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Las memorias de De Gaulle salvacióp (1944 61)
DOR ml parto, considerá la organización na. pidamente. Pero esto no era más que la conse: cuencia fatal de lo convenido en la conferenci ciente con simpatía, pero no sin circunspec.
de Crimea. Las quejas que expresaban ahora in ción. Ciertamente su objetivo universal era, en gleses y ardericanos eran completamente super si, muy estimable y concorde con el genio fran.
fluas.
cés. Podía parecer saludable que las causas de los conflictos amenazadores fueran evocadas por EN cuanto a la intervención soviética en el tea, la instancia internacional y que ésta se afana tro del Pacífico. de qué podría servir. Las so en buscar acuerdos. De todas maneras, bue.
no era que, por intervalos, los Estados estable. bombas atómicas estaban preparadas. Al llegar Potsdam. Truman y Churchill se enteraban del ciesen contacto en presencia de las opiniones públicas. Sin embargo, a diferencia de lo que éxito de las pruebas de Nevada. De un día a otro el Japón iba, pues, a sufrir las espantosag Roosevelt pensaba, de lo que Churchill dejaba suponer y de lo que Stalin fingía creer, no me explosiones y, consiguiente, a rendirse. El compromiso que contraerían los rusos de entrar, aho.
exageraba el valor de las Naciones Unidas.
ra, en la guerra no traería ninguna consecuen Los miembros de ellas serían unos Estados. cia desde el punto de vista del resultado milies decir, lo menos imparcial y lo más interesa tar. Pero la contrapartida sería el derecho re do que existe en el mundo. Su reunión podría conocido al Kremlin de mezclarse, a título de seguramente, formular mociones políticas, pero vencedor en los asuntos del Extremo Oriente.
no dictar sentencias de justicia. Sin embargo, Para Asia, como para Europa, todo permitiría.
había que prever que se consideraría calificada pues, prever que Potsdam no concertaría un pac, para eso como para aquello. Por ctra parte, sus to duradero sobre ningún punto, y que ocasional deliberaciones, más o menos tumultuosas, al ce. ria, por el contrario, unas fricciones indefinidas lebrarse en presencia de innumerables redacto. entre los soviets y los anglosajones.
res, emisoras y proyectores, entrañaban grande mente el riesgo de contrariar las negociaciones Esta perspectiva debía convencerme de que propiamente diplomáticas, que son, en casi to. era preferible no haber hecho el viaje. Pude.
dos los casos, las únicas fecundas en virtud de su ciertamente, sentir el no haber estado presente carácter de precisión y de discreción. Por último, en Teherán, Hubiera yo, en efecto, defendido allí, debía presumirse que muchos pequeños países cuando aún era tiempo, el equilibrio del viejo Ee mostrarían automáticamente desfavorables a continente, Más adelante, me senti irritado por las grandes potencias, cuya presencia y cuyos te no haber podido participar en las deliberaciones rritorios se extendían a lo lejos en el mundo, to, de Yalta, porque entonces quedaban algunas pro.
caban en múltiples fronteras e inspiraban a mua babilidades de impedir que el telón de acero vi.
chos envidia o inquietud. América y Rusia te. niese a cortar Europa en dos. Ahora todo estai nían, sin duda, las suficientes fuerzas para que ba consumado. Qué hubiera yo hecho en Pots.
hubiera que tratarlas con miramientos. Inglate.
dam. rra, relativamente intacta, conservaba medios de maniobrar. Pero Francia, a la que la guerra de APENAS apareció el comunicado publicado por jaba terriblemente quebrantada a la que iban la Conferencia, supimos que ésta terminaba asaltar en Africa y en Asia toda clase de rei. en una especie de desbandada. Pese a los tesovindicaciones. qué audiencia encontraria, llega ros de conciliación prodigados por el señor Trus da la ocasión, para sus dificultades. man y a las vehementes protestas del señor Chur.
Todo quedaba, pues, en suspenso. En el punchill, el generalísimo Stalin no se había adherido to en que se hallaban las cosas, era preferible que DOR eso di a nuestra delegación la consigna de a ningún acuerdo. En Polonia especialmente, la así fuera. Yo estaba, en efecto, convencido de que no explayarse en declaraciones redundanentrada de los señores Mikolajczyk, Grabski, Wi.
la tentativa de los ingleses para sustituirnos en tes, como habían hecho en otro tiempo, en Gi.
tos y Stanczyk en el consejo ejecutivo formado Damasco y en Beirut acabaría en un fracaso. Por nebra, muchos de nuestros representantes, sino a base del Comité de Lublin, había obligado a otra parte, llegaria pronto el dia en que al ser de observar, por el contrario, una actitud reser.
Washington y Londres, y nos había obligado a puesta en marcha la Organización de las Naciones vada. Así lo hizo y le fue bien, bajo la dirección nosotros también, a reconocer al Gobierno diri.
Unidas quedaría caducada la responsabilidad que sucesiva de Georges Bidault, que participaba por gido por los señores Bierut y Osuska Morawski, la Sociedad de Naciones había confiado en otro primera vez en un concilio internacional, y del pero en Varsovia no por ello se atenuaba. En lo tiempo a Francia en Siria y en el Líbano. Tendría presidente Paul Boncour, al cual la práctica que concerniente a Asia, Stalin, mediante su prome entonces justificación el que retirásemos nosotros adquirió en los debates de la Sociedad de Nacio, sa de llevar la guerra al Japón, obtenía que fue mismos de Levante los últimos signos de nuestra nes le había convertido en perito en la materia. sen anexionados a Rusia el archipiélago de las autoridad, sin haber entregado ésta, a pesar de La prudencia que mostró la representación fran.
Puriles y la mitad de Sajalín, que Corea fuese todo, a ninguna otra potencia. Debiendo sobre. cesa no le impidió ocupar un puesto, como cosa entregada a los soviets al norte del paralelo 389 entenderse que, en cualesquiera de los casos, nues. que caía por su peso, en el areopago de los cin.
y que se arrancase a Chiang Kai Shek la Mongo.
tras tropas no abandonarían el lugar mientras las co grandes que dirigió el asunto de punto a lia exterior. Esta se convertiría en una repúblle fuerzas británicas siguiesen alll. En cuanto al re. cabo. Consiguió en San Francisco lo que más po. ca popular. Verdad es que, por ese precio, el sultado final, no dudaba yo que la agitación sos día interesarnos. así, pese a ciertas hostilida.
generalísimo daba la seguridad de que no inter, tenida en Levante por nuestros antiguos aliados des, el francés fue reconocido como una de las vendría en los asuntos interiores de China. Pero se difundiría por todo el Oriente contra aquellos tres lenguas oficiales de las Naciones Unidas. Por no pot no dejaba de suministrar a los comunis aprendices de brujo y que, en resumen, los anglo otro lado, aparte del derecho de veto pertene.
tas de M30 Tse Tung el apoyo y el armamento sajones pagarían caro, un día u otro, la operaciente a Francia como a las otras grandes po.
que iban, poco tiempo después, a permitirles al ción que habían llevado a efecto contra Francia. tencias, el proyecto definitivo de la Carta que. poderarse de ella. En total, lejos de consagra dó enmendado de manera a hacer de la asam.
la cooper ción mundial de América y de Rusia DERO mientras que los británicos nos maltrata. blea general el contrapeso del consejo de se. a la cual había sacrificado Roosevelt el equili.
ban en Levante, el asenso unánime de los pue guridad. y, al mismo tiempo, a frenar los impul brio europeo, la conferencia de Potsdam aviva blos no por ello dejaba de reponer a Francia en Bos da la asamblea al exigir, para sus decisio ba su oposición.
el lugar que ocupaba antes entre los Estados de nes, los dos tercios de mayoría. Se especifica primer rango. Hubiérase dicho que el mundo saba, además, que el examen de los litigios por la El señor Churchill se marchó antes del final ludaba esta resurrección como una especie de mi Organización no suspendería en modo alguno la apartado del poder por los electores ingleses. lagro, se apresuraba a aprovechar la ocasión pa. puesta en vigor de los tratados de alianza. Final día siguiente de la rendición del Reich, la unión ra colocarnog de nuevo allí donde nos había vis. mente, el sistema de los trusteeships (1. bajo el nacional, que duraba desde hacía seis años, ha to siempre y pensaba que, en medio de sus nue. cual se traslucían intenciones malévolas con res.
bíase roto en Gran Bretaña. Se celebraron eles!
vas inquietudes, tendría necesidad de nosotros.
pecto a la Unión Francesa, implicaría estrechas ciones y he aquí que, el 25 de julio, el escruti En San Francisco, es donde se realizaba la demos limitaciones nio procuraba a los laboristas la mayoría en los tración. La Conferencia reunida el 25 de abril ter.
Comunes. El primer ministro, jefe del partida minaba allí el 28 de junio, después de haber adon.
conservador, tenía, pues, que retirarse.
tado la Carta de las Naciones Unidas. Franklin Las Naciones Unidas habían nacido. Pero Roosevelt había muerto una semana antes de la su sesión dedicada a su constitución, no se ocupá!
DARA los espíritus inclinados a las ilusiones apertura. de los problemas planteados por el final del con.
Qué hombre vivió nunca el completo éxito de sus proyectos. Pero el plan que habían flicto. Americanos y británicos corrían sin noso.
sentimentales, esta desgracia, infligida de tros a Potsdam, a fin de encontrarse allí con los adoptado unánimes las delegaciones era el del repente por la nación británica al grande hom.
rusos y de fijar con ellos lo que se haría en la bre que la había conducido gloricsamente hasta gran americano.
práctica. La reunión se abrió el 17 de julio. En la salvación y la victoria, podia parecer sorpren.
UTILIZANDO de nuevo una idea que había obel ánimo de Truman y de Churchill, se trataba de dente. Y, sin embargo, no había en eso nada que poner a punto, de acuerdo con Stalin, lo que se estuviera en desacuerdo con el orden de las co.
sesionado el espíritu de varios filósofos y de había proyectado en Teherán, y decidido luego sas humanas. Porque, no bien cesaha la guerra, algunos estadistas, engendrado la Sociedad de Na. en Yalta, sobre Alemania, Polonia, la Europa la opinión y el mundo de la política desechaban ciones y fracasado después a causa de la defección Central y log Balcanes; los anglosajones espe la psicologia de la unión del impetu, del sacri de los Estados Unidos y de las flaquemas de les de.
mocracias, Roosevelt quiso que surgiese del conraban que podrían desdecirse, en la aplicación, ficio, para escuchar los intereses, los prejuicios de lo que habían concedido en el principio, Los y los antagonismos. Winston Churchill perdía en flicto una organización mundial de la paz. En nues. tres se entenderian igualmente sobre las con tras conversacoines con Washington, el año ante.
ello, no ciertamente su aureola ni su populark diciones en que la Rusia soviética intervendría, rior, el Presidente me había hecho notar hasta qué dad, pero sí la adhesión general que había ob.
ni extremis, en la guerra contra el Japón.
punto le interesaba entrañablemente esa monumen.
tenido como guía y como símbolo de la patria tal construcción. Para su ideología, la democracia en peligro. Su naturaleza, identificada con una internacional era como una panacea. Según él, las QUE nuestros aliador de ayer se reuniesen do magnifica empresa y su figura, burilada por los nuevo en ausencia nuestras, aunque por úl.
fuegos y los fríos de los grandes acontecimien.
naciones, confrontadas así, examinarían sus liti.
gios y adoptarían en cada caso las medidas re.
tima vez, el procedimiento sólo podía causarnog tos, resultaban inadecuadas en el periodo de la queridas para impedir que se llegase a la gue.
un rebote de enojo. Pero, en el fondo, juzgábamos mediocridad.
rra. Cooperarían igualmente al progreso del gé.
preferible no vernos mezclados en discusiones nero humano. Gracias a esta institución me que no podían ser, en lo sucesivo, más que re.
Su partida facilitaba, en ciertos aspectos, los decía acabará el aislamiento americano y, por dundantes.
asuntog franceses; en otros, no. En todo caso, otra partes, se podrá asociar al mundo occiden.
presenció aquello con melancolía. Es cierto que tal Rusia, relegada durante largo tiempo. Ade.
Porque los hechos se habían consumado. El en el seno de la alianza Churchill no me trató más, y aunque no hablase de ello, él contaba con enorme trozo de Europa que los acuerdos de Yal. con miramientos. En último lugar, a propósito que la multitud de los pequeños países batiria ta dejaban por adelantado a los soviets se encon. de Levante, su comportamiento había sido inclus en brecha las posiciones de las potencias colo.
traba ahora en sus manos. incluso habiendo so el de un adversario. En suma, me había sos nialistas y aseguraría a los Estados Unidos una los ejércitos americanos traspasado, en los últi. tenido mientras me consideró como jefe de una amplia clientela política y económica.
mos días del combate, el límite previsto en Ale. fracción francesa que le era favorable y de la mania, se replegaron después a 150 kilomctros, que podría servirse. Por lo demás, este gran por En Dumbarton Oaks, y luego en Yalta, Amé. Sólo los rusos ocupaban Prusia y Sajona, Ha. lítico no dejaba de estar convencido de que Fran rica, Gran Bretañia y Rusia se pusieron de acuer. bian, sin esperar más, anexionado la parte del cla seugia siendo necesaria y este excepcional do sobre una constitución destinada a las Nacio.
territorio polaco situado al Este de la Tinea Curartista era, indudablemente, sensible al carácter nes Unidas. Se había conseguido el asentimiento zon. trasladado los habitantes hacia el Oder y de mi dramática empresa. Pero, cuando vio en de China. Al regresar de Crimea se había pe el Nyssa occidental, y arrojado hacia el Oeste mi a Francia como un Estado ambicioso que pa.
dido el de Francia y rogado a París que se unie. las poblaciones alemanas de Silesia. Posnania y recía querer recobrar su potencia en Europa y se a Washington, a Londres, a Moscú y a Chung. Pomerania. Así dirimían ellos, no cabia duda, más allá de los mares, Churchill sintió, naturale King para enviar las invitaciones a la Conferen la cuestión de las fronteras. Por otra parte, en mente, pasar en su alma algún soplo del alma cia de San Francisco. Después de maduro examen. Varsovia, Budapest, Sofía, Belgrado y Tirana, de Pitt. pesar de todo, seguin siendo esencial declinamos la invitación que nos hacían los ctros los gobernantes que ellos habían nombrado esta e imborrable, que, sin él, mi tentativa hubiera cuatro grandes para ser, con ellos, una poten. ban a su disposición y casi todos les obedecian. sido vana desde el comienzo y que al tenderma cia invitante. No nos convenía, en efecto, reco. Por eso la sovietización se desarrollaba alli rá. entonces una mano fuerte y nuxiliadora había, mendar 51 naciones que suscribiesen unos, ar tículos redactados sin nuestra participacion. opiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultufa9118nt cou Ricamás, ayudado a que Francia sobre 1) Feldeicomisarlos. del viviera.
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