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LA REPÚBLICA DIARIO DE LA MAÑANA. la después de impregos y se dejabat quilos nidos, inmoviles entonces, por el glando su matrimonio y en dulces colo bies los celos. Celos! exclamó Pedro, primeros criminales destinado a la Isla respeto que parecia guardarten el viento, quios de amor prsaban las lors, espe yo también siento y ella quiere sangre descontar sus pense y Pedro saltó tie No somente este holder los gallos estudos escuchando de su inocentes quere dietazoase en courses com mís! y al decir esto di rra antes que sus compañeros.
Algún tiempo después el Gobierno rey el ruido de las aguas de Astures, que llos y se cremovió, insensiblensante se le po derecho, dejándole sin el arma que olvid trasladar el presidio la Isla del naciendo en La la ultiplanicie a vo repaguancia al recogerlo. De pronto sin la mano, poes le cortó huesos, tendo se restableció el presidio de San Lucas.
siento de la villa de Aserri.
sintis que una mano se posaba nobre els nes etc. Ná, no Pedro, esa sangre no, la Asi trascurrieron dias y dias, y Pedro no Como tres kilómetros de doode nace hombro izquierdo: era Rafaela que ya es otra, la otra, gritaba Rafaela, dasde fuera pensaba mas que en los de existencia de ese río y a unor ciento cincuenta metros taba de voelta y que se llevaba a Pedro del rancho. Pedro bició de nuevo Jo que había privado a Juanaçà las penalidaal Sur del mismo, se occuentra una pe unos cuantos pasos del rancho, para que se: ells, ella, el nó, repitió la voz des forzosas agregaba Pedro otras volunqueñin casa situada en una meseta eleva no fuera oido el siguiente diálago: de aquelle hiena. Pedro levantó el co, tarias: Se couvirtiò en enfermero de su cla; alli habia una mujer pequeña, morc Todavía no hay nada, Pedro de mi chillo y se lo descargó José, cortándole compañeros procaro hacerles todo el na de raza indigena y de unos veinticinco alma?
los huesos, parietal, temporal y mazila lien posible, asf creia aliviar su conaños de edad. La tarde de que nos ocn. No. cinsistes Rafaela mia? Porque ros superior inferior en la dirección de ciencia y sanar sa corazón, Un dia se le pamos, se mostraba silmamente preocu te estorba esa muger. Cómo si insisto, izquierda a derecha y dejando a José te dijo que estaba en libertad y se vino; la pada impaciente, asomándose cada vacilis Ese es el amor con que me parolcándose en charcos de sangre, salió esposa y familia lo recaszaron. Sustapte a la puerta y dirijiendo su mira gas el amor inmenso que te profeso? Paes del rancho. Rafaela sulio se encuentro El autor de estas lineas bablado ya da, ya al camino, ya al horisonte: en una bien, Pedro, sabes que estoy resuelta haciéndole cargos terribles sobre la muer rias veces con Pedro; esta completamende esas ojeadas dijo. pero entonces immés seré tuga.
te mas llevar cabo, yo sola, lo que he pens. do; ne de José. Pedro jadeante. Arabiesels te rrepentido que a suferido al hombre mejor, la lluvia no y una sonrisa diabólica asomo sus la Pedro se quedo cabixbajo y meditabun lo he conocido hasta que hori a esa pubre trabajador y nuy servicial. En este cribios Las sombras de la noche, estendieron. Te traigo dos cosas, Pedro, toma, y do 11 do ta amante; asimate ese rau in pena, uniéndose las cualidades de esta, por fin su manto sobre la tierra, ilumina le dió un vaso lleno de licor, despais lecho y fija en tu memoria el recuerdo de con las de Pedro.
y intervalos, dio un beso, diciéndole: Ya sabes cuanto que mires, squieres sangre allí hay por te quiero. no me hagas sofrir por más bastante: ya yo la vi, la oli, la oí Cser, me contrajo matrimonio con Rafaela; tienen oir el estampido de lejanos truenos me tiempo, yo te dije que esa muger debía está quemando las manos, bo me falta sucesión y son felices; viven en la casa do jor, dijo Rafaela, que así se llamaba la de morir y así será; yoquiero sangre, quie más que es lieberla y tengo sed, pero de esta muger, y agregó. con tal que no fal ro derramarla verla derramar, vé Pe In taya, Rafaela retrocedió espantada y El tagurio de Juana desapareció en su ten. qué horribles son los celos! dro, la noche Dos favorece; no hay ni un buy Pedro no pudo seguiria machs lugar sembraron unas matas de café, y en Truscarrió como una hora cando se testigo.
rats, sentis el cuerpo muy pesado y se el de sus restos, se ve el palo de una croz, presento en la puerta de la casa, un hom. Sí, diju Pedro, José esta alli y. Sentů la orilla de una sadja.
bre joves, pequeño, delgado, moreno y lampiño. Que hay mi querido Pedro, le diga, eso corre de mi cuenta.
José, no dirá nada; el hari lo que yo El aire frio de in madrugada, le hizo San José, Dbre, de 1886.
vienes mojado? preguntó la mujer al re. Como es eso? Rafaela, vos tenes in choso hubiese sido Pedro, sino hubiera contests aquel. neve poco aunque bay. No Pedro, es que igual riesgo correnostraba con sus sombrios colores, toula LOTERIA trazas de que el tiempo arrecie Eso no el si nos descobre, afrmando nosotros la fealdad de su crímen: su conciencia le importa, contestó Ratrola, lo que me impor que el ha sido el autor de. ademas daba gritos y puñaladas semejantes a las ta, agrego es saber si los dos están ahora que vos nadie te ha visto aqui y a él sí que el había causado y le indicaba ser la 6, 000 en el rancho. S, dijo Pedro. Pues bien, Rafaela, José dará la justicia, Jo criatura más desgraciada de la tierra.
repuso Rafaela, yamos antes que apure el se quiere Juana y se casará pronto com Así que amaneció, se miró su vestido y LA SUERTE.
La hasta la casa; y poniéndose el rebozo Jamis, jamás sucedera eso; vamos me se faé a bascar al Juez; qucria aliviar Para ello de enero de 1887.
agua y crezca el rio, despues. que su ella.
el cuchillo, ensangrentados y con paso tirempezó desconder por el angosto y pe Pedro, deja esos temores; nos precisa ir su conciencia del enorme peso, que la adregoso camino que de alli conduce a la nos para arriba y diciendo esto, llens otra gobiaba, confesardo su crímen, y así lo Repetidas veces esta agencia villa. Pronto llegaron a una bifurcación vez el vaso y se lo presentó Pedro, se lo bizo.
ha vendido el número premindo del mismo; Rafaela se detuvo y dijo a Pe hizo apurar, le dio otro beso y lo arrastro Juana murió en la madrugada y fué sepultada a las. doca del dia.
con llo, ojalá que cuando yo vuelva ya haya Pedró entró doblemente ebrio de alco José se le suministraron los auxilios 1000 00 pasado todo! Pedro no contesto, se quedo hol y de amor, tenia sed de sangre, sed espiritaules pradie creyò que sobreviviera!
pensativo mirando a Rafaela que se diri impuesta por una pasión desenfrenada y El proceso se tramite con toda pronti REMITIRÉ LAS PROVINCIAS.
jia al pueblo y despues tomó el camino excitada por el licor, estaba casi loco: sa tud.
de Las Mesas, y se detuvo frente un có el cuchillo y le dió una estocada a la Pedro tuvo allí ccasión de encontrarse LIBRE DE PORTE.
rancho; allí se detuvo observar lo qne desventurada Juana; esta exclamo:que con Rafaela; le pareció horrible esa ma San José Diciembre de 1886.
en el pasaba. Cerca del faego había dos mal te hice yo Pedro? y se quedó postra ger y cra natural todo su amor se había TEODORICO QUIRÓS.
bos esa jovenes y de raza indigena; José dolor. Rafaela geit más Pedro, quiero Pedro se vio condenado presidio en Culle de la Cutelral, No 5, frente a la y Juana eran sus nombres; estaban arre más, quiero ver la sangre son tan horri. San Lucas. En aquellos dias salían lus) Botica de Darán y Nuñez.
24.
SCPLICIÓ DE nismo, debin haber nacido en el siglo XIII. Hablaba poco, porque pensaba más que hablaba, coas que no es común en puestros dins. Dedicábase al estadio y la meditación, y vivía más dentro de sí mismo que en la vida exterior. Su anhelo era casarse con Margarita y retirarse al campo, pues la agitada vida de la corte le era antipática Margarita por el contrario, adoraba la opulencin, los bailes, pases y fiestas, el vértigo de la sociedad madrileñn tan fion, tan brillante, tan amena y seductora en sa dorada superficie.
Margarita no araba sa primo, y sin embargo Rafael tenía bastantes atractivos para ser amado: dos causas que hubik definido con gran éxito le habían hecho célebre. Sa nombre era muy conocido en España; todos hacían justicia sa talento. Hallábase dotado de una figar, no hermosa, pero tampoco desagradable. Su estatara era mediana, san.
chia frente estaba adornada de cabello castafio, y sus ojos, fatigados por el estudio, sc ocaltban bajo unos lentes que nunca abandonaban. Un poblado bigote de largas pontas cubría sus labios, que parecía no sabine sonreir. Rafael y Margarita eran moralmente antípodas, existía entre los dos la más perfecta de las antinomis, formaban la antitesis más acabada. Por qué no le rechazala Margarita francameote? Porque le halagaba su respetuosa adoración, porqae se sentía an tanto subyogada por un sentimiento que le asombraba con su grandeza, y tal vez por un refinamiento de coquetismo znis bien innato que calculado.
USA COQUETA 21. Toda mujer estei expuesta a que un grosero le diga una insuleacin, parapetado tras el antifaz, eso bien debeis comprenderlo. Al dolor de que te hayan faltado, Margarita, 60 agrega la pena que me causa la triste convicción que tengo de que has dado pis ello. La fama de ta coquetismo hu llegado a todos los círculos sociales, y sin base no se hubiem arraigado tanto tal opmión. No las pensado que el Sentiniento es sagrado y que jugar con él es profanario. No creo merecer tales reproches. Qué queda entonces para la mujer que tiene tres o cuatro novios. Es verdad que tù no los tienes; pero tampoco eres janseuista en ator, porque la moral que en tí existe para ese sentimicato no es nadiu acstera. Debo parecerte fastidioso porque no te dirijo frases agradables como los que te inci osan; pero cuanto te digo nace de mi interés por el bien tuyo. No tiene tu arenga más intención que el bien mío, primitot preguntó Margarita con una sonrisa que quiso hacer amable y resultó sarcástica. Ta mal es incurable: no tienes tú la culpa sino yo que estoy predicando en desierto, pues peor que predicar sordos es predicar a quien no quiere oir. Adios, Elena, me retiro. Quédate, le dijo Margarita asiéndole del brazo, ya serà juiciosa, te lo prometo. Me voy, porque me has desencantado. Pero yo no tengo la culpa de esto, dijo Elena sonriendo; nos has prometido toda la velada y tienes que pagar tu deuda. Me marcho, estoy malhamorado y mi compania no sería agradable. Rafael cogió el sombrero. Margarita se Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica