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Jueves, 11 de Octubre de 1956 LA PRENSA LIBRE PAGINA TRES. Hechos y Comentarios del Día La Voz de América en el Día de la Hispanidad Neumáticos para las Nuevas Superpistas El Chevrolet 56 Visto por sus Dueños Instalación de Sistemas Hidráulicos Andrés Eloy Blanco nació en Cumaná el año 1897. Falleció en ordinario Canto a España queda como testimonio permanente de su México, a consecuencia de un accidente de tránsito, el 21 de mayo profunda adhesión a los egregios valores que hacen de España y de de 1955.
Indoamérica una unidad llamada a influir de manera poderosa en Fue el más grande poeta contemporáneo de Venezuela y uno de el equilibrio de la cultura occidental. Su estada en la Península fue los mayores entre quienes decoran el mundo de la lírica castellana. oportunidad propicia para que el vate aquilatara su profundo afecto temprana edad comenzó Andrés Eloy Blanco a saborear la a la Madre Patria.
miel del éxito. En 1918, en ocasión de los II Juegos Florales de Ca. Su poesía tocó todas las cuerdas de la lira, desde lo popular y racas, recibió la Flor Natural por su Canto a la espiga y al arado. lo festivo hasta lo filosófico y religioso. Empujado por un generoso Más tarde, en 1923, la Real Academia Española le otorgó la. palma espíritu de justicia, supo interpretar el dolor del pueblo y supo darle en el Certamen Hispanoamericano de Poesía, organizado en Santan a la vez temas de altura para su reflexión y su alegría.
der por la Asociación de la Prensa. Esta oportunidad dio a Blanco La voz de este encumbrado poeta de la raza, estará permanente presencia definitiva en el mundo de la poesía hispánica. El extra Canto a España MECANICA POPULAR REVISTA de ella sacó el abuelo su astucia recogida y en las Evas indianas multiplicó la vida, Fue su cuna un nidal; la hoja de la parra no llega hasta el secreto de su sapiencia suma; ave fue, porque sólo del huevo, la luz y bruma que las carnes desgarra, se engendra al mismo tiempo el pie de garra y el arco iris de la sien de pluma.
Marcan la eternidad de sus dolores en piedra de epopeya diez Cuzcos, diez Tlaxcalas, abajo, las cenizas de los emperadores, y arriba, el cuervo errante, que es el dolor con alas. OCTUBRE Yo me hundi hasta los hombros en el mar de Occidente, yo me hundi hasta los hombros en el mar de Colón, frente al sol las pupilas, contra el viento, la frente y en la arena sin marcha sepultado el talón, Trajo nasta mi la brisa su cascabel de plata, me acribillo los nervios la descarga solar, mis pulmones cobraron un aliento pirata y corrió por mis venas toda el agua del mar.
Alcé los brazos húmedos a la celeste flama, y cuando cayó en ellos el tropical fulgor, cada brazo creció como una rama, cada mano se abrió como una flor.
Súbitamente, el agua gibóse en un profundo desbordamiento de maternidad.
Me sentí grande, inmenso, sin cabida en el mundo, infinito y molécula, multitud y unidad.
Volvi los ojos hacia mí; yo mismo me of sonoro, como el caracol, wel ave de mi grito voló sobre el abismo bebiendo espuma y respirando sol.
No piden a su Dios la buena suerte, ni vana holganza, ni alegra estrecha; dejan a lo divino lo que sigue a la muerte y el resto lo confían al tino de la flecha. es su Pascua, la Pascua matutina, más clara que la Pascua jovial de Palestina, porque si en los católicos rebaños el pastor galileo nace todos los años, cada aurora del indio florece epifanias porque el sol, dios supremo, nace todos los dias.
Era esa América. Nadie le dio nada!
De ti lo espero todo, tú fuiste el dios y el hada; su palma estaba sola bajo el celeste azul, su luz no era reflejo, sino lumbre de estrella; presintiendo tus cruces, ya había visto ella cien calvarios sangrando bajo la Cruz del Sur.
Senti crecer raices en los pies, y por ellos una savia ascendente renovaba mi sér; hubo un afán de brote del torso a los cabellos, cual si toda la carne me fuera a florecer.
Sembrado alli, bajo la azul rotonda, integré la metáfora ancestral: árbol en cuyo tronco se parte en dos la onda en cuya copa se hace trizas el vendaval. Noble encina española de los conquistadores, que en mitad del océano perfumas el ciclón, bajo el mar las raices, junto al cielo las flores y perdida a los cuatro vientos la razón. Cuando yo florecia, con los brazos tendidos, eras tú quien estaba floreciéndome así, y fui sonoro porque tuve nidos cuando tus ruiseñores anidaron en mil Arbol del romancero, tronco de la conquista, Taza donde Dios puso su parte más artista, follaje adonde vino la paloma a empollar!
Surja a tu sombra el canto que incendie la ribera, mientras te cubre con su enredadera la reverberación crepuscular. cómprela hoy VALERIN CO. EL PALACIO DE LAS REVISTAS. Frente al costado Este del Teatro Raventós)
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LIBRERIA ANCLA LTDA. en Limón. hubo sangre en mis montes y en mis llanos, y tú fuiste hacia el mundo con un mundo en las manos.
América, desnuda, dormía frente al mar, y la tomaste en brazos y la enseñaste a hablar, toda la excelencia de tu sagrada estirpe valor, trabajo, ciencia floreció por los siglos en el hombre injertado: indio, cerebro virgen, español, alma en vuelo.
asi en el campo nuevo, cuando pasa el arado, la primera cosecha no deja ver el cielo. ALREDEDOR DE WALKER II No son para la lira manos que odian la calma: ipara cantarle me he pulsado el alma!
Con tu temblor de novia que se inicia, con un azoramiento de novicia, el candor de las páginas, rebaño de gacelas.
virgen como la espuma del Atlántico antes del paso de las carabelas.
III Para cantar a España, traigan a nuestro coro unos su voz de bronce y otros su voz de oro.
Poeta, labrador, soldado, todos, en diversos altares y por distintos modos, poetas por el numen vital del optimismo.
Canten sus églogas los labradores, entone el jardinero su madrigal de flores y agite el navegante su poema de abismo. canten por la España de siempre, por la vieja y por la nueva: por la de Pelayo y por la que suspira tras la reja, por la de Uclés y la del Dos de Mayo, por la del Mar y por la de Pavia y por la del torero. España mía. pues siendo personal eres más grande; por la de Goya y por la de Berceo y por el Pirineo, quie ansiando más azul subió hasta el Ande!
Por toda España, torreón de piedra con un Cristo tallado bajo talar de yedra.
Por la que da una mano del Qujote en Lepanto y en Calderón descifra, como Daniel, la vida, y por la que saluda y tira el manto cuando là cigarrera va a la corrida.
Por Gerona sin Francia, por Numancia sin Roma, por Galicia emigrante, por Valencia huertana.
por la que se sonroja cuando asoma el estilete de Villamediana; por un Alfonso Diez, que hace las leyes: por un Alfonso Trece, que es la ley de los reyes; por la que, mientras ruge Gonzalo en Ceriñola, toma una espina al huerto de Loyola, toma una flor al huerto de Teresa; por Aragón, donde la Pilarica dijo que no queria ser francesa.
rah (Vierie de la pág. DOS)
mas con puntería tan certera, que pero ellos desafiaban la muerte, se ambos, mortalmente heridos, are renos y estoicos aguijoneados por ron con sus cuerpos en tierra; y la ansiedad de morir matando. Vo yertos e inanimados acariciados por races lenguas de fuego consumían el eterno reposo, quedaron, para la madera del templo de Guadalu más nunca levantarse, el extranjepe, y poco a poco lamian el último ro de blanca tez, cabellos color de reducto de los norteamericanos. oro, y el nativo de lacia melena y Crujió el techo, y al caer sobre de bronceado rostro, que su vida los sitiadores, cesaron las detona ofrendó a la causa de La nociones, y una trepidación espanto ticia del trágico fin de Bernard sa sacudió el suelo. Innumerables Hill, llegó a New York; y puso tal chispas como lluvia de estrellas flo desesperación en el ánimo de Nantaban en el espacio; y debajo de los cy que entabló acción de divorcio escombros que ardian, calcinados contra su marido, y poco después quedaron los mercenarios de Wal arribó a Granada de Nicaragua y ker, demostrando que aun las más en el vapor Adger condujo a los oprobiosas causas tienen sus már Estados Unidos los restos del amatires y sus héroes. Uno solo quedó do.
vivo en aquel desastre: el Capitán Desde aquella época vivió conHill. Ennegrecido por la pólvora, sagrada a su recuerdo. Muy cerca con el uniforme desgarrado, agu del Cementerio de Brooklyn cons.
jereado por las balas quemado por truyó su vivienda; y fiel a su melas llamas, pero siempre altivo y so moria, desde sus habitaciones poberbio, fulgurando relámpagos sus saba sus ojos, cuajados de eternas azuladas pupilas, lanzó un reto a lágrimas, sobre la columna trunlos centroamericanos. diciéndoles: cada, bajo la cual dormía su últiHURRA POR WALKER. mo sueño el infortunado doncel, Un Sargento de Chontales, Dio Bernard Hill: desdeñaco en la vinisio Chaves, enfrentóse a Hill. Si da, vivió en su alma después de su multáneamente dispararon sus ar muerte. Continuará. La partida! Cacique, alza la frente y cuéentame de nuevo lo que has visto; tres naves que llegaron de Oriente, como los Reyes Magos al pesebre de Cristo.
Desprendida del texto, sobre la mar caía de Balaam la vieja profecía.
Con un fulgor total de luna llena, marcando el derrotero, parecía colgada de una antena la mirada de Dios en el lucero. Estrella que defines sobre la frágil onda la ruta del bajel, en ti sintetizaron su mirada más honda los ojos de Isabell ¡Tú recuerdas al nauta en su camino, que es Dios quien fija el rumbo y da el destino y el marino es apenas la expresión de un anhelo.
pues para andar sobre el azul marino hay que mirar hacia el ezul del cielo!
Acuchillaban la movible entraña Malchor, Gaspar y Baltasar de España, siempre en el aire inédito el bauprés, iy tú, mar de los indios, a su paso te abrias como el Jordán herido por el manto de Elias y el mar de los milagros al grito de Moisés!
Traen los Reyes el oro de las joyas reales, la mirra de la luz y el incienso que luego subirá en espirales del alma de los indios al árbol de la cruz. Qué sorpresa oceánica, que abismal armonia la de aquellas auroras sin tormenta ni bruma, mientras en los costados de la SANTA MARIA derribaban las olas sus jinetes de espuma. Por ti cántabra piedra, que me diste la gloria de aquel que va gritando por la Historia caballero al galope de un rocin de la Mancha!
VII Por León y Asturias, Aventino de España; uor Guipúzcoa, dormida en la montaña; por los tres lotos de las Baleares, y por Andalucía que va a Sierra Morena, Andalucia de la Macarena y Andalucía de los olivares. Qué prodigio de azul! Las carabelas tienen azul arriba y abajo y adelante!
Sólo un blanco, las velas, y un verdor de speranza, el Almirante. Quiero volver a Españo. clamó la algarabia, porque no presentía en esa hora que, estando atrás España, su barca dirigía hacia España la proa. cuando al fin ia anunciación de Triana fue de grimpola en grimpola, de mesana en mesana, y en plena mar la isla irguió su flor, para los Reyes Magos que buscaban su nido, aquel mundo, del mar recién nacido, fue como el de Belén, el Salvador.
Por Canarias del Teide, que es un fanal y un grito. canario de Canarias ion dulce don Benito. Por Cataluña, cuerno de abundancia; por Navarra, que dijo: Mala la hubiste, Francia. por las lanzas de Diego velando una Menina; por la tierra que ríos de maravilla riegan y por Castilla, a cuyos pies doblegan Saúl la espada y Débora la encina.
Castilla, hembra de acero de forja toledana, cuya encanto en la vía requebró Santillana; Castilla, que en las armas de Santander gobierna aguarda ante mis ojos la llegada del cántico, su nave con las velas hinchadas de galerna; Castilla del Imperio y de Padilla; Castilla, que en sus reinas es la Madre Castilla para los goces y los desamparos, desde Isabel, que forma la escuadrilla, hasta Victoria de los ojos claros.
VI Madre! Europa está toda florecida de espinos.
Ven. Aquí verás musgo en los senderos, porque para tus lanzas no tenemos molinos y para tus escudos no tenemos cabreros. Madre mia! te digo, y se diria que mi voz va treciendo si dice Madre mia!
Ven, que para ti somos mercado y jubileo; ven con la cruz y con el caduceo, con tu enseña de sangre, donde flota una espiga isé tú Ximena y Carmen, laurel entre claveles. isé la España que tiene los ojos en Cibeles y la España que lleva la navaja en la liga. De este huerto en que fundes barros americanos, América florida se te dará en olor; así Dios, aquel día, tomó el barro en sus manos y el barro tuvo lágrimas y floreció en amor. Hazte a la mar, España! Eres su dueño.
porque tus carabelas le arrancaron el sueño, y desde que, angustiado de trinos españoles, el turpial de Goyescas se abatió en las arenas, hay más gemidos en los caracoles y son más armoniosas las sirenas. Hazte a la mar, Quijote! Nave de la esperanza, una adarga la vela y el bauprés una lanza, cierra contra el rebaño que en las olas blanquea, cobra al futuro el secular reposo, que hay en estas riberas del Toboso lecho de palmas para Dulcinea.
Todo el mar de Occidente rebose de murmullos, el Arbol de la Lengua se arrebuje en capullos; haya en España mimos y en América arrullos, el mismo vuelo tiendan al porvenir las dos, y el mundo, estupefacto, verá las maravillas de una raza que tiene por pedestal tres quillas y crece como un árbol, hacia el cielo, hacia Dios.
IV y el cacique de carne, desde el vecino cerro.
vio salir de las aguas unos hombres de hierro.
Mis caciques son ágiles, escalan las montañas y sus pies son pezuñas y sus uñas guadañas.
La sierpre del origen cubrió los rudimentos de la casta aborigen; canten por la España ultramarina, la que dirá a los siglos con su voz colombina que el Imperio español no tiene fin, iporque aquí, madre mia, son barro de tu barro, Tobernos de Bolívar, cachorros de Pizarro, nietos de Moctezuma, hijos de San Martin!. una voz que refleje la exaltación suprema, por el prodigio vasco sintetice el poema; por el prodigio vasco! Tierra de Rentería, donde el primer Bolivar, mirando al mar un día pudo decir: También Vizcaya es ancha!
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