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Domingo 21 de mayo de 1972 DIARIO DE COSTA RICA. 11 para perfumarlo, pise su cora.
zon: Xavier Villaurrutia UN SENTIDO DE RAMON LOPEZ VELARDE así te imploro, Fuensanta, que en mi corazón camines, para que tus pies aromen la pecaminosa entraña.
El aliento de una mujer es, para Ramón López Velarde, una respiración azul: si tirito dejas que me arropa en tu respiración azul de incienso.
granos de anís.
Gemirán las cocinas en que antes las Mirevas criollas fueron una bandeja de pozuelos humeantes.
iMorir al fuego, si olían tan bien! en el poema En las tinieblas húmedas, al sentir frente a una mujer la simultánea ambivalen te reacción de una pena y un goce: mientras que un hálito verde ez pala el una respiracion de dra.
gón. La tierra es olorosa o aromosa. y los lirios y los significativos azahares, junto con las rosas y las violetas misál.
tropas o pudibundas exhalan Sus particulares fragancias eu sus poemas, en los que del mis.
mo Valle de México se despren.
de un olor: Expresions a las que hay que añadir la que ha quedado graba da en la memoria de los devotos de Ramón López Velarde: Trasciendes a candor como un lino recién lavado, y hueles, como el a cosa casta.
en calles como espejos se vacía el santo olor de la panadería. en el altar que huele a lirins.
La mujer emana en los poemas de López Velarda: La dualidad espiritual del ad.
tor de Zozobra la oscilación de su espíritu en un compás bina.
rio, se expresa también con re esparcirán sus olores las pudibundas violetas.
Después de la publicación de En a la gracia primitiva de Un estudio La poesía de Ramon las aldeanas la mujer y la in Lopez Velarde, en mi libro Terra se funden cuando compara tos y Pretextos y al frente de a las muchachas de provincia tres ediciones de poesías esco1 gidas, me había propuesto no Jarras cuyag paredes olorosas escribir más sobre la poesía de dan al agua frescura campesinu.
Ramón López Velarde. Quería dejar a los lectores el placer y el poeta mismo, en el poe de nuevos, sorprendentes des ma Tierra mojada, que es toda cubrim. entos, y a los críticos eluna emanación fragante, y eco orgullo de compartirlos con el noce ertar hecho de barro, irs.
púbaco. Pero ciertas incomprentamente por el clor que se des.
siones recientes y una mezqui prende de la tierra: na tendencia a volver a consi.
derar al autor de Zozobra co. Tierra mojada de las mo un simple poeta provincia.
tardes liquidas.
no, cuando no como un provin.
ciano simple, y a reducirlo a una dimensión que, a mi pare.
cer, abió haber quedado para siempre fuera de toda crítica seria, me invitan a volver a detenerme, un instante siquiera, a escoger un aspecto, un soio aspecto más de su obra, a fin de cestacar otra de las nume.
rosas aristas de su espíritu.
En el segundo poema de La sangre devota, en cuatro vec.
sos encerrados en la cárcel de los paréntesis, y en un a modo de sincero e ingenuo a parte, Ra món López Velarde hace una declaración, una confesión, dis.
tinguiendo dos épocas de su vi da:. la alternada queja de las palomas, y el olor del Valle.
Me deleita de noche la fragancia que de noche se exhala de de tus tiestos.
Esta manera de esparcir su aroma de azahar silencioso en mi tiniebla.
cuyas rosas adultas embalsaman la cabecera de un covaleciente.
aspirar los naranjos de elección, que florecen en tu atrio, con una nieye nupcial.
ARTE LITERATURA ARTE LITERATURA ARTE LITERATURA (En abono de mi sinceridad séame permitido el alegato: entonces era yo seminarista sin Baudelaire, sin rima y sin olfato. como el olor que da tu mejor flor.
Suplemento Cultural de DIARIO DE COSTA RICA que mandaba su canto hasta las calles envueltas en perfuma Vegetal.
el azahar que embriaga.
Italo López Vallecillos Director Expresiones de sensaciones ol.
fativas que culminan en el dis.
tico que hace pensar una vez más en ciertas expresiones de Baudelaire: SAN JOSE, COSTA RICA, DOMINGO 21 DE MAYO DE 1972 AÑO II AÑO II En el último verso y, más cori Cretamente, al detenerse en la palabra olfato. un comentaris ta de López Velarde ha creído pertinente no reconocer a es. ta palabra su pleno significado: olfato, uno de los senti.
dos, por si, el sentido, reducirla a un sónimo de malicia. Me parece que la falta de malicia, de olfato, Ge sagacidad para descubrir o entender lo que está disimulado o encubierto. está.
en este caso, en quien no pa.
rece haber aspirado, respirado, olido, los perfumes, fragancias, olores y halitos como el propio poeta se complace en lla.
marics que con una gran fre cuencia se desprenden emanan, me atrevería a decir, de los poemas de López Velarde.
En el poema ya mencionado, en la estrofa anterior a la que he citado, aparece la primera ex resión de una sensación olfativa en la poesía del autor de La sangre devota: un perfume amistoso en el umbral del alma.
lación a sus sensaciones olfati.
vas: Tierra mojada de las tardes olfativas.
Tierra mojada, de hábitos labriegos.
en la cual reconozco estar hecho de barro, o bien, en poética correspon.
dencia con otros sentidos, el oido o el gusto:. y ml balanza vuela rauda con el beleño de las esencias del rosal.
En su cráneo vacío y aromático trae la esencia de un eterno viático. Acólito del alcanfor. Ramón López Velarde, cuya niñez está, según confesión propia, toda olorosa a sacristía. en uno de sus más bellos poemas, Humilde.
mente, al paso del Santísimo, siente que todos los sentidos pierden su eficacia para dejar que el del olfato goce la perfu.
mada presencia: Otras veces, las sensacions o fativas se mezclan naturalmente con las sensaciones del gusto, del sabor. la cadencia balsámica que eres tú misma, incienso y su voz armónium.
cual un aroma dúplice, tu ternura naciente y tu catolicismo milenario. te respiro como a un ambiente frutal, como en la fiesta del Corpus respiraba hasta embriagarme la fruta del mercado de mi tierra. su pasin amorosa, relacionada con la pasión de Cristo, lo haca decir:. el denso vapor estimulante de la sopa.
absorto en el perfume de hogareños panqués.
porque oléis al opíparo destino y al exaltado fuero de los calabazates.
Las arcas se conservan olorosas a las frutas guardadas.
Te conozco, Señor, aunque viajes de incógnito, y a tu paso de aromas me quedo sordomudo, paralítico y ciego, por gozar tu balsámica presencia.
La corona de espinas, llevándola por ti, es suave rosa que perfuma la frente del Amado.
Lag pobres desterradas, de Durango y San Luis aroman la Metrpoli como aún pide a Fuensanta que, Del rebozo en la seda me anegaba con fe, como en un golfo intenso y puro, a oler abiertas rosas del presente y herméticos botones del futuro. en el mismo poema e inme diatamente después, confirman do el ejercicio del refinado sen tido del olfato, Ramón López Velarde interroga: Testimonios sobre López Velar de Manuel Maples Arce Rafael Lozano ¿Guardas, flor del terruño, euel rebozo de maleza y de nieve, en cuya seda me adormí aspirando la quinta esencia de tu espalda leve?
De aquí en adelante, y una vez que López Velarde ha exprecado que se anega y adorme ce en los olores como Baude.
laire lo hacía muy personal.
mente en los sonidos como en un golfo intenso, las expre.
siones en que el sentido del olfato se muestra alerta y des pierto, así sea para embriagar, iaca son numerosas y significativas, Las sensaciones olfativas del autor de Zozobra se refieren so bre todo a la mujer y a la tie, rra. El poeta confiesa su big.
nastar en la cercanía de los hombros y al aspirar la fragan cia de los brazos de una mujer: Toy un lenguaje estático y u cia entre esta apariencia desqui No es López Velarde el prime ción política en que se hallaba no dinámico. Una serie de for ciante, entre esta huida de los ro de nuestros escritores que ha nuestro país entonces, y es ne mas agotadas que nada expre cánones y su propio yo. Es como ya intentado reproducir nues. cesario considerar que el liris.
son y otra de formas increadas un indice de su desorden inter tra idiosincrasia y, no obstan. Mo de López Velarde es precure esperan la mano del poeta no, del conflicto del hombre rete, es el único que ha logrado Sor de una modalidad poética para salir del caos. López Velar ligioso que se halla oprimido por éxito perdurable. Desde hace mu surgida con la Revolución y que de profundizó este poder de las la vivencia de los remordimien chos años es frecuente, en nues es su expresión más significati.
palabras: sintió la reserya de tos mientras la inteligencia des tras letras, la tras letras la na periódica apari. ya. Hizo de nuestro costumbris contenido en cada vocablo y al pedaza su fe. El drama de quien ción de una tendencia naciona mo criollo, de nuestra psicologia tero. pura y simplemente, las repeca y voru su pecado con gual ista que se esfuerza por lograr mestiza de nuestra actitud pa.
glas volviendo a crear un mun transparencia y pasion. Pero es una literatura que refleje con Pasa a la página do que estaba destruido y vacio. te problema lo vive en las leja exactitud los diversos aspectos recia que un espíritu infernal nias de su conciencia, en aque. de la ambiencia de nuestro país.
acompasaba los adjetivos dentro acompasaba los adjetivos dentro los momen llos momentos en que ya nadaPara conseguirlo, unos se han de una música desconcertante. dicen las palabras.
valido del paisaje, otros de las Las lascivas soledades. la zur Poeta erótico, platónico en el costumbres, y no han faltado da cinecia. mi brizna heteró. sentido fiel conoció por el a quienes se hayan hecho un ins.
clita. brazos Sacramentales. mor. El mismo lo declara así. trumento de las formas artisti.
Pero un algo angélico y hondo Una venus universal presidió su cas populares y hasta de su len conmovía en realidad este rama vida y su obra cubierta de telas guaje. Pero todos estos inten.
je poético y lo ponía a temblar. provincianas. Fue el poeta del tos han sido, al parecer estériSin embargo, aunque de tras intimo decoro subjetivo e in les. Sólo la tentativa de López nendencia es incidental este as dividual slempre. Un clasico de Velarde se ha visto coronada pecto de López Velarde. No es el nuestra parva historia. Quizás por el triunfo más importante ni el unico de nuestro más grande poeta. Para comprender la trascenden Su obra. Tras sus poemas respi (Poesia mexicani moderna. Po cia de la orientación que seña.
va una realidad humana verda. Ugrafica Tiberina, Roma, 1940. Tara nuestro poeta, hay que se dera. Existe una corresponden.
tuarse en el momento de agitaYo, sintiéndome bien en la aromática vecindad de tus hombros en la limpia fragancia de tus brazos.
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