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Sábado 14 de Marzo de 1964 LA PRENSA LIBRE 3 Dos poetas de hoy Comentario Colaboración mensual del Círculo de Poetas Costarricenses. Nueva poesia costarricense. Plan de difusión artístico cultural. Un poeta y usted Por CARLOS CARMONA tica y literaria, sea leyendo y no hojean Aún cuando la crítica como apreciación do; pensando y no vagando; descubrir sobre una persona, incluye como cons, su fondo, el contenido, el mensaje, antante caracteristica un punto de vista tes que calificarla partiendo de la forsubjetivo, éste debe contar, para con ma y el estilo como único elemento considerarse válido, con el requisito de que siderable. Es de tal manera como debesu resultado sea un criterio razonado; mos apreciar la poesia de IBANEZ.
lo cual permite, siempre dentro de un Desconoce, más por sinceridad con su marco racional, defenderlo y valori inspiración que por rebeldia, las reglas zarlo.
y sistemas de escuelas y tendencias de Reconociendo el primer aspecto y ad su Arte; y su poesía, con estilo propio, mitiendo la crítica, únicamente verda conduce a un pasaje colmado de una dera y fructífera cuando procede de actitud analítica, al contemplar con ple una autoridad respetada por el conoci. no raciocinio la grandiosidad de la exismiento consciente sobre una materia, tencia y la pequeñez inconsciente y midebo inclinarme hacia una apreciación, serable de la mayoría de los hombres no profunda pero sincera, sobre la obra, que habitan esta Tierra.
la personalidad y el carácter de JOR Su poesía, antes que el lirismo y el GE IBANEZ.
tan andado valor romántico, está imQuizá la mejor manera de descubrir pregnada del tinte indestructible cuya Jorge Ibáñez lo valeroso y grande de una obra poé. base es la filosofía; oscilante entre un 1940 realismo agudamente analizado y un absurdo, a fuerza Relativo a su personalidad, JORGE IBAÑEZ mantle de razón, difícil de refutar. La forma está pues en fun ne la actitud humilde y sencilla, propia de su intelecto, ción del contenido, constituyendo, de tal suerte, el ve frente al medio que lo rodea; y la relación con sus con, hículo indispensable portador de su mensaje.
géneres alcanza en él una meta anticipadamente fijada, Llega así su obra a constituir un tipo tan difícil co la de conocer en cada caso el desarrollo del pensamien mo original que bien alcanza el nombre de poesía filo to, y así, con una concepción muy propia de ORTEGA sófica.
GASSET, cataloga al individuo prescindiendo de su títu.
Su carácter. En cuanto comprendemos verdadera lo, sus circunstancias o categorías, y sólo tomando en mente un poema de IBANEZ, descubrimos su carácter; cuenta la profundidad y grado de evolución en su fory es que éste se refleja claramente en cada uno de aqué ma de pensar.
llos, lo cual sucede cuando el artista no sólo se siente poeta, sino que lo es.
Guadalupe. 1964.
Cuando me miró este hombre.
Sol y hielo Por LAUREANO ALBAN LOS DERECHOS DEL HOMBRE. Sobre los intereses políticos y religiosos El hombre mira al mundo. El mundo persiste el interés del hombre como se está pudriendo. El hombre se pudre hombre. La diplomacia (a pesar de tocon el mundo. Esta es la posición de la das sus cochinadas. nos permite ir oximayoría de la humanidad. Las rosas se dando las bayonetas. Cristo se viste se venden junto con los huesos y los sexos. obrero y suda con nosotros y se enferEl hombre corriente participa y acaba ma con nosotros. El amor justifica el amando esta venta.
amor como razón y camino del hombre.
Sin embargo, hay voces que de tiem Las viejas imposiciones caen para no po en tiempo nos limpian los oídos y levantarse. La libertad se mezcla con el nos obligan a mirar de frente. Algu aire y todos podemos respirarla.
nos gritan escandalizados ante la verPara esta renovación total, hacen dad, otros piden recata para tapar los falta voces de madera. es aquí dondad, otros piden recato para tapar los de la poesía, como los siglos lo demuesvoces trascienden y a través del tiem tran, es la primera de las lanzas. En po siguen limpiando la entraña de los Costa Rica ha reventado una nueva gehombres.
neración de poetas que no admiten la Durante este siglo la humanidad hoja de parra para ocultar la vida: que ha tenido demasiados hombres francos no aceptan los hospicios para que la para seguir engañándose. La compren vejez no afee nuestras calles que no to sión fosilificada de los grandes seño leran las castas porque la única casta res cae ante el peso de un verdadero que viven es la del hombre; que luMarco Retana humanismo. La curidad (en su sentido chan contra una Costa Rica de carre1938 histórico de castas) rueda al paso de tas, folklore conformista y mitos falsos ya no es Costa Rica; que saben de esta patria llena de tarios. Marco Retana no es ningún señorito ni ningún literatos fósiles que aún se andan con tapujos; que creen poeta señorito de los que tanto abundan en Costa Ri.
In el amor y en la inteligente tolerancia del hombre por ca; Marco Retana es un hombre con el alma muy bien 21 hombre, como las primeras raíces de una paz duradera. puesta en su lugar que ama demasiado a la humanidad Marco Retana es una voz de esas. Lo único que él para callarse, que siente la belleza como algo muy nuesquiere satisfacer es la verdad. Por ello, lejos de toda po tro para pasar a su lado sin cantarla, que sabe al hom.
sición política y religiosa, lanza su palabra humanista y bre demasiado miserable para dejarlo como está.
desnuda para que todos la bebamos. Se une a las voces De los veinticinco escollos que lleva sobre la frenque a todo el espesor de la Tierra presienten y viven es te como él lo dice. sabemos que nació en Guadarrata EDAD POSMODERNA. donde el hombre verdade ma de Desamparados entre el 11 y el 12 de Agosto de ramente empieza a respetar al hombre, donde la diver 1938, que es Bachiller en Ciencias y Letras del Colegio sidad es básica en la sana individualidad que a todos Omar Dengo Nocturno, que actualmente cursa estudios concierne, donde se efectúa un maravilloso salto de la de filología en la Universidad de Costa Rica, y que el fu maquina a la mente y al corazón. donde Dios deja hue turo por delante es demasiado ancho.
llas y se viste de obrero.
Su poesía observa la influencia congénita de Lorca, Marco Retana no tiene un elegante auto deportivo, ahora muy bien digerida; trozos de piel a lo Vallejo; lani asiste a ningún Club de señoritingos insensibles a grimones a lo Hernández; pero, sobre todo, una originaconyersar estupideces; Marco Retana no tiene un millón lidad esencial, una violenta ráfaga de sales, un caballo en el Banco ni acostumbra pasar sus vacaciones en Eu desbocado que sostiene en delicado aquilibrio una flor ropa; Marco Retana nació en una casa de pobre y vo. Sobre el lomo.
16 machete y pala desde muy pequeño; la tierra humilTodo esto viene a ser la mano que un poeta nos exde de su pueblo se le pegó a los poros y desde entonces tiende, que nos está diciendo lo que millones siguen ca.
le arde la piel. Pero Marco Retana tenía ante su asombrollando, y que debemos oirlo.
un mundo demasiado ancho, y trabajo y estudió y tra.
bajó, y hoy lo encontramos cursando estudios universi San José, 1964.
Cuando hay asalto de crímenes en todos los silencios y el pan apenas es feto detective de un mañana.
Cuando hay miles cristos clavados en los vasos de cantina y el público rinde aplausos a las muertes de espectáculo. Nosotros los hombres, distantes y unidos Cuando en los puentes brillan las espadas del suicidio, sensuales y blandos; farsantes y necios, y rien las piedras, abajo, como cangrejos ebrios.
morimos, los muchos, en pos de las nadas, Cuando la voz del orden dice: sucios. miserables!
bebiendo la sangre que sangran los genios.
y el orden mismo se agacha para alzar nuestras monedas.
Cuando hay hormigueo de niños en todos los vientres negros Nosotros los hombres, capítulos vivos y el hambre engorda su ejército de moscas asesinas.
de un cuento no claro con claros tropiezos, Cuando hay amor en el mundo; cuando hay amor y humanismo, medimos el néctar que da la existencia y se ven tropas de sangre protegiendo los billetes.
con fe de existencia, con locos engendros.
Cuando hay rosarios de nervios en la novia doctrinada y brotan en muros altos los prejuicios de familia.
No andamos el orden que cure la lepra Cuando hago inviernos de sapos en mis pálidas escupas que el paso del mundo recibe con besos.
y escribo orejas de polvo, sobre el polvo, para oírme.
Se vaga, se vive: fatal caravana Cuando los rostos se abren para clamar sus cloacas, que llena un abismo sin luz de esqueletos.
con la morcilla diaria del mito y el trabajo.
Cuando me miro este hombre; como una náusea de Sartre, Ya hundimos mil siglos sobre otros rescoldos legitimamente muerto por el mundo que no logro, de inmensas edades que el hombre fue haciendo.
quisiera ser un Dios bueno, para salvar al hombre; Burlamos los dioses de xeinas y reyes.
quisiera ser un buen Diablo, para destruirlo todo.
y creamos las guerras de cuadros horrendos.
IBANEZ. 64 Ya alzamos los ojos más altos que el Cóndox.
Matamos la duda de muchos desvelos.
Dormimos el tiempo con cantos de cohetes.
y hallamos tanto hombre con vida de perro!
Dolerá a la Vida, cuando el sol nos queme, ser madre inconclusa de trozos de hielo. Quiere hacer el hombre gigante perfume pero solo logra su propio veneno!
DE PO STARRICENSES Los hijos malditos Ibáñez 64 He visto labios rotos resecarse en las aguas.
Dentaduras quebradas de masticar el aire.
Mujeres doloridas que se agitan redondas, y bocas que se herrumbran, y bocas, y más bocas.
Siempre la tierra toda se puebla de suicidas.
El semen se derrama como vasos partidos.
Los hijos nacen diario se entregan nuevas vidas, a una tierra estéril sin surco y sin caminos.
Cristo se está cansando de mirar los desmanes, de mirar las orgias fructificando enclenques, de ver los hijos débiles henchidos de ignorancia, y padres fornicando con las panzas vacías.
Canción como tantas Amigo: ni usted, ni yo, tenemos (culpa de que hicieran el mundo.
Si hubo guerra, no es nuestra: si hay miseria, mi mesa tiene panes de sobra.
Mi pozo está henchido, como tinaja fresca.
Mis manos son sin callos, y es nueva esta cerveza, y este zapato nuevo todavía está en la tienda. No! Ni usted ni yo tenemos (culpa.
Posiblemente. mi mesa no (no es su mesa; y aunque yo esté caliente, sus hijos esta tarde se mordieron la frente, Sul esposa está preñada y yo no tengo esposa su hija está en el hoyo: yo, en fin, camino solo.
Debe entenderme, amigo. Ni usted ni yo tenemos culpa.
Retana 64. Cristo no está obligado a servir nuestra mesa. le basta con las bombas, le sobra con las guerras.
Es hora de que alguien grite hasta reventarse, es hora de olvidar púlpitos sin escrúpulos!
Que no sobren cadáveres y falten sepulturas, que cada labio tenga una sonrisa cierta, que cada voz se fugue hacia las noches duras, llevando una bandeja para todas las puertas.
Brisa infinita Sí, el hombre es su propio fin. su único fin.
Sólo hay una vistoria y es eterna. Es la que no conseguiré nunca.
Albert Camus Yo soy, lo digo siempre, el dragón incendiador; la estrella muerta que muere fastidiando su cielo; la ración de lo triste sobre el plato sin bordes; la blusa tejida a mano por la princesa ausente, Yo soy, y lo repito, gigantes hermanos hombres, milagro apenas abierto sobre la pizca del polvo.
Yo soy, caníbales míos, la cuerda de los ahorcados; la camisa prostituida por esta sed amorosa.
Yo soy el inmaculado por las hambres repentinas.
Yo soy el buey de mi crimen, de mi crimen que repite mi historia estrecha en el cosmos: imaravilla. cochinadal Yo soy la aguja de sangre sepultando las dinamos de estos huesos silenciosos que defecan en silencio.
Yo soy el ojo maldito mordiendo tiempo en el césped yo soy la sentina de oro; la crueldad de las caderas.
Yo soy esta piel de angustia con sonrisa en el idilio.
Yo soy oso paranoico con abrigo de tormenta.
Yo soy esqueleto de agua pariendo espirales rojas.
Yo soy aguja de sangre cruzando un pajar de absurdo racimo de bultos siendo sin explicar ausencias; superboblación de bocas repetidamente muertas.
OY soy el sauce del vicio con veinte ríos en los dedos.
Yo soy, job bestias. ob bestias. crucigrama de martirios; la inmensidad de un dedo señalándome la estrella; la parálisis andante de la gran metamorfosis.
Yo soy el cuervo pequeño sobre la tumba grande.
Ibáñez, 64 Que haya un lecho aguardando los cansancios futuros, que haya una escuela en donde se descubran los mundos, que las tierras vacías se transformen en mundos, capaz de darle savia a los labios maduros para entonces seremos los hombres en el mundo.
Retana 64.
Monotonía Paso a paso van mis dedos entraña adentro en los surcos.
La misma calle en su color de niebla, la misma mano, y el mismo lápiz en que el miedo tiembla.
Mis miradas no confundo con grillos ni usureros, ni me asustan los ladridos, ni me hace mella, el invierno.
Si estoy en un prostíbulo, me muerdo; si voy a una iglesia, me remuerdo, y me temo si toco alguna mano.
Todas las veces raras, con su espejismo largo, la brisa me transmite sus historias pequeñas.
Me ha dicho de alpinistas que fabrican cadáveres con sus botas de genios tristemente imprudentes; me ha dicho de presagios que se tragan las olas con sus gruesas mandíbulas de espuma solitaria; me ha dicho de poetas que adulteran el barro para vender estatuas de caricias enfermas; me ha dicho de mujeres que se cortan el vientre para encontrar, de pronto, por la sangra del sueño. La Piel de Zapa que llene sus deseos imposibles, aunque después las noches no duren para el hambre.
Me ha dicho de misterios; de castillos oscuros donde vivieron reyes reinando de rodillas; clonde hombres especiales caminaban llorando con romerías de esclavos persiguiendo la muerte; me ha dicho de caminos que desconocen piernas, y que saben que hay cercas que separan lo eterno; me ha dicho de estos hombres locamente viciosos que doran ataúdes con medallas y flecos.
Todas las veces raras, con su espejismo largo, la brisa me transmite sus historias pequeñas.
Hoy me viene pagana; mañana me coagula la frente de caprichos que conservó el recuerdo.
Luego se viste roja, con la savia del ruego que va tiñendo las tumbas de los mártires castos; o se convierte en árbol, o se vuelve reclusa para encontrar el diablo que duerme en las botellas.
Después el terremoto de los muertos prejuicios broncea su piel de niña para mirar la ruina.
Después el aspa negra del ciclón la desboca y el beso suave y blanco la eterniza en el agua.
La brisa es una enorme felicidad secreta que jamás tiene muslos para entregarse al hombre.
Ibáñez 64 Las puntas de los árboles Igual azul que verde está mi pelo; ni me importa que majen mi zapato, ni que me escupan o me digan algo.
Para el hombre están mis (plantas. camino de los tullidos Para las mesas negadas tengo mi mesa en su sitio, Como un tranvía eterno voy sin verme, paralelo a mí mismo y a mis piernas; ni me muerden los perros de la acera, ni me ladra la queja del invierno.
Retana 64.
Héme aquí con veinticinco escollos sobre la frente Retana 64.
Cansancio de injusticia Inútil, como piedra, me parece este muslo, y lo siento cansado, cual si cargara adioses, pues cada pisotada que lanzo, son feroces pisotadas al aire, que le duelen al mundo.
Porque me puse en silencio Porque me puse en silencio y vine un rato a este suelo, se olvidaron de mi esfuerzo hecho a mecates y a sebo; se olvidaron que en mis dedos llevo anillados mil miedos; que ni me tiemblan los cerros; que mi juventud de cedro no conoce cerca o lejos; en fin, se olvidaron todos, porque me puse en silencio, que mi barro fue quemado con humo y llama de eterno.
Las puntas de los árboles no conocen el teléfono, ni saben que una mano de madera es eterna.
Jamás abren los ojos para mirar lo opuesto.
Tienen barba y zapatos; primavera en los dedos, y se comen la existencia por escaleras verdes.
No saben nada de sexo, ni de guerras de uranio.
Maduran premios de frutas para los poetas tristes.
Dan ajorcas de jade a las niñas quinceañeras y buscan a Dios, a ciegas, cuando el hombre les grita Sus sombras, sin banderas, llevan la flor de domingo a todos los amores de las bocas furtivas.
Son las reinas del parque, donde un libro contempla la cara del joven triste que estudia el Universo.
y les gusta pararse junto al muro más alto para oír los antojos de los novios que tiemblan. veces, por la lluvia, se mueren incendiadas, porque hay truenos burgueses que construyen gavetas con las maderas blancas de sus músculos tibios.
También los leñadores les entierran sus lenguas de hierro y sebo, y comprenden que para ellas nunca los elfos humanistas han abierto hospitales.
Las puntas de los árboles no han herido a los hombre nunca han dicho a los niños que sufran en sus ramas.
Por eso es que la sangre siempre es verde en la selva, como una queja perenne de los crímenes raros. muchos ya les duelen mis palabras antiguas, a otros ya les pesan mis futuras palabras, y muchos nunca sienten que pasan como aguas mis maldiciones mudas, mis gritos como niñas.
Eterno trajinar sin pecho y sin escudo, recibiendo salivas de todo aquel que pudo acercarse a mi rostro, sin mirar mis fatigas; yo estoy como las faros perdidos de los puertos, mordido por aguas, como perro sin dueño, mientras todo el que puede se me acerca y me orina.
Mi poeta no duerme.
Mi poeta pulpo es de la duda eternable.
Desesperada hormiga con antenas de acero quebrando las cortezas del abismo. Vida, mundo, poetas. y aquí estoy, de la cola del hombre que interroga.
Ibáñez 64 Retana 64 Retana 14.
Ibáñez 64 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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