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LA REPÚBLICA. DIARIO DE LA MAÑANA. LA MASCOTA.
PIESTAS DE HEREDIA.
a.
SAN JOSE.
Establecimiento de primer orden para la renta, por mayor Ferro Carril de Costa Rica. al menudeo, de: DIVISION CENTRAL.
Vinos, Licores Provisiones de toda clase.
Durante los días de dichas fiestas cl 17, 18, y 19 del coPAGES CAÑAS rriente, ademas de los trenes ordinarios, habrá los siguientes extraordivarios para pasajeros de primera clase.
San José Heredia.
Propietarios.
11 p.
Se reciben mercaderias frescas de los Estados Unidos de eredia San José.
11. 45 a.
América de Europa, por todos los vapores.
Se llena con prontitud cualquier pedido especialmente los NOTA. El tren del domingo 19 saldrá de Heredia para que se hacen desde las Provincias.
San José las p. En estos trenes no se admitirán tiqueLos precios son bajísimos, la calidad de los artículos inmetes de millas.
jorables.
San José, Jiciembre 15 de 1886.
Vino Zinfandel y Angélica a 00 botella.
MINOR KEITH.
Se compran letras.
LA MARINA Ngencia general de Periodicos.
La Ilustracion Española y Americana.
La Moda Elegante.
El correo de Paris.
Revista de España, Revista Mercantil de Nueva York.
La Independencia Belga.
Unicos Agentes en Costa Rica, LUJAN MATA.
GRAN SURTIDO DE ABARROTES PRECIOS SIN COMPETENCIA. Vinos franceses y españoles ¡SUPERIOR CALIDAD!
Ojo al BACALAO de LA MARINA HARINA DE CALIFORNIA, de superior calidad acaban de recibir, venden a 10 pesos quintal, Jose Montealegre Ho QUE NO TIENE RIVAL ESA COQUETA 26.
SUPLICIO DE Las noches están frias y no te conviene retirarte a las cuatro de la madrugada.
Ya me abrigaré mucho. No puedo creer que me niegues ese placer, tí que eres tan compaciente. Lo que más me divierta son los bailes de máscaras, y este año no he ido ningaro. Mañana es domingo de Piñata, como si dijéramos áltimo día de asueto, pues el lunes ya empezarás llevarme sermones y novenas. La Cuaresma. Hermosa perspectiva. Verdad, monísima, que me dejarís ir al baile. preguntó Margarita, con mimo, basando Elena. El doctor Zalona, dijo un criado desde la puerta. tiempo llega el doctor, él decidirá. Buenas tardes, señoritas. Hace falta mi voto para alguna cuestión capital Sí, señor; pero un voto en contra de un deseo de Margarita. Creo que ni Ud. ni yo sabemos negarle nada esta hechicera picaruela.
Paes es preciso que tengamos carácter, porque se trata de su bien. En ese caso seré inflexible. Figúrese Ud. que a pesar de sa delicada salad quiere ir mañana al baile quo da la Sociedad de Escritores y Artistas en el Teatro Real. Qué le parece Ud. Que no debe ir. Todos me tiranizau, gritó Margarita haciendo un mohín tan colérico como gracioso. La temperatura cambia de noche, y aunque se en vuelva Ud. en pieles y pongan calorífero en el coche, a la salida del teatro puede Ud. coger una palmonía. Me taparé la boca. No es solo el frío lo que hay que temer; sino otro.
peligro. Todavía más. Sí, Margarita. El calor sofocante de la careta, las luces, las chispeantes bromas, el ruido, el barullo y la sobreexcitación que en Ud. produce un baile de máscaras, alterá su muy irritable sistema nervioso. Vi Ud. el año pasado en un baile tan sanamente agitada, que me asusté, y este año se bau repetido sus ataques nerviosos. No me agitaré, hablaré poco. No, no debe Ud. ir. te callas, Elena. Soy de la opinión del doctor. Ahora comprendo que todos se pones de acuerdo para mortificarme, negándome lo que más me gusta. Con la autoridad que me da el título de médico de ustedes, prohibo terminantemente Margarita que vaya al baile. Si va, me despido de la casa como médico, y sólo quedará el amigo.
Elena miro Zalona con fijeza, asombrada de que empleara tal energía con Margarita, a la cual sabia obedecer como esclavo. Por un instante cayó Elena que su hermana estaba más enferma de lo que había pensado, y se alarmo; pero pronto tranquilizsla su razón, haciéndole adivinar súlsitamente la idea que impulsaba al doctor hablar así.
Pam apreciar los efectos hay que conocer las causas.
El doctor estaba enamorado da Margarita. Esta le hacía sufrir mucho con su coquetismo y por eso sentía celos al pensar que con la libertad que presta la careta una mojer traviesa, el coquetismo de su adorada no tendría freno. El El doctor Zalon era uno de los más distingaidos doctores de la corte, viudo y relativamente joven, pues contaba cuarenta y cinco años de edad, concurría los mejores salones, donde le estimaban mucho. Su figura em noble y simpática; poseía una organización robusta, ojos vivos, mirada Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica