ener mo, que la plaza fuese atacada, sien fuerzas, ofreciéndome, en compensa ques ingleses y franceses un fuego gía para batirse contra sus compatrio. do así que los refuerzos enviados por sión, su hospitalidad en el acorazado intermitente que permaneció varias ho tas y sus aliados, mientras Francia Darlan descartaban toda posibilidad almirante Barham: Naturalmente, de ras sin respuesta El Richelieu, a quien yacía bajo la bota del invasor. En cuan de éxito. De otra parte, los cruce.
cliné la demanda y la invitación. Aque los remolcadores habian variado de po to a mí había renunciado ya a asom ros de Tolón habían sido enviados a lla tarde hubo algún ruido a bordo sición en el puerto para que pudiese brarme de nada. Lo que acababa de consecuencia de las múltiples indiscre del Westerland, donde se celebraba emplear mejor sus canones, comen ocurrir me revelaba, de una vez para ciones de los franceses libres, que ha la entrevista. Por la noche, el almi, zó a disparar a su vez. Hacia las 11, siempre que los gobernantes de Vichy bían puesto sobre aviso a Vichy. rante me escribió unas líneas muy después, de resultar seriamente to.
no dejarían nunca de abusar. contra Decididamente quedaba demostrado cordiales, renunciando a sus exigen cado el crucero Cumberland, el almi. los intereses franceses, del valor y dis que no se podía tener confianza en cias, Levamos anclas el 21 de setiem rante Cunningham dirigió a la plaza ciplina de aquellos que les estaban gente incapaz de guardar un secre.
bre. Al amanecer del 23, en medio de el siguiente mensaje radiado: Yo no sometidos.
to. Luego, el señor Churchill. a su una bruma muy espesa, nos hallaba disparo contra ustedes. Por qué Yez, fue tratado sin miramiento. re.
mos frente a Dakar.
lo hacen ustedes contra mi? La Lalmirante Cunningham hizo un prochándosele el haberse dejado arras respuesta fue: Retírese a 20 miV resumen de la situación. Vista la trar tan fácilmente. Spears, con cara TA niebla iba a comprometer grave. llas! Tras de lo cual, los ingleses, a actitud de la plaza y de la escua de circunstancias, traía telegramas de mente nuestra empresa. En parti su vez, lanzaron algunas andanas. dra que la apoya, declaró, no creo que información que recibía de sus correscular, el efecto moral que, según Mientras tanto, iba pasando el tiempo el bombardeo pueda conducir a una ponsales y que daban como probable Churchill, había de producir en la po sin que se viese, por ninguna de am solución. El general Irwin, jefe de que De Gaulle, desesperado, abando.
blación y en la guarnición el aspecto bas partes, un verdadero ardor comba las unidades de desmbarco, añadió nado por sus partidarios y rechazado de nuestra flota, no se produciría en tivo. Era media mañana y todavía no que estaba presto a llevar sus tropas por los ingleses, renunciaría a toda ac absoluto, puesto que no se veía ni go. habíamos vislumbrado un solo avion a tierra para asaltar las fortificacio. tividad, mientras el Gobierno británico ta. Pero, evidentemente, era imposi. de Vichy.
nes, pero que era preciso comprender reemprendería con Catroux o Muse.
ble diferir la operación. Así pues, ini que ello representaria hacer correr un lier, a escala mucho más modesta, el ciamos la ejecución del plan previsto. DEL conjunto de estos indicios no gran riesgo a cada barco y a cada reclutamiento de auxiliares franceses. las de la mañana, me dirigí por sacaba yo la conclusión de que soldados. Uno y otro me pregunta.
radio a la Marina, a las tropas y a la plaza estuviese resuelta a una ron qué consecuencias podria tener los habitantes, anunciandoles nuestra resistencia tenaz. Quizá la Marina, la para el movimiento de la Francia NN cuanto a la propaganda de Vichy, presencia y nuestras amistosas inten guarnición o el propio gobernador es. Libre el poner término a la expedic triunfaba sin reservas. Los comu ciones. Inmediatamente después, des peraban algún acontecimiento que pución.
nicados de Dakar daban a creer pegaron del puente del Ark Royal dos diese servirle de pretexto para una que se trataba de una gran victoria pequeños Lucioles. aviones france. conciliación. Hacia mediodía, el almi. TTASTA ahora, les dije, no hemos naval. Innumerables telegramas de fe ses de turismo, sin armar, que habían rante Cunningham me telegrafió indi dirigido todavía un ataque a fon. lictación, dirigdos al gobernador ge.
de aterrizar en el aeródromo de Ua. cándome que era también su impre. do contra Dakar. La tentativa de neral Boisson y a los heroicos conha kam y desembarcar allí tres oficiales sión. Desde luego, no cabía pensar entrar amistosamente en la plaza ha tientes de Dakar, eran publicados y Gaillet, Scamaroni y Soufflet con en hacer entrar la escuadra en el puer fracasado. El bombardeo no decidirá comentados por los periódcos de las una misión de confraternidad. En rea to. Pero no sería posible desembar. nada Finalmente, el desembarco a vi. dos zonas y por las radios llamadas lidad, pronto supimos que los Lucio car a los franceses libres en un lugar Va fuerza y el asalto a las fortifica francesas. yo, mientras tanto, en les habían aterrizado sin dificultad próximo a la plaza, para que intenciones darian lugar a una batalla cam mi estrecho camarote, en el fondo de y que la señal ¡Exito! se despletaran acercarse a ella por tierra? Es pal que, por mi parte, deseo evitar y una rada agobiado de calor, acababa gaba sobre el terreno.
ta alternativa había sido, de antema. cuyo resultado ustedes mismos me in. de aprender cuales pueden ser las reac no, tomada en consideración. El pe dican que sería incierto. De momento, cicnes del miedo, tanto entre los ad.
NE pronto, el fuego de la sequeno puerto de Rufisque, fuera del pues, hemos de renunciar a tomar Da versarios que se vengan de haberlo dejó oir en diversos puntos. Los radio de acción de la mayor parte de kar. Propongo al almirante Cunning. sentido, como entre los aliados amis canones del Richelieu y de la pla.
las baterías costeras, parecía ser ade ham que anuncie que suspende el bom lanados súbitamente por un descala.
za hacian fuego contra los aparatos cuado para la operacion, a condicion cuado para la operación, a condición bardeo a petición del general De Gau bro.
franceses libres e ingleses que empe de que esta no encontrase una resis. lle. Pero el bloqueo debe continuar pa zaban volar sobre la ciudad lanzan tencia resuelta. En efecto: si bien ra impedir la libertad de acción a los do octavillas amistosas. pesar de to nuestros avisos podían atracar en Ru. navios que se encuentran en Dakar IN embargo, pronto pude darmo do, por siniestro que fuese aquel ca fisque, no le sera posible hacerlo fisque, no le sera posible hacerlo a los continuación deberemos preparar u.
cuenta de que, pese a su decep.
noneo, me pareció que tenía algo de transportes, a causa de su calado. Se na nueva tentativa avanzando hacia ción, los franceses libres permanecían vacilante. asi, ordené a las dos fa ría, pues, necesario desembarcar las la plaza por tierra, después de desem inquebrantables. De entre los eiemen lúas portadoras de los parlamentarios tropas en lanchas, lo que las privaría barcar en puntos nada o poco protegi. tos de nuestra expedición, a quienes que entrasen en el puerto, mientras de sus armas pesadas y exigiría una dos, como, por ejemplo, en San Luis.
fui a visitar en cuanto fondeamos, nuestros avisos, junto con el Wester, paz completa. No obstante, como quie. En todo caso y pase lo que pase, la ninguno quiso abandonarme. Muy al land y el Pennland se acercaban en ra que Cunningham me asegurase que Francia Libre continuará.
contrario, la actitud hostil de Vichy tre la bruma a la entrada de la rada. nos cubriría por el lado del mar, di había dado mayor resolución a todos De momento no se produjo nin rigí todas mis fuerzas hacia Rufisque. NL almirante y el general inglés ellos. así, cuando un avión de Da.
guna reacción. El capitán de fragata compartieron mi opinión en cuan. kar vino a volar sobre nuestros na. Argelieu, el jefe de batallón Gots. UACIA las de la tarde, sin que la to a lo inmediato. Al anochecer, víos anclados, fue acogido por un cho, los capitanes Becourt Fochy Pe niebla se hubiese disipado, llega abandoné el Barham a bordo de una unánime y furioso tiroteo, lo que no rrin, y el subteniente Porgés, hicie bamos a nuestro destino. El Comman lancha que danzaba sobre las olas, hubiese ocurrido una semana antes.
ron atracar sus embarcaciones y sal. dant Duboc, que llevaba a bordo una mientras el Estado Mayor y la dota.
Bien pronto, sendos telegramas calu.
taron al muelle preguntando por el sección de fusileros, entraba en el ción, formados en cubierta me rendian rosos de Larmina y Leclerc me hicie comandante del puerto. Cuando éste se puerto y enviaba a tierra una embar, honores tristemente.
ron saber que, respecto a ellos y hubo presentado, Argelieu le comu, cación con algunos marinos para la los que les rodeaban, la fidelidad rer nicó ser portador de una carta del ge maniobra de amarre. En la orilla, una Pero, en el transcurso de la no. suelta seguía, más que nunca, incólu.
neral De Gaulle para el gobernador muchedumbre de indígenas se apresta che, dos hechos iban a decidir al al me. Ningún desmayo me fue tampoco general, carta que debía entregar en ba ya a acoger a la patrulla, cuando mirante Cunningham a decidirse de señalado desde Londres, pese a la tem propia mano. Pero el interlocutor, sin las tropas de Vichy, apostadas en las lo que habíamos convenido En primer pestad de agruras que descargaba so.
disimular su turbación, declaró a los inmediaciones, abrieron fuego sobre lugar, un nuevo telegrama del señor bre los nuestros. Esta confianza da parlamentarios que tenían orden de nuestro aviso, matando e hiriendo a Churchill le invitaba expresamente a todos los que se habían unido a mi, arrestarles. como, al mismo tiem varios hombres. Pocos momentos an, proseguir la empresa El primer mi, me sirvió de gran consuelo. Signifi.
po, manifestara la intención de llamar tes, dos bombarderos Glenn Martin nistro se mostraba sorprendido e irri caba que los cimientos de la Francia la guardia. log enviadog saltaron do habían volado a poca altura sobre tado de que el asunto pudiese resul Libre eran sólidos. Adelante, pues nuevo las falúas. Mientras estas se nuestras reducidas fuerzas, como pa tar fallido, tanto más cuanto que los ¡Había que proseguir! Spears un tan alejaban, resultaron alcanzadas por ra hacerles ver que las tenían a su medios políticos de Londres y, sobre to más sereno, me citaba a Victor Hu disparos de ametralladora. Argelieu merced, como en efecto ocurría. Por todo, los de Washington, impresiona go: Al día siguiente, Aymeri tomo y Perrin, seriamente heridos, fueron Estcultimen esetopelminantotecnninghaubregterizano desisipokina dadi dadines SainMeischscubra Beventud, code resudad.

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