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4. DIARIO DE COSTA RICA Sábado 25 de agosto de 1973 Editorial Juan Mora Fernández en la Historia de Costa Rica teniente de granaderos del batallón de las milicias, etcétera.
Don Juan Mora Fernández (1784 1854. fue el primer Jefe de Estado de Costa Rica. Quizá conocemos poco de él. Sin embargo, la profesora Carmen Lila Gómez nos ofrece una visión singular de este esforzado patricio, quien contribuyó a asentar las instituciones de este país cuando apenas balbuceábamos frente a la vida autónoma que se nos abriría con una generosidad plena de desconcertantes peligros Sus mensajes anuales se caacterizan por la solicitud con que se entrega a su destino. Gestiona presupuestos para nombrar un profesor de latín, pide dinero para designar tres médicos y una enfermera en las provincias, sugiere la apertură de una botica e insiste en la educación de los ciudadanos como elemento básico del progreso social.
Juan Mora hizo de conocimiento del Gobierno Federal que Costa Rica necesitaba una milicia. La autora subraya cómo el estadísta está consciente de que la fuerza pública no debe utilizarse para ejercer la tiranía ni para estatuir la anarquía ni el desorden.
Refiriéndose a los milicianos, Mora escribe en su mensaje de 1829:. Son una colección de ciudadanos honrados, pacíficos labradores, artesanos y jornaleros que entregados honesta y constantemente a sus privadas ocupaciones, subsisten de su industria y no tienen más aspiraciones que cumplir con sus deberes domésticos y defender el Estado cuando los llama la ley.
La autora ha escrito un libro sobrio que se agrega a la colección de la serie ¿Quién fue y qué hizo. auspiciada por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. en trazos limpios, sencillos y directos, nos va desgranando la vida del hombre que dirigió a los costarricenses en sus primeros pasos de su organización social y jurídica, los cuales serían esenciales para el futuro.
Porque en sus mensajes, en sus palabras y escritos, definió una actitud que sigue siendo la nacional, con todas sus virtudes y sus defectos.
Siendo él un maestro, debía preocuparse por ese aspecto de la vida comunal. En 1825 se dictó un reglamento que fijaba en forma detallada las atribuciones de los directores, maestros y catedráticos.
En época del gobierno de Mora, vino al país la primera imprenta, traída en 1830 por don Miguel Carranza. Los primeros periódicos se imprimieron en la imprenta La Paz.
Don José Velarde y el Mariscal La Mar colaboraron en las tareas técnicas. En 1832 vio la luz pública El Noticioso Universal. Un año después apareció el periódico opo.
sicionista La Tertulia. La imprenta La Merced de don Joaquín Bernardo Calvo, tuvo el privilegio de haber sido la máquina que lanzó a la calle la nrimera publicación.
Costa Rica se incorpora al Régimen Federal en 1824. El gobernante se muestra preocupado por las guerras fratricidas de los pueblos socios en la empresa unionista. No es que él esté en contra de la Federación, pero probablemente se angustia ante el temor de que nuestro país sea víctima también de las luchas intestinas que tan comunes fueron por aquellos años. señala Mora que la posición de Costa Rica frente a tales avatares, ha sido Juan Mora Fernández nació en San José el 12 de julio de 1784.
Al fallecer el 16 de diciembre de 1854, se produjeron varios comentarios editoriales. En uno de ellos se expresó. Decir de él que fue un gobernante de bien y un hombre de Estado pobre, es un elogio que provocará el desdén de muchos presidentes hispanoamericanos, pero que al mismo tiempo atraerá a la memoria de don Juan Mora las bendiciones de la Nación Costarricense y las simpatías de otros pueblos esquilmados por sus gobernantes. imparcial, moderada y amistosa, sin comprometimientos hostiles que perjudiquen la tranquilidad y la dignidad del Estado.
El fundador de las instituciones costarricenses, habiendo sido un comerciante y un maestro, al morir deja una rutilante lección: queda en la pobreza luego de haber ejercido el alto cargo en dos periodos consecutivos. Se le nombró en los años 1824 y 1829, no sin antes desempeñar otros puestos como el de secretario del ayuntamiento de San José, miembro de la comisión redactora de la primera Constitución, integrante de la Junta de Residencia, Intendente, Diputado por San José, subdeleoado del partido de la Cotera (en El Salvador. subLa escritora observa que Mora no se sentía satisfecho únicamente con que la felicidad reinara en este territorio. Abogaba por medidas pacificadoras para el Istmo. Fue oído en sus gestiones hasta el punto de que el gobierno federal envió un comisionado con la idea de fortalecer los nexos entre los gobiernos de estas sociedades.
Mora sentía particular preocupación por Nicaragua (él había estudiado en León Filosofía Natural y Geografía) y el dolor de los nicaragüenses por las guerras fratricidas, lo sentía como propio. Así, abrió el país a la concesión de asilo para los perseguidos. La buena tradición se ha mantenido hasta el presente. Nuestra Carta Política lo estipula taxativamente.
El libro sobre Mora, al irnos revelando los entresijos de la época y las inquietudes gubernamentales del primer tercio del siglo die cinueve, nos presenta una Costa Rica bucólica, pobre, dando pasos inciertos, buscando la justicia, la felicidad y la libertad de un reducido conglomerado de hombres y de mujeres que despertaban a la organización institucional en medio de mil peligros, uno de los cuales era el de la violencia, de la que Costa Ri.
ca pudo marginarse gracias a la actuación discreta de los ciudadanos que como Juan Mora Fernández, creyeron siempre que la paz y la convivencia civilizada son valores inmanentes que ha de cuidar con amor un pueblo nacido con vocación pacifista y con apego a la ley, al progreso, al orden y a la moral pública.
Recomendamos este libro porque conforma un eslabón más en la cadena de buenas publicaciones promovidas por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes.
JULIO SUÑOL Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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