Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.

Por ya llegado usted ya a la misma conclusión.
De ser asi, eilo camb. ará su ruta y su pun.
to de destino, pero no la naturaleza de su viaje. Le quedan muchos años para servir.
El servicio es su vida. Su obligac on es servir. Por consiguiente, está obligado a disponer de una base para realizarlo.
Algunos me dicen que existen razones para que no se presente de inmediato para el cargo de gobernador de California. Otras afirman que triunfaría usted casi con toda seguridad. Sencillamente, desconozco los hechos. Pero si resulta factible, yo teniendo en cuenta lo que ello representa, insisto para que considere la idea. Tal vez experimente una sensación de revés politico. Los grandes hombres excluyen siempre el sentido de infe.
rioridad y aceptan con gallardía los pequeños contratiempos. Prescindamos de la opi.
nión pública. Puede que, en verdad, se convierta en un valor positivo. Creo que es us.
ted el hombre más cualificado para ello.
Pero hoy, sobre todo, honramos a aquellos valientes cuyos nombres forman legión y cuyos sacrificios no podrán ser nunca pagados adecuadamente. Británicos y americanos granjeros y trabajadores de las ciudades y del campo, de las oficinas y de las aulas. éstos fueron los hombres que hicieron posible nuestra victoria en la mayor guerra que conocieron los tiempos. me.
dida que volvamos los ojos hacia nuestros queha.
ceres, serán clvidados muchos acontecimientos de aquella guerra, pero sus hazanas vivirán para siem pre. El espíritu, el afecto, el recuerdo nacional que nos legaron, gozara siempre de nuestra admiración, conforme avancemos unidos por la senda de la amistad y la alianza.
Richard Nixon Seis crisis Capítulo LXXXV (2) Resulta interesante saber que Earl Adams, el socio más antiguo de la firma de que ahora formo parte. Adams, Duque Hazel Line. de Los Angeles. me había ofrecido un puesto en la misma quince años antes. Por a quel tiempo, me presentaba yo para el CongreSo y mis perspectivas no parecían muy briliantes. El era uno de mis primeros seguidores y un dia me aseguró que tenía en su firma un puesto reservado para mi, en el que caso de que fra casara mi candidatura. Por su parte fue un rasgo extremadamente atento en aquellos días y por tanto, mi actual ascciación con su firma me parece completamente natural y grata, AS presunciones de Chambers, en cuanto a las perspectivas políticas del partido republicano, tanto en toda la nación como en California, que dan sujetas a duda. Sin embargo, mostró conocer profundamente el porqué de que un hombre de dicado a la vida pública raramente la abandona por su voluntd y, con gran frecuencia, se ve arras.
trado a ella irresistiblemente.
No obstante, es muy probable que, para quienes han conocido grandes crisis su reto y su tensión, su victoria y su derrota la mayor atracción consiste en que nunca logran ajustarse a un paso más sosegado y tranquilo. Han bebido con demasiada profusión la pósima que de veras hace la vida excitante y digna de vivirse para poder satisfacerse con la simple pompa.
Ignoro lo que me tendrá reservado el futuro.
pero, suceda lo que suceda, nunca me arrepentiré del pasado.
En mis conversaciones con el presidente De Gaulle, durante su visita a los Estados Unidos en abril de 1960, éste comentaba filosóficamente ser uno de esos raros individuos que esperan ver sus mejores dias al final de su vida. Citó al poeta griego Sofocles, el que mejor podía definir su situación: Debe uno esperar hasta la noche para ver lo espléndido que ha sido el dia.
Creo que la noche de mi vida todavía no ha llegado. Sin embargo, para aquel muchacho que hace cuarenta anos solía tenderse en su cama de Yorba Linda (California) y soñar con viajes a lugares lejanos, mientras por la noche oía pitar al tren, puedo decir desde este momento que su día na sido verdaderamente espléndido.
ABRAHAM Lincoln dijo en Gettysburg: El mundo apreciará muy poco lo que aqui digamos y no lo recordará por mucho tiempo, pero jamás podrá olvidar lo que aqui hicimos. Nos corresponde a nosotros, a los que todavía vivimos, conti.
nuar la obra que tan notablemente iniciaron quienes aqui combatieron. Cuál es la cbra sin terminar que legaron a nuestra generación? Creo que esta pregunta ha sido contestada, sencilla, pero elocuentemente, por dos presidentes norteamericanos que hicieron uso de la palabra en este mismo Ayuntamiento.
Woodrow Wilson, el 28 de diciembre de 1918, os dijo: El mundo desea la paz en estos mom. ntos. la desea, no por mera conquista de las ar mas, sino por un acuerdo entre los corazones. Dwigth Eisenhower, veintisiete años des.
pués, el 12 de julio de 1945, se expresó así: EL ciudadano londinense, como el de cualquier par.
te, luchará por defender su libertad de culto, su igualdad ante la Ley y su libre acción y expresión, respetando el derecho similar de los demás.
Preservar la libertad, mantener la paz, no sólo para ellos mismos, sino para todos los hombres. Esta es, pues, la causa por la cual dieron sus vidas los valientes que hoy estamos honran, do. Nuestra generación se encuentra ante el desaSio y la cportunidad de ayudar a la más furnia mental realización en pro de la meta más noble del género humano.
Examinamos las políticas que podemos seguir para alcanzar esta meta. Empecemos reco!
nociendo que el Mundo Libre debe ser más fuerte, desde el punto de vista militar, que cualquier posible agresor. La existencia de nuestro poderio militar y de nuestra determinación y canaridad para mantenerlo son los elementos básicos sin los cuales seria imposible conseguir los obje.
tivos que anhelamos.
Pero reconozcamos también que el poderío militar, por sí solo no bastaria para mantener la paz, si no se combina con una sensata y juiciosa politica diplomática, Veamos algunas líneas de lo que debiera ser nuestra política exterior: Hemos de retener la fuerza armada necesaria para asegurar nuestra defensa en un mundo revuelto, pero hemos de hablar siempre con la calmosa firmeza de quien no siente ningún temor.
Sabemos que, mientras prevalezca en el mundo la ley de la jungla, la debilidad y la indeci.
sión nos conducirán irremisiblemente al desastre.
Sin embargo, la firmeza no tiene por qué implicar arrogancia.
Debemos huir de aquellas seguridades basa: das meramente en una esperanza ingenua o incluso en la propia decepción. Pero no debemos cejar nunca en nuestra búsqueda de acuerdos 10 reduzcan la tensión.
Sabemos que, con la discusión, se pierde poco, pero que, con la guerra, se puede perder todo, No obstante nuestro incansable afán por la paz, debemos, sin embargo estar siempre dispuestos a mantener que la libertad y los derechos huma.
nos son valores más fundamentales.
Por encima de todo, nuestra política debe representar los mejores juicios que produzca el Mun.
do Libre. En verdad, tenemos suerte de que hom bres como Macmillan y De Gaulle, Adenauery Spaak, Fanfani y Eisenhower, nos proporcionen la clase de dirección, abnegada y experta, tan necesaria ante al dificil tarea de mantener la paz y el honor en el Mundo Libre.
En este sentido, deseo rendir especial tributo a vuostro Primer Ministro, por su iniciativa al desarrollar el singular concepto de interdepen, dencia, de gran provecho para llegar a un enten dimiento mas estrecho entre nuestras dos nacio.
nes y que señala el modo de contribuir a las de.
liberaciones y cooperación entre todos los países del Mundo Libre.
APENDICE TRES DISCURSOS PUBLICOS DE RICHARD NIXON Para pronunciar en la mañana del jueves, 27 de noviembre de 1958.
Texto del discurso del Vicepresidente de los Estados Unidos de América ante la Mancomunidad de Habla Inglesa de la Commonwealth.
MIENTRAS escribo esto, exactamente un año después del de noviembre de 1950, puedo decir que la vida privada me ha sido más propicia, al menos materialmente, de lo que jamás ha.
bía esperado. Los impuestos de utilidades que he tenido que pagar en este año ascienden al doble de los correspondientes a mi paga de vicepresidente del año anterior. Pat y yo hemos observado con frecuencia, desde que volvimos a casa, que ya estábamos a punto de olvidar cuán maravi.
iloso es el clima de California, y las variadas oportunidades de formación y cultura que ofrece mi Estado natal. Por qué, pues, arriesga uno estas ventajas de la vida privada y decide reingresar en el cam po de la política?
Porque, como me dijo el presidente Eisenhower en una ocasión, el individuo que quiere permanecer en la vida pública no debe nunca desestimar lo que considera un sincero deseo por parte de la mayoría de sus sencillos seguidores o de los funcionarios de su Partido de que los guíe en la batalla. porque, cuando el hombre se ha dedicado a la vida pública durante cierto tiempo, cambian sus intereses y ambiciones. Naturalmente, quiere y precisa el dinero para atender a sus propias ne.
cesidades ya las de su familia, pero la adquisición de dinero o bienes en si no constituye un fin paTa el. Lo que cuenta es lo que hace, y no lo que obtiene con ello. Esto no significa que su móvil sea mejor que el de aquellos que se concentran en constituir un patrimonio, ni que sea, necesariamente, un ciudadano más útil. En efecto, una de las razones que contribuyen con mayor fuerza en el fenomenal crecimiento de Norteamérica es que nuestro sistema, basado en el incentivo económico, ha dado rienda suelta y estimulado las energias creadoras de los grupos mejor dotados, compuestos por hombres de empresa como jamás los ha conocido el mundo. Lo que ocurre senci.
llamente es que el hombre público y en esta categoría incluyo no sólo a los funcionarios ele.
gidos, sino también a los que trabajan para el Gobierno e instituciones públicas de todas clases, federales, estatales y locales ha elegido contribuir a la sociedad de este otro modo La nación necesita hombres y mujeres calificados en ambas categorias. Por mi parte, una vez que mi destino me lievo al Congreso en 1946, me convertí primeramente en un hombre público y, en conse cuencia, debo permanecer en esta senda. imientras el público así lo quiera!
Whittaker Chambers explicaba el caso con claridad en la última carta que me escribió y que recibi después de regresar a Cal. fornia, a finales de febrero de 1951. Decía así: Es muy posible que ya no nos veamos más. Por tanto, le ruego que me perdone si digo aqui algunas cosas que, en otro caso, no me atrevería a decir.
Tiene usted todavía muchos años por delante. Casi desde el primer día en que nos conocimos frecuerde que ya hace doce años. noté en usted una cualidad profunda, dificil de encontrar en este mundo voluble, pero buena y significativa para usted y otros mu.
chos. No creo ni por un momento que, a pe.
sar de haber sido derrotado cruelmente para el puesto que mejor le cuadra, que forma parte de su propia persona, semejante derrota sea definitiva. No puede serlo.
Por otro lado, hablando en términos com pletamente distintos (y, en contraste, super ficiales. me parece que el Poder ejecutivo ha pasado para largo tiempo a manos del otro Partido. Trabajo me cuesta creer que no ha Ayuntamiento de Londres (Inglaterra. 26 de noviembre de 1958.
DURANTE los seis años en que me ha cabido el honor de servir como vicepresidente de los Estados Unidos, he tenido el privilegio de visitar muchos países y de tomar parte en muchos acon.
tecimientos de importancia. Pero puedo asegurar que ningún hecho perdurará más en mi memoria que la consagración de la Capilla Americana de San Paul a que asisti esta mañana y la asamblea celebrada esta noche en este histórico lugar, a la que tengo el privilegio de dirigirme.
Esta reunión en la Mancomunidad de Habla In.
glesa patentiza el carácter permanente de amistad y alianza entre nuestros dos paises. Las acti.
vidades de esta organización han resultado extraordinariamente vitales para cimentar nuestros la zos de camaradería Considero un particular privilegio el rendir tributo a la previsora y comunicativa direcc ón de Su Alteza Real, el príncipe Felipe, que no ha regateado sacrificios en esta abnegada obra. Su reciente visita al Canadá no constituye sino una de sus muchas actividades que ponen de relieve su vital interés Podéis sentiros orgullosos, no sólo por la contribución que habéis prestado para un mejor entendimiento entre nuestros dos países, sino por la labor, mayor aún, de construir las bases perduTables de amistad entre las gentes de habla inglesa.
La ofrenda realizada esta mañana en San Paul pone de manifiesto la unidad que con tantos sacrificios habéis conseguido, simbolizando los fir.
mes lazos que nos vinculan. también recuerda vivamente los dramáticos hechos y los días más difíciles de momentos pasados, así como la magnifica dirección y los enormes sacrificios que hi.
cieron posible nuestra victoria en la Segunda Guerra Mundial.
Los pensamientos de todos vuelan hacia nues.
tros grandes líderes nacionales, Sir Winston Chur.
chill y el presidente Roosevelt, que trabajaron jun.
tos en íntima armonía. Ambos recibirán el gene.
roso tributo de la Historia, por su capacidad para guiar a las fuerzas de la democracia Nuestros pensamientos se tornan igualmente hacia log incomparables generales y almirantes, Eisenhower y Montgomery, Cunningham King.
Como jefes y estrategas, alcanzaron la mayor brillantez. Al saber, combinar su resuelta devoción al puro concertn militar con el reconocimiento a la autoridnd civil, se clasifican de veras entre los grandes militares de todos los tiempos.
SI la contienda en pro de la paz y de la liber.
tad tuviera que depender solamente de la suficiencia de nuestro poderío militar o de la ca.
lidad de nuestra diplomacia, podríamos mirar al futuro con justificada confianza, en cuanto a nuestro posible éxito. Pero hemos de reconocer que dichos factores sólo contribuyen una fase de dicha contienda.
Nuestro poderio militar y nuestra política di plomática tiene por objeto evitar una guerra que, en otro caso, podria desencadenarse en el futuro.
No debemos pasar por alto la necesidad de otras políticas para no ser derrotados en esa batalla no militar, que ya ha dado comienzo y se está libran.
do hoy en día en muchas partes del mundo.
Examinemos el campo de batalla en que es.
te conflicto tiene lugar: Asia, Oriente Medio, Art ca y parte de la América Latina. Entre las gentes de estas zonas se está producinedo una gran revolución. No me refiero a la revuelta militar o politica, sino a una revolución que encarna las es.
peranzas de los pueblos, la fo de todas las gentes en su derecho a disfrutar en mayor escala da las riquezas de este mundo, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.