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Sábado de Mayo de 1964 LA PRENSA LIBRE B COMENTARIOS ARTES LETRAS NUEVA POESIA COSTARRICENSE Colaboración mensual del CIRCULO DE POETAS COSTA (Plan de Difusión Artistica)
Poetas, desconocidos o conocidos, el CIRCULO DE POETAS COSTARRICENSES os llama a la unión, a la lucha incesante por la conquista de un verdadero despertar cultural en nuestro país.
Llegad a las reuniones: los miércoles a las 7:30 de la noche, en los locales del INSTITUTO COSTARRICENSSE DE CULTU.
RA HISPANICA. sita; doscientas varas al norte del Templo de la Música.
Dirección Postal: Apdo. 4287, San José.
La ingenua poesía social de Jorge Debravo EXPOSICION partir del ocho del presente mes tendremos en el salón de exposiciones del Ministerio de Educación Pública la tercera exposici in organizada por la DIRECCION GENERAL DE ARTES LETRAS, esta vez con dibujos de CARLOS POVEDA, joven raíz artística. Sus dibujos tienen un inconfundible olor a piel humana, y saben encerrar en el peso de una linea: un perfil, un torso, una cosa flexib u torcible como cualquier brazo.
por el camino pavimentado de lo que no cuesta. Que no se crea poeta, sino aprendiz de poeta. que cuando escriba, lo haga sin pens sar que está haciendo una obra imperecede ra, sino al contrario, una obra llena de ma, las lagunas de agua estancada, que no todo es manantial cristalino. Es esta la única forma de llegar algún día a una superación creadora personal. No le importen las influen, cias, ni la crítica envidiosa, que le importe el trabajo, escribir y saber romper a tempo volver a escribir.
La poesia es para el hombre uno de los trabajos más nobles y cada poeta debe tray tar de ennoblecer cada día más, eso que bus ca hacer: poesía.
Pueden cambiar las escuelas y las nuevas generaciones cometer el pecado de olvidar las viejas y hasta de burlarse de ellas. Esa actitud revolucionaria como ahora la llaman, es negativa. La poesía moderna, no tiene su eslabón perdido, es consecuencia de los poetas de otras épocas y otros estilos que la han precedido. Estamos en un tiempo en que el hombre creador ocupa un sitio de honor en.
tre los que construyen un mundo más lleno de esperanza. Debravo siente en sus venas e calor y el desasosiego por la justicia, por a.
bolir los viejos sistemas que dividen la hus manidad, y para que la miseria sea un mito legendario. Así lo expresa libremente en es te democrático país que busca enfilarse en la poesía comprometida por el hombre, por la causa del hombre y por el valor del hombre, En su canción Divina dice: JORGE DEBRAVO Los deshabitados Oración por la justicia junto a su lecho de enferma Arturo ECHEVERRIA LORIA El poeta Jorge Debravo, es en el grupo de los de Turrialba, uno de los poetas que más hondo ha penetrado en el drama social, sin hacer de su trabajo una obra de versificación partidarista. Su poesía por social es humana y cubre el territorio del hombre por el hombre mismo, sin ideologías ni religiones que lo aten para expresarse con ternura ingenua sobre los problemas que le atañen.
Encuentro en este grupo de poemas de Debravo, una candorosidad que cubre su expresión y la hace cristalina y pura. Es el responsable de su pensamiento y lo expresa con el fervor de un ángel que blandiera su espada de fuego sobre la miseria humana y tratara de destruirla para siempre. Eso es sorprenden te y entusiasma a los viejos que como yo, ven en la poesia la razón de existir, la razón de ser y la de conocer el mundo. Ya no puede existir el canto solo para el cisne que se muere, ahora el canto es para el hombre, para el trabajador, para la compañera del hombre y el canto es comprometido no con los partidos políticos sino, con la humanidad.
Debravo tiene en estos poemas, en este gru po de poemas, el fulgor encendido de la protesta, la llama quemante de las voces que se dirigen al pueblo e increpan la miseria condenan el acaparamiento del pan, no sólo el de las espiga, sino también el pan del espíritu, que lo maneja la prensa venal, la que quiere senalarle al hombre el camino que debe seguir para que los detentadores de la riqueza sigan siéndolo. Libertad de palabra para el que es su esclavo, cárcel para el que pide un mundo nuevo.
La poesía social tiene en Debravo un magnifico exponente. Porque esta ve y siente la miseria que en pleno Siglo XX es una anomalía, es un cáncer en el corazón del pueblo.
Hay algunos poemas frustrados, como Ora ción por la Justicia junto a un lecho de enferma. la sensibleria mata la buena intención de poema. así algunos otros que no oscurecen su paise e poético. No los vamos a senalar, los dejamos a la curiosidad y a la interpretación del lector.
Los viejos saben más de algunas cosas, pero el diablo sabe más que todos los viejos y cuando el diablo de la poesía se introduce en el cuerpo del hombre ni los conjuros, ni las enigmáticas palabras, ni el agua bendita de la crítica simplona puede desalojarlos.
Debravo tiene el diablo metido entre pecho y espalda. tiene juventud, y tiene deseos de crear. Qué más quiere?
Que se cuide de lo fácil, que no se deje ir Son trozos de abandono, cuajarones de miseria, semillas de desamparo tiradas en los surcos de la tierra.
En los surcos germina y en los surcos se agrandan hasta levantar cuajarones de tristeza a la altura de los árboles más grandes.
Sus casas no son casas: son socavones de muerte donde se agitan fantasmas de desesperanza y sombras oscuras como momias resucitadas.
Los he visto caer en sus bancos salvajes, al regresar del trabajo, como fardos de muerte y de fatiga.
Los he visto tragarse su alegría fracasada que les suena en la garganta como el agua que baja por las gargantas de los caballos.
Hasta el cielo tiene puertas de hierro para ellos. Tienen que desollarse los nudillos golpeándolas durante muchas horas y semanas antes de que les sean abiertas.
No hay casas de madera ni de amor para ellos. Son como estacas clavadas en los linderos de la vida, donde ya nadie se acerca, porque un resbalón pequeño los podría empujar a los terrenos de la muerte.
Padre Nuestro, perdónala! Fue una pobre muchacha demasiado insinuante, carnal y deliciosa.
Su belleza era un agua que no hubiera cabido ni en los mares más grandes de la tierra.
Fue demasiado hermosa para los despreciados.
Fue demasiado bella para los sin almohada.
Fue demasiado dulce para habitar un rancho.
Sus ojos eran grandes, como lunas maduras, sus manos demasiado tiernas para el trabajo. grandes dentelladas comeríamos el pan y todo sería amable debajo de los astros.
Despacio lo comeríamos, porque ya no habria prisa: cada uno tendría su parcela de pan, su calabazo de agua, y ninguno la pena y ninguno la lágrima.
Quiso ser dulce a veces, quiso ser buena y dulce, pero su gran belleza la aplastó como un cerro.
No pudo soportar su hermosura: fue tanta que le doblo, lo mismo que junquillos, los huesos Tuvo miedo al trabajo: era muy delgadita, muy débil, muy sumisa, como niña de cera.
Se aficionó a la orgía, al lujo, a la liviana vida de la chequera y la mesa servida.
Este es el credo poético de Debravo, inge.
nua poesía social, llena de respeto para el pueblo. Poesía que revela la intima convice ción del poeta que dice con sencillez su pens samiento Ingenua y simple y cristalina, no malea.
da por el odio, no encendida por los carbo nes de la ira, sino, simplemente brotando de sus labios, como brota la hoja de la rama del arbol. Debravo es un poeta íntegro sumergido en nuestro tiempo de angustia, abreva en el pozo amargo de la vida cotidiana y no tiene que bajar escalones de ninguna Torre de Marfil cuando quiere conversar con el pueblo.
Se examinó las manos y se las vio tan suaves que no quiso arrugarlas lavando ropa ajena.
Se vendió por millones de monedas, Dios nuestro, no pudo soportar los trajes miserables que visten las esposas de los pobres.
En ruinas, triste, ojerosa, agónica, se retuerce en el lecho de los enfermos: nada puede resucitarla Le pesa su ignominia como un saco de piedras, se dobla fatalmente hacia una muerte mala.
Canción divina Yo quiero un pan, hermano, grande como las aguas de los mares.
Ancho como las grandes llanuras de la tierra.
Espeso y generoso como una montaña.
Un pan que no quepa en las cavernas más hondas de la entraña.
Cuando encuentre ese pan correré por los campos, recogeré los hombres más tristes y más flacos y los llevaré todos a sentarse a mi mesa.
Perdónala, Dios nuestro! Era buena e ingenua.
Los hombres le engañaron la estrellita del alma.
Fue demasiado hermosa. No pudo soportar las sonrisas alegres de los buenos galanes, el llamado potentes de los palacios, las camas de alegria, las alhajas.
Ningún cántaro podia contener todas sus aguas. Nada podia contener su chorros de belleza.
Paisaje en negro de tumha POET CUL002 COSTARRI TARRICENSES grandes dentelladas comeríamos el pan y todo sería amable debajo de los astros.
Despacio lo comeríamos, porque ya no habría prisa: cada uno tendría su parcela de pan, su calabazo de agua, y ninguno la pena y ninguno la lágrima.
Después de la comida cantaríamos canciones de alegría y (entusiasmo. en todos los altares de los templos colocaríamos un trozo de pan fresco y lo reconoceríamos eternamente como al más tierno dios de (todas las edades.
Prostituida, vendida, hecha trapo de fango, se nos muere esta noche, como cualquier enferma.
Hay un chorro de odio siempre a nuestras orillas.
hay barreras de miedo grandes como montañas.
Hay terrores resecos, sin amor, con las huellas de las sandalias muertas de los que se han perdido.
Hay colmenas malditas donde todo es amargo y las abejas zumban como remordimientos.
ne radio Presagio de fuego Hay caminos torcidos, que avanzan, retroceden y se quedan dudando.
Hay huertos donde nunca ha crecido un espárrago, donde solo el fracaso se encrespa y se desborda como un río.
Itimno en Do de muerte Debajo de la tierra oigo sonidos roncos.
Sonidos como de manos que se vuelven raíces.
Como de inmensos dientes masticando metales.
Bajo sombras y estrellas escucho ese sonido, despertando los pueblos, emergiendo a los pueblos, despertando las casas, sacudiendo las casas.
Patria mia, Costa Rica, con qué labios de alegria y de entusiasmo he de cantarte himnos, si mis palabras son amargas como mirertes? Con qué guitarras dulces he de alegrar tus noches, si las cuerdas resuenan como golpes angustiosos en paredes de tumbas?
No es el agua de los mares desbordada: Es más ancho que el agua.
Más ancho que los mares y sus lianajes de algas.
No es el fuego de la tierra desbordado: es más hondo que el fuego, viene del hombre mismo, de las raíces mismas del planeta.
Yo te digo Poema que me perdones, Patria, estas voces de sangre.
Yo no tengo otras voces. Angustiado escarbo tus montañas y tus valles en busca de alegría y me encuentro tanta muchacha sin vestido y sin ternura, tanto niño sin leche y sin vestido, tanto peón sin cama y sin almuerzo, que sólo puedo andar con el lamento a rastras y agitar esta voz de animal castigado.
Hay silencios malsanos, puertas tristes, por donde nadie pasa.
Hay almas que no son, que no pueden ser almas, porque daría vergüenza llamárnoslas hermanas.
Hay mareas de frío, bleadas de tristeza, soldados y verdugos.
Odios con grandes jarras de alegría al alcance de todos. Hay muñecos de pena en los más tiernos rincones de la guerra.
Hay milagros profundos hechos con egoísmo y mixtura de oro.
Hay calabozos rudos para los que no tienen justicia en la chequera.
Hay remansos de soledad para bañarse a diario con todas las tristezas.
Hay templos donde comen la carne de los pobres en nombre de un profeta.
Hay aguas de pecado para bañar los niños y los adolescentes.
Hay relámpagos rojos que andan matando niños, desmenuzando ancianos, desesperando pobres, por el solo pecado de ser pobres.
Pero hay también, en algún sitio desconocido, tal vez al mismo lado de la mano, una luna de amor, blanca como una sábana, grande como la sábana de Dios: la luna buena, grande, blanca y frutal de la esperanza. Es la planta del pan rompiendo piedras para llegar a todos.
Es el agua de amor haciendo huecos para regar el mundo.
Tengo a mi patria siemre en la mano.
La miran mucho mis ojos claros.
La besan mucho mis labios mansos.
Yo no puedo guardarme en cueva de alegría todas estas angustias, todas estas fatigas, todos estos dolores! Me llaman, me penetran.
se hacen carne mía, sangre mía, y yo no puedo sino derramar cantos agrios como viejas campanas doblando por tus muertos.
Es la Justicia abriendo, descerrajando montes para salir al campo.
Son las camas, los besos, las camisas que vienen hacia todos, para todos.
Es la gran huerta que los muertos han sembrado debajo de la tierra, qun se abre campo, ardiendo, hacia arriba, hacia el hombre, cargada con los frutos que nunca han existido en la piel de la tierra.
Quiero a mi patria siempre en la mano.
Mansa y pequeña como un garbanzo.
Sin rifles negros.
Sin sables anchos.
Vuelvo los ojos, busco, y veo perros, gatos durmiendo como principes en lecho de lana y de ternura. Veo mujeres acariciando perros y wisquies y baraias.
mientras miles de niños vegetan como postes clavados en mitad de la miseria.
Ranchos de amor La quiero dulce para los bajos.
La quiero tierna para los altos.
La quiero buena para los malos.
Palabras Yo sé que no ofendes, Patria mía, por este guitarrón desafinado que te traigo en las noches.
Se ofenderán los ricos en sus camas de seda.
se ofenderán los grandes en sus autos de Europa se ofenderán los sucios demagogos que cantan canciones de alegría, bordoneadas de eructos.
mientras están de pie sobre un vientre encogido y enerespado de anemia.
El corazón conversa y sin embargo nadie contesta ni comprende nada.
Dice que el hombre es un bocado amargo, que ha de cambiar de traje y de mirada, Por eso a veces la llevo al campo, le cuento historias de niños sanos, de ancianos dulces, de lindos ranchos.
Yo no sé con qué maderas grandes trozos de dolor, construir rancherías de amor! troncos podridos y negros, Hacen falta tantos ranchos bateas sin corazón.
en este mundo de Dios. Como cerdos blasfemados, que no alcanzarían los árboles gotereados de estupor, de toda la tierra. Hoy van rodando por la vida que he mirado la vida sin un pedazo de sol.
con mis ojos de dolor, Detrás los grandes, con látigos, he visto tantos ancianos gritan y baten alcohol, destechados bajo el sol, pasan cargados de iglesias. tantos niños sin paredes, crucifijos de rencor, tantas muchachas de helor, ministerios de piel negra, que me ha corrido en la carne esperanzas de visón. un desolado aguijón, todo es una gran sombra, porque no hay maderas buenas un gran frío, un gran temblor.
para hacer ranchos de amor, un gran rebaño de tristes El ministro siembra cedro pidiendo ranchos de amor, de egoísmo y de ambición. y no hay maderas, no hay El rico corta laureles maderas de corazón de injusticia y de rencor. no hay un o de ternura El sacerdote cepilla en esta tierra de Dios.
maderas de sumisión.
Para el pobre solo quedan que no debe reir porque en la tierra alguien está muriendo de odio y frío, alguien hornea pan para la guerra, alguno tiene sed y pide un río.
Tú no te ofenderás, pequeña patria mia.
Tú tienes una voz, como la mía, amarga.
Tú sueñas con milagros de amor y de esperanza.
Con panes resbalando sobre todas las mesas.
Con trajes resbalando sobre todas las perchas.
Con casas resbalando sobre todos los cerros.
Le digo que hay países anchos donde no existen dioses metálicos.
Donde no hay primos: que solo hermanos.
Nadie comprende nada, sin embargo. el pobre corazón suda y blasfema y golpea las puertas angustiado.
Yo te he visto, de noche, sacar una cuchilla, y cortar, por tristeza, los racimos de estrellas.
Se mira para adentro, se ve amargo, toca la vida y el rencor lo quema, toca la muerte y cae de costado.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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