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4 DIARIO DE COSTA RICA Jueves 22 de noviembre de 1973 Editorial 25 años de Banca Nacionalizada El Sistema Bancario Nacional está celebrando sus Bodas de Plata. Con motivo de cumplirse 25 años de la nacionalización, los líderes de las instituciones crediticias han preparado una serie de actos conmemorativos.
Empero, si bien el apoyo ratificador quedó grabado como una decisión soberana del país a través del voto ampliamente mayoritario de los diputados, no sucedió lo mismo con la reestructuración y con la revisión que nunca se llevaron a cabo.
En la medida en que lo inconveniente de la política se introduce en las instituciones crediticias, y en la proporción en que los ejecutivos de la Banca no deciden con celeridad y a veces incluso con justo sentido del riesgo, se está desnaturalizando la función propulsora del progreso que esa Banca ha de respaldar.
La ocasión es buena para externar algunas ideas que coadyuven a los festejos, pero que también contengan juicios críticos a fin de que oportunidad como ésta no pase inadvertida en circunstancias en que el país se aboca a otra etapa de su desarrollo en razón del crecimiento que es promovido por los variados quehaceres de la comunidad costarricense.
Hoy, cuando se está celebrando el 25 aniversario de aquella resolución de facto luego legalizada por la norma jurídica y constitucional y por la aceptación popular quizá convenga hacer algunas referencias y anotaciones que sirvan para que el país analice y discuta a la luz de la actualidad, el suceso que tuvo hondas repercusiones en la promoción del progreso patrio.
La Banca no ha de ser un tabú.
Estos temas han de analizarse sin temor. Los políticos que apoyen o no a la Banca Nacional, deben estar conscientes de la importancia de una revisión y de una reestructuración de estas instituciones, que un cuarto de siglo después de que pasaron a manos del Estado, no son todavía todo lo ágiles, abiertas, resolutas y gonfaloneras que debie ran ser.
Sabemos que la Banca se nacionalizó a raíz del movimiento armado que encabezó el señor Figueres en 1948. Este primer cuarto de siglo de Banca estatal, coincide con un cuarto de siglo de ejercicio público de quienes dieron ese paso que cambió radicalmente el panorama crediticio, económico, empre.
sarial y social de la nación. aunque en general ese cam ie positivo, es lo cierto que quedan lagunas y vacíos que recuerdan que la nacionalización no ha llenado aún las aspiraciones primigenias.
El que parecía que iba a ser un monopolio del crédito, terminó siendo sólo un monopolio de los depósitos. Es decir, la Banca estatal es la única autorizada para recibir el dinero de los costarricenses y extranjeros que residan aquí. Mas los préstamos y otras operaciones los ejecutan distintos bancos no nacionales, las financieras y los particulares, sin que hoy se pueda afirmar que la nación recibe su liquidez exclusivamente de la Banca estatal.
Todos estamos en este país, de una forma o de otra, ligados a los Bancos. Tenemos lazos de dependens cia. Mas esa coyuntura no ha de ser poderosa como para impedirnos opinar respecto a un asunto de tanta entidad en el cual se implica no poco del futuro costarricense.
Cuando trasitoriamente ocupamos un cargo en la Asamblea Legislativa, sometimos a debate el tema de la Banca Nacionalizada. Lo hicimos por la vía de la presentación de dos mociones, así: 1) Para que la Cámara ratificara la esencia misma de la Nacionalización.
2) Para que se acordara el nombramiento de una Comisión, encargada de profundizar en la estructura de las instituciones con miras a hacer los cambios y las adecuaciones que procedieran.
La Banca, probablemente, ha padecido dos tipos de fenómenos: uno tiene que ver con las influencias de los partidos, que directa o indirectamente determinan la acción técnica y especializada del crédito. e influyen en la alta burocracia bancaria. La otra toca íntimamente a la falta de audacia racional de muchos banqueros, que a menudo proyectan su labor con un concepto perjudicialmente burocrático, y por consiguiente, paraliza dor de decisiones básicas para estimular el desarrollo, abrir nuevos puestos de trabajo, proteger el desenvolvimiento de múltiples industrias, comercios y agriculturas, que pueden ser afectados por las dubitaciones o por la ausencia de resoluciones rápidas y creativas de algunos banqueros que siguieron actuando en la Banca estatal como si fuera privada (en lo malo. COmo si fuera particular en lo irresoluta para darle la cara a las complejidades de las operaciones crediticias en naciones en vías de emerger al plano del desarrollo pleno.
Este 25 aniversario que celebramos, es propicio para que se tomen decisiones con concepto de futuro.
Un paso conveniente sería el de efectuar un seminario, con participación de banqueros, políticos, comerciantes, industriales, agricultores, economistas, sindicatos, artesanos y especialistas, que faciliten la cristalización de resoluciones que a manera de recomendación sirvan para que sean viables los cambios imprescindibles en unas instituciones que merecen apoyo y respaldo, pero que no pueden pretender en absoluto haber llegado a la perfece tibilidad que tenemos derecho a reclamar como un factor medular para el progreso económico, el bienestar social y la justicia material, sin la que la justicia genérica no impera como el bien común que se impone defender y asentar sin vacilaciones.
Aquellas dos propuestas recibieron el apoyo casi unánime del Parlamento, no sin antes producirse una memorable polémica que sirvió de marco a la clarificación de ideas y de propósitos estatales en lo tocante a aquella determinación que tuvo trascendencia histórica.
JULIO SUNOL Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica
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