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Las memorias. de Charles De Gaulle El llamamiento (1940 1942) Capítulo XXXII turalmente con el señor Churchill con guiendo la pendiente de su escuela quien sostenía continuas relaciones política, para la cual bastaba que públicas y privadas. Pero, en aquella Francia afirmase sus puntos de vista época, ya fuera por razón de los asun para que no tuviese razón; y, todos tos oficiales, ya con motivo de reunio, en general, desaprobando a De Gaunes amistosas, veia también mucho a lle, cuya firmeza, que calificaban de los señores Eden, Sir John Anderson, dictatorial, les parecía sospechosa en Amery, Sir Edward Grigg, Alexan comparación con el espíritu de aban.
der, Sir Archibald Sinclair, Lord dono que pretendía confundir con el Lloyd, Lord Cranborne, Lord Han, de la República, key, Sir Stafford Cripps, y a los seño res Attlee, Duff Cooper, Dalton, Be: ven, Butler Bracken. Entre los pri.
CUANDO estas múltiples influencias meros altos funcionarios civiles y miU habian ya intervenido a fondo, litares, los que más a menudo veía se producia súbitamente el silencio.
eran Sir Robert Vansittart, Sir Ale. Los británicos creaban en torno nues xander Cadogan señor Strang señor tro una especie de vacio. No mas con.
Morton, los generales Sir John Dille versaciones, ni correspondencia; no Ismay, el almirante Sir Dudley Pound más visitas, ni almuerzos. Las cues.
y el mariscal del Aire Portal. Pero tiones quedaban pendientes. Los te.
ya se tratase de gobernante, altos je.
léfonos dejaban, de sonar. Aquellos fes o funcionarios, o bien de perso ingleses con quienes, por azar, nos nalidades del Parlamento, de la Pren.
encontrábamos, se mostraban som.
sa, de la economia, etc. todos demos.
brios e impenetrables. Permanecíamos traban, en cuanto a los intereses bril ignorados, como si la página de la tánicos, una lealtad y una seguridad alianza, e incluso la de la vida, hubie que impresionaban e imponían respe. sen quedado en adelante vueltas para to.
nosotros. En el corazón de aquella In glaterra ensimismada y resuelta, un frío glacial nos envolvia.
No es, ciertamente, que esos hom. bres careciesen de espiritu eriti TINTONCES venía el ataque decisico, ni siquiera de fantasia. Cuántas vo. Inopinadamente, se convocaba veces pude, incluso, saborear el hu.
una solemne reunión francobritánica, mor con que pese a su exceso de tra en la que esan puestos en juego todos bajo, juzgaban a los hombres y a los los medios, se aducían todos los ar.
acontecimientos en medio del drama gumentos, Se formulaban todos los re.
que nos zarandeaba como el mar za.
proches y se entonaban todas las me Tandea los guijarros! Pero había en lodias. Aunque, entre los ingleses res cada uno de ellos una devoción al ponsables, el arte dramático tenía sus servicio público y, entre todos, una categorias, cada uno de ellos repre.
comunidad de intenciones, daba la im sentaba su papel como un verdadero presión, entre el personal dirigente, artista. Durante horas y horas se su.
CIGUE con interés sus esfuerzos, pe po, y su representante en Bankok se de estar unido por una cohesión que cedían las escenas patéticas y alarro la adhesión a la Francia Li. mostraba, por encima de todo, deseo más de una vez mo causó admiración mantes. La reunión se disolvia en bre es aqui difícil, dado el temor a so de mantener relaciones amistosas y envidia.
medio de intimaciones, a menos que inmediatas represalias. Por razones po con Siam, cualquier que fuese la sue DERO también hube de sufrir sus hubiésemos cedido.
liticas, económicas y geográficas, no te de los territorios del Mekong. En presiones. Porque, hacer frente a nos es posbile, en las actuales circuns cuanto a los americanos, que no es TRANSCURRIDO un cierto tiempo, tancias, prestarle nuestro apoyo de taban preparados, ni material ni mo.
la máquina británica cuando se po.
venía el epílogo. De distintos sec.
una manera franca y activa sin com ralmente, para afrontar el conflicto, nía en movimiento para imponer una tores británicos nos llegaban señales prometer los intereses de la colonia no pensaban intervenir.
cosa, no era empresa fácil. menos de apaciguamiento. Acudían una serie y de la población. Semejante adhesión de haber hecho personalmente ela.
TN tales condiciones, lo único que de intermediarios a manifestar que, podrá quizás efectuarse cuando la si.
prendizaje, no es posible imaginar maginar sin duda, había habido alguna con.
tuación en Europa permita cooperar podiamos hacer, e hicimos, era, la concentración de esfuerzos, la va fusión. Relevantes personalidades pre con amplitud con la Gran Bretaña. en primer lugar, notificar a todo el riedad de procedimiento y la insisten guntaban por mí. En los periódicos as Desde Duala, el de octubre, había mundo que la Francia Libre tendría cia, alternativamente cortés, apremian parecía alguno que otro suelto bené.
respondido a Cazaux: Le agradezco por nulo y sin efecto todo abandono te o amenazadora, que los ingleses volo. continuación, llegaba un pro.
los sentimientos de lealtad que expre que el Gobierno de Vichy consintiera eran capaces de desplegar para lo. yecto inglés de arreglo, concerniente en la Indochina. Era, también, sin rar su objetivo, sa su mensaje. Comprendemos per a la cuestión debatida, que guardaba que nuestros amigos aceptasen la po fectamente las dificultades que en.
gran semejanza con el que nosotros lítica y la doctrina de Vichy, no en.
cuentra usted y, actualmente a las DARA empezar, una serie de alusio les habíamos propuesto. Como las con torpecer con movimientos interiores fuerzas francesas libres les es imposi.
nes prodigadas acá y acualla, pe. diciones se habían vuelto aceptables, la resistencia que las autoridades lo.
ble prestarle una ayuda eficaz. En ro impresionantes por su concordan, el asunto quedaba concluido rápida.
cales quisieran eventualmente oponer espera de que un día puedan hacer cia, venían a ponernos sobre aviso y mente, al menos en apariencia. En el a los japoneses y a los siameses. Era, lo, estamos seguros de que actuará us.
además, concertar nuestra acción en a ejercer sobre nosotros una metódi curso de una reunión amistosa, se po ted siempre en favor de los intereses ca preparación. De pronto, en el cur, nía punto final a la cuestión, no sin el Pacífico con la de las otras poten franceses en el Extremo Oriente y cias amenazadas e intentar obtener so de una entrevista debidamente pre que antes nuestros interlocutores in de que colaborará activamente con tentasen, a todo evento y aprovechan nosotros cuando llegue el momento de aunque en vanoparada la persona adecuada plantea.
en beneficio de Indochina, una mediación conjunta de ba la petición o exigencia británicas. do la euforia de la nueva armonía, ob asegurar la victoria. Pedia yo ade.
Inglaterra, los Estados Unidos y Ho.
Si no cedíamos a lo propuesto y tener por sorpresa alguna ventaja.
más que se nos hiciese conocer, desde landa. Era, finalmente, organizar la debo reconocer que ocurría frecuen. Después, las relaciones se reanudaban aquel momento cuáles serían las ne defensa de Nueva Caledonia y de Ta.
temente empezaba la prueba de la como si nada hubiera ocurrido, aun.
cesidades más urgentes que habría presión en torno nuestro todo el que el fondo de las cosas quedaba, hití, en unión de Australia y Nueva que satisfacer cuando las circunstan.
mundo concurría a ella, en todas for como siempre, indeterminado. Porque, Zelandia.
cias volviesen a ser favorables a la mas y en todos los niveles. Había las para la Gran Bretaña, no había jamás acción. En cuanto a mí, que enton. este último propósito, me entre.
conversaciones, oficiales u oficiosas, causa conclusa.
ces gobernaba una pequenisima bar!
en las que las más diversas personas visté, en el mes de marzo, a su ca en el océano de la guerra, Indo paso por Londres, con el Primer Mi invocaban, según los casos, la amis.
principios de marzo de 1941, no china me parecía un gran navío des.
nistro australiano, Mr. Menzies, y tad, el interés o el temor. ellas se amparado al que no podía socorrer me cabía duda de que la guerra sumaba la acción de la Prensa, que, convine lo esencial con aquel hombre estaba a punto de provocar para antes de haber reunido ampliamente si bien mostraba una hábil reserva tan sensato. Después de lo cual, el go.
nosotros, en Oriente y en Africa, gran los medios de salvamento necesarios.
bernador Sautot negoció y concluyó, en cuanto al asunto litigioso en sí, Viéndole alejarse en medio de la bru.
des pruebas frente al enemigo, la opo creaba, en lo que a nosotros concer.
en mi nombre, un acuerdo preciso con sición obstinada de Vichyy serias ma, me Juraba a mí mismo traerle nía, una atmósfera de censura y de las australianos, después de tomar to disensiones con nuestros aliados. Co.
algún día a puerto.
tristeza. Contribuía también la actidas las precauciones para que la so mo quiera que las decisiones nec sa beranía francesa no sufriese ningún tud de las personas con quienes man rias había de tomarlas sobre el te.
principios de 1941, los japoneses menoscabo.
teníamos relaciones personales y que, que rreno, me dispuse a ir alli.
con una unanimidad instintiva, se es.
impu. saoan a Siam a apoderarse forzaban en convencernos. Y, por to.
de las dos riberas del Mekong e in DRONTO supimos que los thailande das partes, en masa ya la vez, se ANTES de partir, mientras me ha cluso de Camboya y Laos. Al mismo ses atacaban en el Mekong y que, multiplicaban las amonestaciones, las llaba pasando el fin de semana tie. npo, acentuaban sus propias exi, después de haber sufrido serios des quejas, las promesas y las cóleras. en Chequers, en casa del Primer Mi gencias, ruciamando para si, primero, calabros tanto en tierra como en el nistro, este me comunicó dos noti!
una especie de dominio económico so. mar, obtendrían, a pesar de todo, los NUESTROS colegas británicos se cias, al propio tiempo que se despe.
bre Indochina, y luego la ocupación territorios codiciados, gracias a una veían favorecidos por la propen día de mí. El de marzo, al ama militar de los puntos esenciales. Yu brutal presión japonesa ejercida en sión natural de los franceses a ceder necer, el señor Churchill vino a des.
estaba informado del desarrollo de Saigón y en Vichy y titulada media!
ante los extranjeros y a dividirse en. pertarme para decirme, literamente, este grave asunto, no sólo por los inción. Más tarde sería el propio Ja.
tre sí. Para aquellos de los nuestros bailando de jubilo, que el Congreso gle. los ho andeses de Londres, pón quien impondría su control en In que, de cerca o de lejos, habían te. americano había aprobado la Ley sino también por los representantes dochina. No hubo oposición, ni siquie nido que ocuparse en su carrera de de Préstamos y Arriendos. que des.
de que la Francia Libre disponía en ra protesta alguna, por parte de nin los asuntos exteriores, la concesión de hacía varias semanas discutía. La las principales encrucijadas del mun guna otra potencia interesada en el era, las más de las veces, un hábido, noticia, desde luego, era para llenar do: Shompre, y más tarde Baron y Pacífico. pratir de entonces, era si no un principio. Para muchos, nos de gozo, no sólo por el hecho de Langlade, en Singapur; Garreau, Dom evidente que la entrada de los nipones balse en Washington; Egal en Shan fuerza de haber vivido bajo un régi que, en lo sucesivo, los beligerantes en la guerra mundial seria tan sólo men carente de consistencia, se daba podrían recibir de los Estados Unighai; Vignes en Tokio; Brenecen una cuestión de fecha.
por descontado que Francia no decía dos el material necesario para com.
Sydney: André Guibaut, y luego Bé jamás No. batir sino también porque América, al champ, en Chung kin, y Victor en medida que se iban patentizando convertirse, según frase de Roosevelt, Nueva Delhi. Me pareció que las di. las razones de una acción común, en arsenal de las democracias daba versas políticas eran, en aquellas cir multiplicábanse las relaciones entre así, cuando yo tenía que hacer fren un gigantesco paso hacia la guerra.
cunstancias, tan complejas como di franceses y británicos. Además, con te a las exigencias británicas, vela Luego queriendo sin duda aprovechar ficiles de compaginar, pero que en el tiempo, nos habíamos ido conocien manifestarse hasta cerca, en torno mi buen humor, el señor Churchill todo caso nadie daría un paso para do. Considero un deber decir que, si mio, el asombro, el malestar y la in me formuló su segunda comunicación: Byudar a la Indochina francesa a re bien tenia en gran a precio a los in uietud. Oia rumorear en los pasillos Ya sé me dijo que tiene usted sistir a los nipones. La Francia Libre gleses dirigían su país, creo que tam y leía en los ojos esta pregunta. alguna queja de Spears, en su calidad no tenía, evidentemente, medios para bién ellos me lo profesaban personal dónde quiere ir a parar. Como si de jefe de nuestro enlace con uste.
ello. Vichy, que si los tenía, pero que mente. En primer término, el rey fuera inconcebible que no se termina. des. pesar de ello, le pido encareci.
estaba entregada a los alemanes, veía ejemplar y siempre bien informadora por aceptar lo propuesto. En cuandamente que lo conserve por ahora y rehusada por éstos la posibilidad de en todo, así como la reina y todos los to a los franceses emigrados que no lo lleve con usted a Oriente. Si así utilizarlos. Los ingleses, aunque premiembros de la familia real, se esfor se nos habían unido, tomaban partido lo hace, me hará un favor personal.
veian que la tormenta alcanzaría un zaban en hallar ocasión para demos. contra nosotros de un modo casi au. No pude negárselo y, sin más, nos se.
dia Singapur, sólo querían ganar tiem trármelo. Entre los ministrso, era na tomático; la mayor parte de ellos si paramos.
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