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Domingo de oetubre de 1971 19. DIARIO DE COSTA RICA Las memorias de De Gaulle que, Al privar las muestras de medios de combate, él mismo se expohdría a ver al pueblo francés retirarle en su furor la utilización de los fel Trocarriles y de las transmisiones indispensables para las operaciones. Antes que imaginar semeJantes perspectivas, creía yo que debía confiar en la valía estratégica del general Eisenhower y en su abnegada devoción al servicio de la coali.
ción de que formaba parte Francia.
etispondendo de 3, 28 y 75. divisiones de infan.
teria americanas y de tres divisiones blindadas la 12 americana, la y la 5º francesas actuando en un sector estrecho, traspasaba el frente enemgo al Nordeste de Colmar, El da febrero, hacia liberar la ciudad por los carro del general De Vernejoul. El llegaba a Brisach. Du Tante este tiempo, el y el 20 Cuerpog france ses, apoyados por una artillería bien provista de municiones y bien mandada por Chaillet liquid ban las resistencias enemigas por todas partes en la llanura y la 10 División francesa limpiaba las pendientes de los Vosgos. El 9, nuestras tropas terminaban la conquista de la selva de la Hardt y se apoderaban de Chalempé. Con lo cual y sal.
vo en la región de Haguenau y de Wissemburgo, no quedaban ya, como alemanes en Alsacia, más que los 22. 000 prisioneros que acababan de ser alli capturados Finalmente, el comandante en jefe se adhirib mi manera de enjuiciar. Lo hizo con la franqueza que era una de las mejores modalidades de su simpático caracter, telefoneando al general Devers que el movimiento de retirada debía ser, al momento, suspendido y que iban a llegarle nuevas órdenes. Estas órdenes se las llevaría, al día siguiente, el general Bedell Smith. Convine con Eisenhower en que Juin acompañaría a Bedell Simth. lo cual representaría para mí una garantía suplementaria y, para los ejecutantes, la prue.
ba de que se habia concertado el acuerdo.
MIENTRAS tomábamos familiarmente el té des pués de aquella apasionada discusión. Eisenhower me confió hasta qué punto era complicada su tarea, en lo más agude de la crisis que atravekaban los ejércitos por las exigencias de los diversos Gobiernos de la coalición, por las pretensicnes recelosas de las diferentes eategorías de fuerzas: ejércitos, marinas, aviaciones, pertene.
cientes a varios países, por las susceptibilidades personajes de sus principales jefes. En este mo.
mento mismo me dijo. tropiezo con muchas dificultades por parte de Montgomery general de alta valía, pero crítico acerbo subordinado suspicaz. La glcnda se paga. respond Y18ted va a ser el vencedor. En el umbral del hotel Trianon nos separamos como buenos amigos.
EL 11 de febrero, fui a visitar Mulhouse, y luego me trasladé Colmar. Cómo describir la alegria y la emoción que nos embargaba a todos.
gobernantes, jefes, soldados, población. Pere al arrebate patriotico se mezclaba, en ese diaotro elemento de entusiasmo: la fraternidad de armas entre franceses y americanos. Sentíase que ésta era Devada hasta el más alto grado por el éxi.
to obtenido en común dentro del mareo de nues.
tro ejército y, precisamente en este terrene: Bajo el silencio inmóvil de Jos regimientos, sentia yo vibrar la amistad que une a los dos pueblos.
En el centro de la plaza Rapp inundada de han deras tricolores y estrelladas, ante el frente de nuestras tropas y de las de nuestros aliados forma.
das juntas orgullosamente, bajo los vítores de la multitud alsaciana, la más sensible que hay a los espectáculos militares y la más apta para captar el sentido de los acontecimientos, condeenté prin meron general De Lattre, vencedor de Colmar.
Les llegó el turno después a los generales Milburn.
Leclerc y Dalquist, Por la noche, Estrasburgo celebró a su vez en mi frescncia la liberación de Alsacia y cantó en su catedral el Tedeum entona.
do por Monseñor Ruch. Al día siguiente en Sa.
verne, los generales Devers, Bradley y Patch re.
cibían de mi mano las insidias de las recompensas que yo les había concedido.
La Salvación (1944 61. Capitulo XXIX En el curso de la tarde del 3, fui a Versalles.
Juin me acompanaba, El señor Churchill creyó que debía acudir el también, llamado por mi mensaje y dispuesto, posiblemente, a actuar de amigable componedor. El general Eisenhower expuso la situación, que era, sin duda, seria. No oculto que la amplitud y el vigor de la ofensiva alemana en las Ardenas y la aparición súbita en el campo enemigo de armas nuevas. aviones de ehorro, caITOS Panther. etcétera habían quebrantado moralmente las fuerzas aliadas, no sin sorpren.
derle él también. Ahora dijo el mayor peligro parece descartado. Pero hay que recobrar el terreno perdido y, luego, tomar de nuevo la iniciativa. Tengo, pues, que constituir unas reseryas. Ahora bien, en Alsacia, donde desde hace dos dias el enemigo extiende su ataque, la bolsa de Colmar hace que la posición sea precaria. Por eso he ordenado que se ocupe dura, mas retaguar dia y más reducida. Si estuviéramos en el Krie!
cgspiel declare Eisenhower podría darle usted la razón. Pero me veo obligado a consideTar el asunto bajo otro aspecto. El retroceso en Alsacia entregaría al enemigo tierras francesas.
Desde el punto de vista estratégico, no habría en eso más que una maniobra. Pero para Francia, sería un desastre nacional. Porque Alsacia es sa.
grada para ella. Como, por otra parte, los alema.
nes pretenden que esa provincia les pertenece, no dejarán si la recuperan, de vengarse del patriotismo prodigado en múltiples ocasiones por sus habitantes. El Gobierno francés no quiere dejar que el enemigo vuelva alli. Por el momento, se tra to de Estrasburgo. He dado al Primer Ejército francés la orden de defender la ciudad. Va pues.
hacerlo de todas maneras. Pero sería deplora.
ble que hubiese, en esta ocasión, dispersión de las Tuercas aliados, e incluso quizás una ruptura del sistema de mando practicado por la coalición. Por eso le ruego que considere de nuevo su plan y que ordene usted mismo al general Devers que se mantenga firme en Alsacia.
La quincena siguiente la ocuparon las peripecias de una dura batalla en Estrasburgo. El Pri mer Ejército alemán desplegaba su ofensiva desembocando de la selva de Haguenau, a fin de alcanzar Saverne, mientras que el LX Ejército franqueaba el Rinal Norte y al Sur de la capital alsaciana. En la región de Haguenau, los ame.
ricanos se doblegaban bajo el choque. nero detenian finalmente al asaltante junto al Moder. Alrededor de Gambosheim la División Guillaume, hacia Erstein la División Garbay y la Bribada Malraux debían ceder. también, terreno antes de res.
tablecer sus posseiones. Pero Estrasburgo seguía estando en nuestras manos. Hacia el 20 de enero, el enemigo parecia hallarse a pundo de perder su Impetu y su esperanza. Lo mismo ocurría en las Ardenas, donde todo lo que había ganado le había sido arrancado. En el frente Este. los rusos ini.
ciaban su ofensiva de invierno. De uno a otro extremo del territorio alemán. los bombarderos a liados apresuraban su obra de aplastamiento. En los mares, los daños ocasionados a los convoveg aliados iban disminuyendo. Hitler podría sin du da prolongar varios meses aún la nesisteneia de un gran pueblo y de un gran ejército. Pero el fallo del destino estaba, en lo sucesivo, dictado con todos los sellos necesarias. En Alsacia es donde Francia había impreso el suyo.
Así se encontraban allanados. por un tiempo, los obstáculos que habían contrariado nuestras relaciones estrategicas con los americanos. Pero era de temer que se tropezase con otros. En lo inmediato, iba a plantearse una cuestión capital y espinosa, la de la participación francesa en la campaña de Alemania. Quería yo, evidentemente, que nuestro ejército penetrase en territorio ene.
migo que tuviese alli su sector de operaciones, que conquistase en las ciudades, campos y trofeos, y que recibiese, con sus aliados, la rendición de los vencidos, Habia en esto, ciertamente, una condición dictada por la preocupación de nuestro pres.
tigio. Pero, era también para nosotros el único medio seguro de ser parte en la capitulación, en la ocupación y en la administración del Reich. No bien tuviésemos en las manos una zona del sue lo germano, lo que fuera Alemania en el futuro no podría decidirse sin nosotros. En el caso contra rio, nuestro derecho a la victoria seguiria estando a discresión de los demás. En resumen, quería yo que pasásemos el Rin y que llevaramos el frente francés lo más lejos posible en los Estados ale manes del Sur AYER, el fracaso ante Colmar había quebrantado el ánimo del Primer Ejército. Hoy, la satisfacción de haber salvado Estrasburgo reani.
maba la confianza de todos. El General De Lattre el primero, sentiase impulsado al optimismo.
y por ello, a la ofensiva. partir de mediados de enero, doptaba sus disposiciones para reanudar el esfuerzo contra la bolsa alemana de Alsacia.
EN los primeros dias de marzo, los Grupos de. ejércitos Montgomery y Bradley llegaban al Rin a trechos. El momento de franquear el obs.
táculo iba, pues, a presentarse muy pronto. Pue.
de imaginarse lo atento que estaba vo a lo que iba a suceder después, Sabiendo que el esfuerzo principal de los aliados apuntaria al Ruhr y seria enfocado hacia la parte baja de Cobleza, supuse quo el Comandante jefe se guardaria muy mucho de lanzar al Primer Ejercito aisladamente por la Selva Negra, Crela yo verosimil que lo dejaria orillas del Rin, lo cual podria parecer justificado por los Estados Mayores. Pero si nos conformábamos con esto, habría grandes probabilidades de que el ejército francés desempeñase tan sólo un papel pasivo en la batalla final. Como mi po.
lítica no podía admitir esa estrategia, tenia yo adoptadas mis resoluciones. Era preciso que nuestras tropas pasasen también el Rin. Lo harían dentro del marco interaliado si esto era posible.
Si no lo era, lo harian por nuestra cuenta. De todas maneras, tendrían que adueñarse, en la ori.
la derecha, de una zona francesa de ocupación.
En el mismo momento, el mando aliado proyectaba comenzar las operaciones decisivas más!
allá del Rin, Pero antes de franquear el río, habia que llegar a él. Ahora bien, esto no se hacía en ninguna parte, salvo en el secto francés hacia Estrasburgo y hacia Saint Louis. Eisenhower or. denaba, pues, a Montgomery Va Bradley que se lanzasen haeia delante para apoderarse de toda la orilla izquierda en la línea Wesel Coblenza Maguneia. Aprobaba, elaro es el provecto de apode rarse igualmente de Colmar. Pero la zona del Primer Fiército se extendia, ahora, sobre más de 200 kilómetros, o sea la cuarta parte del frente ocunado en total por los aliados. Para que De Lattre estuviera. Sin embargo, en condiciones de conquistar su objetivo quizá también para borrar el efecto producido por la crisis reciente de las relae ones, el comandante jefe se deeida a reforzor el Primer Eiército. este vendria a agregarsele la Division Leclere, que volvia de orillas del Sarre, varias divisiones americanas y um notable complemento de artilleria.
El comandanete jefe pareció impresionado. Sin embargo, creyó que debía formular una ob.
jeción de principio, Para que cambie yo mis ordenes militares me dijo este excelente soldado. invoca usted razones politicas. Los ejércitos le respondiestán hechos para servir la politica de los Estados. Nadie, por lo demás, sabe mejor que usted que la estrategia debe abarear no sólo los datos de la técnica militar, sino también los elementos morales. Ahora bien, para el nueblo y los soldados franceses, la suerte de Estrasburgo es de suma importancia moral.
El señor Churchill opinó lo mismo sobre este punto. Toda mi vida observo he podido ver SIM embargo, era tal el encarnizamiento del ene.
el lugar que Alsacia ocupa en el sentimiento de migo, que el Primer Ejército iba a necesitar los franceses. Creo, pues, como el general De tres semanas de combates incesantes para llevar Gaulle, que este hecho debe entrar en juego.
a cabo su tarea. partir del 19 de enero, el Pri.
mer Cuerpo frances avanzaba paso a paso contra ANTES de llegar a lo que yo deseaba, el geneel flanca Sur de la bolsa. El de febrero, llegaba hasta Rouffach, cerca de Colnar, habiendo ral Eisenhower me pidió que examinase lo que seria la situación del Primer Ejército francés si detenido por medio de vivos ataques una gran par te de las unidades alemanas. En el flanco Norte, llegase a operar con independencia de los ejérci.
el 2º Cuerpo había avanzado, también. Pero a tos aliados, e incluso dio a entender que, en ese caso, los americanos podrian cesar de avituafines de enero, se había estrechado para dejar sltio a su derecha al 21 Cuerpo americano. Porque llarlo en carburante municiones. Le invité, por es al general Milburn, que mandaba esta gran mi parte, pensar bien el que dejando al ene.
unidad, a quien el general De Lattre atribuía el migo que plastase aisladamente las tropas francesas el mitomando provocacia en el equilibrio Esfuerzo principal. En esta ocasión, habría, en el de las fuerzas, una ruptura nunto y en el momento deseados una suficiente Este doc nento es propiedad ye la Biblioteca Narieen Miquergegar 0812 0 de enero, Woburn, No tardamos en saber que los proyectos del alto mando justificaban nuestros temores Bajo el título de Eclipse. realmente significativo en lo que a nosotros se refería, el plan dseidido por Eisenhower para las operaciones del paso y del avance en Alemania eneomendaban al Primer Ejer.
cito francés una misión estrietamente defensiva.
Todo lo más se admitia, en la hipótesis de un derrumbamiento total de la Wehrmacht, que uno de nuestros cuerpos podría llegar a la derecha, detrás del VII Ejército americano, a fin de secundar a éste en su tarea de ocupación del Wur.
temberg Pero el paso del Rin por el Primer Ejército en su sector no estaba previsto en ningún caso. Los informes recibidos del frente nos señalaban, además, que el mando interaliado había disgregado, para ser utilizados en otra parte, los equipos pontoneros de las divisiones blindadas francesas, lo cual era como privar a los nues. as de una gran parte de sus medios organicon de cruzar el río.

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