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El Convento de las Jerónimas, México, donde está sepultada Sor Juana Inés ARTE LITERATURA Suplemento Cultural del DIARIO DE COSTA RICA corred, volad, María por VII. Unos restos sólo via le ha que, reer la las cos de Sor Juana Inés de Inés de la Cruz funciona poemas tienen un feminis la Cruz: ba como uno de los baños mo que, tres siglos después, del salón de baile. Más su sigue actual como dignifi Al monte, al monte, a la cia que todas las demás, cación de la mujer en la cumbre minúscula, nada conserva sociedad. Sus versos son ude su ocupante del siglo na afirmación de la igualque se nos va María por del Smyrna Club. En la dad entre los hombres y los aires. XVII. Unos restos de loza las mujeres. Hoy, todavía, La iglesia está limpia y sanitaria marcan sólo la las diferentes mujeres que presencia del salón de baise reunieron, en México, al las rejas que la separan del le y de la inesperada acti rededor de la Casa de la convento aumentan toda vidad que, a comienzos del Cultura de America Sor vía más el contraste, vuelsiglo XX, reemplazó la si Juana Inés de la Cruz. lu ven más grande ej abandolenciosa meditación intelec chan con los hombres pano del antiguo refugio de tual de la celda de la poe ra convencerlos sobre la ne las monjas jerónimas.
tisa barroca.
cesidad de recuperar el con UN SALON DE BAILE Este año, al cumplirse.
vento, para que cuando la celda sepulte al baño, otra 1320 años de su muerte, el Los estrechos pasillos con edificio abandonado y ossea la lucha: no la de los gatos contra las ratas.
ITALO LOPEZ VALLECILLOS Director SUPLEMENTO NO 30. 18 DE JULIO DE 1971 JOAO FREIRE SU VERDADERA ESENCIA Sor Juana de La Cruz, 32 años después en México ¿Qué dirá de las ratas, de la celda transformada en sanitario, del órgano a: bandonado, el profesor Ermilo Abreu Gómez, el más insigne estudioso de la 0bra de Juana Inés de Méxi co? Con una vida entera dedicada a la interpretación de la poesia de la mon ja en todo su dinamismo, Ermilo Abreu Gómez enseñó a diferentes generaciones de mexicanos el sentido social escondido por entre las frases de ironía, amor y ternura de la líri ca de Juana Inés.
Las nuevas generaciones mexicanas, sin embargo, no parecen interesadas en la monja. El maestro Ermilo Abreu, avanzado en edad, ya casi no tiene alum nos. Mirando al edificio del convento, muchos recordarán, en la basura oscura y podrida, nada más que al Smyrna Club. Las guitarras, el acordeón, las flautas, el ritmo fácil, de jaron aún más abandonado al viejo órgano del si.
glo XVII, donde se entona ban los villancicos.
Una serie de conferencias recordaron para peque ños auditorios en Ciudad México, la obra de Sor Jua na Inés de la Cruz este ano. se podrá decir, incluSo, como lo dijo Menéndez y Pelayo al escribir sobre su poesía trivial y casera que, en determinadas épo cas, amenazaba los saraos de los virreyes: Todo esto no es más que un curioso documento para la histo ria de las costumbres coloniales y un claro testimo nio de cómo la tiranía del medio ambiente puede llePasa a la pág. 18 En el antiguo convento ventuales conducen a am curo del convento, el Smyr de Las Jerónimas, una cons Este que ves engaño plias salas donde el revoco na Club está todavía más trucción de inicios de siglo colorido de cemento, de unos 25 o 30 presente que la vida y obra XVII en Ciudad de Méxi es una necia diligencia años, enseña que el antiguo de la monta poetista. Existe co, las ratas y los gatos lu errada, convento estuvo habitado el baño. Desapareció la celchan por sobrevivir en es en un afán caduco y bien y su construcción original da. Sólo por la presencia pantosas acrobacias por en mirade, fue alterada. El Smyrna misma de su poesía, podría tre los montes de basura es cadáver, es polvo, es Club. un salón de baile de decirse que todo lo que habla En esa batalla diaria, es co sombra, es nada. cuarta o quinta categoría de su vida desapareció del mún ver las ratas correr ocupó todo el convento des convento. Empero, la lucha hacia el recinto de la igle. Un viejo órgano de prin de los años 20 hasta los 60 para que el local sea restau sia colonial en el ponien cipios del siglo XVII repo de este siglo. En la azotea, rado y transformado en mu te del convento pasando sa abandonado en el coro una bodega abandonada es seo histórico de la poetisa.
por las apretadas rejas, pa de la iglesia, como la poe una de las tantas huellas renueva las esperanzas de ra refugiarse de la embes tisa en su tumba.
del Smyrna Club. En la varias generaciones de es.
tida del enemigo hambrien una placa explica que planta baja, junto a la ca tudiosos de su obra.
to sobre la única lápida de fue donado por el composille, la barra y la ventanita Grito de afirmación de la fosa común que sepulta tor Salvador Moreno. En de la taquilla.
la mujer en el amor y en monia de San Jeró él se tocaba los villanci La celda de Sor Juana la misma existencia, sus nimo. Muerta el 17 de abril de 1651, Sor Juana Inés de la Cruz se transforma, aho ra, en un refugio inespera do, en una inusitada forma de protección. Trescien tos veinte años después de su muerte, casi nada recuer da a la poetisa en el viejo convento donde vivió 26 años y donde murió para probar que la misma vida que vivo es la vida con que muero.
Dos lápidas de mármol blanco, sobre la fosa co mún donde la sepultaron, son los únicos recuerdos de Sor Juana Inés de la Cruz. Una trae un breve epitafio: En este convento de San Jerónimo, fue sepultada Sor Juana Inés de la Cruz el 17 de abril de 1965. En la otra, uno de suss sonetos sobre la muerte.
La tumba de Sor Juana Inés, en la actua idad.
de 165 Muerta de san epulta Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.