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Martes 11 de Junio de 1963 LA PRENSA LIBRE B Por ANGEL PENELAS Al Suroeste las piezas predo minantes son los cerdos. Son de tipo Castilla convertidos en salvajes. No tienen apenas gra sas y su morro alargado, necesario para arrancar raíces con que alimentarse, contrastan con las del animal corrien te. Los venados ocupan la par te Sur de la Isla. Dicen que abundan pero tales piezas, sumamente apreciadas por los aficionados a la caza, son dificiles de lograr debido a lo in trincada que resulta la selva.
Pudiéramos decir que los sen deros naturales tras estos animales son los ríos de aguas frescas y cristalinas que discurren por todos lados desde lo alto de la volcánica isla, inexplorada totalmente hasta la fecha.
Los únicos que vagan por todos los lugares tras las crías NADIE SE MUERE DE HAMBRE. En la Isla del Coco nadie puede morirse de hambre. He aquí a los alajuelenses que, pese a su poca ex.
periencia en la pesca, todos los días preparaban una serie de grandes peces para ser salados y traerlos a sus hogares.
PESCADOS POR SU TAMANO, VA RIEDAD, CANTIDAD ASOMBRO.
SOS. Francisco Fao, un sólo hombre capaz de suministrar caza y pesca abundante todos los días para 43 personas. Sólo existe una palabra para calificar a la Isla del Coco en este aspecto: un paraíso.
Reportajes de LA PRENSA LIBRE Un solo hombre alimenta de caa y pesca a los expedicionarios Isla del Coco paraíso de los deportistas El pescador más avezado a los lugares continentales del Atlántico o Pacífico se quedará atónito al llegar a la Isla de El Coco y observar la cantidad y calidad de piezas que son fáciles de cobrar. La caza es abundante y diversa en la escarpada isla.
Además de las razones antes apuntadas por las cuales se le puede denominar a la Isla de El Coco sin ninguna exageración paraíso de los deportistas, viene a sumarse la total ausencia de alimañas y otros animales peligrosos. Uno se echa a caminar tranqui tranami lamente por estos numerosos ríos, descubriendo en cada vuelta una magnífica poza de aguas cristalinas o una impre sionante e inesperada cascada.
para cooperar en la búsqueda de referencias sobre la posible muerte de los franceses has ta la partida rumbo a San José.
Fau, bordo de su lancha rápida, alimento de caza y pes ca, sin necesidad de grandes sacrificios, al resto de la expedición durante nuestra estadía en la Isla de El Coco. Cooperaron por sport, miembros de la guarnición y algunos ma rineros. Pero el detalle de que un sols hombre sea capaz de su suministrar caza y pescado en abundancia diariamente para o fros cuarenta y tres, ratifica lo que les decía anteriormente: la Isla de El Coco es un verdadero paraíso para los deportistas, y esta verdad la descubrieron también en diversas casiones, hombres famosos como Franklyn Delan Roosevelt, Err! lyn y vayan ustedes a saber cuántos más.
Ni hay alimañas ni animales peligrosos ISLA DE EL COCO. Para El tiburón y otras los aficionados a la caza y pesca, esta isla tiene solamente un especies calificativo; paraíso del deportista. Los más avezados a tal deporte en las costas costarri La travesía a todo lo largo censes, cuando llegan a este del Pacífico es en sí un especlugar se quedan atónitos por la táculo. Los peces voladores acalidad y cantidad de piezas bundan y, como dije en el prique aquí pueden cobrarse, a mer reportaje, los bufeos a veces, al alcance de la mano. nuncian kilómetros antes con El Este ha sido elegido de las diferentes especies, son por las cabras, animales de los gatos. Su astucia juega con buen tamaño predominando en la ilusión del cazador de cotre las mismas los colores par brarlos como pieza. Son angodo y negro. Es menester lle ras de un tamaño similar al gar a los acantilados por mar manigordo, netamente salvajes.
y en forma silenciosa. Tales Sus pieles muy brillantes oscianimales abundan y están re lan entre los colores gris y callenas de carnes.
fé.
Es esta expedición vinieron dos, de los que podemos llamar fiebre de la caza y pesca, muy conocido ya entre los aficionados a este deporte: Francisco Fauy Christopher Weston. Este último plantó su tienda de campaña en la alejada Bahia de Wafer, no volviéndose a ver, excepto PROXIMO REPORTAJE:Una de las mujeres costarricenses conocida en diversas ocasiones como la expedicionaria por sus diferentes viajes la Isla narrará una serie de detalles interesantes, tales como, la manera de supervivir allá después de estar extraviadas varias personas durante u na semana.
sus curiosas piruetas la presen cia de la isla. El fondo blanco coralifero cercano ya a la Bahía de Chattam nos muestra todo un mundo y gama de peces enormes y nunca vistos en otras partes.
Los tiburones están al alcanveces del harpón. Son diversas variedades y tal la cantidad, que en diversos lugares los pequeños tiburones resultan un problema para la pesca de peces ya que ellos apenas dejan entrar la carnada al agua para atrapársela.
En el aspecto de la pesca, cualquier aficionado llenará sus aspiraciones, por exigente que sea, con la increíble cantidad que hay de peces tales como wahoo, rambow, jurel, pargo rojo, marlin, pez vela y otros. En lo que respecta a la pesca comercial, variedades co mo la cabrita, atún y otras parecidas no dan tregua al pescador para cebar el anzuelo.
La isla y sus variedades de caza La Isla de El Coco es abrupta en todos sus aspectos y difícil de caminar. Quien crea que llegar a ella y comenzar a disparar a las piezas de caza a tontas y a locas es posible, se equivoca de medio a medio. No. La caza abunda pero es difícil lograrla, máxime al tomar en cuenta las abundantes y punzantes hormigas que en ella existen.
La variedad de aves es común a las del continente, Gaviotas, tijeretas, una especie de patos semi mansos son animales, pudiéramos decir de de coración. En horas de la mañana se pueden escuchar los gallos como entonan sus cantos desde las laderas de la isla y las gallinas caseras convertidas en salvajes, son piezas valiosas para el cazador.
Cada especie de las diversas variedades de animales aquí ex istentes tiene preferencias por un determinado lugar de la is la. Situándoros en la Bahía de Chattam podemos hacer 12 siguiente descripción: TAMBIEN PARA LOS CAZADORES. Tres de los integrantes de la guarnición al regresar del interior de la isla. Cargan un cerdo que fue cazado cerca de la Bahía de Chatham.
LOS PATOS SE ADUENAN DEL BARCO. He aqui una escena que parece de Disney. Una noche que se declaró una tormenta, los patos invadieron el barco. Las mebranas de sus patas no les permitían volar y los animales nerviosos a bordo se tornaron furiosos, tanto que nos bloquearon en los camarotes so pena de terminar llenos de picotazos. Con las primeras horas del amanecer fueron lanzados al mar por marinerow y trabajadores de Alajuela.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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